Este cuento trata sobre un granjero que descubre que los caracoles se han comido parte de su lechuga. El granjero se enoja y dice que matará al próximo caracol que vea. Dos pequeños caracoles le hablan y le piden que no se enfade, ya que ellos también necesitan comer y no pueden plantar su propia comida. El granjero acepta y decide plantar col para que los caracoles se la coman.