1. DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO-
CICLO B
LECTURAS: 1S 3, 3b-10.19; Sal 39; 1Co 6, 13c-15a.17-20; Jn 1, 35-42
Evangelio según san Juan 1, 35-42
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que
pasaba, dice: -«Éste es el Cordero de Dios.» Los dos discípulos oyeron sus palabras
y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: -«¿Qué
buscáis?» Ellos le contestaron: -«Rabí (que significa Maestro), ¿donde vives?»
Él les dijo: -«Venid y lo veréis.» Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con
él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno
de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano
Simón y le dice: -«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).» Y lo llevó a
Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: -«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te
llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
REFLEXIÓN SOBRE LA PALABRA
¿Qué buscamos nosotros en la vida?, ¿qué nos mueve?
¿cuáles son nuestros ideales?.
Jesús nos invita a que lo sigamos y que asentemos
nuestra existencia sobre su persona y mensaje y así
podremos decir como los apóstoles “hemos encontrado
al Mesías”. ¿Qué inconvenientes y dificultades
encontramos para esto y como podemos superarlo?
Los apóstoles unos a otros se comunican la noticia de
que han encontrado a Jesús. ¿Me guardo para mí el
mensaje de Jesús o doy testimonio ante los demás
invitando a otros a conocerlo y vivir según su evangelio?
ORACIÓN
Yo te busqué, Señor más descubrí
Que tú impulsabas mi alma en ese afán;
Que no era yo quien te encontraba a ti.
Tú me encontraste a mí.
Tu mano fuerte se extendió y así,
Tomado de ella, sobre el mar crucé;
Más no era tanto que me asiera a ti.
“ Hemos encontrado al Mesías “ Tú me alcanzaste a mí.
Te hallé y seguí, Señor, mi amor te di,
Más sólo fue en respuesta a tanto amor,
Pues desde siempre mi alma estaba en ti.
Siempre me amaste así.
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