La política borbónica en América se centró en aumentar la explotación colonial para hacerlas más rentables para España. Se adoptaron medidas como crear nuevas compañías de comercio, excluir a los criollos de la administración, crear un nuevo virreinato, expulsar a los jesuitas y permitir el libre comercio. Esto generó protestas de los criollos excluidos y de los indígenas explotados, llevando a una revuelta en Perú en 1780-1781 que fue brutalmente reprimida.