El juicio político procede cuando los actos u omisiones de servidores públicos perjudican los intereses públicos fundamentales o el buen funcionamiento del gobierno, según la Constitución y la Ley Federal de Responsabilidad de los Servidores Públicos. La ley enumera actos como atacar las instituciones democráticas, violar garantías individuales, usurpar atribuciones, o causar daños graves a la federación o estados que pueden motivar un juicio político. Los gobernadores estatales, legisladores locales y magistrados también pueden