1. “No es lo que falta…
es lo que tengo.
No es lo visible,
es lo invisible.
No es lo que siento,
es lo que creo.
No es lo que hago,
es lo que soy,
lo que determina al final
el resto del camino
que tengo que recorrer.
“Buscamos más…
cuando lo tenemos todo,
sin verlo”.
2. El Lazo Invisible
Bajo la calurosa luz del sol, una caravana atravesaba las arenas del desierto.
Poco antes del atardecer se detuvieron para preparar el campamento donde iban
a pernoctar. Un joven al que habían contratado para que se ocupara de los
camellos se le acercó al jefe del grupo diciéndole: - Tengo un problema, son 18
camellos y solo tengo 17 cuerdas para amarrarlos. - Eso no es ningún problema –
le dijo el jefe – los camellos no son muy inteligente. Amarra los primeros 17 y
luego te acercas al último y simulas amarrarlo a él también. Como habrá visto que
todos sus compañeros fueron amarrados y habrá sentido que te acercaste a
hacerle lo mismo, se quedará quieto toda la noche pensando que él también está
atado. El joven fue a hacer lo que le dijo el jefe sin protestar pero sin creer nada
de lo que había escuchado. Al terminar se percató de que el último camello se
quedó tranquilo junto a sus compañeros. Al amanecer el joven vio con alivio que el
camello permanecía allí donde lo había dejado. Entonces liberó a los otros 17
camellos ya que pronto debían partir. Cuando la caravana se puso en camino, el
joven corrió hacia su jefe diciendo:
- Espere, espere, hay un camello que no nos sigue.
- ¿Es el mismo camello al que simulaste amarrar anoche? – contestó el jefe con
una media sonrisa en los labios.
- Sí ¿Cómo lo sabe?
- Seguro que esta mañana se te olvidó soltarlo
- Pero no tiene amarras
- Lo sé – contestó pacientemente el jefe –, pero el camello todavía piensa que
está amarrado. Corre, simula soltarlo y verás que se pondrá en camino.
Muchas veces nosotros pasamos por lo mismo que el camello de esta historia.
Alguien pudo atarnos con algo que no existe. A veces creemos lo que nos dicen y
permitimos que nos dejen quietos, atados a complejos e ideas falsas acerca de
nuestra capacidad, de nuestros dones y talentos. Nos quedamos quietos en un
lugar inmovilizados por algo que no existe y perdemos oportunidades, dejamos
que la vida se pase sin que podamos cumplir nuestro propósito.
¿Tienes sueños? Ve por ellos, ponte de pie y empieza a caminar, sal de la zona
donde te has quedado esperando que alguien desate esa cuerda inexistente. Dios
preparó cosas buenas para ti desde hace mucho tiempo, pero debes levantarte.
Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús,
a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo
atrás. Efesios 2:10 (NTV)
Dios ya te dio la libertad que necesitabas, camina sin temor y no permitas que
nadie te quite ese hermoso regalo; cuida de no ser carcelero de nadie, recuerda
que con nuestras palabras y acciones podemos atar a las persona, destruirlas e
impedir que Dios cumpla el propósito en sus vidas e incluso tú podrías ser presa
de tu propia trampa al no reconocer el valor que Dios te dio, no te menosprecies y
lucha por alcanzar aquello que Dios te prometió.
3. ¿Quién Es El Enemigo?
¿Te das cuenta que cuesta hacer más lo bueno que lo malo?
¡Pablo confesó que su primer enemigo con el que tenía que luchar cada día
no era con el diablo, era con él mismo! Nuestro primer enemigo, no es nuestro
esposo (a), no son los suegros o aquellos que se ocupan de hacernos el mal, sino
que desde que nos levantamos ¡Somos nosotros mismos a quienes tenemos que
vencer! Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno;
porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. Pues no hago el
bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico.
Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado
que habita en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal e
stá presente en mí.
Ro 7:18-21Aunque Pablo era un gran hombre tenía una lucha en su interior, entre
su espíritu y su carne, tenía debilidades que vencer. Lo que Pablo entendió es que
Jesús pagó un precio muy alto para que sea libre de esa debilidad, para que sea
fuerte, y solo con Él tendría la fortaleza suficiente para vencer toda tentación que
se le presentara, porque ya no estaba solo, estaba con Cristo.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y l
o que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20
Si has vuelto a fallar y estas arrepentido(a), Dios lo sabe; ya no te alejes de Él, deja
de cargar la culpa porque eso no te dejará correr en paz, no te ocultes de Dios,
porque eso no solucionará tus problemas. Si has estado fallando, es tiempo de
que alimentes tu espíritu, con oración y palabras de Dios para que puedas
levantarte. Déjame acompañarte con una oración:
Señor, quiero morir para que tú puedas crecer, ayúdame a luchar conmigo mismo,
ayúdame a menguar para que crezcas tu, a ser menos, para que tú seas mas,
quiero rechazar el pecado como tú lo rechazas, y cada día parecerme a ti, que l
as personas puedan ver en mi tu carácter, luchare porque andando en santidad
estaré más cerca de ti, me pongo como el barro en las manos del alfarero
Si todo este tiempo has permitido que tu carne crezca por el pecado, y por eso
estás débil para obedecer a Dios, en este momento toma una decisión y
comprométete a luchar aunque eso implique sacrificio, gana batallas con el
Espíritu de Dios, rechaza el pecado porque eso solo te aleja de Él y de su
bendición, no importa cuántas veces has caído, lo importante es que vuelvas a
levantarte.
Recuerda: ¡El único que puede detenerte ahora, eres tú mismo!