Este salmo describe la prosperidad de los justos y la destrucción de los impíos. Aconseja confiar en Dios, practicar la bondad y la justicia, y esperar pacientemente en Dios en lugar de envidiar a los malvados. Predice que aunque los malvados puedan prosperar temporalmente, finalmente serán destruidos, mientras que los justos heredarán la tierra para siempre.