El documento explica el origen y significado de la celebración de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. Originalmente, la Iglesia Católica estableció el 1 de noviembre como día para honrar a todos los santos conocidos y desconocidos. Más tarde, los monjes benedictinos añadieron el 2 de noviembre para rezar por los difuntos. Estas tradiciones cristianas se mezclaron con las antiguas celebraciones celtas del fin del verano y el inicio del invierno.