Layo, el rey de Monterrey, consultó a un vidente que le predijo que su hijo lo mataría. Cuando nació su hijo Edipo, lo abandonaron, pero fue adoptado por otro rey. Edipo creció y sin saberlo mató a su padre biológico Layo. Se casó con Yocasta, la reina de Monterrey, sin saber que era su madre. Cuando descubrió la verdad, Yocasta se suicidó y Edipo se exilió.