El documento habla sobre la importancia de escuchar a Dios durante la oración en lugar de solo hablar. Recomienda tomar tiempo para escuchar la Palabra de Dios y permanecer en silencio para que Dios pueda hablar al corazón. También dice que la oración más sublime no es insistir en demandas, sino entrar en comunión con Dios y esperar con fe Su respuesta divina.