La ballena Lola se había aislado de los demás durante años debido a la vergüenza que le causaba un pez atrapado en su boca, lo que le provocaba un mal aliento. Un delfín llamado Dido descubrió la causa de su aislamiento y la convenció de pedir ayuda para solucionar el problema. Tras deshacerse del pez, Lola volvió a interactuar con los demás, aunque le costó trabajo ser aceptada de nuevo.