El Legado de Walter Gropius y Frank Lloyd Wright en la Arquitectura Moderna_c...
El penservativo
1. El Penservativo
Hoy, como nunca, me siento tan feliz. Te vi, eso ha sido un milagro. Siento que solo necesito eso,
para poder sonreír como un imbécil todo el día entero. Esa sonrisa tiene justificación, no soy de
estar así siempre. Es algo bien raro, me siento bien no sé cómo.
Odio este sol, que me deja más tonto de lo común. Además, el haberte visto me dejo más tonto
aun, solo que pongo de pretexto este calor que me deja tan en ese lado que no pudiera saber lo
que está pasando en mi mente. Deben ser las cuatro de la tarde, hace tiempo que no me sentía
así, reitero, no sé si es el sol o el haberte visto, pero alguno de los dos me está dejando como un
no sé qué (otra vez). Ya han debido pasar unos 15 minutos en los cuales estoy tratando de pensar
en algo para poder explicar este pensamiento. No es enamoramiento, de eso estoy casi casi no
seguro. En todo caso, prefiero pensar que el amor, es solo un pensamiento. Un pensamiento tan
pero tan molestoso que desordena todos mis pensamientos. Te pienso, bien cerca de mis
pensamientos. Así no te pierdes en un abismo de pensamientos. Me desarmé, me siento como si
estuviera perdido en un sentimiento o un pensamiento. Odio eso.
Te veo, quiero correr, quiero escapar. Me da miedo, siento un desarmamiento en mi desorden
pensativo. Siento nauseas (mariposas en el estómago, en lenguaje más romántico). Te quiero tan
lejos y tan cerca, no se cual es mejor. Prefiero pensar que estas cerca aunque estés lejos. No sé si
te das cuenta, para mi es lo de menos, pero te acercas y siento que tiemblo. O por lo menos eso es
lo que pienso.
Hermosa, radiante y tan chinchosa. Son los pensamientos que tengo de vos, son solo míos. El
tiempo es tan lento, es tan lento cuando yo giro sobre él. No encuentro una explicación, no quiero
pensar en que estoy enamorado, porque ese pensamiento es el que más odio, porque desordena
mis pensamientos ya pensados.
Te cantaría, te regalaría unas flores de ese jardín, me da nervios. Creo que hablarte será imposible,
mi tartamudez delataría que no encuentro el pensamiento adecuado. Eso causaría que tu pienses
que soy un tonto que no piensa en nada.
Eso es porque, no sé qué pensar(te). A veces pienso que no sirve de nada pensar en los
pensamientos que tiene uno, y mucho menos sobre los pensamientos que tiene el otro. Crea una
2. confusión de pensamientos. Nacen nuevos pensamientos sobre los antiguos pensamientos. No sé
si esos pensamientos son míos, o son tuyos. Ya que tú eres dueña de aquellos (pensamientos).
Entonces, sigo pensando en decirte lo que pienso. También pienso en cómo vas a pensar acerca de
mis pensamientos. Tengo miedo, tengo miedo de que no estemos pensando igual. Esos
pensamientos están invadiendo los más profundos pensamientos que tengo, no sé si creer en el
amor o crearlo. No encuentro caminos en este pensamiento, de los más feos. Han pasado unos
buenos minutos, y no puedo mentir que solo pienso en vos (o en tu voz).
Te escuche ayer, o te pensé. No lo sé. No pienses que estoy loco por vos, tengo que pensar en
otras cosas. Además, no solo he pensado en vos, también he pensado en cómo decirte todo lo que
pienso. Pero no creas que te estoy pensando todo el tiempo, porque en realidad. Cuando no te
pienso, estoy durmiendo.
Anónima querida, gracias por robarme risas, sueños (insomnios) y pensamientos.
Ya me duermo, así que ya no te pienso. Desde ahora te sueño, lo cual para mi es pensarte todo lo
que resta de mi tiempo.
La Ciega un año 2012, donde la anónima aun no tenía nombre.