El documento explica por qué estaba el sacrificio de Cristo en el plan de salvación. Explica que Cristo se sacrificó para (1) salvarnos de la sentencia a muerte eterna por nuestros pecados, (2) liberarnos de la esclavitud del diablo y el pecado, y (3) socorrernos y transformarnos de vencedores. Cristo se sacrificó no solo para el perdón del pecado sino también para redimirnos del pecado.