Carolina la oveja vivía en las pampas con su mamá y otras ovejas. Un día le dijo a su mamá que quería ir al río Grande a conocer nuevos amigos, pero su mamá se negó por los peligros. Aun así, Carolina desobedeció y fue al río, donde un cazador estuvo a punto de dispararle pero un cóndor lo ahuyentó, salvándola. Carolina regresó asustada con su mamá.