Dios visita su jardín y encuentra que los árboles y arbustos se están muriendo porque cada uno se compara y se siente inferior a los demás. El único que florece es un clavel, que acepta ser lo que es. El texto anima a la gente a aceptarse a sí mismos en lugar de envidiar a los demás, y a concentrarse en ser la mejor versión de sí mismos.