Ryan era un niño de 9 años que no le importaba el medio ambiente. Sin embargo, después de una lección en la escuela sobre la importancia de proteger el medio ambiente, Ryan empezó a interesarse en el tema. Su madre le enseñó a cuidar de una planta, lo que motivó a Ryan a plantar un árbol en su casa y establecer contenedores de reciclaje. Finalmente, Ryan se convirtió en un defensor del medio ambiente y motivó a sus compañeros a cuidarlo también.