En tres planos, Chaplin presenta a su personaje Charlot caminando por una calle sucia y desaliñada. Charlot camina con estilo mientras esquiva la basura, ajusta su sombrero y saca otro cigarro casi terminado de su caja cuando le insultan y pierde el primero. Finalmente, enciende el nuevo cigarro con su zapato y tira sus guantes rotos, presentándose así al espectador en menos de un minuto.