3. Freud planteó tres tiempos en el proceso de
duelo:
1- Negación.
2- Descatectización del mundo exterior a
efectos de tener a disposición la suficiente
libido para poder llevar a cabo un trabajo tan
arduo.
3- Aceptación de la pérdida y recatectización
de nuevos objetos.
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4. A partir de la mediana edad (que podemos
considerarla entre los 45 y 65 años de edad
aproximadamente, a pesar de que la edad es
una variable vacía pues no nos indica nada
acerca del individuo que la porta) los sujetos
comienzan a padecer una serie de cambios
corporales, psíquicos y sociales que los
acercan a verdaderos procesos de duelo.
En cuanto a los cambios corporales empiezan a
aparecer las primeras canas y arrugas,
manchas en la piel, falta de tonicidad
muscular, pérdida paulatina de la vista y de la
fuerza física, cambios en los aparatos genitales
de hombres y mujeres, cambios en la
sexualidad, pérdida de memoria (olvidos
benignos) etc.
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5. Con respecto a los cambios psicológicos
Bernice Neugarten plantea que:
1- Hay un incremento de la interioridad, es
decir que los sujetos comienzan a hacer un
balance permanente de sus vidas y de lo que
les resta vivir,
2- Cambio en la percepción del tiempo, lo que
implicaría que la persona que transita la
mediana edad empieza a pensar en lo que
quisieran hacer y si el tiempo que les queda se
lo permitiría,
3- Personalización de la muerte, que produciría
en los sujetos la sensación que pueden ser los
próximos en morir, pues empiezan a fallecer
personas cercanas a ellos.
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6. Al hablar de los cambios relacionados con el
lugar que los sujetos empiezan a ocupar en la
sociedad, la jubilación implicaría un cambio
rotundo en su posición dentro de la estructura
social, y como diría Simone de Beaviour, la
jubilación tipo “mazazo”, la que se da de un día
para otro, produce efectos terribles. También
puede aparecer la función de la abuelidad, que
implicaría un cambio sustantivo en el lugar del
viejo dentro de la familia.
Todos estos cambios serán llevados a cabo de
distintas maneras por hombres y mujeres,
según la estructura previa de cada sujeto, y de
acuerdo a cómo hayan sobrellevado los duelos
adolescentes
Estas transformaciones implican pérdidas,
demasiadas en algunos casos, que llevarían a
las personas de mediana edad como a los
adultos mayores, a llevar a cabo verdaderos
procesos de duelo, que en ciertos casos son
muy difíciles de atravesar.
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7. Mabel Burin plantea que las mujeres pasan
procesos que tendrían que ver con: duelos
relacionados con el cuerpo de la juventud, con
los padres de la juventud y con los ideales
juveniles. Los hombres comienzan a temer
tener problemas con su sexualidad y virilidad,
lo que implica a veces que se produzca un
círculo vicioso y se alejen de seguir
manteniendo relaciones sexuales
En el caso de los viejos, Aslan considera que
los dos primeros tiempos de duelo planteado
por Freud son llevados a cabo sin problemas,
sin embargo el segundo momento
(descatectización del mundo exterior) se
puede extender por largo tiempo, pues los
viejos tendrían muy pocas posibilidades de
recatectizar nuevos objetos. Asimismo plantea
la necesidad de “objetalizar” los duelos en los
viejos, esto implicaría hacer concientes los
procesos de duelo que los adultos mayores no
tienen conciencia de las pérdidas que van
sufriendo durante el proceso de
envejecimiento. 7
8. Como psicoanalistas dedicados al tratamiento
de viejos, se nos plantearía el desafío, como
planteó Freud, de acompañar a estos sujetos a
poder llevar a cabo estos procesos de duelo
debido a las continuas pérdidas que sufren en
forma permanente, así como también
ayudarlos a encontrar nuevos objetos a
catectizar durante la vejez.
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9. Bibliografía:
Aslan, C.M, 1995. “Duelo y Sublimación” en
Salvarezza Leopoldo (comp.), “El fantasma de
la vejez”, Teckné, Buenos Aires
S. Freud, 1917 (1915). ”Duelo y melancolía”.
Amorrortu.
Salvarezza Leopoldo, 2002 , “Psicogeriatría:
teoría y clínica”. Paidós, Buenos Aires (2ª
versión revisada y ampliada”
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