Un piloto estadounidense derribado en Vietnam durante la guerra fue rescatado gracias a su paracaídas. Años después, en un restaurante, el marinero que había empacado su paracaídas lo reconoció y le recordó lo importante que era su trabajo para salvar vidas. Esta experiencia llevó al piloto a darse cuenta de la importancia de reconocer a aquellos cuyo trabajo nos ayuda, aunque no los conozcamos.