1. ¿Limita la propagación de enfermedades la variación
genética en poblaciones nativas?
Las plagas de enfermedades han traído muchas catástrofes a lo largo de la
historia. Algunas de estas plagas han sido epidemias que han afectado a grandes
poblaciones a las que se les presupone una variación genética amplia, en otros casos
en cambio estas plagas se han cebado en pequeñas poblaciones con una escasa
diversidad génica.
Hay muchos ejemplos donde se ve que una menor diversidad génica hace más
vulnerable a la población al ataque de los parásitos, por lo tanto se asume que cuando
mas diversidad hay menos riesgo hay de que se propague la enfermedad. Se ha visto
en organismos muy diferentes (plantas, insectos, aves, mamíferos) que las
enfermedades afectan de forma más severa en poblaciones con poca diversidad. Estas
poblaciones suelen ser fruto de la endogamia o el efecto cuello de botella. Por estos
fenómenos se produce un empobrecimiento en la variedad génica de la población
exponiéndolo a un mayor riesgo de enfermedad.
¿Pero hay un umbral de diversidad que asegure que el parásito será eliminado
en la población? Se ve por ejemplo en insectos sociales que en algunos casos tener una
diversidad demasiada alta produce problemas dentro de la población. En estos casos
quizá un exceso de diversidad sea contraproducente, y quizá sea mejor para la
población exponerse a un mayor riesgo frente a las enfermedades a cambio de
evitarse problemas sociales.
Otro factor a tener en cuenta es el de la diversidad genética del propio parásito.
Un parásito que muestre poca variabilidad genética tendrá capacidad para atacar a
una baja cantidad de genotipos, por lo tanto a la población nativa quizá le interese no
tener una diversidad demasiado alta, ya que si se tiene mucha variedad el riesgo de
que el ataque afecte a cierta parte de la población aumenta, aunque esta parte de la
población no sea demasiado grande, podría servir para que el parásito coja fuerza. En
cambio si el virus de la enfermedad muestra una gran diversidad, al organismo atacado
le convendrá tener una alta diversidad genética, ya que si ésta es baja lo más probable
es que el ataque de la enfermedad sea letal.
Para prever el efecto de la diversidad genética en la propagación de las
enfermedades se han propuesto distintos modelos, aunque no demasiados. Algunos
llegan a la conclusión de que la diversidad genética no impide que la enfermedad se
propague menos, pero si hace que la fuerza con la que ataque sea menor. En cambio
según algún nuevo modelo, la variedad genética tiene una gran repercusión en la
2. propagación del parásito dentro de la población y también en el mantenimiento del
equilibrio dentro de la misma población.
Teniendo estos datos se podrían deducir que es difícil cuantificar ese supuesto
umbral de diversidad, ya que si hay gran variedad dentro de la población el virus
siempre encontrará algún individuo al que atacar aunque el daño general a la
población no sea demasiado significante. Está claro por otra parte que el mínimo de
variedad que debe tener la población tendrá que ser mayor en cuanto la diversidad del
parásito aumente. Otra cosa a tener en cuenta es la heredabilidad de la resistencia a
los parásitos. Aunque en un principio los genes resistentes van a ser los que más
fitness tengan, las grandes tasas de mutaciones que se observan en virus hace pensar
que un gen es resistente pueda convertirse en insuficiente, lo que hace importante
mantener siempre un alto grado de variedad en la población.