Las hojas de los árboles son verdes porque contienen un pigmento llamado clorofila, que es indispensable para realizar el proceso de fotosíntesis. Esta hipótesis se comprobó mediante un experimento en el que una hoja verde se hirvió en alcohol, tornándose este de color verde, lo que demuestra la presencia de clorofila. Por lo tanto, la clorofila es la responsable del color verde de las hojas y necesaria para la fotosíntesis.