El documento argumenta que vivir la realidad de Dios y la Ciencia Cristiana es sencillo, no difícil. Señala que los niños aceptan fácilmente la verdad de una creación buena, mientras que los adultos están acostumbrados a creer que el sufrimiento es normal. También cita a Jesús diciendo que su enseñanza es ligera y fácil de practicar, y que hay que regresar a un estado infantil para entender el reino de los cielos. Concluye que practicar la Ciencia Cristiana y demostrar su verdad no es