Este documento resume la historia de Narciso y Eco de la mitología griega. Narciso era un hombre extremadamente guapo del que se enamoró la ninfa Eco, pero él la rechazó. Más tarde, Narciso se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua y se consumió de amor por sí mismo, muriendo al final. Eco permaneció en una cueva repitiendo las últimas palabras de Narciso. El documento también menciona brevemente la ópera "Narciso" compuesta por Domenico Scarlatti.
Francisco José Mera, Miguel Ángel Mañas y Miguel Ángel Domene nos cuentan el mito de Narciso tras haber leído distintos fragmentos de "Las metamorfosis" de Ovidio.
Francisco José Mera, Miguel Ángel Mañas y Miguel Ángel Domene nos cuentan el mito de Narciso tras haber leído distintos fragmentos de "Las metamorfosis" de Ovidio.
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La posibilidad de encontrar imágenes más allá de la ausencia de color y de luz. Un bello canto a todo el amor que pese a todos los incovenientes, todos llevamos dentro.
Un paseo alrededor de una cultura que por multifacética, suele pasar desapercibida. Un canto a la libertad sobre nuestro propio cuerpo. La posibilidad de eleccíón primaria es lo que siempre se debe respetar. La maravilla de poder elegir.
Sentir que tras la tristeza de la soledad, un rayo de esperanza se atisba en el horizonte de la aceptación de la realidad. Un lugar donde encontrar tu compañía en la ausencia.
El sueño de sentir como una mano ciñe la cintura de tu alma y con un ligero rubor en la voz, te invita a compartir otra canción. El mundo gira un poco más lento al sentir que tras la aceptación por tu parte, tu cabeza se reclina sobre el hombro de mi alma y lenta y cadenciosamente compartimos unos minutos de cómplice intimidad.
La maravilla de la palabra escrita, instantes compartidos en fondos de postales a dos. Ilusiones en distancias imposibles, melancólicas palabras de amor
La suave caricia del recuerdo; ese fresco despertar que aún perdura en la conciencia que disfruta de la certeza del pasado tan real y perdurable como los sentimientos imperecederos.
Siempre he creído (quizá esté equivocado) que la mujer rusa ha soportado el peso más cruel y doloroso de este siglo pasado. Sin embargo también he estado convencido siempre de que por el mismo motivo, han sido las mujeres que con más entereza han afrontado su desgracia. Desde que hace unos días veía con ojos de asombro un reportaje sobre la madre Rusia de la mano de Olga; se empezaba a tejer esta presentación. Tengo que agradecer a Olga el gran trabajo que ha aportado, tanto en la recopilación fotográfica (en la cual es la maestra indiscutible de todos nosotros) como en la música y traducciones. Gracias querida por tu inestimable ayuda.
Hace unos días, una amiga común me hablaba de la necesidad de sentir que el mundo era hermoso, pero que ella no siempre lo podía ver así.
Desde ese momento traté de pensar en como poder poner un punto diferente y positivo. Creo que el mundo no sólo es hermoso por aquello que podemos ver y sentir en nuestra propia vida, con las personas que nos rodean todos los días. No creo que debemos renunciar a los sueños y en momentos de incertidumbre y duda, agarrar con las dos manos los pequeños detalles que nos pueden llenar de esa alegría momentánea, de esa ilusión que produce un instante de comprensión y halago, un instante de sentida y cálida emoción.
En ese sentido, somos afortunados, podemos compartir con amigos "invisibles" nuestra creatividad, nuestras aficiones y nuestra forma de entender la vida. Podemos ofrecer algo de nuestro interior a personas que aunque residen en esa frontera invisible de lo irreal, son emotivamente reales, cotidianos y queridos.
Gracias a todos y sólo pedir un deseo, que sintáis que la vida y el mundo son maravillosos y que cuando esto no se vea así, sintáis que junto con los que nos rodean cada día, hay otros que aún en la distancia, también están cerca y por supuesto, que merece la pena la alegría de un instante y eso contribuye a que el mundo sea un lugar aún más maravilloso.
Gracias por todo lo que me aportáis y por hacer que el mundo sea mejor.
Una mañana de mayo, de un mayo tardío que deja los aromas en ese parque maravilloso que es el Buen Retiro. Espero que disfrutéis conmigo del paseo, sin mas intenciones que el deleite del silencio y la belleza del entorno.
Un sueño donde todo el mundo se conjuga en la mirada de los niños, donde volver a dejarse llevar por aquello que nos hace magníficos y desinteresados, el amor.
Un homenaje a unos días pasados (23 de abril) del aniversario de la muerte y nacimiento de uno de los mitos inextinguibles de la literatura universal. Talento encapsulado en versos imperecederos.
Mafalda está más viva que nunca. Reaparece siempre fresca y renovada en sus nuevos libros y periódicos. Hace cine y televisión. Viaja en la imaginación colectiva de infinidad de naciones que son muy diferentes entre ellas culturalmente. Y llega a los lugares más insospechados, volviéndose familiar a generaciones que no tienen nada que ver con la que vio nacer a Mafalda
2. Eco era una oréade (ninfa de la montaña) del monte
Helicón, que amaba su propia voz. Fue criada por
ninfas y educada por las Musas.
Parlanchina y alegre.
Con su charla incesante
entretenía a Hera,
esposa de Zeus. Y estos
eran los momentos que
él aprovechaba para
mantener sus relaciones
extraconyugales.
Hera, furiosa cuando supo de ello, culpó a
Eco de entretenerla en connivencia con
Zeus, y ya que la entretenía con aquellas
charlas incesantes, la condenó a no poder
hablar, sino solamente podría repetir el
final de las frases que escuchara.
3. Avergonzada, abandonó los bosques que
solía frecuentar, recluyéndose en una
cueva cercana a un riachuelo.
4. Narciso era un muchacho precioso, de encanto
irresistible, hijo de la ninfa Liríope.
Su madre, ansiosa
por averiguar el
destino de su hijo,
consultó al adivino
ciego Tiresias.
«¿Vivirá hasta la
ancianidad?», le
preguntó
«Hasta tanto no se conozca a sí mismo», replicó
Tiresias. De modo que la madre se aseguró de que el
hijo no viera nunca su imagen en el espejo
5. Al crecer, el chico resultó ser extraordinariamente
hermoso y despertaba amor en todos cuantos lo conocían
Aunque nunca había
visto su cara, podía
adivinar a través de las
reacciones ajenas que
era bello; pero nunca
se sentía seguro,
de modo que para ganar confianza y seguridad en sí
mismo dependía de que los demás le dijeran cuan bello
era. En consecuencia, se convirtió en un joven
absorbido por su propia persona.
6. Narciso daba largos paseos sumido en sus
cavilaciones, y uno de esos paseos le llevó a las
inmediaciones de la cueva donde Eco moraba.
Ella le miró embelesada, quedando prendada de él,
pero no reunió el valor suficiente para acercarse.
Narciso encontró
agradable la ruta que
había seguido ese día y la
repitió en más ocasiones.
Eco le esperaba y le seguía en su
paseo, siempre a distancia,
temerosa de ser vista, hasta que un
día, un ruido que hizo al pisar una
ramita puso a Narciso sobre aviso
de su presencia, descubriéndola
7. ¿Quién está ahí?, gritó él.
¡Ahí! , regresó la respuesta de Eco. ¡Ven aquí!, dijo Narciso,
bastante irritado.
¡Aquí!, repitió ella, y
corrió desde los árboles,
extendiendo sus brazos
para abrazarlo.
¡Vete!, gritó airado. ¡No puede haber
nada entre alguien como tú y el bello
Narciso!
¡Narciso!, suspiró Eco tristemente; y
desapareció avergonzada,
murmurando una oración silenciosa a
los dioses para que este joven
orgulloso pudiera algún día saber lo
que significaba amar en vano. Y los
dioses la oyeron.
8. Narciso regresó a la laguna para beber y observó el rostro
más perfecto que había visto nunca.
Instantáneamente se
enamoró del
impresionante joven
que tenía delante
9. Se sonrió, y el bello rostro le devolvió la sonrisa. Se
inclinó hacia el agua y besó los rosados labios, pero
su contacto rompió la clara superficie y el bello
joven se desvaneció como un sueño.
Tan pronto como se
retiró y se quedó quieto,
la imagen regresó.
¡No me desprecies de ese modo!, le
suplicó Narciso a la imagen.
Soy el que todos los demás aman en
vano.
¡En vano!, gritó Eco desde el bosque
con tristeza.
10. Una y otra vez Narciso se acercó a la laguna para abrazar
al bello joven, y en cada ocasión, como si de una burla se
tratara, la imagen desaparecía.
Narciso pasó horas,
días y semanas
contemplando el agua,
sin comer ni dormir;
tan solo murmuraba:
¡Ay de mí!
11. Pero las únicas palabras que le llegaban eran las de la
infeliz Eco
Por último, su apesadumbrado corazón
dejó de latir y quedó frío e inmóvil entre
los lirios acuáticos
Los dioses se conmovieron ante la
visión de tan bello cadáver y le
transformaron en la flor que ahora
lleva su nombre.
12. Eco se retiró a su cueva, donde permaneció quieta, sin moverse, repitiendo en
voz baja, un susurro apenas, las últimas palabras que le había oído ... "qué
estúpida... qué estúpida... qué... estu... pida...".
Y dicen que allí se
consumió de pena Eco,
tan quieta, que llegó a
convertirse en parte de
la propia piedra de la
cueva...
hasta que no quedó nada de ella excepto su
voz; e incluso hoy en día solo se le deja decir la
última palabra pronunciada.
13. ‘Narciso.
Tu olor.
Y el fondo del río.
Quiero quedarme a tu vera. Giuseppe Domenico Scarlatti
Flor del amor.
Narciso. (Nápoles, 26 de octubre de 1685 -
Madrid, 23 de julio de 1757)
Por tus blancos ojos cruzan
ondas y peces dormidos. Compositor italiano de música
barroca afincado en España,
Pájaros y mariposas
compuso varias óperas para el
japonizan en los míos. teatro privado de la reina polaca
Casimira. En 1.719 se trasladó a
Tú diminuto y yo grande. Londres a dirigir su ópera Narciso
Flor del amor. en el King´s Theatre.
Narciso.
Los fragmentos en esta
Las ranas, ¡qué listas son! presentación son 'Vieni, o
Pero no dejan tranquilo caro‘ - 'Mio bel sol‘ y 'Non lo
el espejo en que se miran
credo, non lo spero'
tu delirio y mi delirio.
Narciso.
Mi dolor.
Y mi dolor mismo.
‘Narciso‘‘ Federico García Lorca http://glarcar.blogspot.com.es
glarcar@hotmail.com