El documento describe el juicio final de un dictador despiadado ante Dios. El dictador se encuentra desnudo y tembloroso, y Dios le recrimina sus crímenes de no mostrar piedad y sembrar el sufrimiento entre su pueblo. A pesar de que el dictador mantiene una mirada torva, Dios lo condena a las llamas del infierno por la eternidad debido a su maldad y perversidad. El dictador cae de rodillas y es engullido por las llamas sulfurosas del infierno.