Dios obra en su tiempo, no en el mío. El documento discute cómo es fácil desesperarse cuando las promesas de Dios no se cumplen rápidamente, pero debemos confiar en que Dios cumplirá a su debido tiempo, el cual es perfecto. Aunque queramos que se cumplan ahora, debemos esperar pacientemente sin dudar, ya que la desesperación puede alejarnos más de la respuesta de Dios. En lugar de desesperarnos, debemos mantener nuestra fe en que Dios cumplirá lo que ha prometido a