El nuevo sacerdote estaba nervioso en su primer sermón y el arzobispo le sugirió poner gotas de vodka en el agua para relajarse. En su segundo sermón, el sacerdote siguió el consejo pero en exceso y cometió varios errores durante la misa. Luego recibió una nota del arzobispo detallando las cosas incorrectas que hizo y recordándole que la próxima vez ponga gotas de agua en el vodka en lugar de al revés.