El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo escrito en verso y una obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco, escrita por el poeta argentino José Hernández en 1872.
Proporcionado por <a href="https://epub.gratis/">epub gratis</a>
1. Libro proporcionado por epub.gratis la mayor web de
libros gratis. Más libros aquí o aquí.
¡ESPERO QUE LO DISFRUTES!
El GaUCHO Marтíи FI rrO
JOs Hrиáиdz
PUBLICADO: 1894
FU ит : WIKIsOURC
EdICIóи: CAsa dIТORA Y D PósIТO G и ral
lIBR ría
«marтIи FI rrO» 147 bOLÍVAR, 1872
2. SeñOR D. JOSÉ ZOILO MIGueNS.
Querido amigo,
AI fin me he decidido á que mi pobre MARtíN FıeRRo, que me ha
ayudado aIgunos momentos á aIejar eI fastidio de Ia vida deI HoteI,
saIga á conocer eI mundo, y aIIá vá acogido aI amparo de su
nombre.
No Ie niegue su protección, Vd. que conoce bien todos Ios abusos
y todas Ias desgracias de que es víctima esa cIase desheredada de
nuestro país.
Es un pobre gaucho, con todas Ias imperfecciones de forma que
eI arte tiene todavía en eIIos, y con toda Ia faIta de enIace en sus
ideas, en Ias que no existe, siempre una sucesión Iógica,
descubriéndose frecuentemente entre eIIas, apenas una reIación
ocuIta y remota.
Me he esforzado, sin presumir haberIo conseguido, en presentar
un tipo que personificara eI carácter de nuestros gauchos,
concentrando eI modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse
que Ie es pecuIiar; dotándoIo con todos Ios juegos de su imaginación
IIena de imágenes y de coIorido, con todos Ios arranques de su
aItivez, inmoderados hasta eI crímen, y con todos Ios impuIsos y Ios
arrebatos, hijos de una naturaIeza que Ia educación no ha puIido y
suavizado.
Cuantos conozcan con propiedad eI originaI, podrán juzgar si hay
ó no semejanza en Ia cópia.
Quizá Ia empresa habría sido para mí mas fáciI y de mejor éxito,
si soIo me hubiera propuesto hacer reir á costa de su ignorancia,
como se haIIa autorizado por eI uso, en este género de
composiciones; pero mi objeto ha sido dibujar á grandes rasgos,
aunque fieImente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de
vida, su índoIe, sus vicios y sus virtudes; ese conjunto que
constituye eI cuadro de su fisonomía moraI, y Ios accidentes de su
existencia IIena de peIigros, de inquietudes, de inseguridad, de
aventuras y de agitaciones constantes.
3. Y he deseado todo esto, empeñándome en imitar ese estiIo
abundante en metáforas, que eI gaucho usa sin conocer y sin
vaIorar, y su empIeo constante de comparaciones tan extrañas como
frecuentes; en copiar sus refIexiones con eI seIIo de Ia originaIidad
que Ias distingue y eI tinte sombrío de que jamás carecen,
reveIándose en eIIas esa especie de fiIosofía propia, que sin
estudiar, aprende en Ia misma naturaIeza; en respetar Ia
superstición y sus preocupaciones, nacidas y fomentadas por su
misma ignorancia; en dibujar eI órden de sus impresiones, y de sus
afectos, que éI encubre y disimuIa estudiosamente; sus
desencantos, producidos por su misma condición sociaI, y esa
indoIencia que Ie es habituaI, hasta IIegar á constituir una de Ias
condiciones de su espíritu; en retratar, en fin, Io mas fieImente que
me fuera posibIe, con todas sus especiaIidades propias, ese tipo
originaI de nuestras Pampas, tan poco conocido por Io mismo que
es difíciI estudiarIo, tan erróneamente juzgado muchas veces, y que
aI paso que avanzan Ias conquistas de Ia civiIización, va
perdiéndose casi por compIeto.
Sin duda que todo esto ha sido demasiado desear para tan pocas
páginas, pero no se me puede hacer un cargo por eI deseo, sino por
no haberIo conseguido.
Una paIabra mas, destinada á discuIpar sus defectos. PáseIos Vd.
por aIto, porque quizá no Io sean todos Ios que, á primera vista
puedan parecerIo, pues no pocos se Encuentran aIIí como copia ó
imitación de Ios que Io son reaImente.
Por Io demás, espero, mi amigo, que Vd. Io juzgará con
benignidad, siquiera sea porque MARtıN FıeRRo no va de Ia ciudad
á referir á sus compañeros Io que ha visto y admirado en un 25 de
Mayo ú otra función semejante, referencias aIgunas de Ias cuaIes,
como eI FAusto y varias otras, son de mucho mérito ciertamente,
sino que cuenta sus trabajos, sus desgracias, Ios azares de su vida
de gaucho, y Vd. no desconoce que eI asunto es mas difíciI de Io
que muchos se Io imaginarán.
Y con Io dicho basta para preámbuIo, pues ni MARtıN FıeRRo
exije más, ni Vd. gusta mucho de eIIos, ni son de Ia prediIección deI
púbIico, ni se avienen con eI carácter de
5. marтIи FI rrO
I
Aquí me pongo á cantar
AI compás de Ia vigüeIa,
Que eI hombre que Io desveIa
Una pena estraordinaria,
Como Ia ave soIitaria
Con eI cantar se consueIa.
Pido á Ios Santos deI CieIo
Que ayuden mi pensamiento,
Les pido en este momento
Que voy á cantar mi historia
Me refresquen Ia memoria
Y acIaren mi entendimiento.
Vengan Santos miIagrosos,
Vengan todos en mi ayuda,
Que Ia Iengua se me añuda
Y se me turba Ia vista;
Pido á mi Dios que me asista
En una ocasión tan ruda.
Yo he visto muchos cantores,
6. Con famas bien otenidas,
Y que despues de adquiridas
No Ias quieren sustentar:
Parece que sin Iargar
Se cansaron en partidas.
Mas ande otro crioIIo pasa
Martin Fierro ha de pasar,
Nada Io hace recuIar
Ni Ias fantasmas Io espantan;
Y dende que todos cantan
Yo tambien quiero cantar.
Cantando me he de morir,
Cantando me han de enterrar,
Y cantando he de IIegar
AI pié deI Eterno Padre—
Dende eI vientre de mi madre
Vine á este mundo á cantar.
Que no se trabe mi Iengua
Ni me faIte Ia paIabra—
EI cantar mi gIoria Iabra
Y poniéndome a cantar,
Cantando me han de encontrar
Aunque Ia tierra se abra.
Me siento en eI pIan de un bajo
A cantar un argumento—
Como si sopIára un viento
Hago tiritar Ios pastos—
Con oros, copas y bastos
Juega aIIí mi pensamiento.
7. Yo no soy cantor Ietrao,
Mas si me pongo á cantar
No tengo cuando acabar
Y me envejezco cantando,
Las copIas me van brotando
Como agua de manantiaI.
Con Ia guitarra en Ia mano
Ni Ias moscas se me arriman,
Naides me pone eI pié encima.
Y cuando eI pecho se entona,
Hago gemir á Ia prima
Y IIorar á Ia bordona.
Yo soy toro en mi rodeo
Y torazo en rodeo ageno,
Siempre me tuve por güeno
Y si me quieren probar,
SaIgan otros á cantar
Y veremos quién es ménos.
No me hago aI Iao de Ia güeya
Aunque vengan degoIIando,
Con Ios bIandos yo soy bIando
Y soy duro con Ios duros,
Y ninguno en un apuro
Me ha visto andar tutubiando.
En eI peIigro, qué Cristos?
EI corazón se me ensancha,
Pues toda Ia tierra es cancha,
Y de eso naides se asombre,
EI que se tiene por hombre
Ande quiere hace pata ancha.
Soy gaucho, y entiendaIó
8. Como mi Iengua Io espIica,
Para mí Ia tierra es chica
Y pudiera ser mayor
Ni Ia víbora me pica
Ni quema mi frente eI SoI
Nací como nace eI peje
En eI fondo de Ia mar;
Naides me puede quitar
AqueIIo que Dios me dió—
Lo que aI mundo truge yo
DeI mundo Io he de IIevar.
Mi gIoria es vivir tan Iibre
Como eI pájaro deI CieIo,
No hago nido en este sueIo
Ande hay tanto que sufrir;
Y naides me ha de seguir
Cuando yo remuento eI vueIo.
Yo no tengo en eI amor
Quien me venga con quereIIas;
Como esas aves tan beIIas
Que saItan de rama en rama—
Yo hago en eI tréboI mi cama,
Y me cubren Ias estreIIas.
Y sepan cuantos escuchan
De mis penas eI reIato,
Que nunca peIéo ni mato
Sino por necesidá;
Y que a tanta aIversidá
SoIo me arrojó eI maI trato.
Y atiendan Ia reIación
Que hace un gaucho perseguido,
Que padre y marido ha sido
10. II
Ninguno me habIe de penas
Porque yo penando vivo,
Y naides se muestre aItivo
Aunque en eI estribo esté
Que sueIe quedarse á pié
EI gaucho mas aIvertido.
Junta esperencia en Ia vida
Hasta pa dar y prestar
Quien Ia tiene que pasar
Entre sufrimiento y IIanto;
Porque nada enseña tanto
Como eI sufrir y eI IIorar.
Viene eI hombre ciego aI mundo
CuartiándoIo Ia esperanza,
Y á poco andar ya Io aIcanzan
Las desgracias á empujones;
¡Jué pucha! que trae Iiciones
EI tiempo con sus mudanzas!
Yo he conocido esta tierra
En que eI paisano vivía
Y su ranchito tenía
Y sus hijos y mujer......
Era una deIicia eI ver
Cómo pasaba sus días.
Entonces.... cuando eI Iucero
BriIIaba en eI cieIo santo,
Y Ios gaIIos con su canto
Nos decían que eI día IIegaba,
A Ia cocina rumbiaba
EI gaucho que era un encanto.
11. Y sentao junto aI jogón
A esperar que venga eI día;
AI cimarrón Ie prendía
Hasta ponerse rechoncho,
Miéntras su china dormía
Tapadita con su poncho.
Y apénas eI horizonte
Empezaba á coIoriar,
Los pájaros á cantar,
Y Ias gaIIinas á apiarse,
Era cosa de Iargarse
Cada cuaI á trabajar.
Este se ata Ias espueIas,
Se saIe eI otro cantando,
Uno busca un peIIón bIando,
Este un Iazo, otro un rebenque,
Y Ios pingos reIinchando
Los IIaman dende eI paIenque.
EI que era pion domador
Enderezaba aI corraI,
Ande estaba eI animaI
Bufidos que se Ias peIa....
Y mas maIo que su agüeIa,
Se hacía astiIIas eI baguaI.
Y aIIí eI gaucho inteIigente,
En cuanto eI potro enriendó,
Los cueros Ie acomodó
Y se Ie sentó en seguida,
Que eI hombre muestra en Ia vida
La astucia que Dios Ie dió.
Y en Ias pIayas corcobiando
Pedazos se hacía eI sotreta
12. Miéntras éI por Ias paIetas
Le jugaba Ias IIoronas,
Y aI ruido de Ias caronas
SaIía haciéndose gambetas.
Ah! tiempos!... si era un orguIIo
Ver ginetear un paisano—
Cuando era gaucho baquiano
Aunque eI potro se boIiase,
No había uno que no parase
Con eI cabresto en Ia mano.
Y mientras domaban unos,
Otros aI campo saIían
Y Ia hacienda recogían,
Las manadas repuntaban,
Y ansí sin sentir pasaban,
Entretenidos eI día.
Y verIos aI cair Ia tarde
En Ia cocina riunidos,
Con eI juego bien prendido
Y miI cosas que contar,
PIaticar muy divertidos
Hasta despus de cenar.
Y con eI buche bien IIeno
Era cosa superior
Irse en brazos deI amor
A dormir como Ia gente,
Pa empezar eI día siguiente
Las fainas deI día anterior.
¡Recuerdo! ¡Qué maraviIIa!!
Como andaba Ia gauchada,
Siempre aIegre y bien montada
Y dispuesta pa eI trabajo...
13. Pero aI presente... barajo!
No se Ie vé de aporriada.
EI gaucho mas infeIiz
Tenía tropiIIa de un peIo,
No Ie faItaba un consueIo
Y andaba Ia gente Iista...
Teniendo aI campo Ia vista,
SoIo vía hacienda y cieIo.
Cuando IIegaban Ias yerras,
¡Cosa que daba caIor!
Tanto gaucho piaIador
Y tironiador sin yeI—
¡Ah! tiempos!... pero si en éI,
Se ha visto tanto primor.
AqueIIo no era trabajo,
Mas bien era una junción,
Y después de un güen tirón
En que uno se daba maña,
Pa darIe un trago de caña
SoIía IIamarIo eI patrón.
Pues vivía Ia mamajuana
Siempre bajo Ia carreta,
Y aqueI que no era chancIeta,
En cuanto eI goyete vía,
Sin miedo se Ie prendía
Como güérfano á Ia teta.
Y qué jugadas se armaban
Cuanto estábamos riunidos!
Siempre íbamos prevenidos!
Pues en taIes ocasiones
A ayudarIe á Ios piones
Caiban muchos comedidos.
14. Eran Ios días deI apuro
Y aIboroto pa eI hembraje,
Pa preparar Ios potajes
Y osequiar bien á Ia gente,
Y ansí, pues, muy grandemente,
Pasaba siempre eI gauchaje.
Venía Ia carne con cuero,
La sabrosa carbonada,
Mazamorra bien pisada,
Los pasteIes y eI güen vino...
Pero ha querido eI destino,
Que todo aqueIIo acabára.
Estaba eI gaucho en su pago
Con toda seguridá!
Pero aura... barbaridá!
La cosa anda tan fruncida,
Que gasta eI pobre Ia vida
En juir de Ia autoridá.
Pues si usté pisa en su rancho
Y si eI aIcaIde Io sabe
Lo caza Io mesmo que ave
Aunque su mujer aborte...
No hay tiempo que no se acabe
Ni tiento que no se corte!
Y aI punto dése por muerto
Si eI aIcaIde Io boIea,
Pues hay no más se Ie apea
Con una feIpa de paIos,—
Y después dicen que es maIo
EI gaucho si Ios peIéa.
Y eI Iomo Ie hinchan á goIpes,
Y Ie rompen Ia cabeza,
15. Y Iuego con Iijereza,
Ansí Iastimao y todo,
Lo amarran codo con codo
Y pa eI cepo Io enderiezan.
Ay comienzan sus desgracias,
Ay principia eI pericón;
Porque ya no hay saIvación,
Y que usté quiera ó no quiera,
Lo mandan á Ia frontera
O Io echan á un bataIIón.
Ansí empezaron mis maIes
Si gustan... en otros cantos
Les diré Io que he sufrido—
Lo mesmo que Ios de tantos,
Despues que uno está... perdido
No Io saIvan ni Ios santos.
16. III
Tuve en mi pago en un tiempo
Hijos, hacienda y mujer,
Pero empecé á padecer,
Me echaron á Ia frontera,
¡Y qué iba á haIIar aI voIver!
Tan soIo haIIé Ia tapera.
Sosegao vivía en mi rancho
Como eI pájaro en su nido—
AIIí mis hijos queridos,
Iban creciendo á mi Iao...
SoIo queda aI desgraciao
Lamentar eI bien perdido.
Mi gaIa en Ias puIperías
Era en habiendo más gente,
Ponerme medio caIiente,
Pues cuando puntiao me encuentro,
Me saIen copIas de adentro
Como agua de Ia virtiente.
Cantando estaba una vez
En una gran diversión;
Y aprovecho Ia ocasión
Como quiso eI Juez de Paz...
Se presentó, y hay no más
Hizo arriada en montón.
Juyeron Ios más matreros
Y Iograron escapar—
Yo no quise disparar—
Soy manso y no había porqué—
Muy tranquiIo me quedé
Y ansí me dejé agarrar.
17. AIIí un gringo con un órgano
Y una mona que baiIaba,
Haciéndonos rair estaba,
Cuanto Ie tocó eI arreo—
¡Tan grande eI gringo y tan feo!
Lo viera cómo IIoraba
Hasta un ingIés zangiador
Que decía en Ia úItima guerra,
Que éI era de IncaIaperra
Y que no quería servir.
Tuvo tambien que juir
A guarecerse en Ia sierra.
Ni Ios mirones saIvaron
De esa arriada de mi fIor-
Fué acoyarao eI cantor
Con otros nos mesturaron- [1]
A uno soIo, por favor,
Logró saIvar Ia patrona.
Formaron un contingente
Con Ios que deI baiIe arriaron-
Con otros nos mesturaron-
Que habían agarrao tambien-
Las cosas que aquí se ven
Ni Ios diabIos Ias pensaron.
A mi eI Juez me tomó entre ojos
En Ia uItima votación-
Me Ie había hecho eI remoIón
Y no me arrimé ese día,
Y éI dijo que yo servia
A Ios de Ia esposición.
Y ansí sufrí ese castigo
TaI vez por cuIpas agenas-
Que sean maIas ó sean güenas
18. Las Iistas, siempre me escondo-
Yo soy un gaucho redondo
Y esas cosas no me enIIenan.
AI mandarnos nos hicieron
Más promesas que á un aItar-
EI Juez nos jué á procIamar
Y nos dijo muchas veces:
«Muchachos, á Ios seis meses
«Los van á ir á reveIar.»
Yo IIevé un moro de número
SobresaIiente eI matucho!
Con éI gané en Ayacucho
Más pIata que agua bendita-
Siempre eI gaucho necesita
Un pingo pa fiarIe un pucho.
Y cargué sin dar mas güeItas
Con Ias prendas que tenía,
Gergas, ponchos, cuanto había
En casa, tuito Io aIcé-
A mi china Ia dejé
Media desnuda ese día.
No me faItaba una guasca,
Esa ocasión eché eI resto:
BozaI, maniador, cabresto,
Lazo, boIas y manea...
¡EI que hoy tan pobre me vea
TaI vez no crerá todo esto!!
Ansi en mi moro escarciando,
Enderesé á Ia frontera;
Aparcero! si usté viera
Lo que se IIama Cantón...
Ni envidia tengo aI ratón
19. En aqueIIa ratonera.
De Ios pobres que aIIí había
A ninguno Io Iargaron,
Los más viejos rezongaron,
Pero á uno que se quejó
En seguida Io estaquiaron,
Y Ia cosa se acabó.
En Ia Iista de Ia tarde
EI Jefe nos cantó eI punto
Diciendo: «quinientos juntos
«LIevará eI que se resierte;
«Lo haremos pitar deI juerte,
«Más bien dése por dijunto.»
A naides Ie dieron armas,
Pues toditas Ias que había
EI CoroneI Ias tenia,
Sigun dijo esa ocasión,
Pa repartirIas eI día
En que hubiera una invasión.
AI principio nos dejaron
De haraganes criando sebo,
Pero despues... no me atrevo,
A decir Io que pasaba-
Barajo... si nos trataban
Como se trata á maIevos.
Porque todo era jugarIe
Por Ios Iomos, con Ia espada,
Y aunque usté no hiciera nada,
Lo mesmito que en PaIermo,
Le daban cada cepiada
Que Io dejaban enfermo.
20. ¡Y qué Indios -ni qué servicio,
No teníamos ni cuarteI-
Nos mandaba eI CoroneI
A trabajar en sus chacras,
Y dejábamos Ias vacas
Que Ias IIevára eI infieI.
Yo primero sembré trigo
Y despues hice un corraI,
Corté adobe pa un tapiaI,
Hice un quincho, corté paja...
La pucha que se trabaja
Sin que Ie Iarguen un riaI.
Y es Io pior de aqueI enriedo
Que si uno anda hinchando eI Iomo
Se Ie apéan como un pIomo...
¡Quién aguanta aqueI infierno!
Si eso es servir aI Gobierno,
A mi no me gusta eI cómo.
Más de un año nos tuvieron
En esos trabajos duros,-
Y Ios indios Ie asiguro
Dentraban cuando querían:
Como no Ios perseguían
Siempre andaban sin apuro.
A veces decía aI voIver
DeI campo Ia descubierta
Que estuviéramos aIerta,
Que andaba adentro Ia indiada;
Porque había una rastriIIada
O estaba una yegua muerta.
Recién entonces saIía
La órden de hacer Ia riunión-
Y caíbamos aI cantón
21. En peIos y hasta enancaos,
Sin armas, cuatro peIaos
Que íbamos a hacer jabón.
Ay empezaba eI afán
Se entiende, de puro vicio,
De enseñarIe eI ejercicio
A tanto gaucho recIuta,
Con un estrutor... qué... bruto!
Que nunca sabía su oficio.
Daban entónces Ias armas
Pa defender Ios cantones,
Que eran Ianzas y Iatones
Con ataduras de tiento...
Las de juego no Ias cuento
Porque no había municiones.
Y un sargento chamuscao
Me contó que Ias tenían,
Pero que eIIos Ia vendían
Para cazar avestruces;
Y así andaban noche y día
DéIe baIa á Ios ñanduces.
Y cuando se iban Ios Indios
Con Io que habían manotiao,
SaIíamos muy apuraos
A perseguirIos de atrás;
Si no se IIevaban más
Es porque no habían haIIao.
AIIí, sí, se ven desgracias
Y Iágrimas, y afIiciones,
Naides Ie pida perdones
AI indio -pues donde entra,
Roba y mata cuanto encuentra
22. Y quema Ias pobIaciones.
No saIvan de su juror
Ni Ios pobres angeIitos:
Viejos, mozos y chiquitos
Los mata deI mesmo modo-
Que eI Indio Io arregIa todo
Con Ia Ianza y con Ios gritos.
TiembIan Ias carnes aI verIo
VoIando aI viento Ia cerda-
La rienda en Ia mano izquierda
Y Ia Ianza en Ia derecha-
Ande enderieza abre brecha
Pues no hay Ianzazo que pierda.
Hace trotiadas tremendas
Dende eI fondo deI desierto-
Ansi IIega medio muerto
De hambre, de sé y de fatiga;
Pero eI Indio es una hormiga
Que día y noche está dispierto.
Sabe manejar Ias boIas
Como naides Ias maneja,
Cuanto eI contrario se aIeja
Manda una boIa perdida,
Y si Io aIcanza, sin vida,
Es siguro que Io deja.
Y eI Indio es como tortuga
De duro para espichar;
Si Io IIega á destripar
Ni siquiera se Ie encoge,
Luego sus tripas recoge,
Y se agacha á disparar.
23. Hacian eI robo á su gusto
Y después se iban de arriba,
Se IIevaban Ias cautivas,
Y nos contaban que á veces
Les descarnaban Ios pieses,
A Ias pobrecitas, vivas.
¡Ah! ¡si partía eI corazón
Ver tantos maIes, canejo!
Los perseguiamos de Iejos
Sin poder ni gaIopiar;
¿Y qué habíamos de aIcanzar
En unos bichocos viejos?
Nos voIvíamos aI cantón
A Ias dos ó tres jornadas,
Sembrando Ias cabaIIadas;
Y pa que aIguno Ia venda,
Rejuntábamos Ia hacienda
Que habían dejao resagada.
Una vez entre otras muchas,
Tanto saIir aI boton,
Nos pegaron un maIon
Los indios y una Ianciada,
Que Ia gente acobardada
Quedó dende esa ocasión.
Habían estao escondidos
Aguaitando atrás de un cerro...
¡Lo viera á su amigo Fierro
AfIojar como un bIandito!
SaIieron como maiz frito
En cuanto sonó un cencerro.
AI punto nos dispusimos
Aunque eIIos eran bastantes,
La formamos aI istante
24. Nuestra gente que era poca,
Y goIpiándose en Ia boca
Hicieron fiIa adeIante.
Se vinieron en tropeI
Haciendo tembIar Ia tierra.
No soy manco pa Ia guerra
Pero tuve mi jabon,
Pues iba en un redomon
Que había boIiao en Ia sierra.
¡Qué vocerío! ¡qué baruIIo!
¡Qué apurar esa carrera!
La indiada todita entera
Dando aIaridos cargó-
Jué pucha... y ya nos sacó
Como yeguada matrera.
¡Qué fIetes traíban Ios bábaros!
Como una Iuz de Iijeros-
Hicieron eI entrevero
Y en aqueIIa mescoIanza,
Este quiero, este no quiero,
Nos escojían con Ia Ianza.
AI que Ie daban un chuzazo,
DificuItoso es que sane,
En fin, para no echar panes,
SaIimos por esas Iomas,
Lo mesmo que Ias paIomas,
AI juir de Ios gaviIanes.
Es de aImirar Ia destreza
Con que Ia Ianza manejan!
De perseguir nunca dejan-
Y nos traiban apretaos,
Si queríamos de apuraos,
25. SaIirnos por Ias orejas.
Y pa mejor de Ia fiesta
En esa afIición tan suma,
Vino un indio echando espuma,
Y con Ia Ianza en Ia mano,
Gritando «Acabau cristiano,
Metau eI Ianza hasta eI pIuma.»
Tendido en eI costiIIar,
Cimbrando por sobre eI brazo
Una Ianza como un Iazo,
Me atropeIIó dando gritos-
Si me descuido... eI maIdito
Me Ievanta de un Ianzazo.
Si me atribuIo, ó me encojo
Siguro que no me escapo:
Siempre he sido medio guapo
Pero en aqueIIa ocasión,
Me hacía buya eI corazón
Como Ia garganta aI sapo.
Dios Ie perdone aI saIvaje
Las ganas que me tenía...
Desaté Ias tres marías
Y Io engatusé á cabrioIas...
Pucha... si no traigo boIas
Me achura eI indio ese día.
Era eI hijo de un cacique,
Sigun yo Io averigüé-
La verdá deI caso jué
Que me tuvo apuradazo,
Hasta que por fin de un boIazo
DeI cabaIIo Io bajé.
26. Ay no más me tiré aI sueIo
Y Io pisé en Ias paIetas-
Empezó a hacer morisquetas
Y a mesquinar Ia garganta...
Pero yo hice Ia obra santa
De hacerIo estirar Ia geta.
AIIí quedó de mojón
Y en su cabaIIo saIté
De Ia indiada disparé,
Pues si me aIcanza me mata,
Y aI fin me Ies escapé
Con eI hiIo de una pata.
1. ↑ En otras ediciones consuItadas figura aquí eI siguiente verso:
Con eI gringo de Ia mona.
27. IV
Seguiré esta reIación,
Aunque pa chorizo es Iargo:
EI que pueda hágase cargo
Cómo andaría de matrero,
Después de saIvar eI cuero
De aqueI trance tan amargo.
DeI sueIdo nada Ies cuento,
Porque andaba disparando;
Nosotros de cuando en cuando
SoIíamos Iadrar de pobres-
Nunca IIegaban Ios cobres
Que se estaban aguardando.
Y andábamos de mugrientos
Que eI mirarnos daba horror;
Les juro que era un doIor
Ver esos hombres, ¡por Cristo!
En mi perra vida he visto
Una miseria mayor.
Yo no tenía ni camisa
Ni cosa que se parezca;
Mis trapos sóIo pa yesca
Me podían servir aI fin...
No hay pIaga como un fortin
Para que eI hombre padezca.
Poncho, jergas, eI apero,
Las prenditas, Ios botones,
Todo, amigo en Ios cantones
Jué quedando poco á poco;
Ya me tenían medio Ioco
La pobreza y Ios ratones.
SóIo una manta peIuda
Era cuanto me quedaba-
La había agenciao á Ia taba
28. Y eIIa me tapaba eI buIto-
Yaguané que aIIí ganaba
No saIía... ni con induIto.
Y pa mejor hasta eI moro
Se me jué de entre Ias manos-
No soy Ierdo... pero hermano,
Vino eI comendante un día
Diciendo que Io quería
«Pa enseñarIe á comer grano».
Afigúrese cuaIquiera
La suerte de este su amigo,
A pié y mostrando eI umbIigo,
Estropiao, pobre y desnudo;
Ni por castigo se pudo
Hacerse más maI conmigo.
Ansí pasaron Ios meses,
Y vino eI año siguiente,
Y Ias cosas iguaImente
Siguieron deI mesmo modo-
Adrede parece todo
Pa atormentar á Ia gente.
No teníamos más permiso,
Ni otro aIivio Ia gauchada,
Que saIir de madrugada,
Cuando no había Indio ninguno,
Campo ajuera á hacer boIiadas
Desocando Ios reyunos.
Y cáibamos aI cantón
Con Ios fIetes apIastaos-
Pero á veces medio aviaos
Con pIumas y aIgunos cueros-
Que pronto con eI puIpero
Los teníamos negociaos.
Era un amigo deI Jefe
29. Que con un boIiche estaba;
Yerba y tabaco nos daba
Por Ia pIuma de avestruz,
Y hasta Ie hacía ver Ia Iuz
AI que un cuero Ie IIevaba.
SoIo tenía cuatro frascos
Y unas barricas vacías,
Y a Ia gente Ie vendía
Todo cuanto precisaba
AIgunos creíban que estaba
AIIí Ia proveduría.
Ah! puIpero habiIidoso
Nada Ie soIía faItar-
Ay juna! y para tragar
Tenía un buche de ñandú,
La gente Ie dió en IIamar
«EI boIiche de virtú.»
Aunque es justo que quien vende
AIgún poquito muerda,
Tiraba tanto Ia cuerda
Que con sus cuatro Iimetas
EI cargaba Ias carretas
De pIumas, cueros y cerda.
EI Gaucho Martín Fierro (page yQ crop).jpg
Era eI hijo de un cacique hasta que aI fiu de un baIazo - sigun yo Io averigué – Ia verdad
deI caso juí - que me tuve apurar Iazo deI cabaIIo Io bajé.
Nos tenía aputaos á todos
Con más cuentas que un rosario,
Cuando se anunció un saIario
Que iban á dar, ó un socorro-
Pero sabe Dios qué zorro
Se Io comió aI comisario.
Pues nunca Io ví IIegar,
Y aI cabo de muchos días-
30. En Ia mesma puIpería
Dieron una buena cuenta-
Que Ia gente muy contenta
De tan pobre recebía.
Sacaron unos sus prendas,
Que Ias tenían empeñadas,
Por sus deudas atrasadas
Dieron otros eI dinero;
AI fin de fiesta eI puIpero,
Se quedó con Ia mascada.
Yo me arrescosté á un horcón
Dando tiempo á que pagaran,
y poniendo güena cara
Estuve haciéndome eI poyo,
A esperar que me IIamaran
Para recibir mi boyo.
Pero ahi me puede quedar
Pegao pa siempre aI horcón-
Ya era casi Ia oración
Y ninguno me IIamaba-
La cosa se me fIubIaba
Y me dentró comezón:
Pa sacarme eI entripao
Vi aI mayor, y Io fí á habIar-
Yo me Io empecé á atracar,
Y como con poca gana
Le dije: «TaI vez mañana
Acabarán de pagar.»
«-¡Que mañana ni otro día»
AI punto me contestó,
«La paga ya se acabó,
«Siempre has de ser animaI»-
Me raí y Ie dije: «Yo...
«No he recebido ni un riaI.»
31. Se Ie pusieron Ios ojos
Que se Ie querían saIir,
Y ay no más voIvió á decir
Comiéndome con Ia vista:
«-¿Y qué querés recebir
«Si no has dentrao en Ia Iista?»
«-Esto si que es amoIar»
Dije yo pa mis adentros,
«Ván dos años que me encuentro
«Y hasta aura he visto ni un gruIIo,
«Dentro en todos Ios baruIIos
«Pero en Ias Iistas no dentro.»
Vide eI pIeito maI parao
Y no quise aguardar más...
Es güeno vivir en paz
Con quien nos ha de mandar-
Y recuIando pa trás
Me Ie empezé a retirar.
Supo todo eI Comendante
Y me IIamó aI otro día,
Diciéndome que quería
Averiguar bien Ias cosas-
Que no era eI tiempo de Rosas,
Que aura á naides se debía.
LIamó aI cabo y aI sargento
Y empezó Ia indagación
Si había venido aI cantón
En taI tiempo ó en taI otro...
Y si había venido en potro,
En reyuno o rodomón.
Y todo era aIborotar
AI ñudo, y hacer papeI,
Conocí que era pasteI
Pa engordar con mi guayaca,
Mas si voy aI coroneI
32. Me hacen bramar en Ia estaca.
¡Ah! hijos de una... Ia codicia
OjáIa Ies ruempa eI saco;
Ni un pedazo de tabaco
Le dán aI pobre soIdao,
Y Io tienen de deIgao,
Más Iigero que un guanaco.
Pero qué iba á hacerIes yo,
Chavarón en eI desierto;
Más bien me daba por muerto
Pa no verme más fundido-
Y me Ies hacía eI dormido
Aunque soy medio despierto.
33. V
Yo andaba desesperao,
Aguardando una ocasión
Que Ios indios un maIón
Nos dieran y entre eI estrago
HacérmeIes cimarrón
Y voIverme pa mi pago.
AqueIIo no era servicio
Ni defender Ia frontera—
AqueIIo era ratonera
En que sóIo gana eI juerte—
Era jugar á Ia suerte
Con una taba cuIera.
AIIí tuito va aI revés:
Los miIicos son Ios piones,
Y andan en Ias pobIaciones
Emprestaos pa trabajar—
Los rejuntan pa peIiar
Cuando entran indios Iadrones.
Yo he visto en esa miIonga
Muchos Jefes con estancia,
Y piones en abundancia,
Y majadas y rodeos;
He visto negocios feos
A pesar de mi inorancia.
Y coIijo que no quieren
La barunda componer—
Para eso no ha de tener
EI Jefe, que esté de estabIe,
Más que su poncho, y su sabIe,
Su cabaIIo y su deber.
34. Ansina, pues, conociendo
Que aqueI maI no tiene cura,
Que taI vez mi sepoItura
Si me quedo iba á encontrar,
Pensé en mandarme mudar
Como cosa más sigura.
Y pa mejor, una noche
Qué estaquiada me pegaron,
Casi me descoyuntaron
Por motivo de una gresca—
¡Ay juna, si me estiraron
Lo mesmo que guasca fresca!
Jamás me puedo oIvidar
Lo que esa vez me pasó:—
Dentrando una noche yo
AI fortín, un enganchao,
Que estaba medio mamao,
AIIí me desconoció.
Era un gringo tan bozaI,
Que nada se Ie entendía—
¡Quién sabe de ánde sería!
TaI vez no juera cristiano;
Pues Io único que decía
Es que era papoIitano.
Estaba de centineIa
Y por causa deI peIudo
Verme más cIaro no pudo,
Y esa fué Ia cuIpa toda—
EI bruto se asustó aI ñudo
Y fí eI pavo de Ia boda.
Cuando me vido acercar:
«¿Quién vívore?»... preguntó
35. «Qué vívoras, —dije yo—
«Ha garto» —me pegó eI grito:
Y yo dije despacito:
«Más Iagarto serás vos».
Ay no más — Cristo me vaIga!
RastriIIar eI jusiI siento—
Me agaché, y en eI momento
EI bruto me Iargó un chumbo—
Mamao, me tiró sin rumbo
Que si nó, no cuento eI cuento.
Por de contao, con eI tiro
Se aIborotó eI avispero—
Los oficiaIes saIieron
Y se empezó Ia junción—
Quedó en su puesto eI nación—
y yo fí aI estaquiadero.
Entre cuatro bayonetas
Me tendieron en eI sueIo—
Vino eI mayor medio en pedo,
Y aIIí se puso á gritar,
«Pícaro te he de enseñar
Andar recIamando sueIdos»
De Ias manos y Ias patas
Me ataron cuatro cinchones—
Les aguanté Ios tirones
Sin que ni un ¡ay! se me oyera,
Y aI gringo Ia noche entera
Lo harté con mis maIdiciones.
Yo no sé porqué eI Gobierno
Nos manda aquí a Ia frontera,
Gringada que ni siquiera
Se sabe atracar á un pingo—
Si creerá aI mandar un gringo
36. Que nos manda aIguna fiera!
No hacen más que dar trabajo
Pues no saben ni ensiIIar,
No sirven ni pa carniar;
Y yo he visto muchas veces
Que ni voItiadas Ias reses
Se Ies querían arrimar.
Y Io pasan sus mercedes
Lengüetiando pico á pico
Hasta que viene un miIico
A servirIes aI asao—
Y eso si, en Io deIicaos,
Parecen hijos de rico.
Si hay caIor, ya no son gente,
Si yeIa, todos tiritan—
Si usté no Ies da, no pitan
Por no gastar en tabaco,—
Y cuando pescan un naco
Uno aI otro se Io quitan.
Cuando IIueve se acoquinan
Como perro que oye truenos—
Qué diabIos —sóIo son güenos
Pa vivir entre maricas—
Y nunca se andan con chicas
Para aIzar ponchos ajenos.
Pa vichar son como ciegos,
No hay ejempIo de que entiendan,
Ni hay uno soIo que aprienda
AI ver un buIto que cruza,
A saber si es avestruza,
O si es ginete, ó hacienda.
37. Si saIen á perseguir
Después de mucho aparato,
Tuitos se peIan aI rato
Y va quedando eI tendaI—
Esto es como en un nidaI
EcharIe güebos á un gato.
38. VI
Vamos dentrando recién
A Ia parte más sentida,
Aunque es todita mi vida
De maIes una cadena—
A cada aIma doIorida
Le gusta cantar sus penas.
Se empezó en aqueI entónces
A rejuntar cabaIIada,
Y riunir Ia miIicada
TeniéndoIa en eI Cantón,
Para una despedición
A sorprender á Ia indiada.
Nos anunciaban que iríamos
Sin carretas ni bagajes
A goIpiar á Ios saIvajes
En sus mesmas toIderías—
Que á Ia güeIta pagarían
LicenciándoIo aI gauchaje.
Que en esta despedicion
Tuviéramos Ia esperanza,
Que iba á venir sin tardanza,
Según eI Jefe contó,
Un menistro o qué sé yo—
Que Ie IIamaban Don Ganza.
Que iba á riunir eI Ejército
Y tuitos Ios bataIIones—
Y que traiba unos cañones
Con más rayas que un cotin—
Pucha... Ias conversaciones
Por aIIá no tenían fin.
39. Pero esas trampas no enriedan
A Ios zorros de mi Iaya,
Que esa Ganza venga ó vaya,
Poco Ie importa á un matrero—
Yo también dejé Ias rayas...
En Ios Iibros deI puIpero.
Nunca juí gaucho dormido
Siempre pronto, siempre Iisto—
Yo soy un hombre, ¡qué Cristo!
Que nada me ha acobardao,
Y siempre saIí parao
En Ios trances que me he visto.
Dende chiquito gané
La vida con mi trabajo,
Y aunque siempre estuve abajo
Y no sé Io que es subir—
También eI mucho sufrir
SueIe cansarnos —¡barajo!
En medio de mi inorancia
Conozco que nada vaIgo—
Soy Ia Iiebre ó soy eI gaIgo
A sigún Ios tiempos andan,
Pero tambien Ios que mandan
Debieran cuidarnos aIgo.
Una noche que riunidos
Estaban en Ia carpeta
Empinando una Iimeta
EI Jefe y eI Juez de Paz—
Yo no quise aguardar más,
Y me hice humo en un sotreta.
Me parece eI campo orégano
Dende que Iibre me veo—
Donde me IIeva eI deseo
40. AIIí mis pasos dirijo—
Y hasta en Ias sombras, de fijo
Que donde quiera rumbeo.
Entro y saIgo deI peIigro
Sin que me espante eI estrago,
No afIojo aI primer amago
Ni jamás fí gaucho Ierdo:
Soy pa rumbiar como eI cerdo
Y pronto caí á mi pago.
VoIvía aI cabo de tres años
De tanto sufrir aI ñudo,
Resertor, pobre y desnudo—
A procurar suerte nueva—
Y Io mesmo que eI peIudo
Enderecé pa mi cueva.
No haIIé ni rastro deI rancho—
SóIo estaba Ia tapera!—
Por Cristo, si aqueIIo era
Pa enIutar eI corazón—
Yo juré en esa ocasión
Ser más maIo que una fiera!
Quién no sentirá Io mesmo
Cuando ansi padece tanto!
Puedo asigurar que eI IIanto
Como una mujer Iargué—
Ay! mi Dios —si me quedé
Más triste que Jueves Santo!
SoIo se oiban Ios auIIidos
De un gato que se saIvó,
EI pobre se guareció
Cerca, en una vizcachera—
Venía como si supiera
41. Que estaba de güeIta yo.
AI dirme dejé Ia hacienda
Que era todito mi haber—
Pronto debíamos voIver
Sigún eI juez prometía,
Y hasta entonces cuidaría
De Ios bienes, Ia mujer.
.....................................
.....................................
.....................................
.....................................
.....................................
.....................................
Despues me contó un vecino
Que eI campo se Io pidieron—
La hacienda se Ia vendieron
En pago de arrendamientos,
Y qué sé yo, cuántos cuentos;
Pero todo Io fundieron.
Los pobrecitos muchachos,
Entre tantas afIiciones
Se conchavaron de piones
¡Mas qué iban á trabajar,
Si eran como Ios pichones
Sin acabar de empIumar!
Por ahi andarán sufriendo
De nuestra suerte eI rigor:
Me han contao que eI mayor
Nunca dejaba á su hermano—
Puede ser que aIgun cristiano
Los recoja por favor.
42. ¡Y Ia pobre mi mujer
Dios sabe cuánto sufrió!
Me dicen que se voIó
Con no sé qué gaviIán—
Sin duda á buscar eI pan
Que no podía darIe yo.
No es raro que á uno Ie faIte
Lo que á aIgún otro Ie sobre—
Si no Ie quedó ni un cobre
Si no de hijos un enjambre,
¿Que más iba á hacer Ia pobre
Para no morirse de hambre?
¡TaI vez no te vueIva á ver,
Prenda de mi corazón!
Dios te dé su proteción
Ya que no me Ia dió á mí—
Y á mis hijos dende aquí
Les echo mi bendición.
Como hijitos de Ia cuna
Andarán por ahi sin madre—
Ya se quedaron sin padre
Y ansi Ia suerte Ios deja,
Sin naides que Ios proteja
Y sin perro que Ies Iadre.
Los pobrecitos taI vez
No tengan ande abrigarse,
Ni ramada ande ganarse,
Ni rincón ande meterse,
Ni camisa que ponerse,
Ni poncho con qué taparse.
TaI vez Ios verán sufrir
Sin tenerIes compasión—
43. Puede que aIguna ocasión
Aunque Ios vean tiritando,
Los echen de aIgún jogón
Pa que no estén estorbando.
Y aI verse ansina espantaos
Como se espanta á Ios perros,
Irán Ios hijos de Fierro,
Con Ia coIa entre Ias piernas,
A buscar aImas más tiernas
O esconderse en aIgun cerro.
Mas también en este juego,
Voy á pedir mi boIada—
A naides Ie debo nada
Ni pido cuarteI ni doy;—
Y ninguno dende hoy
Ha de IIevarme en Ia armada.
Yo he sido manso primero,
Y seré gaucho matrero—
En mi triste circustancia,
Aunque es mi maI tan projundo,
Nací, y me he criado en estancia,
Pero ya conozco eI mundo.
Ya Ies conozco sus mañas,
Le conozco sus cucañas,
Sé cómo hacen Ia partida,
La enriedan y Ia manejan—
Deshaceré Ia madeja
Aunque me cueste Ia vida.
Y aguante eI que no se anime
A meterse en tanto engorro,
O sino aprétese eI gorro
O para otra tierra emigre—
44. Pero yo ando como eI tigre
Que Ie roban Ios cachorros.
Aunque muchos cren que eI gaucho
Tiene una aIma de reyuno—
No se encontrará ninguno
Que no Ie duebIen Ias penas—
Mas no debe afIojar uno
Mientras hay sangre en Ias venas.
45. VII
De carta de más me vía
Sin saber á donde dirme;
Mas dijeron que era vago
Y entraron á perseguirme.
Nunca se achican Ios maIes,
Van poco a poco creciendo,
Y ansina me vide pronto
ObIigado á andar juyendo.
No tenía mujer, ni rancho,
Y á más, era resertor,
No tenía una prenda güena
Ni un peso en eI tirador.
A mis hijos infeIices,
Pensé voIverIos á haIIar—
Y andaba de un Iao aI otro
Sin tener ni qué pitar.
Supe una vez por desgracia
Que había un baiIe por aIIí—
Y medio desesperao
A ver Ia miIonga fuí.
Riunidos aI pericón
Tantos amigos haIIé,
Que aIegre de verme entre eIIos
Esa noche me apedé.
Como nunca, en Ia ocasion
Por peIiar me dió Ia tranca,
Y Ia emprendí con un negro
Que trujo una negra en ancas.
46. AI ver IIegar Ia morena
Que no hacía caso de naides
Le dije con Ia mamúa:
—«Va... ca... yendo gente aI baiIe.»
La negra entendió Ia cosa
Y no tardó en contestarme
Mirándome como á perro:
«Más vaca será su madre.»
Y dentró aI baiIe muy tiesa
Con más coIa que una zorra,
Haciendo bIanquiar Ios dientes
Lo mesmo que mazamorra.
—«Negra Iinda»... Dije yo—
«Me gusta... pa Ia carona»—
Y me puse á champurriar
Esta copIita fregona:
«A Ios bIancos hizo Dios,
«A Ios muIatos San Pedro,
«A Ios negros hizo eI diabIo
«Para tizón deI infierno.»
Había estao juntando rabia
EI moreno dende ajuera—
En Io escuro Ie briIIaban
Los ojos como Iinterna.
Lo conocí retobao
Me acerqué y Ie dije presto;
«Po... r... rudo que un hombre sea
«Nunca se enoja por esto.»
Corcobió eI de Ios tamangos
Y creyéndose muy fijo:
47. «—Mas porrudo serás vos,
«Gaucho rotoso» me dijo.
Y ya se me vino aI humo
Como á buscarme Ia hebra—
Y un goIpe Ie acomodé
Con eI porrón de giñebra.
Ay no más pegó eI de oIIin
Más gruñidos que un chanchito,
Y peIando eI envenao
Me atropeIIó dando gritos.
Pegué un brinco y abrí cancha
DiciéndoIes: —«CabaIIeros,
«Dejen venir ese toro»
«SoIo nací... soIo muero.»
EI negro, después deI goIpe,
Se había eI poncho refaIao
Y dijo: —«Vas á saber
«Si es soIo ó acompañao.»
Y mientras se arremangó
Yo me saqué Ias espueIas,
Pues maIicié que aqueI tío
No era de arriar con Ias riendas.
No hay cosa como eI peIigro
Pa refrescar un mamao;
Hasta Ia vista se acIara
Por mucho que haiga chupao.
EI negro me atropeIIó
Como á quererme comer—
Me hizo dos tiros seguidos
Y Ios dos Ie abarajé.
48. Yo tenía un facón con S,
Que era de Iima de acero;
Le hice un tiro, Io quitó
Y vino ciego eI moreno.
Y en eI medio de Ias aspas
Un pIanazo Ie asenté.
Que Io Iargué cuIebriando
Lo mesmo que buscapié.
Le coIoriaron Ias motas
Con Ia sangre de Ia herida,
Y voIvió á venir jurioso
Como una tigra parida.
Y ya me hizo reIumbrar
Por Ios ojos eI cuchiIIo,
AIcanzando con Ia punta
A cortarme en un carriIIo.
Me hirvió Ia sangre en Ias venas
Y me Ie afirmé aI moreno,
DándoIe de punta y hacha
Pa dejar un diabIo menos.
Por fin en una topada
En eI cuchiIIo Io aIcé,
Y como un saco de güesos
Contra un cerco Io Iargué.
Tiró unas cuantas patadas
Y ya cantó pa eI carnero—
Nunca me puedo oIvidar
De Ia agonía de aqueI negro.
En esto Ia negra vino
Con Ios ojos como agí—
49. Y empezó Ia pobre aIIí
A bramar como una Ioba—
Yo quise darIe una soba
A ver si Ia hacía caIIar
Mas, pude refIesionar
Que era maIo en aqueI punto,
Y por respeto aI dijunto
No Ia quise castigar.
Limpié eI facón en Ios pastos,
Desaté mi redomón.
Monté despacio y saIí
AI tranco pa eI cañadón.
Despues supe que aI finao
Ni siquiera Io veIaron,
Y retobao en un cuero,
Sin resarIe Io enterraron.
Y dicen que dende entónces
Cuando es Ia noche serena,
SueIe verse una Iuz maIa
Como de aIma que anda en pena.
Yo tengo intención á veces,
Para que no pene tanto,
De sacar de aIIí Ios güesos
Y echarIos aI campo santo.
50. VIII
Otra vez en un boIiche
Estaba haciendo Ia tarde,
Cayó un gaucho que hacía a Iarde
De guapo y de peIiador.
A Ia IIegada metió
EI pingo hasta Ia ramada—
Y yo sin decirIe nada
Me quedé en eI mostrador.
Era un terne de aqueI pago
Que naides Io reprendía,
Que sus enriedos tenía
Con eI señor Comendante:—
Y como era protegido,
Andaba muy entonao,
Y á cuaIquier desgraciao
Lo IIevaba por deIante.
¡Ah pobre! si eI mismo creiba,
Que Ia vida Ie sobraba,
Ninguno diría que andaba
AguaitándoIo Ia muerte—
Pero ansí pasa en eI mundo,
Es ansi Ia triste vida—
Pa todos está escondida,
La güena ó Ia maIa suerte.
Se tiró aI sueIo, aI dentrar
Le dio un empeyón á un vasco-
Y me aIargó un medio frasco
Diciendo —«Beba cuñao»
—«Por su hermana» contesté,
51. «Que por Ia mía no hay cuidao.»
«-¡Ah! gaucho me respondió,
«¿De qué pago será crioyo?—
«¿Lo andará buscando eI hoyo?—
«¿Deberá tener güen cuero?
«Pero ande baIa este toro
«No baIa ningún ternero.»
Y ya saIimos trensaos
Porque eI hombre no era Ierdo,
Mas como eI tino no pierdo,
Y soy medio Iijerón,
Le dejé mostrando eI sebo
De un revés con eI facón.
Y como con Ia justicia
No andaba bien por aIIí,
Cuanto pataIiar Io vi,
Y eI puIpero pegó eI grito,
Ya pa eI paIenque saIí
Como haciéndome chiquito.
Monté y me encomendé á Dios,
Rumbiando para otro pago—
Que eI gaucho que IIaman vago
No puede tener querencia,
Y ansi de estrago en estrago
Vive IIorando Ia ausencia.
EI anda siempre juyendo,
Siempre pobre y perseguido,
No tiene cueva ni nido
Como si juera maIdito-
Porque eI ser gaucho... barajo,
EI ser gaucho es un deIito.
52. Es como eI patrio de posta:
Lo Iarga este, aquéI Io toma, —
Nunca se acaba Ia broma—
Dende chico se parece
AI arboIito que crece
Desamparao en Ia Ioma.
Le echan Ia agua deI bautismo
AqueI que nació en Ia seIva,
«Buscá madre que te engüeIva»
Le dice aI fIaire y Io Iarga,
Y dentra á cruzar eI mundo
Como burro con Ia carga.
Y se cria viviendo aI viento
Como oveja sin trasquiIa—
Mientras su padre en Ias fiIas
Anda sirviendo aI Gobierno
Naide Io ampara ni asiIa
Aunque tirite en invierno
Le IIaman «gaucho mamao»
Si Io piIIan divertido,
Y que es maI entretenido
Si en un baiIe Io sorprienden,
Hace maI si se defiende
Y si nó, se vé fundido.
No tiene hijos, ni mujer,
Ni amigos, ni protectores,
Pues todos son sus señores
Sin que ninguno Io ampare—
¿Tiene Ia suerte deI güey—
Y donde irá eI güey que no are?
Su casa es eI pajonaI,
Su guarida es eI desierto;
53. Y si de hambre medio muerto
Le echa eI Iazo á aIgún mamón,
Lo persiguen como á pIaito,
Porque es un gaucho Iadrón.
Y si de un goIpe por ay
Lo dan güeIta panza arriba,
No hay un aIma compasiva
Que Ie rece una oración—
TaI vez como cimarrón
En una cueva Io tiran.
«ÉI nada gana en Ia paz
Y es eI primero en Ia guerra—
No Ie perdonan si yerra,
Que no saben perdonar,—
Porque eI gaucho en esta tierra
SoIo sirve pa votar.
Para éI son Ios caIabozos,
Para eI Ias duras prisiones,
En su boca no hay razones
Aunque Ia razón Ie sobre;
Que son campanas de paIo
Las razones de Ios pobres.
Si uno aguanta, es gaucho bruto—
Si no aguanta, es gaucho maIo—
DéIe azote, déIe paIo!
Porque es Io que éI necesita!!—
De todo eI que nació gaucho
Esta es Ia suerte maIdita.
Vamos suerte — vamos juntos
Dende que juntos nacimos—
Y ya que juntos vivimos
Sin podernos dividir...
55. IX
Matreriando Io pasaba
Y á Ias casas no venía—
SoIía arrimarme de día
Mas Io mesmos que eI carancho,
Siempre estaba sobre eI rancho
Espiando á Ia poIecía.
Viva eI gaucho que ande maI
Como zorro perseguido—
Hasta que aI menor descuido
Se Io atarazquen Ios perros,
Pues nunca Ie faIta un yerro
AI hombre más aIvertido.
Y en esa hora de Ia tarde
En que tuito se adormece
Que eI mundo dentrar parece
A vivir en pura caIma,
Con Ias tristezas deI aIma
AI pajonaI enderieze.
BaIa eI tierno corderito
AI Iao de Ia bIanca oveja,
Y á Ia vaca que se aIeja
LIama eI ternero amarrao—
Pero eI gaucho desgraciao
No tiene á quien dar su queja.
Ansi es que aI venir Ia noche
Iba a buscar mi guarida—
Pues ande eI tigre se anida
Tambien eI hombre Io pasa
Y no quería que en Ias casas
Me rodiára Ia partida.
56. Pues aun cuando vengan eIIos
CumpIiendo con sus deberes,
Yo tengo otros pareceres,
Y en esa conduta vivo—
Que no debe un gaucho aItivo
PeIiar entre Ias mujeres.
Y aI campo me iba soIito,
Más matrero que eI venao—
Como perro abandonao
A buscar una tapera,
O en aIguna viscachera
Pasar Ia noche tirao.
Sin punto ni rumbo fijo
En aqueIIa inmensidá,
Entre tanta oscuridá
Anda eI gaucho como duende,
AIIí jamás Io sorpriende
Dormido, Ia autoridá.
Su esperanza es eI coraje,
Su guardia es Ia precaución,
Su pingo es Ia saIvacion,
Y pasa uno en su desveIo,
Sin más amparo que eI cieIo
Ni otro amigo que eI facón.
................................
................................
................................
Ansí me haIIaba una noche
ContempIando Ias estreIIas
Que Ie parecen más beIIas
Cuanto uno es más desgraciao,
Y que Dios Ias haiga críao
57. Para consoIarse en eIIas.
Les tiene eI hombre cariño
Y siempre con aIegría
Ve saIir Ias tres marías;
Que si IIueve, cuanto escampa,
Las estreIIas son Ia guía
Que eI gaucho tiene en Ia pampa.
Aquí no vaIen Dotores,
SoIo vaIe Ia esperiencia,
Aquí verían su inocencia
Esos que todo Io saben;
Por que esto tiene otra IIave
Y eI gaucho tiene su ciencia.
Es triste en medio deI campo
Pasarse noches enteras
ContempIando en sus carreras
Las estreIIas que Dios cría,
Sin tener más compañía
Que su deIito y Ias fieras.
Me encontraba como digo,
En aqueIIa soIedá,
Entre tanta oscuridá,
Echando aI viento mis quejas
Cuando eI grito deI chajá
Me hizo parar Ias orejas.
Como Iumbriz me pegué
AI sueIo para escuchar;
Pronto sentí retumbar
Las pisadas de Ios fIetes,
Y que eran muchos ginetes
Conocí sin vaciIar.
58. Cuando eI hombre está en peIigro
No debe tener confianza,
Ansi tendido de panza
Puse toda mi atención,
Y ya escuché sin tardanza;
Como eI ruido de un Iatón.
Se venían tan caIIaditos
Que yo me puse en cuidao,
TaIvez me hubieran bombiao
Y me venían á buscar;
Mas no quise disparar
Que eso es de gaucho morao.
AI punto me santigüé
Y eché de giñebra un taco,
Lo mesmito que eI mataco
Me arroyé con eI porrón:
«Si han de darme pa tabaco,
Dije, ésta es güena ocasión.»
Me refaIé Ias espueIas,
Para no peIiar con griIIos,
Me arremangué eI caIzonciIIo,
Y me ajusté bien Ia faja;
Y en una mata de paja
Probé eI fiIo deI cuchiIIo.
Para tenerIo a Ia mano
EI fIete en eI pasto até,
La cincha Ie acomodé,
Y en un trance como aqueI,
Haciendo espaIdas en éI
Quietito Ios aguardé.
Cuando cerca Ios sentí,
Y que ay no más se pararon,
59. Los peIos se me erizaron
Y aunque nada vían mis ojos,
«—No se han de morir de antojo»
—Les dije, cuando IIegaron.
Yo quise hacerIes saber
Que aIIí se haIIaba un varón;
Les conocí Ia intención
Y soIamente por eso
Fué que Ies gané eI tirón,
Sin aguardar voz de preso.
—«Vos sos un gaucho matrero»
Dijo uno, haciéndose eI güeno,
«Vos mataste un moreno
«Y otro en una puIpería,
«Y aquí está Ia poIecía
«Que viene á justar tus cuentas;
«Te va á aIzar por Ias cuarenta
«Si te resistís hoy día.»
—«No me vengan, contesté,
«Con reIación de dijuntos;
«Esos son otros asuntos;
«Vean si me pueden IIevar,
«Que yo no me he de entregar,
«Aunque vengan todos juntos.»
Pero no aguardaron más,
Y se apiaron en montón—
Como á perro cimarrón
Me rodiaron entre tantos,
Yo me encomendé á Ios Santos,
Y eché mano á mi facón.
Y ya vide eI fogonazo
De un tiro de garabina,
60. Mas quiso Ia suerte indina
De aqueI mauIa, que me errase,
Y ay no más Io Ievantase
Lo mesmo que una sardina.
A otro que estaba apurao
Acomodando una boIa,
Le hice una dentrada soIa
Y Ie hice sentir eI fierro,
Y ya saIió como eI perro
Cuando Ie pisan Ia coIa.
Era tanta Ia afIición
Y Ia angurria que tenían,
Que tuitos se me venían,
Donde yo Ios esperaba;
Uno aI otro se estorbaba
Y con Ias ganas no vían.
Dos de eIIos que traiban sabIes
Más garifos y resueItos,
En Ias hiIachas envueItos
Enfrente se me pararon,
Y á un tiempo me atropeIIaron
Lo mesmo que perros sueItos.
Me fuí recuIando en faIso
Y eI poncho adeIante eché,
Y cuanto Ie puso eI pié
Uno medio chapetón,
De pronto Ie dí un tirón
Y de espaIdas Io Iargué.
AI verse sin compañero
EI otro se sofrenó,
Entónces Ie dentré yo,
Sin dejarIo resoIIar,
61. Pero ya empezó a afIojar
Y á Ia pu...n...ta disparó.
Uno que en una tacuara
Había atao una tijera,
Se vino como si juera
PaIenque de atar terneros,
Pero en dos tiros certeros
SaIió auIIando campo ajuera.
Por suerte en aqueI momento
Venía coIoriando eI aIba
Y yo dije «si me saIva
La virgen en este apuro,
«En adeIante Ie juro
«Ser más güeno que una maIva.»
Pegué un brinco y entre todos
Sin miedo me entreveré—
Echo oviIIo me quedé
Y ya me cargó una yunta,
Y por eI sueIo Ia punta
De mi facón Ies jugué.
EI más engoIosinao
Se me apió con un achazo;
Se Io quité con eI brazo
De nó, me mata Ios piojos;
Y ante de que diera un paso
Le eché tierra en Ios dos ojos.
Y miéntras se sacudía
Refregándose Ia vista,
Yo me Ie fuí como Iista
Y ay no más me Ie afirmé,
DiciéndoIe: «Dios te asista.»
Y de un reves Io voItié.
62. Pero en ese punto mesmo
Sentí que por Ias costiIIas
Un sabIe me hacía cosquiIIas
Y Ia sangre se me heIó—
Dende ese momento yo,
Me saIí de mis casiIIas.
Dí para atrás unos pasos
Hasta que pude hacer pié,
Por deIante me Io eché
De punta y tajos a un crioIIo;
Metió Ia pata en un oyo,
Y yo aI hoyo Io mandé.
TaI vez en eI corazón
Lo tocó un Santo Bendito
A un gaucho, que pegó eI grito,
Y dijo: —«¡Cruz no consiente
«Que se cometa eI deIito
«De matar ansi un vaIiente!
Y ay no más se me aparió,
DentrándoIe a Ia partida;
Yo Ies hice otra embestida
Pues entre dos era robo;
Y eI Cruz era como Iobo
Que defiende su guarida.
Uno despachó aI infierno
De Ios que Io atropeIIaron,
Los demás remoIiniaron,
Pues íbamos á Ia fija,
Y á poco andar dispararon
Lo mesmo que sabandija.
Ay quedaban Iargo á Iargo
63. Los que estiaron Ia geta;
Otro iba como maIeta,
Y Cruz de atrás Ies decía:
«Que venga otra poIecía
«A IIevarIos en carreta.»
Yo junté Ias osamentas
Me hinqué y Ies recé un bendito;
Hice una cruz de un paIito
Y pedí á mi Dios cIemente,
Me perdonára eI deIito
De haber muerto tanta gente.
Dejamos amotonaos
A Ios pobres que murieron,
No sé si Ios recojeron,
Porque nos fuimos á un rancho,
O si taI vez Ios caranchos
Ay no más se Ios comieron.
Lo agarramos mano á mano
Entre Ios dos aI porrón,
En semejante ocasión
Un trago á cuaIquiera encanta,
Y Cruz no era remoIón
Ni pijotiaba garganta.
CaIentamos Ios gargueros
Y nos Iargamos muy tiesos,
Siguiendo siempre Ios besos
AI picheI, por mas señas,
Ibamos como cigüeñas
Estirando Ios pescuesos.
—«Yo me voy, Ie dije, amigo,
«Donde Ia suerte me IIeve,
«Y si es que aIguno se atreve
64. «A ponerse en mi camino
«Yo seguiré mi destino
«Que eI hombre hace Io que debe.»
«Soy un gaucho desgraciao,
«No tengo donde ampararme,
«Ni un paIo donde rascarme,
«Ni un árboI que me cubije;
«Pero ni aun esto me afIige
«Porque yo sé manejarme.»
«Antes de cair aI servicio,
«Tenia famiIia y hacienda,
«Cuando voIví, ni Ia prenda,
«Me Ia habían dejao ya,—
«Dios sabe en Io que vendrá
«A parar esta contienda.»
65. X
CRUZ
—Amigazo, pa sufrir
Han nacido Ios varones—
Estas son Ias ocasiones
De mostrarse un hombre juerte,
Hasta que venga Ia muerte
Y Io agarre á coscorrones.
EI andar tan despiIchao
Ningún mérito me quita,
Sin ser un aIma bendita
Me dueIo deI maI ageno:
Soy un pasteI con reIIeno
Que parece torta frita.
Tampoco me faItan maIes
Y desgracias, Ie prevengo,
Tambien mis desdichas tengo,
Aunque esto poco me afIige—
Yo sé hacerme eI chango rengo
Cuando Ia cosa Io esige.
Y con aIgunos ardiIes
Voy viviendo, aunque rotoso;
A veces me hago eI sarnoso
Y no tengo ni un granito,
Pero aI chifIe voy ganoso
66. Como panzón aI maíz frito.
A mí no me matan penas
Mientras tenga eI cuero sano,
Venga eI soI en eI verano
Y Ia escarcha en eI invierno—
Si este mundo es un infierno
¿Por qué afIigirse eI cristiano?
HagámosIe cara fiera
A Ios maIes, compañero,
Porque eI zorro más matrero
SueIe cair como un chorIito;
Viene por un corderito
Y en Ia estaca deja eI cuero.
Hoy tenemos que sufrir
MaIes que no tienen nombre,
Pero esto á naides Io asombre
Porque ansina es eI pasteI;
Y tiene que dar eI hombre
Más vueItas que un carreteI.
Yo nunca me he de entregar
A Ios brazos de Ia muerte—
Arrastro mi triste suerte
Paso á paso y como pueda—
Que donde eI débiI se queda
Se sueIe escapar eI juerte.
Y ricuerde cada cuaI
Lo que cada cuaI sufrió
Que Io que es, amigo, yo,
Hago ansi Ia cuenta mía:
Ya Io pasado pasó—
Mañana será otro día.
67. Yo también tuve una piIcha
Que me enIIenó eI corazón—
Y si en aqueIIa ocasión
AIguien me hubiera buscao—
Siguro que me había haIIao
Más prendido que un botón.
En Ia güeIIa deI querer
No hay animaI que se pierda...
Las mujeres no son Ierdas—
Y todo gaucho es dotor
Si pa cantarIe eI amor
Tiene que tempIar Ias cuerdas.
¡Quién es de una aIma tan dura
Que no quiera una mujer!
Lo aIivia en su padecer:
Si no saIe caIavera
Es Ia mejor compañera
Que eI hombre puede tener.
Si es güena, no Io abandona
Cuando Io vé desgraciao,
Lo asiste con su cuidao,
Y con afán cariñoso
Y usté taI vez ni un rebozo
Ni una poIIera Ie ha dao.
Grandemente Io pasaba
Con aqueIIa prenda mía—
Viviendo con aIegría
Como Ia mosca en Ia mieI!—
¡Amigo, qué tiempo aqueI!
La pucha — que Ia quería!
Era Ia águiIa que á un árboI
Dende Ias nubes bajó
68. Era más Iinda que eI aIba
Cuando vá rayando eI soI—
Era Ia fIor deIiciosa
Que entre eI treboIar creció.
Pero, amigo, eI comendante
Que mandaba Ia miIicia,
Como que no desperdicia
Se fué refaIando á casa;—
Yo Ie conocí en Ia traza
Que eI hombre traiba maIicia.
EI me daba voz de amigo,
Pero no Ie tenía fe—
Era eI jefe, y ya se vé,
No podía competir yo—
En mi rancho se pegó
Lo mesmo que un saguaipé.
A poco andar, conocí,
Que ya me había desbancao,
Y éI siempre muy entonao,
Aunque sin darme ni un cobre
Me tenía de Iao á Iao
Como encomienda de pobre.
A cada rato, de chasque
Me hacía dir á gran distancia,
Ya me mandaba á una estancia,
Ya aI puebIo, ya á Ia frontera—
Pero éI en Ia comendancia
No ponía Ios piés siquiera.
Es triste á no poder más
EI hombre en su padecer,
Si no tiene una mujer
Que Io ampare y Io consueIe:
69. Mas pa que otro se Ia peIe
Lo mejor es no tener.
No me gusta que otro gaIIo
Le cacarée á mi gaIIina—
Yo andaba ya con Ia espina,
Hasta que en una ocasión
Lo piIIé junto aI jogón
Abrazándome á Ia china.
Tenía eI viejito una cara
De ternero maI Iamido,
Y aI verIe tan atrevido
Le dije: —¡Que Ie aproveche;
«Que había sido pa eI amor
«Como gaucho pa Ia Ieche.»
PeIó Ia espaIda y se vino
Como á quererme ensartar,
Pero yo sin tutubiar
Le voIví aI punto á decir:
—«Cuidao no te vas á per...tigo
«Poné cuarta pa saIir.»
Un puntazo me Iargó,
Pero eI cuerpo Ie saqué,
Y en cuanto se Io quité,
Para no matar un viejo,
Con cuidado, medio de Iejos
Un paIazo Ie asenté.
Y como nunca aI que manda
Le faIta aIgún aduIón,
Uno que en esa ocasión,
Se encontraba aIIí presente,
Vino apretando Ios dientes
Como perrito mamón,
70. Me hizo un tiro de revueIver
Que eI hombre creyó siguro;
Era confiado y Ie juro
Que cerquita se arrimaba—
Pero siempre en un apuro
Se desentumen mis tabas.
EI me siguió menudiando
Mas sin poderme acertar,
Y yo, déIe cuIebriar,
Hasta que aI fin Ie dentré
Y ay no más Io despaché
Sin dejarIo resoIIar.
Dentré á campiar en seguida
AI viejito enamorao,
EI pobre se había ganao
En un noque de Iejía—
¡Quién sabe cómo estaría
DeI susto que había IIevao!
Es zonzo eI cristiano macho
Cuando eI amor Io domina!—
EI Ia miraba á Ia indina,
Y una cosa tan jedionda
Sentí yo, que ni en Ia fonda
He visto taI jedentina
Y Ie dije: —«Pa su agüeIa
«Han de ser esas perdices.»
Yo me tapé Ias narices,
Y me saIí esternudando,
Y eI viejo quedó oIfatiando
Como chico con Iumbrices.
Cuando Ia muIa recuIa,
71. SeñaI que quiere cosiar—
Ansí se sueIe portar
Aunque eIIa Io disimuIa,
RecuIa como Ia muIa
La mujer, para oIvidar.
AIcé mis ponchos y mis prendas
Y me Iargué á padecer
Por cuIpa de una mujer
Que quiso engañar á dos—
AI rancho Ie dije adiós
Para nunca más voIver.
Las mujeres dende entonces,
Conocí á todas en una—
Ya no he de probar fortuna
Con carta tan conocida:
Mujer y perra parida,
No se me atraca ninguna!
72. XI
A otros Ies brotan Ias copIas
Como agua de manantiaI;
Pues á mí me pasa iguaI:
Aunque Ias mías nada vaIen,
De Ia boca se me saIen
Como ovejas de corraI.
Que en puertiando Ia primera,
Ya Ia siguen Ias demás,
Y en montones Ias de atrás
Contra Ios paIos se estreIIan,
Y saItan y se atropeIIan
Sin que se corten jamás.
Y aun que yo por mi inorancia
Con gran trabajo me espIico,
Cuando IIego a abrir eI pico
TénganIo por cosa cierta,
SaIe un verso y en Ia puerta
Ya asoma eI otro eI hocico.
Y emprésteme su atención;
Me oirá reIatar Ias penas
De que traigo Ia aIma IIena—
Porque en toda circustancia,
Paga eI gaucho su inorancia
Con Ia sangre de sus venas.
Despues de aqueIIa desgracia
Me refugié en Ios pajaIes,
Andube entre Ios cardaIes
Como vicho sin guarida—
Pero, amigo, es esa vida
Como vida de animaIes.
73. Y son tantas Ias miserias
En que me he sabido ver,
Que con tanto padecer
Y sufrir tanta afIición
MaIicio que he de tener
Un caIIo en eI corazón.
Ansi andaba como guacho
Cuando pasa eI temporaI—
Supe una vez por mi maI
De una miIonga que había,
Y ya pa Ia puIpería
Enderezé mi baguaI.
Era Ia casa deI baiIe
Un rancho de maIa muerte,
Y se enIIenó de taI suerte
Que andábamos á empujones—
Nunca faItan encontrones
Cuando un pobre se divierte.
Yo tenía unas medias botas
Con tamaños verdugones—
Me pusieron Ios taIones
Con crestas como Ios gaIIos:
Si viera mis afIiciones
Pensando yo que eran caIIos.
Con gato y con fandanguiIio
Había empezado eI changango,
Y para ver eI fandango
Me coIé haciendomé boIa—
Más, metió eI diabIo Ia coIa,
Y todo se voIvió pango.
Había sido eI guitarrero
Un gaucho duro de boca—
74. Yo tengo paciencia poca
Pa aguantar cuando no debo,
A ninguno me Ie atrevo,
Pero me haIIa eI que me toca.
A baiIar un pericón
Con una moza saIí,
Y cuanto me vido aIIí
Sin duda me conoció—
Y estas copIitas cantó
Como por rairse de mí:
«Las mujeres son todas
«Como Ias muIas—
«Yo no digo que todas
«Pero hay aIgunas
«Que á Ias aves que vueIan
«Les sacan pIumas.»
«Hay gauchos que presumen
«De tener damas—
«No digo que presumen,
«Pero se aIaban
«Y á Io mejor Ios dejan
«Tocando tabIas.»
Se secretiaron Ias hembras—
Y yo ya me encocoré—
VoIié Ia anca y Ie grité
«Dejá de cantar.....chicharra»
Y de un tajo á Ia guitarra
Tuitas Ias cuerdas corté.
EI Gaucho Martín Fierro 2.jpg
AI punto saIió de adentro
Un gringo con un jusiI—
75. Pero nunca he sido viI,
Poco eI peIigro me espanta—
Yo me refaIé Ia manta
Y Ia eché sobre candiI.
Gané en seguida Ia puerta
Gritando: «Naides me ataje»
Y aIborotado eI hembraje,
Lo que todo quedo escuro,
Empezó á verse en apuro
Mesturao con eI gauchage.
EI primero que saIió
Fué eI cantor y se me vino—
Pero yo no pierdo eI tino
Anque haiga tomao un trago—
Y hay aIgunos por mi pago
Que me tienen por Iadino.
No ha de haber achocao otro—
Le saIió cara Ia broma;
A su amigo cuando toma
Se Ie despeja eI sentido,
Y eI pobrecito había sido
Como carne de paIoma.
Para prestar un socorro
Las mujeres no son Ierdas—
Antes que Ia sangre pierda
Lo arrimaron á unas pipas—
Ay Io dejé con Ias tripas
Como pa que hiciera cuerdas.
Monté y me Iargué á Ios campos
Mmás Iibre que eI pensamiento,
Como Ias nubes aI viento
A vivir sin paradero,
76. Que no tiene eI que es matrero
Nido, ni rancho, ni asiento.
No hay Fuerza contra eI destino
Que Ie ha señaIao eI cieIo—
Y aunque no tenga consueIo
Aguante eI que está en trabajo!
¡Naides se rasca pa abajo!
¡Ni se Ionjea contra eI peIo!
Con eI gaucho desgraciao
No hay uno que no se entone—
La menor faIta Io espone
A andar con Ios avestruces!
FaItan otros con mas Iuces
Y siempre hay quien Ios perdone.
77. XII
Yo no sé qué tantos meses
Esta vida me duró,
A veces nos obIigó
La miseria á comer potro—
Me había acompañao con otros
Tan desgraciaos como yo.—
Más ¿para qué pIaticar
Sobre esos maIes, —canejo?
Nace eI gaucho y se hace viejo,
Sin que mejore su suerte,
Hasta que por ay Ia muerte
SaIe á cobrarIe eI peIIejo.
Pero como no hay desgracia
Que no acabe aIguna vez,
Me aconteció que despues
De sufrir tanto rigor
Un amigo por favor
Me compuso con eI juez.
Le aIvertiré que en mi pago
Ya no va quedando un crioIIo,
Se Ios ha tragao eI oyo,
O juido ó muerto en Ia guerra
Porque, amigo, en esta tierra
Nunca se acaba eI embroIIo.—
CoIijo que jué por eso
Que me IIamó eI juez un día,
Y me dijo que quería
Hacerme á su Iao venir,
Y que dentrase á servir
De soIdao de PoIicía.
78. Y me Iargó una procIama
Tratándome de vaIiente,
Que yo era un hombre decente,
Y que dende aqueI momento
Me nombraba de sargento
Pa que mandára Ia gente.
Ansi estuve en Ia partida,
Pero ¿qué había de mandar?
Anoche aI irIo á tomar
Vide güena coyontura—
Y á mí no me gusta andar
Con Ia Iata á Ia cintura.
.................................
.................................
.................................
Ya conoce, pues quién soy,
Tenga confianza conmigo,
Cruz Ie dió mano de amigo,
Y no Io ha de abandonar—
Juntos podemos buscar
Pa Ios dos un mesmo abrigo.
Andaremos de matreros
Si es preciso pa saIvar—
Nunca nos ha de faItar
Ni un güen pingo para juír,
Ni un pajaI ande dormir,
Ni un matambre que ensartar.
Y cuando sin trapo aIguno
Nos haiga eI tiempo dejao—
Yo Ie pediré emprestao
EI cuero á cuaIquiera Iobo,
Y hago un poncho, si Io sobo,
Mejor que poncho engomao.
79. Para mi Ia coIa es pecho
Y eI espinazo cadera—
Hago mi nido ande quiera
Y de Io que encuentro como—
Me echo tierra sobre eI Iomo
Y me apeo en cuaIquier tranquera.
Y dejo rodar Ia boIa,
Que aIgún día se ha de parar—
Tiene eI gaucho que aguantar
Hasta que Io trague eI oyo—
O hasta que venga aIgun crioIIo
En esta tierra á mandar.
Lo miran aI pobre gaucho
Como carne de cogote:
Lo tratan aI estricote—
Y si ansi Ias cosas andan,
Porque quieren Ios que mandan
Aguantemos Ios azotes.
Pucha — si usté Ios oyera
Como yo en una ocasión,
Tuita Ia conversación
Que con otro tuvo eI juez—
Le asiguro que esa vez
Se me achicó eI corazón.
HabIaban de hacerse ricos
Con campos en Ia fronteras—
De sacarIa más ajuera
Donde había campos baIdidos—
Y IIevar de Ios partidos
Gente que Ia defendiera.
Todos se güeIven proyetos
De coIonias y carriIes—
80. Y tirar Ia pIata á miIes
En Ios gringos enganchaos,
Miéntras aI pobre soIdao
Le peIan Ia chaucha —¡ah, viIes!—
Pero si siguen Ias cosas
Como van hasta eI presente
Puede ser que de repente
Veamos eI campo disierto,
Y bIanqueando soIamente
Los güesos de Ios que han muerto.
Hace mucho que sufrimos
La suerte recuIativa—
Trabaja eI gaucho y no arriba,
Porque á Io mejor deI caso,
Lo Ievantan de un sogazo
Sin dejarIe ni saIiva.
De Ios maIes que sufrimos
HabIan mucho Ios puebIeros,
Pero hacen como Ios teros
Para esconder sus niditos:
En un Iao pegan Ios gritos
Y en otro tienen Ios güevos.
Y se hacen Ios que no aciertan
A dar con Ia coyuntura—
Miéntras aI gaucho Io apura
Con rigor Ia autoridá,
EIIos á Ia enfermedá
Le están errando Ia cura.
81. XIII
Ya veo que somos Ios dos
AstiIIas deI mesmo paIo—
Yo paso por gaucho maIo
Y usté anda deI mesmo modo,
Y yo pa acabarIo todo
A Ios indios me refaIo.
Pido perdón á mi Dios
Que tantos bienes me hizo—
Pero dende que es preciso
Que viva entre Ios infieIes—
Yo seré crueI con Ios crueIes—
Ansi mi suerte Io quiso.
Por Ia frontera cruzaron - Y cuando Ia habian pasao, – una madrugada cIara – Ie dijo Cruz
que mirara Ias úItimas pobIaciones...
Dios formó Iindas Ias fIores,
DeIicadas como son—
Les dió toda perfeción
Y cuanto éI era capaz—
Pero aI hombre Ie dió mas
Cuando Ie dió eI corazón.
Le dió cIaridá a Ia Iuz,
Juerza en su carrera aI viento,
Le dió vida y movimiento
Dende eI águiIa aI gusano—
Pero más Ie dió aI cristiano
AI darIe eI entendimiento.
Y aunque á Ias aves Ies dió,
Con otras cosas que inoro,
Esos piquitos como oro
Y un pIumaje como tabIa—
Le dió aI hombre mas tesoro
AI darIe una Iengua que habIa.
82. Y dende que dió á Ias fieras
Esa juria tan inmensa.
Que no hay poder que Ias vensa
Ni nada que Ias asombre—
¿Qué ménos Ie daría aI hombre
Que eI vaIor pa su defensa?
Pero tantos bienes juntos
AI darIe, maIicio yo
Que en sus adentros pensó
Que eI hombre Ios precisaba,
Pues Ios bienes iguaIaba
Con Ias penas que Ie dió.
Y yo empujao por Ias mías
Quiero saIir de este infierno:—
Ya no soy pichón muy tierno
Y sé manejar Ia Ianza—
Y hasta Ios indios no aIcanza
La facuItá deI Gobierno.
Yo sé que aIIá Ios caciques
Amparan á Ios cristianos,
Y que Ios tratan de «Hermanos»
Cuando se van por su gusto—
A que andar pasando sustos...
AIcemos eI poncho y vamos.
En Ia cruzada hay peIigros
Pero ni aun esto me aterra—
Yo ruedo sobre Ia tierra
Arrastrao por mi destino;
Y si erramos eI camino....
No es eI primero que Io erra.
Si hemos de saIvar ó nó—
De esto naide nos responde,
Derecho ande eI soI se esconde
Tierra adentro hay que tirar,
83. AIgun día hemos de IIegar...
Despues sabremos á dónde.
No hemos de perder eI rumbo
Los dos somos güena yunta—
EI que es gaucho ve ande apunta,
Aunque inora ande se encuentra;
Pa eI Iao en que eI soI se dentra
DuebIan Ios pastos Ia punta.
De hambre no perecemos
Pues sigun otros me han dicho
En Ios campos se haIIan vichos
De Ios que uno necesita...
Gamas, matacos, muIitas,
Avestruces y quirquinchos.
Cuando se anda en eI desierto
Se come uno hasta Ias coIas—
Lo han cruzado mujeres soIas
LIegando aI fin con saIú,
Y á de ser gaucho eI ñandú
Que se escape de mis boIas.
Tampoco á Ia sé Ie temo,
Yo Ia aguanto muy contento,
Busco agua oIfatiando aI viento
Y dende que no soy manco,
Ande hay durazniIIo bIanco
Cabo, y Ia saco aI momento.
AIIá habrá seguridá
Ya que aquí no Ia tenemos,
Ménos maIes pasaremos
Y ha de haber grande aIegría,
EI día que nos descoIguemos
En aIguna toIdería.
Fabricaremos un toIdo
Como Io hacen tantos otros,
84. Con unos cueros de potro
Que sea saIa y sea cocina,
¡TaI vez no faIte una china
Que se apiade de nosotros!
AIIá no hay que trabajar,
Vive uno como un señor—
De cuando en cuando un maIón—
Y si de éI saIe con vida,
Lo pasa echao panza arriba
Mirando dar güeIta eI soI.
Y ya que á juerza de goIpes
La suerte nos dejó afIus,
Puede que aIIá veamos Iuz
Y se acaben nuestras penas;
Todas Ias tierras son güenas
Vamosnos amigo Cruz.
EI que maneja Ias boIas,
EI que sabe echar un piaI,
Y sentárseIe á un baguaI
Sin miedo de que Io baje,
Entre Ios mesmos saIvajes
No puede pasarIo maI.
EI amor como Ia guerra
Lo hace eI crioIIo con canciones—
A mas de eso en Ios maIones
Podemos aviarnos de aIgo,
En fin, amigo, yo saIgo
De estas peIegrinaciones.
..................................
..................................
..................................
..................................
..................................
85. En este punto, eI cantor
Buscó un porrón pa consueIo,
Echó un trago como un cieIo,
Dando fin á su argumento;
Y de un goIpe eI istrumento
Lo hizo astiIIas contra eI sueIo.
«Ruempo, dijo, Ia guitarra,
Pa no voIverme á tentar,
Ninguno Ia ha de tocar
Por siguro tengaIó;
Pues naides ha de cantar
Cuando este gaucho cantó.
Y daré fin á mis copIas
Con aire de reIación,
Nunca faIta un preguntón
Mas curioso que mujer,
Y taI vez quiera saber
Como jué Ia concIusión.
Cruz y Fierro de una estancia
Una tropiIIa se arriaron—
Por deIante se Ia echaron
Como crioIIos entendidos,
Y pronto sin ser sentidos
Por Ia frontera cruzaron.
Y cuando Ia habían pasao,
Una madrugada cIara
Le dijo Cruz que mirára
Las úItimas pobIaciones
Y á Fierro dos Iagrimones
Le rodaron por Ia cara.
Y siguiendo eI fieI deI rumbo
Se entraron en eI desierto—
No sé si Ios habrán muerto
En aIguna correría,
Pero espero que aIgun día
86. Sabré de eIIos aIgo cierto.
Y ya con estas noticias
Mi reIación acabé,
Por ser ciertas Ias conté,
Todas Ia desgracias dichas—
Es un teIar de desdichas
Cada gaucho que usté vé.
Pero ponga su esperanza
En eI Dios que Io formó,
Y aquí me despido yo
Que he reIatao á mi modo
Mal s QU COиOC и тODOs
P rO QU иaID s COитó.
FIN
¡GraCIAs POR L r sт lIBRO D
www. l JaиdrIA.COM!
D sCUBR иU sтra COL CCIóи d OBRAs d dOMIиIO
PÚBLICO и CAsт llaиO и иU sтra w b
87. ILUsтraCIOи s
TaI vez en eI corazon - Io tocó un Santo bendito - á un gaucho que pegó eI grito, y dijo:
«Cruz, no consiente - que se cometa eI deIito de matar ansi un vaIiente...
Era eI hijo de un cacique hasta que aI fiu de un baIazo - sigun yo Io averigué – Ia verdad
deI caso juí - que me tuve apurar Iazo deI cabaIIo Io bajé.
88. Por Ia frontera cruzaron - Y cuando Ia habian pasao, – una madrugada cIara – Ie dijo Cruz
que mirara Ias úItimas pobIaciones...
89. SOBR sтa dICIóи
l CТRóиICA
Este Iibro eIectrónico proviene de Ia versión en españoI de Ia
bibIioteca digitaI Wikisource[1]
. Esta bibIioteca digitaI muItiIingüe,
reaIizada por voIuntarios, tiene eI objetivo de poner a disposición de
todo eI mundo eI mayor número posibIe de documentos púbIicos de
todo tipo (noveIas, poesías, revistas, cartas, etc.).
Lo proporcionamos de manera gratuita gracias a que Ios textos
utiIizados son Iibres de derechos o están bajo Iicencia Iibre. Puede
utiIizar nuestros Iibros eIectrónicos de manera totaImente Iibre, con
finaIidades comerciaIes o no, respetando Ias cIáusuIas de Ia Iicencia
Creative Commons BY-SA 3.o[2]
o, según sea, de Ia Iicencia GNU
FDL[3]
.
Wikisource está constantemente buscando nuevos coIaboradores.
No dude en coIaborar con nosotros. A pesar de nuestro cuidado
puede ser que se escape aIgún error en Ia transcripción deI texto a
partir deI facsímiI. Puede avisar de errores en esta dirección[4]
.
Los siguientes contribuidores han permitido Ia reaIización de este
Iibro:
Shooke
LadyInGrey
LIamaAI
1Qo.1y3.122.2o4