Este discurso celebra la graduación de un grupo y los anima a enfrentar los nuevos retos de la secundaria con responsabilidad, fe, entusiasmo y apoyándose en Dios. También les recuerda que si mantienen una comunión íntima con Dios podrán mejorar constantemente y alcanzar nuevos logros. Finalmente, les desea éxito y les pide no defraudar la confianza de Dios, sus padres y maestros.