SlideShare una empresa de Scribd logo
¿DE QUÉ NOS SALVA DIOS?
Respuesta personal a una pregunta de una chica de 16 años en
catequesis.
Querida Mercedes:
El otro día en catequesis hiciste una de esas preguntas tremendas que se quedan
clavadas en el alma de uno como un dardo. Nuestros esfuerzos por contestarla no
dejaron satisfechos a ninguno de los presentes, ni siquiera a mí. Y eso me duele. Parece
como que estuviéramos hablando de algo que es un puro cuento y que, a la hora de la
verdad, ante las preguntas importantes no tuviéramos más que respuestas artificiales que
nadie entiende. No es así, créeme.
“Sí, pero yo sigo con la misma duda ¿de qué nos ha salvado Cristo?” Esa fue tu
pregunta. Te agradezco la honradez y franqueza con la que la hiciste. Perdona la torpeza
con la que intentamos contestarla. No es fácil hacerlo. Sobre todo porque la respuesta se
va comprendiendo poco a poco, con la vida, y vosotros tenéis poca historia todavía. No
es culpa vuestra. Sin embargo, me parece interesante que ya desde vuestros 15 años,
empecéis a razonar sobre el sentido de vuestra vida. Solo te diría que, aunque no
entiendas algunas de las respuestas, no las rechaces de momento. Dale una oportunidad
a la vida para que te enseñe en el futuro cosas que ahora te esconde.
Bueno. Yo a lo mío. Voy a intentar responder a tu pregunta, no desde lo que dicen los
expertos, sino desde mi propia experiencia personal.
¿De qué me ha salvado Cristo?

1. De la insignificancia.
La práctica mayoría de las personas hacemos la práctica mayoría de las cosas por
salir de la insignificancia. Intentamos ser simpáticos, o guapos, o fuertes, o
habilidosos, o inteligentes, para ganarnos el favor, el cariño o la simpatía de alguien.
No queremos defraudar a nuestros padres y amigos, somos capaces de escuchar la
música que no nos gusta y vestir ropa que nosotros jamás elegiríamos, por estar con
las personas que apreciamos. Es más. Piensa en la cantidad de tiempo que
invertimos para agradar a los demás: lavarnos, perfumarnos, peinarnos,
maquillarnos, vestir, elegir las palabras con las que hablamos…
Necesitamos la estima de los demás. Y lo que más nos duele es que se olviden de
nosotros. La soledad nos produce muchísimo miedo. Por eso hay muchas personas
infelices: se creen insignificantes, no destacan por nada, no creen tener nada
apreciable delante de los demás.
Jesús, vivió entregado a los demás. Y para demostrarnos cuánto nos amaba fue
capaz de morir en una cruz. Claro, esto suena a cuento. Pero cuando te pones delante
de una cruz y miras a los ojos al crucificado y te planteas, aunque solo sea por
morbo, ¿y si es cierto? ¿Y si es verdad que alguien ha dado la vida por mi y yo estoy
todavía en la parra?
¿Y si fuera verdad? ¿Quién puñetas daría la vida por mí de esa manera? ¿Por qué
por mí? ¿Qué tengo yo para que alguien muera así? ¿Quién soy yo para que todo un
Dios me ame tanto?
Mira. No sé qué efecto tienen estas preguntas en ti, pero no pueden dejar de ser
inquietantes. Si todo un Dios ha muerto por mi, quiere decir que yo merezco la pena
mucho más de lo que yo imagino.
Si Dios me ama así, no necesito mendigar cariño ni reconocimiento por parte de los
demás. Soy amable por lo que soy. Soy ante todo y por encima de todo, una persona
amada. Y eso no lo puede cambiar nadie: ni yo con mis errores, ni los demás con su
desprecio. Soy amado: esa es mi más profunda identidad, lo que más me define
como persona.

2. De la desesperación de saber que llevo el fracaso cosido en
el alma.
Otra cosa que nos hace sufrir a las personas es el miedo al fracaso. ¡No me digas que
a ti no te angustia el pensar que puedes equivocarte en la vida! La mayoría de las
personas dedicamos gran parte de nuestra vida a evitar el fracaso: estudiamos duro
para ser alguien de provecho, hacemos planes de pensiones, ahorramos para tener
dinero y poder ir a la universidad, evitamos los riesgos innecesarios… Aún así,
¿quién nos garantiza que no nos estamos equivocando? La cosa se pone peor cuando
el fracaso llega. Y te juro que nos llega a todos o a casi todos. Para que unos pocos
triunfen muchos tienen que fracasar. ¿Qué pasa, que la mayoría está condenada a la
infelicidad?
No hay mayor fracaso que el terminar como terminó humanamente Jesús. Murió
como un maldito, entre criminales, como si hubiera sido un asesino despiadado.
Para sus seguidores y su familia no podía haber mayor humillación que esa… Y, sin
embargo, ese es nuestro Dios. Alguien que hace que el mayor fracaso de la historia
se convierta en el mayor triunfo. Cuando Dios resucita a su Hijo, lo que nos está
diciendo es que ninguno de nuestros fracasos, ni siquiera la muerte, la injusticia o la
humillación, son definitivos. Dios es más grande que nuestro fracaso. Teniendo fe,
se puede vivir feliz, a pesar de no haber realizado ninguno de tus proyectos.
Es más, descubres que tus proyectos muchas veces no son más que egoísmo
disfrazado.

3. De la culpabilidad
Otro tema que hace sufrir mucho a las personas. Todo el mundo sabe que no somos
perfectos, que nos equivocamos. No hay dificultad en aceptar esto. El problema es
cuando tú metes la pata el aquello que jamás hubieras imaginado, o cuando tú
cometes el error que tanto has criticado en otros. Esas equivocaciones te devuelven,
de repente, una imagen horrible de ti mismo. De repente te crees una persona
despreciable, alguien que no merece perdón ni cariño. Hay muchas personas que
viven con el rechazo propio incrustado en lo más hondo del corazón. Cuando sientes
eso, no te sirve que otro te diga que eres una persona valiosa, que no pasa nada, que
todos nos equivocamos… No hay peor juez que uno mismo, créeme. La
culpabilidad es la causa del 80% de los sufrimientos de las personas.
Ante esto hay varias salidas:
algunos deciden negar el propio error, vivir como si ese episodio de tu vida
no existiera: suele ser gente que reacciona con mucha agresividad;
otros deciden “sufrir” sus debilidades mostrando constantemente a la gente
qué indignos son: suele ser gente muy tímida, que no se valora y va dando
penita (al fin y al cabo, ya que no obtengo cariño, al menos compasión);
el cristiano que se toma en serio su fe no huye de sus errores, ni los niega, ni
carga con ellos como si fueran una pesada losa. Los reconoce. Sabe que en la
cruz de Jesús hay muchos de sus pecados. Pero acepta que Dios muera por
ellos y los purifique. Sentir el perdón de Dios es tremendamente sanador,
porque hay heridas que ni uno mismo ni los demás pueden curar. Saber que
ha habido alguien que ha muerto por causa de mi egoísmo y del de todos los
hombres y, aún así, me perdona, me llena de agradecimiento. Es como si
Cristo desde la cruz me dijese: sé quién eres y lo que has hecho, pero eso ya
no importa porque sigo queriéndote. No sé si has tenido esta experiencia de
sentirte perdonada de esta manera. Es una experiencia indescriptible. Si te
has sentido así alguna vez sabrás de qué hablo. Si no lo has sentido, ojalá te
acuerdes de esto cuando metas la pata.

4. De la impotencia
Este tema va ser más complicado que lo entiendas, porque hace falta haber vivido
un poco para darse cuenta de que nuestra vida se debate constantemente con la
sensación de impotencia. Ahora a tus 15 años tienes la sensación de omnipotencia,
en el fondo crees que tú vas a poder realizar todos tus sueños. Pero, a medida que
pasa la vida, te vas dando cuenta de que hay muy pocos sueños que puedas realizar.
Es más, hay cosas pequeñas ante las que te sientes impotente. Muchas personas
llegan a sentirse fracasadas por no ser capaces de realizar pequeños proyectos.
Creer en el Dios de Jesucristo me hace sentir completado. Donde yo no puedo
llegar, confío en que lo haga él. Mi impotencia, es donde él actúa. Cuando yo ya no
puedo más, resulta que Él es capaz de crear cosas de la nada. Esta es una experiencia
que vengo notando en mi vida constantemente. Muchos de mis fracasos han sido la
oportunidad para que algo nuevo surgiera. Ciertamente no era aquello que yo
esperaba, lo que yo quería. Sin embargo, se han revelado proyectos más grandes de
lo que yo imaginaba.

5. Del engaño de creer que no se puede amar
¡Ay! Vivimos en un mundo donde constantemente nos están mandando mensajes
perdedores. “El amor no es para siempre”, “El amor se acaba”. Parece que el amor
es como una lotería que toca solo a unos pocos. Hay otro tipo de mensajes perversos
a mi manera de ver: “total ¿qué puedo hacer yo, si soy como un granito de arena en
la playa?” “Yo no puedo solucionar el hambre del mundo, ¿para qué molestarse?”.
Este tipo de mensajes nos van creando la conciencia de que el mundo no se puede
cambiar, de que el amor se acaba y no se puede hacer nada al respecto, etc. Y, claro,
como nada se puede cambiar, ¿para qué vas a intentarlo?
Al morir Jesús en la cruz y luego resucitar, lo que me está demostrando es que ni
una sola gota de amor se pierde. Si él llegó hasta ese extremo, quiere decir que yo
también puedo amar hasta el extremo. La cruz de Cristo me demuestra que el amor
puede llegar hasta el fin. Y me dirás: “Sí, Jesús murió por amor, ¿qué cambia eso?
Pues mira. Jesús abrió la puerta, hizo una brecha. Desde que él murió ha habido
muchos hombres y mujeres que han aceptado el reto de amar hasta el final y han
dado su vida por un mundo mejor: Madre Teresa de Calcuta, Luther King, Mons.
Romero, Jesuitas del Salvador, miles y miles de personas que han entregado su vida
para que otros vivieran mejor. ¿Te has parado a pensar que hoy vivimos así de bien
porque otras personas en el pasado se sacrificaron por lo que creían? Si Cristo no
hubiese muerto en la cruz, ¿quién nos diría que merece la pena amar hasta el final?

6. De la tragedia de pensar que el mal se sale con la suya
Las personas sufren. La mayoría sufren males que no han provocado ellos. Sufren
injustamente. Y eso es un escándalo. Es inaceptable. Cuando te toca, el mal te sume
en la desesperación. Y hay una cosa que el hombre no soporta: saber que el mal se
sale con la suya. El hombre y la mujer tienen una gran capacidad de sufrimiento
(fíjate los campos de concentración nazi), pero esa capacidad se anula si sospecha
que el mal es la última palabra.
Cristo es Dios y, sin embargo, ha sido capaz de sufrir el mal. Se hizo hombre con
todas las consecuencias, para que nadie le reprochase nunca no saber lo que un niño
siente cuando llora, o lo que sufre una madre cuando pierde a un hijo. Cristo en la
cruz se ha hecho solidario de todos los que sufren. Resucitando nos ha demostrado
que el mal no tiene la última palabra.
Fíjate en la carrera de Jesús. Siendo Dios se rebaja hasta ser hombre. Pudiendo ser
un hombre con poder, se hace uno sencillo, normal, un carpintero. Pudiendo haber
vivido como un hombre cualquiera, llega a asumir el destino de los más
desgraciados: la humillación, la injusticia, la muerte. ¿Me quieres decir qué parte de
lo humano le faltó por visitar? ¿Qué rincón de la experiencia humana no conoció?
Cristo quiso vivir todas y cada una de las experiencias que le toca a un hombre,
hasta las más desagradables e injustas. Y aún así, siguió siendo Dios. Podría haberlo
evitado, podría haberse ahorrado el sufrir, o haber bajado de la cruz o, al menos,
haber elegido una muerte más honrosa… No lo hizo. ¿Por qué? Quizá para decirle al
hombre que sufre que él sabe lo que es eso, y que el sufrimiento no tiene la última
palabra.

¿Puro cuento?
Sospecho que todo esto no te ha disipado la duda fundamental: ¿Quién me demuestra
que no es más que una bella historia?
Nadie. Nadie va a demostrarte que todo esto es cierto. Nadie puede hacerlo.
Yo no quiero demostrarte nada. Esto no es ciencia, es fe. La fe no se puede demostrar.
Pero es que la mayor parte de las cosas importantes de la vida no se pueden demostrar.
No puedes demostrar el amor, ni siquiera puedes estar más o menos segura de cuanto te
ama una persona. No puedes demostrar el arte, la belleza, los sentimientos que te
produce una música bonita… ¿cómo puedes demostrar las emociones que te provoca
una noche contando chistes?
La fe exige dar un paso, abrir una puerta y entrar. Ese paso se da a ciegas. Nadie te
garantiza que es cierto lo que crees. Sin embargo, hay algo que te atrae, te seduce, te
incita a creer. Al creer, no tienes todas las respuestas, pero hay algo que provoca que lo
mejor de ti mismo se ponga en pie.
No puedo demostrarte por qué creo. Pero puedo asegurarte que, creyendo, soy mejor
persona, vivo más feliz, supero mejor mis dificultades, venzo mejor mis miedos y, mis
errores, hace tiempo que dejaron de provocarme desesperación.
Creyendo en Cristo siento que hay algo en mi que nadie me puede arrebatar, ni siquiera
yo mismo: la sensación de sentirme muy querido. Eso me hace quererme a pesar tantos
y tantos defectos y traiciones.
Estas son mis razones. Pero ahora ¡déjame que te pregunte yo!
¿Puedes decir tú lo mismo?
¿Puedes decir tú que te aceptas a pesar de tus fracasos y defectos?
¿Tienes alguna razón para seguir amando incluso cuando no va a revertir en tu
beneficio?
¿Cómo crees tú que se puede afrontar el sufrimiento?
¿De qué crees que necesitas tú ser salvada?

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Guion misa ciclo-a_domingo-7
Guion misa ciclo-a_domingo-7Guion misa ciclo-a_domingo-7
Guion misa ciclo-a_domingo-7
cristinamoreubi
 
Frases del hno david
Frases del hno davidFrases del hno david
Frases del hno david
Pedro Santos
 
De jesús con cariño como tratar a los demas
De jesús con cariño como tratar a los demasDe jesús con cariño como tratar a los demas
De jesús con cariño como tratar a los demas
Jose Maria Busquets
 
Identidad y destino para una nueva generación
Identidad y destino para una nueva generaciónIdentidad y destino para una nueva generación
Identidad y destino para una nueva generación
Samuel Duran
 
Your son,your mirror
Your son,your mirrorYour son,your mirror
Your son,your mirror
Eduardo Lopez
 
Con qué limpiará el joven su camino
Con qué limpiará el joven su caminoCon qué limpiará el joven su camino
Con qué limpiará el joven su camino
Pedro Santos
 
Juventud con proposito
Juventud con propositoJuventud con proposito
Juventud con proposito
Jhonny Rojas
 

La actualidad más candente (19)

Guion misa ciclo-a_domingo-7
Guion misa ciclo-a_domingo-7Guion misa ciclo-a_domingo-7
Guion misa ciclo-a_domingo-7
 
CONECTATE 075: CRECIMIENTO PERSONAL
CONECTATE 075: CRECIMIENTO PERSONALCONECTATE 075: CRECIMIENTO PERSONAL
CONECTATE 075: CRECIMIENTO PERSONAL
 
El cielo
El cieloEl cielo
El cielo
 
Cómo crear la esperanza
Cómo crear la esperanzaCómo crear la esperanza
Cómo crear la esperanza
 
Frases del hno david
Frases del hno davidFrases del hno david
Frases del hno david
 
De jesús con cariño como tratar a los demas
De jesús con cariño como tratar a los demasDe jesús con cariño como tratar a los demas
De jesús con cariño como tratar a los demas
 
De jesús con cariño para ella
De jesús con cariño para ellaDe jesús con cariño para ella
De jesús con cariño para ella
 
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
 
Tecnologia, la juventud
Tecnologia, la juventudTecnologia, la juventud
Tecnologia, la juventud
 
All about Love - Creados para amar
All about Love - Creados para amarAll about Love - Creados para amar
All about Love - Creados para amar
 
Jenny jimenez
Jenny jimenezJenny jimenez
Jenny jimenez
 
Identidad y destino para una nueva generación
Identidad y destino para una nueva generaciónIdentidad y destino para una nueva generación
Identidad y destino para una nueva generación
 
Serie tu verdadera identidad
Serie tu verdadera identidadSerie tu verdadera identidad
Serie tu verdadera identidad
 
Your son,your mirror
Your son,your mirrorYour son,your mirror
Your son,your mirror
 
Carta a mi hijo
Carta a mi hijoCarta a mi hijo
Carta a mi hijo
 
Poema carta a mi hijo - Enrique Rambal
Poema carta a mi hijo - Enrique RambalPoema carta a mi hijo - Enrique Rambal
Poema carta a mi hijo - Enrique Rambal
 
Con qué limpiará el joven su camino
Con qué limpiará el joven su caminoCon qué limpiará el joven su camino
Con qué limpiará el joven su camino
 
Reflexión del P. Rogelio Narváez 28 de mayo 2017
Reflexión del P. Rogelio Narváez 28 de mayo 2017Reflexión del P. Rogelio Narváez 28 de mayo 2017
Reflexión del P. Rogelio Narváez 28 de mayo 2017
 
Juventud con proposito
Juventud con propositoJuventud con proposito
Juventud con proposito
 

Destacado (19)

Literatura
LiteraturaLiteratura
Literatura
 
Final powerpoint alshifa
Final powerpoint alshifaFinal powerpoint alshifa
Final powerpoint alshifa
 
Power point
Power pointPower point
Power point
 
Multiculturalidad en el aula
Multiculturalidad en el aulaMulticulturalidad en el aula
Multiculturalidad en el aula
 
La penitencia ortodoxa
La penitencia ortodoxaLa penitencia ortodoxa
La penitencia ortodoxa
 
Ecuaciones 1234564460668949-1
Ecuaciones 1234564460668949-1Ecuaciones 1234564460668949-1
Ecuaciones 1234564460668949-1
 
Seminar
SeminarSeminar
Seminar
 
belajar algoritma
belajar algoritmabelajar algoritma
belajar algoritma
 
Estructures 1 eso
Estructures 1 esoEstructures 1 eso
Estructures 1 eso
 
Community Technology Internet Safety Presentation
Community Technology Internet Safety PresentationCommunity Technology Internet Safety Presentation
Community Technology Internet Safety Presentation
 
Matematicas
Matematicas Matematicas
Matematicas
 
M&BCup final logo
M&BCup final logoM&BCup final logo
M&BCup final logo
 
papi arevalo
papi arevalo papi arevalo
papi arevalo
 
embarazo precoz
embarazo precozembarazo precoz
embarazo precoz
 
Permisos retribuidos trabajadores durante las elecciones
Permisos retribuidos trabajadores durante las eleccionesPermisos retribuidos trabajadores durante las elecciones
Permisos retribuidos trabajadores durante las elecciones
 
Multiculturalidad
MulticulturalidadMulticulturalidad
Multiculturalidad
 
Morales sandy perifericos
Morales sandy perifericosMorales sandy perifericos
Morales sandy perifericos
 
ENOG 9 - RIPE vs RIPE NCC from the beginning to after the NTIA transition
ENOG 9 - RIPE vs RIPE NCC from the beginning to after the NTIA transitionENOG 9 - RIPE vs RIPE NCC from the beginning to after the NTIA transition
ENOG 9 - RIPE vs RIPE NCC from the beginning to after the NTIA transition
 
Tarea sql
Tarea sqlTarea sql
Tarea sql
 

Similar a De que me salva dios

Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?
Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?
Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?
manu2002
 
Los cinco minutos de dios 2
Los cinco minutos de dios 2Los cinco minutos de dios 2
Los cinco minutos de dios 2
Enrique
 
Agorafobia
AgorafobiaAgorafobia
Agorafobia
UN
 
Documento word, noviazgo cristiano
Documento word, noviazgo cristianoDocumento word, noviazgo cristiano
Documento word, noviazgo cristiano
Lorena Ramirez
 

Similar a De que me salva dios (20)

Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?
Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?
Tema 3, ¿le ha salido a Dios mal el mundo?
 
Por qué orar
Por qué orarPor qué orar
Por qué orar
 
Por qué orar
Por qué orarPor qué orar
Por qué orar
 
Tu le importas a Dios
Tu le importas a DiosTu le importas a Dios
Tu le importas a Dios
 
Capítulo 9 - Libro Complementario - Ni hablar ni actuar como ellos - Escuela ...
Capítulo 9 - Libro Complementario - Ni hablar ni actuar como ellos - Escuela ...Capítulo 9 - Libro Complementario - Ni hablar ni actuar como ellos - Escuela ...
Capítulo 9 - Libro Complementario - Ni hablar ni actuar como ellos - Escuela ...
 
Diapositiva mi proyecto de vida yojana
Diapositiva mi proyecto de vida yojanaDiapositiva mi proyecto de vida yojana
Diapositiva mi proyecto de vida yojana
 
Máximas de la Madre Teresa
Máximas de la Madre TeresaMáximas de la Madre Teresa
Máximas de la Madre Teresa
 
Los cinco minutos de dios 2
Los cinco minutos de dios 2Los cinco minutos de dios 2
Los cinco minutos de dios 2
 
VocesQueClaman.pdf
VocesQueClaman.pdfVocesQueClaman.pdf
VocesQueClaman.pdf
 
Amor y autoestima - Michel Esparza Encina
Amor y autoestima -  Michel Esparza EncinaAmor y autoestima -  Michel Esparza Encina
Amor y autoestima - Michel Esparza Encina
 
tema los que olvidan.pdf
tema los que olvidan.pdftema los que olvidan.pdf
tema los que olvidan.pdf
 
Conv_con_Dios_3.pdf
Conv_con_Dios_3.pdfConv_con_Dios_3.pdf
Conv_con_Dios_3.pdf
 
Agorafobia
AgorafobiaAgorafobia
Agorafobia
 
Documento word, noviazgo cristiano
Documento word, noviazgo cristianoDocumento word, noviazgo cristiano
Documento word, noviazgo cristiano
 
Crisis de amor
Crisis de amorCrisis de amor
Crisis de amor
 
La Paz del Perdon
La Paz del PerdonLa Paz del Perdon
La Paz del Perdon
 
La Paz del Perdón.
La Paz del Perdón.La Paz del Perdón.
La Paz del Perdón.
 
Levistein,senor,quitame lo bruto
Levistein,senor,quitame lo brutoLevistein,senor,quitame lo bruto
Levistein,senor,quitame lo bruto
 
Carta Asís Enero 2011
Carta Asís Enero 2011Carta Asís Enero 2011
Carta Asís Enero 2011
 
Powerjueves
PowerjuevesPowerjueves
Powerjueves
 

De que me salva dios

  • 1. ¿DE QUÉ NOS SALVA DIOS? Respuesta personal a una pregunta de una chica de 16 años en catequesis. Querida Mercedes: El otro día en catequesis hiciste una de esas preguntas tremendas que se quedan clavadas en el alma de uno como un dardo. Nuestros esfuerzos por contestarla no dejaron satisfechos a ninguno de los presentes, ni siquiera a mí. Y eso me duele. Parece como que estuviéramos hablando de algo que es un puro cuento y que, a la hora de la verdad, ante las preguntas importantes no tuviéramos más que respuestas artificiales que nadie entiende. No es así, créeme. “Sí, pero yo sigo con la misma duda ¿de qué nos ha salvado Cristo?” Esa fue tu pregunta. Te agradezco la honradez y franqueza con la que la hiciste. Perdona la torpeza con la que intentamos contestarla. No es fácil hacerlo. Sobre todo porque la respuesta se va comprendiendo poco a poco, con la vida, y vosotros tenéis poca historia todavía. No es culpa vuestra. Sin embargo, me parece interesante que ya desde vuestros 15 años, empecéis a razonar sobre el sentido de vuestra vida. Solo te diría que, aunque no entiendas algunas de las respuestas, no las rechaces de momento. Dale una oportunidad a la vida para que te enseñe en el futuro cosas que ahora te esconde. Bueno. Yo a lo mío. Voy a intentar responder a tu pregunta, no desde lo que dicen los expertos, sino desde mi propia experiencia personal. ¿De qué me ha salvado Cristo? 1. De la insignificancia. La práctica mayoría de las personas hacemos la práctica mayoría de las cosas por salir de la insignificancia. Intentamos ser simpáticos, o guapos, o fuertes, o habilidosos, o inteligentes, para ganarnos el favor, el cariño o la simpatía de alguien. No queremos defraudar a nuestros padres y amigos, somos capaces de escuchar la música que no nos gusta y vestir ropa que nosotros jamás elegiríamos, por estar con las personas que apreciamos. Es más. Piensa en la cantidad de tiempo que invertimos para agradar a los demás: lavarnos, perfumarnos, peinarnos, maquillarnos, vestir, elegir las palabras con las que hablamos… Necesitamos la estima de los demás. Y lo que más nos duele es que se olviden de nosotros. La soledad nos produce muchísimo miedo. Por eso hay muchas personas infelices: se creen insignificantes, no destacan por nada, no creen tener nada apreciable delante de los demás. Jesús, vivió entregado a los demás. Y para demostrarnos cuánto nos amaba fue capaz de morir en una cruz. Claro, esto suena a cuento. Pero cuando te pones delante de una cruz y miras a los ojos al crucificado y te planteas, aunque solo sea por
  • 2. morbo, ¿y si es cierto? ¿Y si es verdad que alguien ha dado la vida por mi y yo estoy todavía en la parra? ¿Y si fuera verdad? ¿Quién puñetas daría la vida por mí de esa manera? ¿Por qué por mí? ¿Qué tengo yo para que alguien muera así? ¿Quién soy yo para que todo un Dios me ame tanto? Mira. No sé qué efecto tienen estas preguntas en ti, pero no pueden dejar de ser inquietantes. Si todo un Dios ha muerto por mi, quiere decir que yo merezco la pena mucho más de lo que yo imagino. Si Dios me ama así, no necesito mendigar cariño ni reconocimiento por parte de los demás. Soy amable por lo que soy. Soy ante todo y por encima de todo, una persona amada. Y eso no lo puede cambiar nadie: ni yo con mis errores, ni los demás con su desprecio. Soy amado: esa es mi más profunda identidad, lo que más me define como persona. 2. De la desesperación de saber que llevo el fracaso cosido en el alma. Otra cosa que nos hace sufrir a las personas es el miedo al fracaso. ¡No me digas que a ti no te angustia el pensar que puedes equivocarte en la vida! La mayoría de las personas dedicamos gran parte de nuestra vida a evitar el fracaso: estudiamos duro para ser alguien de provecho, hacemos planes de pensiones, ahorramos para tener dinero y poder ir a la universidad, evitamos los riesgos innecesarios… Aún así, ¿quién nos garantiza que no nos estamos equivocando? La cosa se pone peor cuando el fracaso llega. Y te juro que nos llega a todos o a casi todos. Para que unos pocos triunfen muchos tienen que fracasar. ¿Qué pasa, que la mayoría está condenada a la infelicidad? No hay mayor fracaso que el terminar como terminó humanamente Jesús. Murió como un maldito, entre criminales, como si hubiera sido un asesino despiadado. Para sus seguidores y su familia no podía haber mayor humillación que esa… Y, sin embargo, ese es nuestro Dios. Alguien que hace que el mayor fracaso de la historia se convierta en el mayor triunfo. Cuando Dios resucita a su Hijo, lo que nos está diciendo es que ninguno de nuestros fracasos, ni siquiera la muerte, la injusticia o la humillación, son definitivos. Dios es más grande que nuestro fracaso. Teniendo fe, se puede vivir feliz, a pesar de no haber realizado ninguno de tus proyectos. Es más, descubres que tus proyectos muchas veces no son más que egoísmo disfrazado. 3. De la culpabilidad Otro tema que hace sufrir mucho a las personas. Todo el mundo sabe que no somos perfectos, que nos equivocamos. No hay dificultad en aceptar esto. El problema es cuando tú metes la pata el aquello que jamás hubieras imaginado, o cuando tú cometes el error que tanto has criticado en otros. Esas equivocaciones te devuelven, de repente, una imagen horrible de ti mismo. De repente te crees una persona despreciable, alguien que no merece perdón ni cariño. Hay muchas personas que viven con el rechazo propio incrustado en lo más hondo del corazón. Cuando sientes
  • 3. eso, no te sirve que otro te diga que eres una persona valiosa, que no pasa nada, que todos nos equivocamos… No hay peor juez que uno mismo, créeme. La culpabilidad es la causa del 80% de los sufrimientos de las personas. Ante esto hay varias salidas: algunos deciden negar el propio error, vivir como si ese episodio de tu vida no existiera: suele ser gente que reacciona con mucha agresividad; otros deciden “sufrir” sus debilidades mostrando constantemente a la gente qué indignos son: suele ser gente muy tímida, que no se valora y va dando penita (al fin y al cabo, ya que no obtengo cariño, al menos compasión); el cristiano que se toma en serio su fe no huye de sus errores, ni los niega, ni carga con ellos como si fueran una pesada losa. Los reconoce. Sabe que en la cruz de Jesús hay muchos de sus pecados. Pero acepta que Dios muera por ellos y los purifique. Sentir el perdón de Dios es tremendamente sanador, porque hay heridas que ni uno mismo ni los demás pueden curar. Saber que ha habido alguien que ha muerto por causa de mi egoísmo y del de todos los hombres y, aún así, me perdona, me llena de agradecimiento. Es como si Cristo desde la cruz me dijese: sé quién eres y lo que has hecho, pero eso ya no importa porque sigo queriéndote. No sé si has tenido esta experiencia de sentirte perdonada de esta manera. Es una experiencia indescriptible. Si te has sentido así alguna vez sabrás de qué hablo. Si no lo has sentido, ojalá te acuerdes de esto cuando metas la pata. 4. De la impotencia Este tema va ser más complicado que lo entiendas, porque hace falta haber vivido un poco para darse cuenta de que nuestra vida se debate constantemente con la sensación de impotencia. Ahora a tus 15 años tienes la sensación de omnipotencia, en el fondo crees que tú vas a poder realizar todos tus sueños. Pero, a medida que pasa la vida, te vas dando cuenta de que hay muy pocos sueños que puedas realizar. Es más, hay cosas pequeñas ante las que te sientes impotente. Muchas personas llegan a sentirse fracasadas por no ser capaces de realizar pequeños proyectos. Creer en el Dios de Jesucristo me hace sentir completado. Donde yo no puedo llegar, confío en que lo haga él. Mi impotencia, es donde él actúa. Cuando yo ya no puedo más, resulta que Él es capaz de crear cosas de la nada. Esta es una experiencia que vengo notando en mi vida constantemente. Muchos de mis fracasos han sido la oportunidad para que algo nuevo surgiera. Ciertamente no era aquello que yo esperaba, lo que yo quería. Sin embargo, se han revelado proyectos más grandes de lo que yo imaginaba. 5. Del engaño de creer que no se puede amar ¡Ay! Vivimos en un mundo donde constantemente nos están mandando mensajes perdedores. “El amor no es para siempre”, “El amor se acaba”. Parece que el amor es como una lotería que toca solo a unos pocos. Hay otro tipo de mensajes perversos a mi manera de ver: “total ¿qué puedo hacer yo, si soy como un granito de arena en la playa?” “Yo no puedo solucionar el hambre del mundo, ¿para qué molestarse?”. Este tipo de mensajes nos van creando la conciencia de que el mundo no se puede
  • 4. cambiar, de que el amor se acaba y no se puede hacer nada al respecto, etc. Y, claro, como nada se puede cambiar, ¿para qué vas a intentarlo? Al morir Jesús en la cruz y luego resucitar, lo que me está demostrando es que ni una sola gota de amor se pierde. Si él llegó hasta ese extremo, quiere decir que yo también puedo amar hasta el extremo. La cruz de Cristo me demuestra que el amor puede llegar hasta el fin. Y me dirás: “Sí, Jesús murió por amor, ¿qué cambia eso? Pues mira. Jesús abrió la puerta, hizo una brecha. Desde que él murió ha habido muchos hombres y mujeres que han aceptado el reto de amar hasta el final y han dado su vida por un mundo mejor: Madre Teresa de Calcuta, Luther King, Mons. Romero, Jesuitas del Salvador, miles y miles de personas que han entregado su vida para que otros vivieran mejor. ¿Te has parado a pensar que hoy vivimos así de bien porque otras personas en el pasado se sacrificaron por lo que creían? Si Cristo no hubiese muerto en la cruz, ¿quién nos diría que merece la pena amar hasta el final? 6. De la tragedia de pensar que el mal se sale con la suya Las personas sufren. La mayoría sufren males que no han provocado ellos. Sufren injustamente. Y eso es un escándalo. Es inaceptable. Cuando te toca, el mal te sume en la desesperación. Y hay una cosa que el hombre no soporta: saber que el mal se sale con la suya. El hombre y la mujer tienen una gran capacidad de sufrimiento (fíjate los campos de concentración nazi), pero esa capacidad se anula si sospecha que el mal es la última palabra. Cristo es Dios y, sin embargo, ha sido capaz de sufrir el mal. Se hizo hombre con todas las consecuencias, para que nadie le reprochase nunca no saber lo que un niño siente cuando llora, o lo que sufre una madre cuando pierde a un hijo. Cristo en la cruz se ha hecho solidario de todos los que sufren. Resucitando nos ha demostrado que el mal no tiene la última palabra. Fíjate en la carrera de Jesús. Siendo Dios se rebaja hasta ser hombre. Pudiendo ser un hombre con poder, se hace uno sencillo, normal, un carpintero. Pudiendo haber vivido como un hombre cualquiera, llega a asumir el destino de los más desgraciados: la humillación, la injusticia, la muerte. ¿Me quieres decir qué parte de lo humano le faltó por visitar? ¿Qué rincón de la experiencia humana no conoció? Cristo quiso vivir todas y cada una de las experiencias que le toca a un hombre, hasta las más desagradables e injustas. Y aún así, siguió siendo Dios. Podría haberlo evitado, podría haberse ahorrado el sufrir, o haber bajado de la cruz o, al menos, haber elegido una muerte más honrosa… No lo hizo. ¿Por qué? Quizá para decirle al hombre que sufre que él sabe lo que es eso, y que el sufrimiento no tiene la última palabra. ¿Puro cuento? Sospecho que todo esto no te ha disipado la duda fundamental: ¿Quién me demuestra que no es más que una bella historia? Nadie. Nadie va a demostrarte que todo esto es cierto. Nadie puede hacerlo.
  • 5. Yo no quiero demostrarte nada. Esto no es ciencia, es fe. La fe no se puede demostrar. Pero es que la mayor parte de las cosas importantes de la vida no se pueden demostrar. No puedes demostrar el amor, ni siquiera puedes estar más o menos segura de cuanto te ama una persona. No puedes demostrar el arte, la belleza, los sentimientos que te produce una música bonita… ¿cómo puedes demostrar las emociones que te provoca una noche contando chistes? La fe exige dar un paso, abrir una puerta y entrar. Ese paso se da a ciegas. Nadie te garantiza que es cierto lo que crees. Sin embargo, hay algo que te atrae, te seduce, te incita a creer. Al creer, no tienes todas las respuestas, pero hay algo que provoca que lo mejor de ti mismo se ponga en pie. No puedo demostrarte por qué creo. Pero puedo asegurarte que, creyendo, soy mejor persona, vivo más feliz, supero mejor mis dificultades, venzo mejor mis miedos y, mis errores, hace tiempo que dejaron de provocarme desesperación. Creyendo en Cristo siento que hay algo en mi que nadie me puede arrebatar, ni siquiera yo mismo: la sensación de sentirme muy querido. Eso me hace quererme a pesar tantos y tantos defectos y traiciones. Estas son mis razones. Pero ahora ¡déjame que te pregunte yo! ¿Puedes decir tú lo mismo? ¿Puedes decir tú que te aceptas a pesar de tus fracasos y defectos? ¿Tienes alguna razón para seguir amando incluso cuando no va a revertir en tu beneficio? ¿Cómo crees tú que se puede afrontar el sufrimiento? ¿De qué crees que necesitas tú ser salvada?