Juan el Bautista, encarcelado, envió discípulos a Jesús para preguntarle si era el Mesías prometido. Jesús les dijo que informaran a Juan sobre los milagros que estaba realizando, como sanar a los ciegos y llevar a los muertos, cumpliendo así las profecías de Isaías sobre el Mesías. El documento concluye recordando que Dios cumplirá su propósito en cada persona.