El documento argumenta que el mejor seguro contra informaciones falsas es establecer la verdad en nuestra conciencia. Explica que negamos historias como que alguien tiene alas porque hemos establecido como verdad que los humanos no tienen alas. También sugiere que aceptamos la existencia del mal porque no hemos establecido firmemente que Dios es el Bien infinito. Concluye que establecer a Dios como la realidad y comprender las implicaciones nos protegerá de cuentos engañosos.
La Universidad Popular Carmen de Michelena de Tres Cantos y el Espacio de Psicología de Tres Cantos colaboran en este proyecto para familias resilientes, aquellas que están abiertas a aprender y a mejorar. Este curso vamos a trabajar sobre las interacciones humanas. Porque comunicarnos bien nos ayuda a comprendernos, a querernos y a relacionarnos mejor, pero la comunicación no es siempre una tarea fácil.
La naturaleza nos ha dotado del más complejo sistema de comunicación, es verbal y no verbal, implícita y explícita, analógica y digital, escrita y oral... Nos podemos comunicar a través de diferentes canales, en diferentes idiomas, incluso nos comunicamos con otras especies, pero paradójicamente, en múltiples ocasiones tenemos verdaderas dificultades para comunicarnos con quienes tenemos más cerca, con nuestros hijos, con nuestra pareja, en definitiva, con nuestra familia.
Durante este curso, Sara Mallo, de Espacio Psicología Tres Cantos, en el seminario de familia profundizará en la familia reconstituida y también dedicará una sesión a los abuelos.
2. - ¿Sabes? A Luis le han salido alas en el cuello.
- Bromeas Felipe. No me enredes.
- No, te hablo en serio.
- Pues conmigo te dejas de cuentos.
No me trates como un iluso.
3. Estoy seguro que nuestras respuestas
serían muy parecidas,
si alguien nos quisiera asegurar
noticias como las del diálogo.
4. ¿Por qué seríamos tan firmes en negar?
Porque ya hemos establecido una verdad
acerca del tema.
Los hombres no tienen alas ni en el cuello,
ni en ninguna otra parte de su cuerpo.
5. Lo que nos hace ser espontáneos en negar,
no es una fe sino una verdad,
comprendida y comprobada una y otra vez.
Importa poco si es Felipe
quien me cuenta su historia,
o la serpiente del paraíso.
6. Si la información no se corresponde
con mi elenco de verdades,
no cuela.
Aunque lo afirmen mis propios ojos
o los otros sentidos físicos.
7. En ese caso afinaré la visión,
con la sospecha cierta que lo contemplado
es mera ilusión óptica.
8. ¿Por qué aceptamos las informaciones
acerca de la existencia del mal.
Hasta el punto de dejarnos influir
por lo que nos habla de “números rojos”,
o de enfermedades que nos atan al dolor,
a la impotencia o la debilidad?.
9. La respuesta es simple.
No hemos establecido en nuestra conciencia,
la verdad acerca de la totalidad exclusiva del bien.
Es decir, no tenemos por cierto
que Dios sea el Bien infinito,
siempre.
10. Aceptar a Dios como la realidad,
y comprender las implicaciones y consecuencias
de esta verdad,
cortará el paso a todos los “cuentos”.
11. Y establecida la verdad,
la podré comprobar,
toda vez que dirija su luminosa comprensión
a cada rincón de nuestra existencia.