1. Instituto
COMUNICADO DE PRENSA
Zacatecano
De 25 de junio de 2010
Cultura No. 165/10
Con un humor pícaro, pero divertido
Presentó su unipersonal el “Conde de Agualeguas”.
o Através de su narración, nos llevó a un pueblo
imaginario del noreste mexicano.
Uno de los unipersonales más divertidos, realizados en el 6º Festival internacional
de Narración Oral, fue el presentado por Juan Jaime Gutiérrez, “El Conde de
Agualeguas”, oriundo de Nuevo León, narrador e investigador del folclor, las
tradiciones y las costumbres del noreste mexicano.
Su trabajo investigativo pretende rescatar formas de hablar, ritmos, tiempos
y expresiones idiomáticas, con los que ha dado forma a los personajes que lleva al
escenario. Su imaginario lo conforma un pueblo que creó, ubicado en la citada
región del país.
Veinticinco años dedicados cien por ciento a la narración, le han servido para
crear su propio material, el cual está lleno de humor, en el que cuida la forma de
hablar, de vestir y hasta de comer del noreste de nuestro país.
Gutiérrez compartió su espectáculo “Visitando el Pueblo”, en el que habló
sobre la plaza del lugar, el la que había una banca de cemento, otra de metal y
una fuente, en la que si se mojaban daban toques, también habían macetas con
escasas flores, escalones de mosaico y deshojados árboles.
También habló de los personajes allí que vivían, como Próculo el de en
medio, que estudiaba computación por el ratoncito; Lalo puñales, el más turbado
del lugar, porque metía al niño dios al horno para adorarlo; Gertrudis y Timotea,
las solteronas del lugar, mujeres que, muy a su pesar, aun eran señoritas, y que
aprovechaban cualquier oportunidad para tener un rose con los hombres.
El cura resultó ser un “Don Juan”, pues se involucraba con las feligresas; la
cartera, que se enteraba de la vida de todos y que tenía una hija dedicada al oficio
más antiguo del mundo, y por supuesto, la cantina, donde se suscitaban un sinfín
de situaciones propias del lugar.
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Juan Jaime mantuvo a las y los asistentes atentos en todo momento. Las
carcajadas fueron también la constante de la presentación, debido al pícaro, pero
fino, humor que maneja.
El Conde caracterizó algunos de sus personajes, vistió una sotana,
personificó a Rosa, la cartera, con una chalina de llamativos colores y un rebozo
café, así como su maletín para cargar las cartas.
Al finalizar su presentación, Juan Jaime agradeció y se despidió del público
con el mensaje de que “Sonreír no cuesta nada, pero vale mucho, pues la sonrisa
es muy importante, ya que es la primera manifestación de la alegría y ésta es la
plena manifestación de la felicidad”.
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