Un chino que vivía con sus padres era un gran tragón. Comía tanto que dejó a sus padres pobres y su mamá le advirtió que iba a reventar si no dejaba de comer en exceso. Tampoco hizo caso a su papá, quien le dijo que ninguna chica lo querría si seguía comiendo tanto, y terminó reventando debido a su excesivo apetito.