Este poema explora temas de identidad, soledad y conexión entre las personas. Usa preguntas retóricas y símbolos como máscaras y sombras para sugerir que a pesar de las apariencias externas de individualidad, todos los seres humanos comparten una esencia común y están interconectados desde lo más profundo de su ser. El poema concluye sugiriendo que Dios está uniendo los fragmentos de la humanidad para completar su visión.