La adicción a los videojuegos puede producir una dependencia mental y física frente al estímulo que proporcionan los juegos, manifestándose a través de una inmersión absoluta del jugador que le impide atender a estímulos externos y tensión muscular durante el juego. Algunos estudios estiman que entre el 8,5% y el 40% de los jugadores más jóvenes o de ciertos juegos online pueden ser clasificados clínicamente como adictos.