1. La Concepción Inmaculada de María
El 8 de diciembre de 1854, en su bula
Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX
proclamó este dogma:
"...declaramos, proclamamos y
definimos que la doctrina que sostiene
que la beatísima Virgen María fue
preservada inmune de toda mancha de
la culpa original en el primer instante
de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente, en
atención a los méritos de Cristo Jesús
Salvador del género humano, está
revelada por Dios y debe ser por tanto
firme y constantemente creída por
todos los fieles...“
CATOLICO
CONOCE Y DEFIENDE
TU FE
2. La Virgen María puede
repetir lo que la Sagrada
Escritura dice de la
Sabiduría:
“yo he salido de la boca
del Altísimo”
(Ecl. 24, 3).
Ella fué la predestinada
por los divinos decretos
para ser la madre del
Redentor del mundo. No
convenía de ninguna
manera que la Hija
preferida del Padre
Celestial fuera ni
siquiera por muy poco
tiempo esclava de
satanás.
3. El rey David decía que un templo no
se destina para los seres humanos
solamente, sino sobretodo para Dios.
(1 Crónicas 29)
Santo Tomás enseña que lo que se
consagra totalmente a Dios debe ser
santo y libre de toda mancha.
¿Y qué criatura humana ha sido
consagrada más perfectamente a
Dios que la Virgen María?
Así también el Creador que formó a
la Santísima Virgen con un fin
principal: ser Madre de su
Santísimo, seguramente adornó su
alma con los más bellos adornos, y
entre todos, el mejor… el estar libre
de toda mancha de pecado para que
fuera digna morada donde iba a
vivir nueve meses el Salvador del
mundo.
4. El libro de los Proverbios dice:
"La gloria de los hijos son sus
padres."
(Prov. 17, 6).
La gente no desean de ninguna
manera que puedan afirmar que
sus padres no eran gente buena.
¿Y cómo nos pudiéramos
nosotros imaginar que Dios
pudiendo hacer que su Hijo
naciera de una mujer libre de
toda mancha de pecado hubiera
permitido que Ella hubiera
estado manchada por el pecado y
que Lucifer pudiera afirmar que
aunque fuera por poco tiempo
había logrado esclavizar con el
pecado a la Madre de Dios? No,
ésto nunca lo iba a permitir el
buen Dios.
5. "Tal convenía que fuera nuestro Sumo Sacerdote: santo, inocente, sin mancha
de pecado, apartado de los pecadores.“ (Hebreos 7, 26).
¿Y la Madre de éste Sacerdote Supremo no convenía que fuera también santa,
inocente, sin mancha?
San Ambrosio enseña: "Jesucristo eligió a María por Madre, no en la tierra, sino
ya desde el cielo, y para morar en Ella y nacer de Ella y vivir acompañado por
Ella. La llenó totalmente de santidad y de pureza". Y éste santo se atreve a
llamar a María ‘Mansión Celestial’, no porque Ella no fuera humana, sino
porque el Señor la adornó con cualidades celestiales para ser mansión donde
viviera el Hijo de Dios.
6. El ángel le dijo:
"No temas María que has hallado
gracia delante de Dios“
(San Lucas 1, 30).
Santo Tomás enseña que cuando
Dios elige a una persona para un
oficio especial le concede las
gracias y cualidades que necesita
para éste oficio. Y deduce de ésto
que si escogió a María para Madre
del Redentor seguramente le
concedió a Ella todas las gracias y
cualidades que éste sublime oficio
exigía. Si María hubiera tenido
mancha de pecado no hubiera
hallado ésa gracia y simpatía
delante de Dios. Para Jesús habría
sido una verdadera deshonra haber
tenido por madre a una mujer
manchada de pecado.
7. En el Cantar de los Cantares se dice algo
que le corresponde muy bien a María
Santísima:
"Eres totalmente hermosa y en ti no hay
mancha alguna ni defecto“. (Cantar 4, 7)
y también: “Tu eres como un huerto
cerrado a donde no han llegado los
enemigos a hacer mal, y eres como una
fuente sellada que nadie ha podido
contaminar.” (Cant. 4, 12)
San Bernardo dice que el Espíritu Santo
que es el autor principal de la Sagrada
Biblia, afirmó ésto de la Santísima Virgen.
Y en el Libro Sagrado sigue diciendo:
"Las jóvenes son muchas, pero una sola es mi paloma, la perfectamente
pura." (Cantar 6, 7).
8. El santo Job (31,18) se gloría que del vientre
de su madre salió con él la misericordia.
¿Qué diremos de ésta que había de ser madre
de Misericordia?
Jeremías (1,5) y San Juan Bautista (Lc 1,41)
fueron llenos de gracia en el vientre de sus
madres. Uno porque lo escogía Dios para
profeta y el otro para más que profeta.
¿Qué diremos de ésta Virgen escogida para
Madre del Señor de los profetas pues
conforme a la dignidad dá Dios la gracia
y la santidad?
Es también figurada por aquel huerto cerrado
y fuente sellada de los Cantares
(4,12) y por aquella puerta oriental que vio el
profeta Ezequiel (43,2) :
…” porque ninguno comió de la fruta
de aquél vergel ni bebió del agua de aquella
fuente ni entró por aquella puerta sino sólo
el Hijo de Dios. Porque sólo él era su amor…
su pensamiento… su deseo… sus cuidados…
su memoria continua…”
Creado por: Lilly Medina ><lll>
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