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SAUDA
En 1969, case cen anos despois de que un profesor norteamericano de educación física
puxera as bases do que hoxe é o Voleibol, nacía no seno do Colexio dos irmáns Maristas
de Vigo “El Pilar”, o primeiro equipo vigués desta modalidade.
O 40 aniversario do histórico dobre ascenso acadado no ano 1972 polo CD El Pilar, en
categoría masculina, e polo Club Medina, en categoría feminina, é un feito de gran valor
deportivo e de difícil repetición no futuro. Por este motivo é de aplaudir a iniciativa de por en
valor, mediante esta publicación, a brillante traxectoria de ambos conxuntos que xa forman
parte da historia, pero tamén do presente e do futuro, deste deporte en Galicia.
Neste anuario ponse de manifesto a brillante traxectoria do Medina e do Pilar de Vigo,
detállanse os ascensos a primeira división, recóllense méritos deportivos destacados, así
como recoñecementos e galardóns dos seus xogadores e adestradores.
Como secretario xeral para o Deporte, quero felicitar e recoñecer, de parte do Goberno
galego e de todo o deporte de Galicia, aos promotores desta iniciativa, así como a todos os
vigueses que dalgunha forma colaboraron e colaboran en que Vigo e Galicia sigan
permanecendo no mapa do voleibol español.
José Ramón Lete Lasa
Secretario xeral para o Deporte
Xunta de Galicia
Uno de los aspectos más gratificantes de encabezar una modalidad deportiva como el Voleibol es
poder vivir de cerca una serie de historias, hazañas y experiencias que construyen la auténtica
realidad de este deporte. Estos acontecimientos jalonan el desarrollo del Voleibol y ejemplifican los
valores que deseamos transmitir todos y cada uno de nosotros al vincularnos con el deporte de la red.
El trabajo, el esfuerzo, la superación y la humildad constituyen las principales características de los
grandes episodios de nuestra historia; episodios como el que protagonizaron los equipos vigueses El
Medina y El Pilar.
En unos años en los que el Voleibol se curtía de horas y horas de ilusiones, estos dos clubes abrieron
un arduo camino que fue seguido luego por otros muchos, al convertirse en los primeros equipos
gallegos en ascender a Primera División, en las categorías masculina y femenina. En 1972, estas dos
escuadras consiguieron el logro de entrar en la historia de este deporte, al obtener por primera vez la
clasificación para la máxima categoría del Voleibol. La hazaña es más notable, si cabe, es el caso del
Medina de Vigo, ya que, tan solo dos años después de su ascenso, se proclamaría Campeón de
España, al adjudicarse la entonces denominada Copa del Generalísimo.
Proezas de este calibre no pueden más que ser alabadas y recordadas, al tiempo que debemos ensalzar
el arrojo y la valentía de aquellos hombres y mujeres que tuvieron un sueño y la fortuna de verlo
convertido en realidad únicamente gracias a su trabajo.
Y de estos soñadores y trabajadores incansables por amor a nuestro deporte, no puedo dejar de
destacar la figura del entrenador y jugador Floriano Fernández Pomar, verdadero hilo conductor de
estos triunfos, que dedicó mucho esfuerzo e ilusión en la preparación de ambos equipos y que fue
galardonado por la Federación Española de Voleibol con el merecido título de “Mejor Entrenador” de
la temporada 1971/72.
Estoy seguro de que esta acertada iniciativa de editar una publicación que sirva para conmemorar el
cuadragésimo aniversario del ascenso de ambos clubes a las máximas categorías nacionales tendrá
una extraordinaria acogida, no solo entre los aficionados gallegos, sino también entre todos aquellos
que formaron parte de aquella etapa del Voleibol.
Prólogo
Es un placer para mi poder prologar un libro que recoge una época del deporte español y en particular del
voleibol, que muchos de nosotros vivimos intensamente y que fueron, sin lugar a dudas, la base del desarrollo
posterior del deporte español y que hizo posible no solo la organización de los JJOO de Barcelona, sino
también los éxitos posteriores que aún hoy podemos disfrutar, gracias a esa estructura que fue fraguándose
en esos primeros años y que suponía el hecho de disponer de unas competiciones organizadas, de un
entramado de clubes a nivel nacional y de unos técnicos cualificados.
Estoy convencido y mis cuarenta y tantos años de vida profesional me avalan, de que la mejor época de un
deporte, son aquellos donde hay que luchar para darlo a conocer a la sociedad en general, donde aún los
intereses se limitan a conseguir unos resultados deportivos, disfrutando de la actividad de forma ociosa y
desinteresada y donde muchas veces los recursos económicos son tan escasos, que suelen ser un lastre
para llegar a conseguir los objetivos marcados. Sin embargo, a pesar de todos esos inconvenientes y
limitaciones, si tuviéramos que definir al deporte desde el punto de vista ético, ese deporte vivido en esos
años, es lo que podríamos definir como el deporte en estado puro, es el que nos deja unas vivencias
irrepetibles y que recordaremos siempre a lo largo de nuestra vida.
Iniciativas como la de este libro, son necesarias para ayudar a recuperar la memoria histórica de nuestro
deporte, de forma que nunca se olvide quienes fueron realmente los que lo iniciaron y promovieron la difusión
y consolidación del voleibol en nuestro país. Posiblemente, ha llegado el momento de empezar a recoger ese
patrimonio heredado que nunca debemos olvidar y que supone recoger los vestigios orales y escritos de lo
que realmente pasó y por tanto esto puede suponer un primer paso para animar a otras personas a que
hagan lo mismo. Esa historia del deporte español, que coincide con el régimen franquista, hay que empezar a
contarla, recogiendo con técnicas etnográficas, tal como se plantea en el libro, los datos que nos pueden dar
los mejores informantes: los protagonistas de la gesta.
Dentro de ese contexto, donde se estaban poniendo los pilares del futuro deporte español, y que dio como
fruto, la organización de los primero JJOO en nuestro país en 1992, destacaron un perfil de personas, que con
la terminología actual se definirían como personas emprendedoras que, con muy pocos medios, pero con una
gran capacidad creativa y de trabajo fueron impulsores de grandes logros deportivos y por ende ayudaron
con sus iniciativas y esfuerzo personal a que su desarrollo fuera posible.
Este es el caso que nos ocupa y que en su momento no dejó de sorprendernos a los que en aquel momento
teníamos responsabilidades técnicas y de gestión en la Federación Española, tanto por su por su brillantez
como por sus resultados. Hace ahora cuarenta años, en el inicio de la década de los 70, un grupo de
deportistas residentes en Vigo, consiguieron ascender a División de Honor, en la temporada 1971-72, al club
Pilar de Vigo y al club Medina de Vigo, alcanzando en la temporada 1973-74 la Copa del Generalísimo con el
equipo femenino, que para entonces ya era patrocinado por la firma comercial de Manuel Riego.
Con la ayuda inestimable en un primer momento del hermano Miguel (hermano marista) y liderados por
Floriano Fernández, entrenador precoz, que por su edad no pudo asistir al curso Nacional de Entrenadores
pero que sin embargo, si fue capaz de formar, en muy poco tiempo a un grupo de jugadores y jugadoras que
no solo destacaron con sus respectivos clubes en las competiciones nacionales durante varias temporadas
sino que también, muchos de ellos fueron seleccionados para formar parte de las selecciones españolas,
representando a España en diversas competiciones internacionales. Así, podemos destacar a las jugadoras
del Club Medina de Vigo, Nenuca Álvarez, Blanca Velasco y Puri Pérez y del Club del Pilar a los jugadores
Camilo Rodríguez, José Miguel Fuentes, Ricardo Collazo, Luis Concha y Eduardo Fernández Arroyo.
Mi reconocimiento y mi afecto a todos los que habeís participado en este proyecto que, sin lugar a dudas,
servirá de hilo conductor para futuros trabajos de investigación en el campo de la recuperación de la memoria
histórica, no solo de nuestro deporte sino del deporte español en general.
Madrid, Noviembre de 2011
Manuel Hernández Vázquez
Reflexiones voleibol
José Alfonso González Alonso, Arbitro Internacional
Siempre se habla de los valores y la grandeza del deporte, y hoy al escribir estas líneas, estas
reflexiones que trato de compartir con todos, las estoy viviendo en el recuerdo con esa grandeza, ya
que aquellos primeros años del voley vigués y gallego tienen en si mismos el valor del comienzo de un
proyecto.
La verdad es que llegué al Balonvolea (después Voleibol) por estar en el sitio apropiado, y en el
momento correcto, porque de los varios deportes practicados, el voley no estaba en mi círculo de
práctica, (en cambio quien me lo diría, la primera maestría que realice fue la de Voley). Bueno como
decía la historia para mi comienza cuando alguien me invitó a coger el silbato para “ intentar “ arbitrar
un partido de entrenamiento. La verdad es que fui muy osado ya que mal sabía el reglamento. Así
comenzó lo que seria más de 30 años de arbitraje, y de ellos 25 de internacional.
Una persona fundamental en mi meteórica carrera arbitral fue Oldrich Slavisech, que la Federación
española había contratado para organizar todo el departamento técnico de la Federación Española
incluido el estamento arbitral. Recuerdo que mi primer presidente del Comité nacional fue Santiago
Moronta, después Evangelista y finalmente Morales. El voley mi permitió relacionarme con personas
entrañables, pioneras del deporte de Vigo y Galicia, Luis Miró, Daniel Ochoa, Jesús Ramallo, Fdo
Pereiro, Paco Baldó, Floriano Fernández, Guillermo Touza, y el gran querido y añorado Hermano
Miguel, puesto que el Hno Miguel y el colegio de los Maristas de Vigo, fue pionero no solo en voley,
sino en otros deportes. Hay muchas más personas que a lo largo del tiempo aportaron su trabajo al
voley, y que colaboraron conmigo en el Comité Gallego de Árbitros, como José López, Ozores
(matrimonio), Tito (ya fallecido) Landesa, Fernando Liz,( que comenzó en Lugo) Secundino, Paco
Lavandería de Lugo y muchos más, que he tenido el privilegio de su amistad, y me refiero a aquellos
años en donde el Balonvolea era el gran desconocido.
Clubs mas destacados de la época, Sociedad Atlética,( Canella jugador destacado) Ureca, Magisterio
de Pontevedra, Aldan, El pionero en juveniles Colegio Alba con Lalo Vázquez Gil, los equipos de
Cortegoso, de Vilas. Recuerdo la A Coruña, a Sta Maria del Mar, Los Maristas Zalaeta con Pepe Volea,
y Pepe López entre otros. De Lugo mención aparte merece toda la familia Bouza con su EMEVE,
también el Seminario de Lugo. En Orense el voley es algo posterior.
Jugadoras del Club Medina de Vigo, como mi querida Nenuca, y las entrañables Ana, Chon, Puri,
Blanca, la delegada Josefina, su responsable Pili etc. De la convivencia de aquel grupo de chicas entre
ellas mismas y con otras personas como yo, se crearon unos vínculos de amistad y respeto que
duraran siempre. Mención destacada y fundamental para la consolidación del voley gallego fue el Pilar,
por lo que significó el Hno Miguel, y lo que significa Touza. Primero se denominó Pilar, después
Cortemans, Riego, Foque, Vigo. De los chicos todos pero por citar algunos Rios, Vallina, Collazo,
Arroyo, Camilo, Hnos Iglesias, Hidalgo, Gaspar, Parga, los hermanos Fuentes, Falagán, Concha y
muchos más.
Gracias a voley he tenido la oportunidad de conocer España y muchos Países de Mundo,
relacionarme con personas entrañables y conocer culturas diferentes, participar en competiciones
nacionales e internacionales de primer nivel, por supuesto en partidos de primera línea de las ligas
nacionales y finales de la Copa del Rey y de la Reina, y estar Copas de Europa, Preolímpicos, Spring
Cup, Juegos del Mediterráneo etc., y en la Olimpiada de Barcelona. Gracias a esto mi familia del voley
está repartida por parte del mundo. En España recordar a Morales, Paco Fraile, Viña, Cean Bermúdez,
Aller, Losada, Diego León, Torrent, Guijarro, el grupo sevillano, Ayala, Callejón, mi compañero y amigo
José López de quien tuve el honor de ser profesor en su curso nacional, también de los muchos
compañeros extranjeros, gran recuerdo guardo de Francis Larrú, de Pepe Sanles, Fachettín entre
otros.
He tenido a satisfacción y orgullo de haber dejado mi puesto en el arbitraje a otros compañeros mís
jóvenes, antes de llegar a la edad limite de esta tarea. Siempre me he sentido respetado con mis
aciertos y errores. Está claro que tanto años dentro de la familia del voley, muchas anécdotas podría
relatar, pero solo comentar algunas como: En una etapa los árbitros aun de mayor categoría no
arbitrábamos el campeonato de liga en toda España, por un tema económico, Así que yo conocía de
memoria la carretera a Gijón, tanto por la costa como por Benavente, igualmente pasaba con
Valladolid, Lugo etc. (años después ya nos desplazábamos por todo el territorio del Estado. Mis viajes
de Gijón eran tan repetitivos, que decían que era mejor pagarme un piso que el hotel.
A veces en estos viajes que acompañaban familiares, también Hnos. de San Juan de Dios (que
visitaban a sus colegas en Asturias), y algún futbolero de mi club. Recuerdo que un par de años
después de la tragedia de Rio Órbigo, en donde al regreso de una excursión escolar, murieron muchos
alumnos de un colegio de Vigo, como os decía un par de años después, me acompañó a Gijón uno de
aquellos niños supervivientes, fue muy fuerte cuando pasado por encima de puente del río órbigo en
Benavente, dijo en voz baja. “Rio de mierda”, - aquel superviviente volvió a recordar un hecho que en
parte marcó su vida-.
En parte de estos muchos años, hubo una época en donde también entrenaba Balonmano y Fútbol,
no se como me las componía para el fin de semana atender a todo. También fue un recuerdo
entrañable la invitación del entrenador del Unicaja Almería, en Gran Canaria, en donde después, e
perder una liga, me dice estando en el comedor del hotel, si quería compartir mesa con ellos. Ese
detalle dice de la grandeza de nuestro deporte.
Como cada persona que dedicó parte de su tiempo libre al deporte u otra actividad, se podrían
escribir unas memorias, pero no este el momento sino el de recordar con unas frases aquellos tiempos.
Perdón por no citar a muchas más personas que en esta faceta lo merecerían, pero todos pusimos un
granito de arena en los comienzos de aquel voley. Un abrazo para ellos y un beso para ellas. José
Alfonso González Alonso
Las paginas que vienen a continuación tienen un solo objetivo, recoger el recuerdo y los
recuerdos de una generación de críos que se hicieron hombres alrededor de un deporte que
era totalmente desconocido, y que gracias a ellos y a los que recogieron su testigo, han
conseguido que el club que tuvo sus orígenes en el colegio maristas de Vigo, con el nombre de
Pilar haya llegado a ser el Club Decano del Voleibol español, (Balonvolea, como le
llamábamos en sus orígenes).
Para darle una cierta coherencia a esta publicación, y por su por extensión, se centrara en el
periodo que va desde sus inicios, hasta el año 1983, temporada en que la persona que lidero
este proyecto, Floriano Fernández el ENTRENADOR con mayúsculas, deja el club para
dedicarse a otras actividades deportivas y personales
A partir de este momento el testigo lo recoge Guillermo Touza gracias al cual el club se
mantiene en estos días tan difíciles en los que este deporte que nosotros vivimos como
amateur se ha profesionalizado.
Este año 2012 se cumplen 40 años del primer y realmente más importante ascenso del equipo
a la división de Honor, coincidiendo además con el del equipo femenino El Medina que si bien
ya había competido en división de Honor, este fue su primer ascenso ganado en las canchas.
Este relato no sería posible sin una persona que no está con nosotros y que saldrá
repetidamente a mención en las páginas siguientes, el Hermano Miguel, junto a este hay
nombres que tendrían especial importancia en los orígenes del voleibol en Vigo, y su apoyo al
Pilar, como serian Luis Miro (profesor de Educación Física, y presidente de la Federación,
organizador del trofeo Sport), Fernando Pereiro (también Profesor de educación Física, y
delegado provincial de deportes), así como Daniel Ochoa que contribuyeron al patrocinio del
equipo en los años 73/74 y 74/75 por la OJE. Importantes en este tiempo fueron también Julio
Larrañaga acompañando al equipo muchas veces, Genaro Borras que tantas veces trato a
jugadores del club, y no podíamos olvidarnos de Elias Alonso Riego, que patrocino al equipo en
la etapa de mayor esplendor de esta época.
Todos los nombres que aparecerán de ahora en adelante han sido parte importante de esta
historia, esperamos que no se nos olvide ninguno.
Así pues cada cual que se tome esta publicación como mejor entienda, pues realmente la
vamos a hacer entre todos; no pretendemos contar ninguna historia, esta la iremos
conformando con nuestros recuerdos, y a lo mejor solo la comprenderemos los implicados,
resultando difícilmente entendible al que la lea desde la lejanía, pues seguro que aparecen
repetidamente palabras como “Gradas, rodillos de arena, balones medicinales, series, el
autobús de Lucho, las literas de Renfe,……”
Desde estas líneas tendemos la mano a aquellas personas vinculadas al club a partir de este
periodo, para que continúen con esta historia. Si nosotros hemos contribuido al nacimiento de
este club, ellos están contribuyendo a su permanencia
“Nosotros les hemos hecho grandes a ellos y ellos a nosotros”
El Pilar
Agradecemos a todos los que han hecho el esfuerzo de escribir sus vivencias, y contribuir así a
la redacción de esta publicación.
EL HERMANO MIGUEL
or desgracia y por ley de vida, serás el único que faltes a nuestra celebración a nuestro gran
aniversario. Pero no te recordamos porque ya no estés entre nosotros, no, te recordamos
porque fuisteis la pieza imprescindible que hizo posible alcanzáramos nuestros sueños.
RECORDAMOS cuando fundamos el CLUB EL PILAR que lo hicieseis mas por ver nuestra ilusión que por
creer en algún momento en los grandes logros que nos depararía el futuro.
RECORDAMOS como con nuestro duro trabajo e infinidad de horas encerrados en aquel campo de tierra de
los maristas, conseguimos robar un hueco en tu corazón de balonmanista empedernido.
RECORDAMOS tus rezos antes de cada partido en la fase final de Bilbao pendiente de nuestra llamada y
disfrutando desde lejos de nuestros éxitos.
RECORDAMOS el recibimiento que nos distes con el andén de la Renfe lleno de alumnos del colegio
celebrando nuestro campeonato.
RECORDAMOS con que orgullo hablabas de nosotros de lo que un grupo de juveniles de tu colegio había
conseguido, llevar al equipo en dos años a la máxima categoría del voleibol nacional.
RECORDAMOS tus equilibrios económicos con los pequeños beneficios de la cantina para que pudiéramos
tener nuestro kilométrico o un autobús y poder viajar y disfrutar de nuestro primer año en la Primera división
como tus múltiples gestiones para nuestra continuidad.
RECORDAMOS con satisfacción el gran homenaje que pudimos darte en el CIRCULO MERCANTIL y la
infinidad de generaciones de alumnos que asistieron y habían pasado por tus clases.
RECORDAMOS con que obediencia aceptaste tu injusto destierro y nuestras visitas a La Coruña y nos hacías
sabedores de tu satisfacción por nuestros triunfos.
RECORDAMOS con orgullo y respeto como te llevamos sobre nuestros hombros, hombros del deporte que
tanto amaste, a tu último descanso.
RECORDAMOS nuestra satisfacción al ver colocar la primera placa en el Pabellón Municipal en tu Honor.
Son tantos y tantos los recuerdos que se agolpan en nuestras mentes que lo único que sentimos es no poder
tenerte a nuestro lado para disfrutarlos, pero ten la seguridad ahí donde estés, que siempre estarás en
nuestros recuerdos y en nuestros corazones.
Solo podemos despedirnos diciéndote GRACIAS MIGUEL, como cariñosamente te llamábamos, o GRACIAS
GRAN HERMANO MIGUEL como te conocían en todo el deporte. GRACIAS MIL GRACIAS HERMANO
MIGUEL.
CLUB PILAR VIGO DE VOLEIBOL
Tus jugadores.-
P
Temporada 1970-71
Los inicios
Son los años de gestacion, por el equipo pasaron distintos jugadores , unos continuaron y otros no, pero todos
sentaron las bases del futuro,seguramente sin ser conscientes de lo que iban a lograr en en futuro muy
proximo
Reunidos con el equipo rival
El hermano Miguel, Camilo,Jose Miguel, Nozal, Muñoz, Mallen, Hevia, Collazo, Rivas, Concha, y Rios
Camilo primer jugador de Vigo convocado con la selección Española
PIÑEIRO CAMILO FLORIANO HEVIA RIVAS COLLAZO
CONCHA MALLEN NOZAL TANIS MUÑOZ Y RIOS
CONCHA TANIS MALLEN
COLAZO FLORIANO NOZAL
BARBAZAN RIOS Y PENELO
CAMPEONATO
NACIONAL JUVENIL
RECUERDOS
Ricardo Collazo
Cuando Carlos Falagán me dijo que algunos iban a escribir algo sobre el Voley, lo que quisiéramos, sobre lo
que fue para nosotros o contar alguna anécdota ocurrida mientras estuviéramos en el equipo, pensé que eso
no era para mí. Procuro ser reservado siempre. Pero así y todo me permito decir algo al respecto.
Para mí desde el inicio el vóley o balonvolea, como se llamaba entonces, siempre fue una actividad para
divertirme, estar con amigos o compañeros, sin más motivación. Así y todo, poco a poco, fui aprendiendo a
asumir ciertas responsabilidades, a convivir con diferentes compañeros, rivales, árbitros .También a conocer
lugares y diferentes situaciones, que quizás si no me hubiera orientado por el vóley no llegarían a darse.
Aprendí algo, que sobretodo ahora mucha gente lo tiene olvidado. Y es que sin esfuerzo nada se puede
conseguir. Y esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida.
Nunca he pretendido ser ejemplo para nadie, pero con el tiempo, algunos me han reconocido que viendo el
espíritu de lucha y trabajo del equipo, decidieron iniciarse en el vóley. Y yo por ello me siento orgulloso, en la
pequeña parte que me toca, como componente del equipo, en los bastantes años en que estuve (del año 70
al 89), y como uno más de los que consiguieron, con mucho esfuerzo, el que el Club Vigo Voleybol haya
perdurado hasta estos días, en que es el equipo decano del Voley en todo el estado español.
Y la verdad es que me da mucha pena que en él ámbito económico, casi siempre hayamos estado a punto de
extinción, por el deficiente apoyo de las instituciones de Vigo, tanto en el ámbito oficial como privado, eso sí,
con muy puntuales y honrosas excepciones.
Siempre ha habido en este extenso periodo personas y algunas empresas (nuestros sponsors o
patrocinadores), que sin su persistente ayuda y apoyo quizás la supervivencia del equipo no se hubiera
conseguido. Para no dejarme nadie atrás no las citaré, pero si merecen un lugar destacado el Hermano
Miguel (Marista) que en el inicio desde el equipo juvenil de El Pilar, hasta que alcanzamos por primera vez la
Primera División, y un par de años consiguió que pudiéramos mantenernos dignamente, luego sus superiores
de alguna forma le impidieron que pudiera seguir ayudándonos. Otra persona que para mí merece ser
destacada es Guillermo Touza, que también desde los inicios, siendo jugador, y luego como entrenador y
Presidente del club, hasta ahora que tiene que luchar por conseguir que el equipo no desaparezca por falta de
patrocinadores.
Igualmente es de destacar, Floriano, que como entrenador y en ocasiones como jugador, supo conducirnos,
muchas veces a límites que nosotros mismos como jugadores no conocíamos.
Y por supuesto dar las gracias a todos los compañeros del equipo en los diferentes años, que cada uno con
su aportación, hicieron que el equipo alcanzase al menos estos 40 años de vida.
Igualmente, quiero pedir disculpas, a cualquiera que, en algún momento, pudiera haberle ofendido o
molestado mi actitud durante mi vida deportiva.
Así ahora, con cierta nostalgia echando la vista atrás, recuerdo en los finales del año 1968 con 13 años,
cuando el profesor de gimnasia del Instituto de la Guía (donde estaba “exiliado”) Alfonso (el árbitro de Voley)
nos presentó a Paco Baldó y nos invitó a formar parte de un equipo escolar de balonvolea. Nadie sabía que
era eso. Así y todo nos anotamos unos cuantos y ya inmediatamente, con unas rudimentarias nociones, me
inicié en este deporte.
Un par de años más tarde, di el salto y fiche por el Pilar, del que Floriano era entrenador, en el equipo juvenil
(aunque yo estaba en categoría infantil), que compitió y ganó el sector juvenil en Orense y posteriormente
fuimos a la fase final en Gijón. De algunos del equipo juvenil formado por J.A.Rios, Muñoz, J.M.Fuentes,
Pedro Arquero, Luis Concha, Barbazán, Nozal, Mallén y Penelo, se formo la base del equipo que al año
siguiente alcanzó por primera vez ser campeón de 2ª división en la fase de ascenso en Bilbao en Abril del año
1972.
Todos los que formamos parte del equipo juvenil y luego del equipo de 1ªdivisión, recordamos el sufrimiento,
hasta limites insospechados, que padecíamos en los entrenamientos que hacíamos en el colegio de los
maristas, a veces en sesiones de mañana, tarde y noche. Aquella enorme y empinada cuesta, que subíamos
en cuclillas, a saltos, corriendo para adelante y para atrás, los saltos en las enormes gradas que había
alrededor del campo de fútbol, al que dábamos infinidad de vueltas. Fuera invierno o verano, lloviera o hiciera
sol, hubiera barro o polvo. Alguna que otra vez realizábamos entre nosotros pequeños partidos tanto de fútbol,
como de baloncesto, realmente siempre muy disputados.
En fin todos son recuerdos, unos más alegres (las victorias, las llamadas, a la Operación Altura Infantil, a la
Selección Nacional Junior, situaciones y anécdotas con compañeros y amigos, etc.), que otros (derrotas y
lesiones), que en fin, forman parte de la vida.
Ricardo Collazo Pérez
31 de Enero de 2012.
Temporada 1971/1972
EL PRIMER ASCENSO
Ascenso a división de Honor
Hermano Miguel 10 Camilo 4 Tanis 8 Concha 11 Rios
12 Collazo 9 Fernando 5 Floriano 3 Hevia
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Fernando del Rio Lugo
Recortes de prensa
El ASCENSO, anécdotas y chascarrillos
Camilo Rodríguez
Cuando hace unos días recibí una llamada del amigo Floriano, comentándome el proyecto en el que estabais
trabajando y me invito a colaborar en él, aportando mi pequeño granito de arena, he de reconocer que llevé
una de las mayores alegrías de los últimos años después de la noticia en su día de mi “ prejubilación “; por
tanto acepté encantado inmediatamente.
Al finalizar la llamada, lo comenté con mi esposa, y noto el entusiasmo que me producía el volver a recordar
aquellos años de ilusión, trabajo y mucho, mucho sacrificio por mi parte y la de todos los que comenzamos
aquella aventura, tanto fue así que no me importa reconocer que aquella noche volví a soñar lo que tantos
años atrás era parte de mis sueños, el saltar a rematar un balón y quedar suspendido en el aire para ejecutar
el mate perfecto.
Para mí todo comenzó en el año 1966, en el Colegio Alba, donde se comenzaba a practicar un nuevo deporte
que se llamaba “balónvolea”, bajo la mirada de por aquel entonces profesor de gimnasia Lalo Vázquez.
Recuerdo aquellos partidos en canchas de tierra, en pleno invierno, con aquellos balones totalmente
empapados de agua, que más que balones parecían piedras que machacaban los brazos y manos
entumecidos por el frío.
Posteriormente en el año 1969, ingresé en el colegio El Pilar de los Hermanos Maristas donde
verdaderamente se fraguó el nacimiento de nuestro querido club, con los jóvenes compañeros de aquella
época. Tengo que reconocer que todo lo que fue sucediendo en los próximos años, no sería posible sin la
abnegada colaboración de la persona que para mí y creo que para todos nosotros, fue el “alma mater”,
nuestro querido hermano Miguel.
Bueno y así comenzó la andadura, de la mano del entrenador, psicólogo, fisioterapeuta y jugador Floriano,
eso sí era polivalencia. Llegaron aquellos “ agradables “ entrenamientos, con los balones medicinales, los
sacos llenos de arena subiendo la cuesta de entrada al colegio, la subida de las gradas del campo de futbol,
así como aquellas interminables vuelta y vueltas al mismo corriendo como locos, los saltos de plinto con toda
la altura que daba, y aquellas planchas al suelo de duro cemento para levantar balones en el “ gran “ gimnasio
que teníamos a nuestra disposición; y después de varias horas, aún quedaban fuerzas para marcarnos un
partido de baloncesto contra el propio equipo del colegio que le servía a ellos como parte de su preparación. A
finalizar las sesiones y con mucha frecuencia aparecía nuestro ángel Miguel, con su calor humano tratando
como hijos a aquellos mocetones de casi 20 años, trayéndonos chucherías, bocadillos y lo que hiciera falta,
de la cantina del colegio de la cual era responsable, con lo que llegábamos a casa con la cena hecha.
También recuerdo que cuando el tiempo lo permitía, o a Floriano le apetecía, nos recorríamos toda la Playa
de Samil, en varias tandas de ida y vuelta con el agua por las rodillas. En fin hay que reconocer que todo
aquello, fue una parte importante para que posteriormente llegáramos a conseguir el casi imposible en
aquellos momentos objetivo final. También viene a mi memoria las esperas de mi padre al finalizar el
entrenamiento, para ayudarle en su trabajo en las reparaciones de televisores a domicilio de los clientes de
su taller. Y la paciencia de la hoy mi esposa, sentada en las gradas del pabellón, aburriéndose y pasando frío
a la espera de que terminara el entrenamiento.
En las dos siguientes temporadas 69-70 y 70 -71, estuvimos compitiendo en diversas categorías, y haciendo
nuestros viajes a distintos puntos del país, con escasísimos medios económicos y gracias al colegio a través
de nuestro ángel particular y bajo la “tutela” de otra entrañable persona el hermano Telmo, recién llegado de
EE.UU. con todo su bagaje de anécdotas e historias que tantos momentos agradables nos hizo pasar.
Recuerdo aquellos viajes en tren en literas, con sus inevitables batallas de apoyabrazos y algún que otro
accidentado con “nacha” en la frente, yo mismo, y ejecutado por Fernando, con los apuros del hermano Telmo
que quería parar el tren ya que me estaba desangrando, y que recibía también su parte de almohadazos, y su
frase favorita de Camilo, esta noche vamos a tener una cena opípara y cenábamos lo que se podía.
Aquellas entrañables noches compartiendo cama con Fernando y sus fantasías eróticas. El viaje a León en
coches particulares y alquilados, con la llegada bien entrada la noche al Hostal de San Marcos, todo un
dispendio para aquella época, aunque no era el actual parador; noche cerrada y oscura y mi llamada en el
portalón de entrada a la que siguió el encendido de toda la fachada, que recuerdo que mi primera impresión
fue que aquello era un campo de concentración, y no la maravillosa fachada de este singular edificio.
Y así llegó mi primera convocatoria, a la denominada por aquel entonces “ Operación altura “ en Santander y
al año siguiente en Barcelona, donde me puse bastante enfermo, ingresándome en el Hospital de San Pablo,
y donde recibí el apoyo para mí tan importante debido a mi edad de dos jugadoras y amigas del equipo
Medina de Vigo, Nenuca y Blanca, que también se encontraban convocadas en el equipo femenino, y la
posterior llamada por vez primera de un jugador gallego a la Selección Española de Voleibol, lo que para mí
fue algo impresionante, para jugar la Spring Cup que tendría lugar en Suecia.
Y ahora nos encontramos con la supertemporada 1971 – 72, la temporada del gran acontecimiento, el
ascenso a 1ª división nacional, de un equipo de una ciudad y de una región, situadas allá en la parte
izquierda del mapa de España, y formado por nueve pipiolos imberbes. Fase de ascenso que tuvo lugar en el
mes de Abril en Bilbao, y donde fueron cayendo uno a uno los ocho equipos restantes de toda España, que
aspiraban al primer puesto.
Fue el gran colofón, a los años, como dije anteriormente de muchísima ilusión, mucho trabajo y mucho
sacrificio de los Floriano Fernández, Camilo Rodríguez, José A. Mtnez Ríos, Benito Hevia, Fernando del Rio,
Luis A. Concha, José M. Fuentes, Ricardo Collazo, Luis Muñoz, y que significo el dar a conocer el vóley a
nuestra ciudad y a la vez que el nombre de Vigo se oyese en el resto de España y enfrentarnos a equipos que
tenían en sus filas, jugadores de la selección española y jugadores extranjeros, sobretodo búlgaros y rusos,
como el Real Madrid, Atlético de Madrid, Barcelona, Sevilla, Hispano Francés de Barcelona, Grupo
Covadonga de Gijón, etc., con sus impresionantes pabellones, a los que al salir quedábamos un poco
boquiabiertos, pero que les obligábamos a darlo todo si querían ganar al pobre equipo de provincias.
Y así empezaron también los duros tiempos de precariedad económica, para hacer frente a los
desplazamientos, e inclusive al pago de los árbitros de nivel nacional, dificultades que salvo raras
excepciones se vinieron dando hasta el día de la fecha, con el sacrificio año a año de nuestro amigo Guillermo
Tóuza, que logro que todo lo que empezó en el año 1972, en la ciudad de Bilbao perdurase no exento de
grandes escollos hasta el día de hoy.
Recuerdos de
Fernando del Rio
Quiero comenzar mi aportación a esta bonita idea, diciendo que me cabe el orgullo y la satisfacción de ser, el
primer fichaje “extranjero “de nuestro querido club Pilar Vigo
Mis comienzos en el voleibol, fueron con el equipo del Seminario de Lugo, mi ciudad natal, y donde tuve mis
primeros contactos en los enfrentamientos en 2ª división con el Pilar de Vigo.
En verano de 1971, me traslado a Vigo con un compañero, con el propósito de juagar a voleivol en Vigo con el
Pilar. Recuerdo que con toda la suerte del mundo me encuentro en la calle Venezuela, con Floriano y algún
jugador más, comentándole mi posible traslado a la ciudad y dándome inmediatamente la posibilidad de fichar
por el equipo. A la vuelta de un corto espacio de tiempo, me encuentro en el Colegio de los Hermanos
Maristas, en los primeros entrenamientos y aparece mi “hada madrina”, el servicial Hermano Miguel, que al
enterarse de mi problema de matriculación, me ofrece su ayuda y su intervención fue crucial y definitiva para
el logro de la misma, para intentar cursar la carrera de profesorado mercantil, en la Escuela de Comercio,
cosa que por aquel entonces, era bastante complicada. Quiero hacer resaltar este hecho, que en principio
parece banal, lo importante que ha sido en trascurso de mi vida, llegando hacer un Vigues de pro.
Uno de mis más gratos recuerdos, fue el cambio de clima, de mi Lugo interior a esta California gallega con su
maravillosa para mí climatología, tanto que a día de hoy y desde aquellos tiempos es mi ciudad de residencia.
Por lo tanto mi primer año en el equipo fue la temporada de la hazaña del ascenso, a primera división nacional
en Bilbao, con mis nuevos compañeros, en la que como fichaje “extranjero “, se me pedía salir a la cancha en
cualquier momento, para descanso de algún compañero, o como revulsivo en partidos que no iban por los
derroteros adecuados para el equipo, siempre que mi vestuario en aquel momento me lo permitiera, dejando
sin aclarar, si se me permite esta situación , que mis compañeros entienden perfectamente en lo que es un
guiño de complicidad con ellos.
En la siguiente temporada, me toca cumplir con la patria a partir del otoño del 72, con lo que mi aportación al
equipo, era la que podía en mis escapadas que me permitían mis deberes militares. Tengo que decir, como
anécdota, que empecé viviendo en una pensión, pero este año empiezo a compartir piso con Guillermo
Touza, y sus numerosas y eternamente duraderas conversaciones telefónicas, con en aquel tiempo su novia y
actualmente su esposa, en el pasillo del piso.
Quisiera ya casi para acabar, que para mí estas dos temporadas en el club, con la camaradería,
compañerismo y ganas de trabajar y hacer algo grande de aquél grupo en nuestro deporte, fueron dos años
extraordinarios, y que como dije anteriormente se debieron al destino, y que recordaré siempre con mucho
cariño y satisfacción, y que desembocaron con el paso de los años, al encuentro con la que hoy es mi esposa
y formar una maravillosa familia, con mis cuatro hijos, que el destino me deparó en esta hermosa ciudad.
Temporada 1972/1973
1ª división
10 Camilo 12 Collazo 8 Concha 6 Muñoz 4 Tanis
9 Fernando 3 Hevia 11 Rios 5 Floriano 2 Touza
plantilla Temporada 72/73
Camilo Rodriguez
Jose Miguel Fuentes
Luis Concha
Jose A. Martinez Rios
Ricardo Collazo
Fernando del Rio
Floriano Fernandez
Benito Hevia
Guillermo Touza
Luis Muñoz
entrenador Floriano Fernández
Recortes de prensa
Recuerdos
Benito Hevia
Empecé a jugar al voleibol, en el Ateneo, estando de aquella en la Liga Regional. Antes había practicado
atletismo, y no sé muy bien en qué momento ni por qué decidí cambiar las pistas de vallas por una cancha,
pero sí recuerdo que me encantaba saltar y golpear el balón, y saltaba como si me fuera la vida en ello.
Un día el Ateneo jugaba contra el Maristas, el partido fue especialmente duro, y aunque juraría que
conseguimos ponerles en apuros en algunos momentos, obviamente ganó el que entonces ya era el equipo
más potente de la Liga. Al finalizar el partido, Floriano, entonces capitán y entrenador del equipo, se acercó
para hablar conmigo, y me propuso que fichara por el Maristas, así que aquel día, perdí un partido pero gané
la oportunidad de formar parte de un gran equipo.
A partir de ese momento, empecé realmente a jugar al Voleibol. Nos enseñaban técnica, estrategias grupales
y metodología, conseguíamos sacar el mayor rendimiento a nuestras condiciones físicas, potenciando aquello
en lo que cada uno destacaba para poder aportar más al equipo.
Entrenábamos realmente duro, nos esforzábamos por mejorar y teníamos la disciplina y capacidad de
sacrificio suficiente para entregarnos y luchar por aquello que queríamos. Éramos jóvenes, éramos buenos y
teníamos ganas de comernos el mundo.
Recuerdo especialmente el primer verano que pasé en el equipo, entrenábamos mañana y tarde: corríamos
de un lado a otro de la cancha, hacíamos mil ejercicios, jugábamos partidillos, practicábamos estrategias…
¡Incluso saltábamos con sacos de arena para coger fuerza en los músculos de las piernas! Podía decirse que
sudábamos la camiseta como campeones, y al finalizar cada entrenamiento, algunos bajábamos a tomar una
jarra de cerveza y un bocadillo gigante de jamón, que no sería Pata Negra, pero después de hacer tanto
ejercicio sabía a auténtica gloria.
Después de aquel verano, además de estar agotados, gozábamos de una excelente forma física, estábamos
unidos y compenetrados como equipo y sobre todo, estábamos muy motivados para afrontar aquel inicio de
Liga que sería decisivo para la Historia de nuestro Equipo.
Aquella Temporada de Liga fue especialmente bonita. Éramos un equipo modesto, viajábamos en tren o en
autobús a cualquier localización de la Península, comíamos de bocadillo y estudiábamos durante el trayecto
porque muchos teníamos que hacer exámenes al regresar a Vigo.
Recuerdo el primer viaje a Cataluña, cuando nos enfrentamos en una Liguilla de Ascenso a Primera División a
los Bomberos de Barcelona en el Palau Blau-Grana, que comparado con nuestras humildes instalaciones
parecía un templo romano. No sé si fue porque aquel suelo era de madera, y para los que estábamos
acostumbrados a darnos auténticos tortazos contra el duro cemento caernos allí era pan comido, el caso es
que jugamos un excelente partido. Demostramos aquel día lo que ya llevábamos anunciando durante toda la
Liga: que éramos un equipo de Primera División. Ese día ganamos el partido, la Liga y muchísima ilusión de
cara el futuro.
A todos mis compañeros:
Luis Muñoz
El tiempo pasa y te invita a que lo acompañes, no se puede rechazar la invitación ¡hay de los que lo hacen! Es
una invitación con fecha de caducidad. Cuarenta y cinco años han pasado desde que un grupo de alumnos
que estudiábamos en Colegio del Pilar de los Hermanos Maristas en Vigo, decidimos apuntarnos a un deporte
del que desconocíamos todo, se llamaba Voleibol. El Colegio del Pilar sigue ahí, los alumnos seguimos ahí,
viajando y aprendiendo en el tiempo, y el equipo que inicialmente se llamó El Pilar sigue ahí, si difícil es llegar
muy difícil es mantenerse: mi reconocimiento a todos los que han conseguido que, cuarenta años después del
ascenso primera división, lo que un grupo de chavales empezaron siga ahí.
Todavía conservo: la insignia de la ciudad que nos entregó el alcalde con motivo del ascenso y que llevo
siempre en el ojal de mi chaqueta; un llavero de plata que, en el anverso, lleva grabada una jugada de voleibol
y, en el reverso, la inscripción “Mérito al ascenso a primera división. Año olímpico 1972”; algunas camisetas,
entre ellas, una de los inicios del equipo “El Pilar” con la cruz de Santiago bordada en el pecho; y un recorte
de prensa con la crónica del segundo ascenso del equipo.
Más, mucho más valioso que lo que conservo es lo que recuerdo: un grupo de compañeros, no todos éramos
amigos y sí compañeros, que en la atrasada España de finales de los sesenta e inicios de los setenta,
cuando no había internet, ni móviles, ni varias cadenas de televisión, y viajar era un lujo y Vigo era un pueblo
grande, trabajador y poco formado tuvimos la oportunidad de estudiar en un buen Colegio, eso sí, religioso y
de pago; de practicar deporte, vivir un sueño, y llegar a jugar en división de honor contra el Real Madrid, el
Barcelona, el Atlético de Madrid etc.; de salir de Galicia y conocer otras ciudades de España y Portugal
viajando en tren, en avión y, cuando no había dinero, en autobús; de relacionarnos con otras gentes y otros
ambientes; y, en definitiva, de tocar con la mano lo que hasta entonces solo veíamos en la televisión, oíamos
en la radio o leíamos en los libros. Fuimos unos privilegiados y no lo supimos. Éramos unos críos y todo nos
ilusionaba y asombraba.
A nosotros, en aquél momento, sin pedirlo y sin ser conscientes de ello el tiempo nos entregó una invitación:
nos invitaba a cursar nuestro particular “Erasmus”, nos estábamos formando como personas y, en lo que a mí
concierne, parte de lo que soy para lo bueno y para lo malo, se lo debo a todo lo que he leído y a aquél
“Erasmus”. Sin duda que todos lo hemos aprobado y hemos “progresado adecuadamente”.
Dicen que uno nunca debe volver a donde fue feliz porque ya nada será igual y, tal vez sea cierto, aún así no
me importa estaría dispuesto a volver y repetir el “Erasmus”. Yo fui feliz y seguro que mis compañeros fueron
felices.
Salud, libertad y felicidad para todos.
Temporada 1973/1974
PILAR OJE
Descenso a 2ª división
plantilla
Temporada 72/73
Camilo Rodríguez
José Miguel Fuentes
Luis Concha
José A. Martínez Rios
Ricardo Collazo
Floriano Fernández
Benito Hevia
Luis Muñoz
Eduardo Fdez Arroyo
Carlos Falagán
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Eduardo Arroyo Sociedad Atlética Fernando del Rio
Carlos Falagán Sociedad Atlética Guillermo Touza
Recortes de prensa
1968 -1969
Jose A. Rios
Retroceder 44 años para recuperar la memoria es un ejercicio poco habitual. El recuerdo no suele ser
agradecido ni tampoco justo; siempre quedarán olvidadas acciones y sentimientos dignos de ser
mencionados. Relatar hechos, sería quizá anacrónico; no hacerlo, sería renegar de la parte más emotiva de la
historia.
Quizá un buen comienzo sería preguntarse por qué había una red de voleibol en el campo de Santa Clara? y
por qué, apenas una docena de quinceañeros se esforzaban y entretenían, -antes de entrar en la clase de la
tarde-, en que un balón sobrepasase aquel obstáculo. La única regla practicada de aquel deporte desconocido
era que dándole con cualquier parte del cuerpo, por encima de la cintura, era un golpe válido y como
estrategia, el que disponíamos de tres golpes para conseguir pasar la bola al campo contrario. El importante,
era el primero de ellos, los dos otros dos los usábamos de repuesto, como recurso, por si el primero no
tomaba ni la altura ni la dirección deseada, o se nos quedaba suspendido, -en un equilibrio que permitía
repensar la jugada-, en la parte inferior de la red que, siempre, por efectos de una inadecuada tensión
adquiría forma de bolsa.
De ese germen nació esta historia, de la que sus primeros protagonistas atesoran un cariñoso recuerdo. No,
por lo que sería su hazaña, que también, sino porque compartieron sacrificios y alegrías y eso deja huellas
imborrables y porque con su ilusión, perseverancia y ejemplar empeño fueron ejemplo de muchos.
De la nada, apareció un entrenador y de la nada un equipo que ganó los campeonatos provinciales escolares
y federados de ese temporada; más aún, lo ganaba todo en la provincia hasta a equipos de superior
categoría. A los campeonatos de sector, fuimos como “conejillos de indias” heredando el rol de nuestros
precursores provinciales de otros años. No ganamos, pero hicimos honor a nuestra extraordinaria progresión.
Lejos de amilanarnos los resultados adversos insuflamos en nuestras baterías más energía para tratar de
emular el nivel de juego de los que serían nuestra bestias negras: el Covadonga en federados y el
Jovellanos en escolares.
El verano del 69 fue muy especial. No lo olvidaremos nunca. No porque después no hubiese otros similares,
sino porque era el primero en el que nos entregamos con tenaz dedicación a hacer realidad un sueño que
todavía no se vislumbraba en su auténtica dimensión. Entrenábamos ocho horas diarias ¡! Casi nada ¡!, -a
esa edad casi todas las locuras son posibles-, y ello nos aportó un salto cualitativo transcendental en lo físico
y en lo técnico.
Tres recuerdos imborrables de ese verano: las carreras en pendiente subiendo desde Santa Clara hasta la
cantina, los agotadoras y odiadas series de cuclillas y el “saco”; un chaleco de tortura adornado alrededor de
los costados con múltiples bolsillos que se rellenaban con plomo y arena y que ceñíamos a nuestro cuerpo
con unas cinchas de cuero para que después, de entrenar el salto para el remate y el bloqueo, -al quitarlo- ,
levitásemos suspendidos en el aire.
La intensidad en lo emocional fija los recuerdos y entre ellos se entremezclan no sólo las dificultades de
entrenar con viento y lluvia, la cual aumentaba considerablemente el peso del balón de cuero, por cierto, no
siempre de forma esférica y que hacía que las habilidades técnicas pasasen a un segundo plano o lo
incómodo de entrenar las “caídas” en un campo de piedras y gravilla o la picaresca de distraer un balón o un
chándal al equipo contrario en cualquier fase del encuentro. Quién se resistiría ahora a una sonrisa con esos
recuerdos o cuando nos vienen a la memoria aquellos alardes técnicos que consistían en un saque con
“efecto” o de “gancho”.
1969 – 1970
Esta temporada fue inolvidable. Apasionante en lo deportivo e intensa por la carga emocional que supuso. Ahí
se dió el impulso definitivo para que aquella incipiente semilla de la pasada temporada germinase y se
hiciese realidad en este proyecto consolidado en una perpetua y permanente agonía económica.
De qué vamos a hablar ahora? Pues de pasión. De ese motor maravilloso que hace realidad los sueños de
las personas, que posee la energía y capacidad de derribar no importa que barrera y ,que además, contagia.
Con ella, conseguimos ir colándonos en el corazón de muchos. Al hermano Miguel le robamos un trocito del
suyo, totalmente abducido por el balonmano; al hermano Telmo se lo llenamos casi por sorpresa, porque sus
intereses eran otros. Pero quién renuncia a unos chavales que lo entregan todo y que vivían con la bolsa de
deportes “soldada” a su mano como si fuese una prolongación natural de sus antebrazos?
Esa pasión, no era compartida por igual en nuestros hogares, quizá porque nuestras madres sufrían una
sobrecarga diaria de ropa para lavar, quizá porque había dudas por el posible impacto de nuestra locura en
los resultados académicos y como no, porque nuestro deporte, era un deporte, después de todo, de “niñas”.
Esa imagen popular, sin embargo, se desdibujaba inmediatamente en todos aquellos que conocían la dureza
de nuestro entrenamiento.
Algunos de nosotros jugamos esa temporada la liga de juveniles escolares, federados y la de segunda
división ello suponía no pocos malabarismos de horarios y disponibilidades para compaginar las tres
competiciones y los desplazamientos. Tal nivel de exigencia fue dejando atrás a compañeros de viaje que
siempre recordaremos con afecto porque algunas anécdotas y sus protagonistas son imborrables. En la
distancia se entiende mejor que huyeran despavoridos de aquellos horarios infernales de entrenamiento, o de
las duchas en agua helada que, en invierno, parecía que te horadaban el cerebro con una inmaculada
precisión. Éramos como soldados. Con una disciplina espartana y durante la semana nuestro único premio
eran unos minutos tras el entrenamiento en el Crisol, una cafetería que se inauguraba a la par que nuestra
historia y que ciertamente forma parte de ella porque ahí, además de algunas monedas a las tragaperras y
alguna que otra caña se forjó también alguna que otra historia de amor juvenil.
En lo deportivo los éxitos nos acompañaban absolutamente proporcionales al esfuerzo y, la humildad, la
recuperábamos en algún que otro amistoso con algún equipo portugués, cuyo nivel era infinitamente superior.
El San Mamede fue el primero que nos humilló en el resultado pero en lugar de resquebrajar nuestro interés
nos estimulaba todavía más y resituaba nuestra progreso poniéndonos una meta más exigente.
En el equipo de segunda división confluían dos mundos diferentes. Posiblemente en aquella época quizá no
lo percibiésemos porque llevábamos tiempo juntos pero había una diferencia de edad, dieciséis para los
peques y diecisiete y dieciocho para los mayores. No era una diferencia importante pero había un punto de
inflexión, al margen de otros…la reválida de sexto.
Cuando ganamos el campeonato de la liga de segunda división de nuestro grupo surgió algo de lo que no
habíamos hablado ni pensado jamás: la liguilla de la fase de ascenso a División de Honor.
Ese acontecimiento alteró no solo nuestras emociones sino también otro tipo de fluidos en otros entornos,
fundamentalmente en nuestro querido Colegio del Pilar.
¿Cómo aquel equipo de “desertores” de otros deportes, -así nos llamaban a los que estudiábamos allí-, había
conseguido semejante éxito?, de dónde iba a salir el dinero para, hipotéticamente, ir a jugar la fase de
ascenso, quién iba a financiar aquella locura?, quién iba a asumir la responsabilidad de los resultados
académicos de aquellos chicos?
Con aquella edad y a aquellas alturas del curso la confusión era enorme para nosotros, nuestro esfuerzo
parecía que había sido baldío, y no se sabía que extrañas alianzas se habían confabulado contra nosotros.
El primer inconveniente lo salvamos como era lógico con deportividad , el económico lo sorteamos con el
esfuerzo de la federación y otra parte con un “cariñito” que el hermano Miguel sustrajo de aquel trocito de
corazón que le habíamos arrebatado casi sin darse cuenta y cuando creíamos que teníamos todo resuelto..,
el director del Colegio envió una carta a nuestras casas pidiendo autorización a nuestros padres para el
desplazamiento pero, con un regalito envenenado, les advertía que si íbamos, ellos serían los únicos
responsables de nuestros resultados académicos y que se atuviesen a las consecuencias.
Fue un golpe bajo cuando ya creímos que teníamos todo resuelto.. Como vencer esta nueva dificultad?
¿Cómo convencer a nuestros padres y enfrentarlos a la autoridad del Colegio? (eso hoy, se vería con una
perspectiva diferente).
Difícil tesitura, una parte de nosotros exenta de esa penuria pero involucrada indirectamente. ´Éramos un
equipo y, durante años continuó siéndolo, de plantilla recortada y poseíamos unos valores personales, unas
actitudes, y unas características técnicas bien diferentes unos de otros pero tan complementarias que hoy,
reflexionando, quizá no fuera descabellado el pensar el que no hubiéramos posiblemente existido sino
hubiese tal diversidad. Por tanto este último escollo sólo tenía una respuesta: o todos o ninguno. No había
soluciones intermedias.
Poco a poco y uno a uno, los implicados, sorteando dificultades y enfados en nuestras casas y adquiriendo
compromisos inciertos sobre nuestros resultados académicos conseguimos el estar todos. El haber una vez
más vencido la adversidad no nos había reportado satisfacción alguna, esas semanas de incertidumbre y su
carga sicológica nos habían vaciado internamente. Nos habían robado la alegría.
Partimos para Bilbao. Nadie acudió a despedirnos. La sensación era extraña, quizá si cabe en nuestros
corazones y en nuestra mente la tristeza era aún mayor. Estábamos arriesgando muchas cosas a un
resultado incierto, quizá, porque íbamos a participar en una competición diferente por primera vez , quizá
porque éramos demasiado jóvenes, quizá porque nuestro presumible fracaso iba a darles la razón a los que
nos habían puesto la zancadilla y sobre todo , porque nos arriesgábamos a fallarles a aquellos pocos que
incondicionalmente confiaban en nosotros.
Bilbao nos recibió gris. El hotel era tan cutre como otros que ya conocíamos y la alegría de estar allí sólo era
por instantes, a ráfagas.
La competición se inauguró como de costumbre, es decir, las víctimas nosotros, el comodín del campeonato
al que todos ganarían esos éramos nosotros. Primero por gallegos, zona de escasa práctica deportiva en esta
especialidad, lo segundo porque éramos demasiado jóvenes.
El primer partido, el primer set, parecía confirmar ese sombrío panorama pero poco a poco el juego hizo que
nos fuésemos implicando y nos fuésemos transformando. Ganamos ese partido, y el siguiente,…mejor!! Los
ganamos todos y ascendimos…!! Una buena ocasión para comprobar que las lágrimas y el sudor saben casi
igual
Del viaje de regreso no recordamos nada salvo la llegada a VIGO. La estación estaba llena, a rebosar de
gente, de niños, de padres que nos vitoreaban, que jaleaban PILAR! PILAR! Fue un recibimiento
espectacular. Nos recibieron como, imagino, se recibe a los héroes.
Ahora, en la distancia, toma un regusto especial el rememorar esos instantes. Hoy este tipo de eventos se ven
con más frecuencia y aunque el significado sea el mismo para los protagonistas las diferencias existen.
Aquello no era habitual en una ciudad como ésta, y menos, el hacerlo con unos chavales.
A quién están dedicadas estas líneas sin los nombres de los protagonistas, cabría preguntarse? Pues a ellos.
Pues cada uno reconocerá ahí una parte de su historia y al revivirla la adornará con los detalles necesarios,
desde los “motes”, -unos-, hasta las incipientes habilidades periodísticas,-otros-, que fue necesario practicar
para conseguir abrir un espacio en la prensa local y en la radio. Decíamos al inicio que el ejemplo animó a
otros. Sin duda. A Luís Miró a continuar promocionando la práctica de nuevos deportes, a Alfonso a
desarrollar el colegio de árbitros y a transportes Lucho, -asiduo compañero en nuestros desplazamientos-, a
desarrollar un negocio que también arrancaba en esos años.
Temporada 1974/1975
PILAR OJE
2º Ascenso a Primera división
José Antonio- Luis Muñoz- Tanis –Hidalgo- Carlos- Collazo- Yago
Edu- Peter -Floriano -Víctor -Lucho
plantilla Temporada 74/75
Eduardo Fernández-Arroyo
Carlos Falagán
José Miguel Fuentes
Floriano Fernández
Luis Muñoz
Pedro Arquero
José Manuel Hidalgo
Víctor Iglesias
Ricardo Collazo
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Víctor Iglesias Alerta Luis Concha
José Manuel Hidalgo Cantera José Ríos
Benito Hevia
Camilo Rodríguez
Recortes de prensa
Puestos a recordar
Carlos Falagán
Puestos a recordar mi paso por el Pilar de Vigo de Voleibol, no tengo más remedio que acordarme de Luis
Miro y Fernando Pereiro, mis profesores de gimnasia del Instituto Sta. Irene que fueron los que me
introdujeron en un deporte para mi totalmente desconocido. Recuerdo que intentábamos como podíamos
pasar la pelota al otro lado de la red, normalmente al primer toque, (pasarnos la bola entre nosotros era para
nota).
Aquel grupo de chavales de 13 años empezamos a competir perdiendo todos los partidos, aunque en poco
tiempo tratábamos de tú a tú al resto de equipos de Pontevedra. En aquel equipo que siempre competía en
una categoría superior a la que le correspondía, y que luego formaría el equipo juvenil de la Sociedad Atlética
me acompañaban Pancho, Cortes, Carballa, Novoa, Grande, y más tarde Eduardo, con el que me iría al
Pilar.
Un día después de ganarle al Pilar (para nosotros el equipo inaccesible) la final del trofeo Sport de Infantiles,
vino Floriano a hablar con Pancho y conmigo para que fuéramos a jugar con ellos. En nuestra inocencia
preferimos quedarnos a jugar con nuestros compañeros y sobre todo amigos.
Realmente fue un año perdido, habíamos llegado hasta nuestro tope, pues no teníamos entrenador ni nadie
que corrigiera nuestros defectos, entre Pancho y yo llevábamos al equipo, y supongo que por un tema de
vanidades acabamos distanciándonos. Menos mal que al final de la temporada Floriano volvió a buscarme,
esta vez sí que acepte, y le propuse que se viniera conmigo Edu.
A partir de ahí todo cambio, me encontré entrenando con un equipo al que admiraba, iba a ver sus partidos de
división de Honor en el frontón contra el R. Madrid, Barcelona… y sobre todo el At. De Madrid (aun recuerdo a
Metodiev levantar balones imposibles) .En este equipo estaban Camilo, Ríos, Hevia, Concha, Tanis, Muñoz,
Collazo y el propio Floriano, todos eran una referencia para mi, pues habían hecho un equipo de la nada y lo
habían ascendido a la división de Honor. Cuando iba a verles soñaba que algún día yo podría estar allí, y ese
día llego.
Recuerdo pasarme toda la Temporada entrenando con el Primer equipo, y jugar los fines de semana con mi
equipo de escolares del Instituto Sta. Irene, con el que conseguimos por primera vez y supongo que única,
clasificarnos para la fase de sector representando a Pontevedra, aunque ni Eduardo ni yo pudimos ir por estar
jugando en ese momento la copa del Generalísimo contra el Barcelona.
Ese año aprendí lo que era entrenar, tenía en quien fijarme. Una noche al acabar de entrenar, Floriano
reunido con los pesos pesados del equipo tenía que decidir si Hidalgo o yo íbamos a jugar la copa del
Generalísimo con el equipo, creo que por la lesión de Hevia. Esa espera para mí fue terrible, cuando Floriano
me dijo que iba yo con el equipo me di cuenta que si se quiere conseguir algo el esfuerzo es el único camino,
pues supongo que fui yo por la mayor constancia en el entrenamiento, así pude jugar con el Palo de Málaga
(me permitió conocer Torremolinos) y posteriormente en el Palau Blaugrana con el Barcelona.
La temporada siguiente 74/75 fue la más importante de mi carrera deportiva, el equipo había descendido, se
habían retirado prematuramente, Camilo, Ríos, Hevia y Concha, y se incorporaban Hidalgo y Víctor.
Empezamos a entrenar casi al acabar la temporada anterior, entrenábamos dos o tres veces al día, las
mañanas nos la pasábamos en Maristas haciendo series interminables, el descanso consistía en jugar un
partido de Básquet o de futbol en el campo grande 4 contra 4. Por la tarde algunos días íbamos al gimnasio a
hacer pesas, y todas las noches después de ir “de vinos” íbamos a Maristas a que Víctor se subiera encima
mía para hacer flexiones de piernas. Esa temporada jugamos la liga de gallega, sin entrenar prácticamente
con balón hasta después de Navidades. El reto que teníamos era muy difícil, y poca gente confiaba en que
podíamos conseguirlo, pero la verdad es que teníamos lo más importante, las ganas de conseguirlo, un Líder
que nos hacía creer que sabia cual era el camino, y sobre todo el recuerdo de que otros en una situación más
difícil, (ellos no tenían ninguna referencia) lo habían conseguido.
Después de una fase previa en Santander en la que pasamos verdaderas dificultades en algunos partidos,
sobre todo con el equipo local, y en la que quedamos campeones, llego la prueba definitiva en Valencia. Esta
no pudo empezar con más dificultades, recuerdo tener que estar toda una mañana con Eduardo en la sede de
la OJE en Pontevedra,(de aquella éramos Pilar OJE) para que nos dieran el dinero para el viaje.Al iniciar el
viaje, por supuesto en el autobús de Lucho, este se averió nada más llegar a Rivadavia ( sería un homenaje a
Guillermo Touza) Pero quizás lo más significativo, fue que en el primer partido, después de que en la charla
previa Floriano nos insistiera a los colocadores que todas las bolas se las colocáramos a Collazo, este se
lesiono para todo el torneo.
La cara que debimos poner en aquel momento debió ser un poema, nos sentimos abandonados, no entraba
nadie a jugar, hasta que vimos que el jugador que se incorporaba era el propio Floriano, (no le llego con
ayudarnos desde la banda, que también tuvo que hacerlo dentro del campo), quizá ahí apareció nuestro
Líder, la pieza que nos faltaba, el que no nos permitía ni un segundo de duda ni de relajación, y poco a poco
fuimos encontrando nuestro sitio en el campo, Eduardo ya sabíamos lo que era capaz de hacer en el remate,
Tanis me aportaba seguridad al dirigir al equipo, Muñoz tan distante a veces creo que se acerco mas a todos,
Floriano, no sé si era entrenador o jugador, pues era capaz de realizar las dos funciones a la vez, y Víctor,
además de ser el animador del grupo, en algún partido fue el jugador que me transmitía más confianza y al
que le daba las bolas que veía más comprometidas, estos junto conmigo jugamos prácticamente todos los
minutos apoyados por Piter, y Hidalgo. Este grupo no estaría completo sin la presencia de Yago, ayudando
en todo lo que necesitábamos, tanto el cómo Floriano hacían que no nos preocupáramos más que de salir a la
cancha y ganar el partido.
Al igual que en Santander la trayectoria no fue fácil, pero nos presentamos en la final contra Bomberos, que
nos había ganado antes en la fase de grupo, aun recuerdo las palabras del capitán de Bomberos en el saludo
inicial “no os preocupéis que el segundo igual asciende...” (Dos años después pude recordárselas al jugar con
él en el Bomberos) el resultado fue 3-0 para nosotros y no pasaron de 5 puntos en ningún set.
Todo se vivía a una intensidad terrible, había momentos en que el voleibol te saturaba, por la cabeza te
pasaba el dejarlo multitud de veces, estábamos en una edad 17 años en la que éramos niños y teníamos que
comportarnos como hombres en la cancha. Así después del ascenso renuncie a una preselección de la Junior
en Granada.
Esta temporada para mí fue lo que fue, por una circunstancia que marco mi vida, tenía que haber empezado
Arquitectura en Valladolid, pero no me aceptaron en la facultad y me tuve que quedar en Vigo. Al año
siguiente me fui a estudiar a Barcelona. Esa temporada viví la experiencia de vivir en Barcelona y jugar con el
equipo de Vigo, lo cual acabo siendo inviable, recuerdo aquellas esperas solo en aeropuertos después de
dejar a los compañeros que hacían el viaje de vuelta juntos como algo deprimente.
La temporada siguiente fiche por el Bomberos en división de Honor, (debí ser el primer jugador exportado de
Vigo), ahí realmente empecé a darme cuenta de lo que significaba el Pilar de Vigo, lo que significaba
Floriano, lo que significaba entrenar, en el equipo no se cumplía una premisa a la que yo estaba
acostumbrado, el puesto en el campo se ganaba entrenando, y no por decreto, eso hizo que dejara el equipo
antes del último partido,
Durante mi estancia en Barcelona tuve dos experiencias más, dos años en el Caspe, donde logre un ascenso
que a otra escala me recordó al conseguido en Vigo con un grupo humano espectacular y un entrenador
Miguel Ángel con un merito increíble, para posteriormente jugar en el Barcelona donde antes de volver a Vigo
conseguimos un nuevo ascenso a división de Honor que no se llego a concretar por el fichaje de Maradona
por el F.C. Barcelona, y la reducción del presupuesto de la sección de Voleibol. En esa época en Vigo se
disfruto de un equipo de un nivel muy alto con la incorporación de los que creo fueron los mejores centrales
de España, Vallina y Luiso. Uno de mis mejores recuerdos fue un partido en Portugal con una selección de
Pontevedra, en la que tuve la suerte de colocarles “que maravilla”
La temporada 82/83 la volví a empezar en Vigo entonces Riego pero no pude acabarla por culpa de la
carrera, y por una vieja lesión de rodilla que ya llevaba arrastrando 2 años.
Tuve la suerte de formar parte de un equipo que consiguió cosas muy importantes, tuve la suerte de jugar con
los que para mi fueron mitos (Camilo, Tanis, Ríos…), tuve la suerte de crecer en un deporte colectivo que me
enseño lo que se puede conseguir con el esfuerzo, y sobre todo tuve la suerte de tener un entrenador como
Floriano que me ayudo a enfrentarme a las dificultades tanto en lo deportivo como en lo personal, estas
enseñanzas me valieron para superar muchas dificultades en mi profesión.
Nuestra generación era amateur totalmente, nuestra vida deportiva era muy corta, pues teníamos que estudiar
o trabajar, aun así Floriano renovaba el equipo continuamente, subía al primer equipo gente nueva cada año,”
le dabas una piedra y sacaba un jugador”.
Pensar lo que podrían haber sido en el deporte alguno de los que pasaron por el club es un ejercicio de
ciencia ficción, pero estoy convencido que alguno habría llegado muy lejos en la situación actual. Todos
sabemos que los tiempos no son iguales, que entrenar a un grupo de chavales hoy en día lleva la presión de
los padres, que muchos de los métodos utilizados entonces se verían mal desde algunos sectores sociales,
pero para mí fue una de las mejores etapas de mi vida .
Temporada 1975/1976
CORTEMAN´S
Primera división
Hidalgo –Víctor-Carlos -Tanis - Muñoz
Esteban-Simal- Edu -Floriano -Collazo -Piter
plantilla Temporada 75/76
Eduardo Fernández-Arroyo
Carlos Falagán
José Miguel Fuentes
Floriano Fernández
Luis Muñoz
Pedro Arquero
José Manuel Hidalgo
Víctor Iglesias
Ricardo Collazo
Esteban Fuentes
Simal
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Simal Cisne
Esteban Fuentes Cantera
Recortes de prensa
RECUERDOS
Esteban Fuentes
Cuando se alcanzó el primer ascenso del equipo de El Pilar a la máxima categoría del voleibol nacional yo
todavía correteaba por los campos de los Maristas y daba mis primeros pinitos en este deporte de la mano de
Floriano, nuestro entrenador, que nos enseñó con mucha paciencia y dedicación las particularidades de un
deporte por entonces no demasiado conocido y popular. De aquella época conservo recuerdos imborrables:
los entrenamientos en campos de tierra bajo la lluvia o bajo el sol, los interminables toques de dedos con
balones medicinales, cómo marcábamos nosotros las líneas del campo con cal bajo la atenta mirada del
Hermano Miguel, el verdadero artífice del despunte del deporte en el colegio. Recuerdo también, como si
fuera hoy, los bocadillos de sardinas que él nos preparaba en la cantina del colegio después de los partidos
de los sábados. (Para el Hermano Miguel un fuerte abrazo donde quiera que esté).
En aquellos años el colegio surtió de jugadores a clubes tan representativos de Vigo como el Celta en fútbol,
el Academia Octavio en balonmano y como no, el equipo de Voleibol de Maristas el Pilar.
De esos ya lejanos días pero tan cercanos en mi memoria recuerdo a compañeros del equipo cadete y juvenil
tales como Antonio Prieto, Villanueva, Manzanares, Cundo Quinteiro, Keni Martí Mallén, Eduardo Arroyo,
Carlos Falagán y mis hermanos Nando y Gonzalo Fuentes. De una generación anterior estaban Pedro
Arquero, Genaro, Yago Puelles…
Unos años después, siendo juvenil, Floriano decidió que ya estaba preparado para jugar en el primer equipo.
Me entusiasmó compartir entrenamientos, partidos, viajes, con todos aquellos jugadores que tanta veces
había visto jugar en el pabellón o en el frontón, jugadores de los que tanto aprendí. Además de Floriano,
entrenador y jugador, me encontré con otros compañeros, Víctor, Eduardo Arroyo, Ricardo Collazo, Emilio
Vallina, Hidalgo y mi hermano José Fuentes, algunos de ellos supervivientes de aquel primer ascenso.
Recuerdo los viajes a Madrid y Barcelona donde estaban los mejores equipos del momento, jugamos de tú a
tú con equipos históricos en el voleibol español como el Atlético de Madrid, el Real Madrid, el Juventud de
Badalona y como no, con el grupo Covadonga de Gijón. De esa época hay multitud de anécdotas, recuerdo ir
a comprar la cena en Madrid a un sitio muy cerca de la Estación del Norte donde preparaban pollos asados
para después comerlos en el expreso Rías Baixas de vuelta hacia Vigo o las comidas en La Bota del Racó, en
Barcelona a donde regresé muchos años después a tomarme unos buenísimos caracoles.
Mis estudios en otra ciudad y la imposibilidad de conciliarlos con los entrenamientos y desplazamientos
fueron el motivo por los que tuve que dejar el equipo , pero quedé de alguna forma siempre vinculado al club
en el que crecí como deportista y como persona.
Quiero transcribir un artículo de un periódico local con motivo del final de la temporada 76-77. Hablando de
nosotros dice lo siguiente:
“Víctor, con su entrega y entusiasmo, Vallina con su bloqueo y remate, Hidalgo y Arroyo, con su buen hacer y
prestos a intervenir bien en defensa o con la eficacia de su remate y Esteban y José Miguel con su labor
callada y tenaz resignados a esa penumbra que se experimenta al desempeñar una función nada
espectacular pero hilvanando combinaciones excelentes, han sido protagonistas de este éxito, junto a
Collazo, del que pocas veces hemos podido disfrutar de su remate debido a esa lesión de la que todavía no
se ha recuperado , y como no, de Floriano, cuyo esfuerzo desde el banquillo y otras veces desde el terreno de
juego ha sido pieza fundamental de este triunfo”.
Desde aquí un saludo a todos aquellos que participaron en el primer ascenso del club a la máxima categoría,
a los que lo consolidaron en ella y a los que posteriormente recogieron el relevo, como Guillermo Touza y
Nando Fuentes, que llevan ya tantos años luchando para mantener el nombre de Vigo en el panorama del
Voleibol nacional.
HISTORIA DEL CLUB VOLEIBOL VIGO.
Eduardo Fdez Arroyo
Haciendo memoria, que ya va fallando puesto que han pasado más de 30 años, los recuerdos se
van transformando en emociones, muchas veces con una intensidad mayor que la vivida en su momento. De
entre las añoranzas que tengo del pasado: gente querida, sensaciones de la naturaleza, juegos, estudios,
etc..., la época de jugador de voleibol en Vigo es de las más importantes y la que más influyó en mi vida, ya
que condicionó toda mi actividad futura, mi trabajo y los lugares en dónde residí, que fueron unos cuantos.
Estábamos llenos de ilusión y alegría, posiblemente como ahora, pero las condiciones físicas nos
acompañaban de una manera más eficaz.
Siempre recordaré cuándo me llamaron del Club Asociación Deportiva Atlética de Vigo, muchos de los
encuentros que jugué con ese club, la primera llamada de Floriano a Carlos y a mí para integrarme en el Club
el Pilar de Vigo, mi primer entrenamiento, mis primeros encuentros amistosos en categoría absoluta, mi primer
desplazamiento para jugar en Alicante, cierta preocupación y miedo ya que sólo tenía 15 años, la admiración
que sentía por los otros jugadores: Camilo, José Miguel, Ríos, Hevia, Concha, Luis, Ricardo y el mismo
Floriano, que eran los que jugaban habitualmente y que ya había visto en encuentros de División de Honor.
Como me piden que escriba unas pocas líneas, como quiera que yo necesitaría un libro para contar
todo, y eso ya lo vais a hacer vosotros, me voy a remitir a varios años y dos temporadas muy importantes
para el Club y para mí.
Creo recordar una reunión a mediados de verano de 1979 con Víctor, José Miguel, Floriano y yo
para que el equipo continuara compitiendo en División de Honor. Contábamos con César, con Fernando, con
Emilio, con Lalo. Luego se unieron Luis Álvarez que vino a hacer el servicio militar a Lugo, aportación
esporádica de Javier Díez, procedente de Madrid, Eduardo Casalderrey, procedente de la A.D.Atlética de Vigo
y Serafín y Ramón, procedentes de Aldán, de cuyo entrenador Cortegoso nos solemos acordar con frecuencia
los jugadores de esa época.
Fue un momento muy crítico para la continuidad del club, ya que algunos estábamos estudiando
en Santiago, teníamos que comenzar a plantearnos la manera de jugar, comenzamos muy tarde la
pretemporada, me parece que dos semanas antes de iniciarse la competición y empezamos ganando la
mayoría de los encuentros, lo que nos sirvió para mantenernos en la categoría, puesto que algunos jugadores
coincidimos realizando el servicio militar, y eso nos hizo bajar el rendimiento del resto de la temporada.
Recuerdo encuentros muy espectaculares y victorias muy celebradas en esa temporada.
Luego vino un año de transición, temporada 1980/81 en la que mantuvimos la categoría, la
temporada 81/82, en la que me fui a jugar al C.V. Veracruz de Huelva, mientras el CV Vigo renunciaba a la
máxima categoría. En la temporada 82/83 volví a Vigo, intentamos el ascenso y no lo conseguimos, quizás
porque éramos muy jóvenes como equipo, aunque estuviéramos algunos veteranos.
Y ya en 1984, en Valladolid volvimos a la División de Honor. Guillermo Touza y yo nos
habíamos hecho cargo de la dirección del equipo. Temporada llena de recuerdos de desplazamientos en
coche, carreteras nevadas, victoria en la mayoría de los encuentros, sólo perdimos cuando no pudo
desplazarse algún jugador, comidas en el campo, especial recuerdo a la madre de los hermanos Alda que nos
preparaba el avituallamiento para la ocasión, algunos viajes realizados en autobús con el R.C. Celta de Vigo,
gracias en parte a la mediación de su gerente Quinocho, las pruebas de tácticas de juego que no resultaban,
la emoción de muchos momentos y muchos encuentros, especialmente en la fase de ascenso de Valladolid,
cuando aparecieron Floriano, Dolores y Yago para celebrar el triunfo con nosotros. Los hermanos Alda
(Alberto, Guillermo y Alejandro), Alfredo (futuro regatista olímpico), Antonio, Ricardo Collazo, Suso, Pedro y
Ricardo Díaz, que venía de Madrid para realizar en Vigo el Servicio militar. Esta sería mi última temporada en
el CV Vigo. Después de 11 años en que comencé a jugar en él. En la temporada siguiente empezaría otra
aventura deportiva por diversas ciudades españolas que dura hasta el día de hoy.
Temporada 1976/1977
MANUEL RIEGO
Primera división
Hidalgo –Víctor-Edu -Tanis - Vallina
Floriano -Collazo - Nando- Serafin- Esteban - Ramon
plantilla Temporada 76/77
Eduardo Fernández-Arroyo
Emilio Vallina
José Miguel Fuentes
Floriano Fernández
Nando Fuentes
Ramon Alfaya
José Manuel Hidalgo
Víctor Iglesias
Ricardo Collazo
Esteban Fuentes
Serafin Guimerans
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Emilio Vallina Covadonga Carlos Falagán Bomberos
Nando Fuentes Cantera Luis Nuñoz Retirado
Ramón Alfaya Aldan Simal Retirado
Serafín Guimerans Aldan Pedro Arquero Retirado
Recortes de prensa
RECUERDOS
Temporada 1977/1978
MANUEL RIEGO
Primera división
Cesar –Collazo-Edu –Ceferino
Víctor –Tanis-Vallina- Nando-
plantilla Temporada 77/78
Eduardo Fernández-Arroyo
Emilio Vallina
José Miguel Fuentes
Floriano Fernández
Nando Fuentes
Ceferino Blanco
Cesar Iglesias
Víctor Iglesias
Ricardo Collazo
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Ceferino Blanco Covadonga Ramon Alfaya Retirado
Cesar Iglesias Cantera José Manuel Hidalgo Retirado
Esteban Fuentes Queimada
Serafin Guimerans Retirado
Recortes de prensa
MI ESTANCIA EN VIGO COMO JUGADOR DEL MANUEL RIEGO
Ceferino Blanco Díaz
Hace unos días, como viene siendo habitual de vez en cuando y desde hace años, he recibido una
llamada telefónica de Eduardo Fernández Arroyo (Edu).
A finales de los años setenta, Edu era uno de los componentes de la plantilla del equipo de Voleibol
M. Riego Vigo, club que en la actualidad milita en División de Honor con el nombre de Club Vigo Voleibol.
Durante esa llamada Edu me propuso que escribiera unas líneas en las que expusiera las
experiencias vividas durante mi estancia en Vigo, como miembro de la plantilla del M. Riego Vigo equipo en el
que milité en las temporadas 1977-1978 y 1978-1979.
Mi situación durante el tiempo en que fui miembro del club, hace que mis experiencias las divida en
dos tipos, por un lado destacaría las personales y por otros las deportivas. Cuando hablo de experiencias
personales, no me refiero solamente a mi relación personal con los miembros (del primero al último) del club,
pues lo cierto es que aquel grupo de personas era como una gran familia con un nexo común, en este caso el
voleibol.
Mi andadura por el M. Riego Vigo, comenzó a mediados del mes de septiembre del año 1977, en el
que fiché por el club. En ese equipo todos los componentes excepto Emilio Muñiz Vallina; que al igual que yo
era natural de Gijón; se habían iniciado en el voleibol en los equipos del Colegio Maristas “El Pilar”, para
posteriormente pasar a formar parte del mencionado M. Riego Vigo, por lo que realmente formaban un
conjunto en el que en principio podría haberme sentido como un extraño.
Si una cosa llamó mi atención, más incluso que la calidad deportiva, fue la calidad humana de todos
los componentes del equipo, así como la implicación que cada uno de ellos tenía en todas y cada una de las
iniciativas que se planteaban dentro de la organización del club. El día que me presenté en Vigo y a pesar de
que solamente nos conocíamos de habernos enfrentado en varias ocasiones, fui recibido como si toda la vida
hubiera sido miembro de ese grupo, preocupándose todo el mundo de que mi estancia en Vigo fuera lo más
agradable posible y haciendo porque fuera capaz de integrarme un su vida diaria tanto del club, como
personal.
Además de calidad humana, este equipo tenía una calidad deportiva que te hacía sentirte orgulloso de
pertenecer al mismo. Con una plantilla compuesta prácticamente por estudiantes, con algunos miembros de la
misma estudiando en Santiago de Compostela, lo que en ocasiones impedía que entrenáramos todos juntos.
Podíamos presumir de tener entre nosotros hasta cuatro jugadores internacionales, en una época en la que
comenzaban a existir equipos que podríamos llamar “semiprofesionales” y que intentaban acaparar a los
mejores jugadores de la liga. Los entrenamientos y partidos los realizábamos en el Complejo Deportivo de las
Traviesas y concretamente en el Frontón, en aquella época realmente era un frontón cubierto, sin ningún tipo
de calefacción y con suelo de cemento, lo que hacía que en ocasiones y durante el invierno, el frio fuera
intenso; pero en aquellos entrenamientos, siempre reinaba el buen humor y las ganas de hacer las cosas
bien. Siempre preocupaba el próximo partido y como lo afrontaríamos.
Como resumen diré que mi experiencia durante estas dos temporadas, fue inolvidable.
En lo personal, puedo decir que todavía hoy continúo recordando aquellos días, el buen ambiente que
se respiraba en el club y lo fácil que resultaba integrarse.
En lo deportivo, creo que siempre cumplimos las expectativas que había puestas en el equipo,
aunque seguro que nos hubiera gustado superarlas.
Recuerdos
Gonzalo Fuentes González.
Recuerdo con gran cariño mi etapa de estudiante en los Hermanos Maristas el Pilar de Vigo. Donde nos
inculcaban unos valores que actualmente parece que no están de moda, como la ética, la solidaridad y el
esfuerzo del trabajo bien hecho. También fue allí donde inicié mis primeras prácticas deportivas. Una cita
latina escrita en el viejo frontón del campo de fútbol del colegio señalaba; “mens sana in córpore sano” ese
estado de equilibrio entre la actividad del cuerpo y del cerebro, tan importante en el desarrollo de la persona
en las primeras fases de su vida.
La parte lúdica y jovial del deporte también suavizaba las interminables horas de esfuerzo y dedicación al
estudio. El artífice y alma máter de todas las actividades deportivas era sin duda el hermano Miguel. Su
dedicación infatigable hacia nosotros era sin duda, impresionante. Siempre organizando partidos de fútbol,
baloncesto, voleibol.....con las camisetas limpias, ordenadas, de un lado a otro, incansable, nunca se lo
agradeceremos suficiente!. Qué ejemplo de honestidad y compromiso con la educación de los niños y
jóvenes.
Desde muy niño , porque procedo de una familia que ama el deporte e practicado muchos y variados , pero
sin duda el voleibol fue el más importante para mi. Esos campeonatos escolares, los partidos intensos con el
Club Cisne de Pontevedra, los entrenamientos durísimos en el gimnasio, la preparación atlética ,técnica y
táctica, siempre dirigida por nuestro entrenador , exigente y perseverante al máximo , Floriano Fernández,
que para nosotros era como un hermano mayor . También me acuerdo mucho de Guillermo Touza , mi
profesor de gimnasia porque él, nos trasmitió una visión más amplia del deporte , como superación de uno
mismo , lo cual siempre me acompaña en mi andadura vital y no dejo nunca de practicar.
Un recuerdo muy especial al hermano Luis un hombre bueno donde los haya, que dirigió mis primeros
pasos educativos y que fue fundamental en mi formación como persona. Con él viajamos a León donde
disputamos el campeonato de España juvenil. Allí, me enfrenté a unos contrarios, que al cabo de unos años,
en esa misma ciudad y en mi época universitaria serían mis compañeros de un equipo con el que
ascendimos a División de Honor. Como anécdota comentaré que los cuatro hermanos Fuentes, fuimos rivales
en la liga norte de primera división en tres equipos distintos.
Finalmente un fuerte abrazo a todos, porque fueron muchos y me acuerdo de cada uno de ellos, a los que
fueron mis compañeros en el equipo de voleibol del Colegio El Pilar de los Hermanos Maristas de Vigo
Temporada 1978/1979
MANUEL RIEGO
Primera división
Cesar –Collazo-Edu –Ceferino
Víctor –Tanis-Vallina- Nando-
plantilla Temporada 78/79
Eduardo Fernández-Arroyo
Emilio Vallina
José Miguel Fuentes
Floriano Fernández
Nando Fuentes
Ceferino Blanco
Cesar Iglesias
Víctor Iglesias
Ricardo Collazo
entrenador Floriano Fernández
Recortes de prensa
Como no hemos cambiado
Victor Iglesias
Me satisface enormemente comprobar cómo el paso del tiempo en algunas ocasiones no hace cambiar a las
personas en lo fundamental. Reconocí perfectamente aquel grupo de imberbes que formamos parte de un
equipo de voleibol hace ya treinta y tantos años y lo reconocí porque volví a sentir aquella misma sensación
de estar tan a gusto jugando y compartiendo, alegría, sacrificio, amistad, compañerismo y muchas más cosas,
eso sí, pero esta vez alrededor de una mesa y cenando un magnífico churrasco.
Dicen que somos en parte lo fuimos. Lo de la cena del otro día fue la excusa ideal para trasladarnos
nuevamente al pasado. Como no podía ser de otra manera hicimos un repaso exahustivo de un extenso
repertorio de anécdotas, que no por repetidas, siguen maravillándonos y nos hacen aflorar de nuevo esa
satisfacción de estar de nuevo en el equipo.
En honor a la verdad si encontré algunas diferencias, ínfimas y apenas detectables. Quizás más calvos, con
pelo blanco, un poco de peso, quizás alguno con gafas, hasta nos entretuvimos en averiguar quién era el
mayor, quien estaba jubilado e incluso si alguno era abuelo, ¡qué bueno! .
Habrá que comentarles a “presuntos implicados” que cambie el título de su canción por el de “como no hemos
cambiado”.
Muchas felicidades para todos
Temporada 1979/1980
MANUEL RIEGO
Primera división
Pibe –Nando- Víctor –Vallina
Lalo-Edu-Casalderrey-Cesar
plantilla Temporada 79/80
Eduardo Fernández-Arroyo
Emilio Vallina
Antonio Fernandez (Pibe)
Nando Fuentes
Lalo Fabregas
Cesar Iglesias
Víctor Iglesias
Casalderrey
Luis Alvarez
Guillermo Alda
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Casalderrey Atletica Ricardo Collazo Retirado temporal
Lalo Fabregas Cantera Jose Miguel Fuentes Retirado
Antonio Cantera Ceferino Blanco Gijon
Luis Alvarez Real Madrid Floriano entrenar
Guillermo Alda Cantera
Recortes de prensa
(1978 – 1982) CINCO AÑOS DE M. RIEGO VIGO
Antonio Fernández (Pibe)
1978 – EL COMIENZO…
Con 17 años empieza mi vida en el Voleibol gracias a Manuel Riego, patrocinador del equipo de la ciudad de
Vigo.
Comencé mi andadura en el equipo de 2ª junto a gente entrañable como Genaro, los hermanos Manis,
Villanueva, etc. Gente que enseguida me acogió como uno más, algo muy importante para mí ya que
recientemente había dejado mi país de origen y estaba en un momento difícil de mi vida. Este equipo significó
mucho más que lo puramente deportivo.
1979 – El gran salto…DIVISIÓN DE HONOR…
Recuerdo con increíble claridad el día que nos reunieron en las gradas del frontón a los de 2ª y Floriano nos
hizo la siguiente pregunta:
¿Quién de vosotros está dispuesto a comprometerse a entrenar con el equipo de División de Honor?
Y levanté la mano y dije:….YO….y está decisión marco una parte de mi vida que nunca olvidaré.
Fueron años de entrenamientos duros… subidas y bajadas agotadoras e interminables de las gradas del
frontón… haciendo sentadillas con un compañero en los hombros… horas y horas de toques de balón contra
la pared…kilómetros recorridos por el parque de Castrelos y por las pistas de atletismo…y todo por AMOR AL
DEPORTE…
1980 – FINAL DE LA COPA DEL REY…
Real Madrid, Salesianos, San Cugat y Manuel Riego Vigo…. Para mí, el momento más importante de la
historia del equipo ya que fue la primera vez que llegó a una final de esta categoría. Como anécdota…éramos
tan “importantes” que la gente llenaba el pabellón (cosa que era muy rara),incluso visitamos colegios y
asociaciones deportivas donde nos pedían autógrafos y nos trataban como si fuéramos auténticos
profesionales.
Equipo: Emilio Vallina, Eduardo Arroyo, Fernando Fuentes, Víctor y Cesar Iglesias, Lalo Fábregas, Eduardo
Casal de Rey, Antonio Fernández (“el pibe”).
1981/82 – EL FIN DEL MANUEL RIEGO VIGO…
Nos estrenamos con los fichajes de fuera, jugadores venidos del Real Madrid como Luiso Álvarez y el peculiar
Javi Diaz, gente que se integró enseguida en el equipo.
Momento en el que Manuel Riego dejó de patrocinarnos, y como consecuencia tuvimos que renunciar a
División de Honor y descender a categorías inferiores.
Se terminaron los viajes en avión, las comidas en los restaurantes, las noches de hotel…tuvimos que
apretarnos el cinturón, viajes en tren y en coche (la mayoría de las veces en los nuestros), comidas de
bocadillos, volver para casa de madrugada…Y TODO POR AMOR AL DEPORTE…. Y no me arrepiento de
nada…
Recuerdos
LUIS ALVAREZ GOMEZ:
Comencé la práctica del voleibol a los 13 años en el colegio en Madrid debido a la influencia de mi
hermano mayor que pertenecía al Atlético de Madrid juvenil, a la edad de 15 años, entre a formar parte de la
disciplina del Real Madrid y hasta la fecha de mi incorporación al servicio militar (con 20 años) forme parte del
equipo.
Debido a mi participación en el equipo nacional conocí a Eduardo Fernández Arroyo, natural de Vigo e
integrante del club M. Riego, con el cual comentamos la posibilidad de que comenzara la temporada con ellos
puesto que mi incorporación a filas debía realizarse en noviembre en el cuartel de Figueiredo en Pontevedra
puesto que así me correspondió el sorteo.
Por parte del Real Madrid se me denegó la posibilidad de comenzar con ningún otro equipo que no
fuera el Real Madrid, lo cual me disgusto ya que por aquellos entonces el Real Madrid disponía de jugadores
para ganar la liga sin muchas complicaciones, y por otra parte tampoco realizo ninguna gestión para que
pudiera realizar la temporada con ellos, prefiriendo que perdiera la casi totalidad del campeonato a que
formara parte de un club que no era rival de su altura.
Así sucedió, comencé la temporada en septiembre u octubre del 1979 con el Real Madrid, ganando
todos los partidos sin ninguna complicación, y en noviembre de 1979, (2 ó 3 meses después) me incorpore a
filas.
A los pocos días de iniciar el servicio militar se personaron en el CIR. nº 13 de FIGUEIRIDO una
comitiva del club M. RIEGO VIGO si no recuerdo mal compuesta por D. Guillermo Touza y Yago (no recuerdo
si había alguien mas) para valorar la posibilidad de jugar con ellos esa temporada ya que la reglamentación
de la RFEVB permitía a un jugador cambiar de club con la temporada comenzada siempre que existieran
motivos de fuerza mayor, como era el caso del servicio militar.
De esta manera comenzó mi andadura con el Club M. Riego Vigo.
El cambio fue brutal, de la disciplina espartana militar impartida por un entrenador yugoslavo en el
Real Madrid, a la práctica del vóley en un club amateur por amor al deporte, con unos dirigentes volcados con
la gestión de manera sobresaliente en cuanto a entrega, dedicación y camaradería, y con unos compañeros
envidiables, con un nivel de juego y competitividad que me sorprendió a pesar del escaso volumen de trabajo
que por su dedicación (trabajo, estudios), podían realizar, ya que gran parte de ellos estudiaban o trabajaban
fuera de Vigo.
Me encanto jugar con ese grupo, la experiencia fue, de las mejores de mi vida deportiva, fue muy fácil
integrarme en un equipo con esa calidad humana, todo fueron facilidades, la verdad, no me esperaba disfrutar
tanto del voley con aquel cambio, fue una grata experiencia, han pasado los años y me cuesta recordar pero
cuando lo hago me siento feliz cuando me viene a la mente los recuerdos con toda esa gente.
Recuerdo la entrega de la gente a todos los niveles (jugadores, entrenador, directivos, presidente) te
contagiaba. Aun siendo menores los objetivos planteados para la temporada, comparados con mi club
anterior, hacia que los defendieras con total empeño, conseguimos vencer contra equipos superiores, y salir
airosos contra equipos de nuestro nivel.
Las 2 temporadas que realice con el equipo, en general fueron positivas desde mi punto de vista,
valorando que la preparación no era la idónea por lo comentado en cuanto a la imposibilidad de entrenar
juntos. La segunda temporada posiblemente nos marcamos unas metas que no eran reales eran más fruto de
la ilusión que teníamos que de la propia realidad.
No me hubiera importado continuar con el equipo, pero las circunstancias de aquellos entonces me
obligo a partir, continué mi carrera deportiva en el SON AMAR en Mallorca club en el que milite hasta que
abandone el voley en el 1990.
No me cabe más decir que me siento orgulloso de haber formado parte de este club y agradecer toda
la ayuda recibida por parte de Floriano, Guillermo Touza, Yago, D. Elías Alonso y del resto de compañeros.
¡¡S A L U D O S!!
Temporada 1980/1981
MANUEL RIEGO
Primera división
Floriano-Vallina–Alda-Luiso-J Diaz- Elias- Touza
Pibe- Lalo-Edu- Cesar-Nando
plantilla Temporada 80/81
Eduardo Fernández-Arroyo
Emilio Vallina
Antonio Fernández (Pibe)
Nando Fuentes
Lalo Fabregas
Cesar Iglesias
Pedro Falagán
Luis Álvarez
Guillermo Alda
Javi Diaz
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Pedro Falagán Cantera Víctor Iglesias Volvi
Lalo Fabregas Cantera Casalderrey Retirado
Javi Díaz R Madrid
Recortes de prensa
Vigo a 15 de Febrero de 2012
Lalo Fabregas
Cuando hace unos días recibí la llamada telefónica de Pedro Falagán , y me comentó lo que se estaba
organizando, me lleve una inmensa alegría y una vez que colgué el teléfono, empezaron a brotar en mi
cabeza innumerables recuerdos del pasado que estaban dormidos , e incluso algunos hasta olvidados, pero
no sé cómo ,de pronto fluyeron, - Maristas , hermano Miguel, cantina donde en ocasiones y después del
entrenamiento nos la abría para beber una Fanta o Coca-cola, campo de tierra , y aquel día cuando en la
ultima hora de clase de la mañana con el hermano Alfonso, este nos preguntó , quien quería hacer una
prueba de algo que en realidad no tenia ni idea de lo que se trataba, a lo que yo, ante la curiosidad, levanté la
mano, y acto seguido a los cinco minutos en los soportales junto al campo de Futbol empecé con los dedos de
la mano a darle toques a un balón siguiendo las indicaciones de un chico que a mí me parecía muy mayor,
de nombre Floriano, pero que apenas debía tener 18 años.
No se porque , ese mismo día por la tarde después de clase, ese chico mayor me dice que vaya a un
gimnasio , bueno lo de gimnasio era porque había unas espalderas y una red que hacia las funciones de un
mini campo de vóley donde entrenaban en ocasiones y dependiendo del tiempo unos fenómenos llamados
Ríos, Hevia, Concha, Tanis, Muñoz, Camilo , y Floriano , el cual me pide delante de alguno de aquellos,
reitero fenómenos , que le de toques al balón y así estuve durante muchos años, desde los nueve, jugando a
un deporte maravilloso y que me acompañó durante toda mi juventud.
Floriano no sabes lo feliz que fui, gracias un deporte que me enseñaste a jugar y amar, y no sabéis la suerte
que tuve pese a mi juventud, de haber compartido días de entrenamiento , no solo por la semana sino
aquellos Sábados en los Maristas rodeado de grandes deportistas, amigos y pioneros de un deporte , que
gracias a vuestra trayectoria y ejemplo , habéis marcado el camino de otros muchos y grandes generaciones
de jugadores que sin duda han conseguido que el voleibol vigués sea un referente a nivel nacional.
Cuando van pasando los años, y como en este caso he rebobinado hacia el pasado, me doy cuenta de
muchas cosas y sin duda de lo que estoy orgulloso y feliz es de haberos conocido, podría mencionar a
muchos jugadores y amigos con los que compartido días de entrenamiento y de viajes, pero en este momento
sólo me acuerdo de mis comienzos y en especial de los pioneros, Ríos, Hevia, Concha, Tanis, Muñoz,
Camilo.
Y por supuesto a ese chico mayor, que tanto me hizo amar este deporte, y que siempre le estaré eternamente
agradecido.
A todos vosotros mi más profunda admiración y cariño.
Temporada 1981/1982
MANUEL RIEGO
Ascenso a 2ª división
plantilla
Temporada 81/82
Suso Penedo
Floriano Fernández
Antonio Fernández (Pibe)
Ricardo Collazo
Juan Fernández
Cesar Iglesias
Víctor Iglesias
Pedro Falagán
Guillermo Touza
Guillermo Alda
entrenador Floriano Fernández
Altas Procedencia Bajas Destino
Suso Penedo Cantera Eduardo Fdz Arroyo Veracruz
Floriano Fernandez 2ª division Emilio Vallina Retirado
Guillermo Touza 2ª division Nando fuentes Retirado
Victor Iglesias Volvi Lalo Fabregas Retirado
Ricardo Collazo Reincorporado Luis Alvarez Son Amar
Juan Fernandez 2ª division
Imágenes
EL Pilar Voleibol Vigo
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EL Pilar Voleibol Vigo

  • 1.
  • 2.
  • 3. SAUDA En 1969, case cen anos despois de que un profesor norteamericano de educación física puxera as bases do que hoxe é o Voleibol, nacía no seno do Colexio dos irmáns Maristas de Vigo “El Pilar”, o primeiro equipo vigués desta modalidade. O 40 aniversario do histórico dobre ascenso acadado no ano 1972 polo CD El Pilar, en categoría masculina, e polo Club Medina, en categoría feminina, é un feito de gran valor deportivo e de difícil repetición no futuro. Por este motivo é de aplaudir a iniciativa de por en valor, mediante esta publicación, a brillante traxectoria de ambos conxuntos que xa forman parte da historia, pero tamén do presente e do futuro, deste deporte en Galicia. Neste anuario ponse de manifesto a brillante traxectoria do Medina e do Pilar de Vigo, detállanse os ascensos a primeira división, recóllense méritos deportivos destacados, así como recoñecementos e galardóns dos seus xogadores e adestradores. Como secretario xeral para o Deporte, quero felicitar e recoñecer, de parte do Goberno galego e de todo o deporte de Galicia, aos promotores desta iniciativa, así como a todos os vigueses que dalgunha forma colaboraron e colaboran en que Vigo e Galicia sigan permanecendo no mapa do voleibol español. José Ramón Lete Lasa Secretario xeral para o Deporte Xunta de Galicia
  • 4.
  • 5. Uno de los aspectos más gratificantes de encabezar una modalidad deportiva como el Voleibol es poder vivir de cerca una serie de historias, hazañas y experiencias que construyen la auténtica realidad de este deporte. Estos acontecimientos jalonan el desarrollo del Voleibol y ejemplifican los valores que deseamos transmitir todos y cada uno de nosotros al vincularnos con el deporte de la red. El trabajo, el esfuerzo, la superación y la humildad constituyen las principales características de los grandes episodios de nuestra historia; episodios como el que protagonizaron los equipos vigueses El Medina y El Pilar. En unos años en los que el Voleibol se curtía de horas y horas de ilusiones, estos dos clubes abrieron un arduo camino que fue seguido luego por otros muchos, al convertirse en los primeros equipos gallegos en ascender a Primera División, en las categorías masculina y femenina. En 1972, estas dos escuadras consiguieron el logro de entrar en la historia de este deporte, al obtener por primera vez la clasificación para la máxima categoría del Voleibol. La hazaña es más notable, si cabe, es el caso del Medina de Vigo, ya que, tan solo dos años después de su ascenso, se proclamaría Campeón de España, al adjudicarse la entonces denominada Copa del Generalísimo. Proezas de este calibre no pueden más que ser alabadas y recordadas, al tiempo que debemos ensalzar el arrojo y la valentía de aquellos hombres y mujeres que tuvieron un sueño y la fortuna de verlo convertido en realidad únicamente gracias a su trabajo. Y de estos soñadores y trabajadores incansables por amor a nuestro deporte, no puedo dejar de destacar la figura del entrenador y jugador Floriano Fernández Pomar, verdadero hilo conductor de estos triunfos, que dedicó mucho esfuerzo e ilusión en la preparación de ambos equipos y que fue galardonado por la Federación Española de Voleibol con el merecido título de “Mejor Entrenador” de la temporada 1971/72. Estoy seguro de que esta acertada iniciativa de editar una publicación que sirva para conmemorar el cuadragésimo aniversario del ascenso de ambos clubes a las máximas categorías nacionales tendrá una extraordinaria acogida, no solo entre los aficionados gallegos, sino también entre todos aquellos que formaron parte de aquella etapa del Voleibol.
  • 6.
  • 7. Prólogo Es un placer para mi poder prologar un libro que recoge una época del deporte español y en particular del voleibol, que muchos de nosotros vivimos intensamente y que fueron, sin lugar a dudas, la base del desarrollo posterior del deporte español y que hizo posible no solo la organización de los JJOO de Barcelona, sino también los éxitos posteriores que aún hoy podemos disfrutar, gracias a esa estructura que fue fraguándose en esos primeros años y que suponía el hecho de disponer de unas competiciones organizadas, de un entramado de clubes a nivel nacional y de unos técnicos cualificados. Estoy convencido y mis cuarenta y tantos años de vida profesional me avalan, de que la mejor época de un deporte, son aquellos donde hay que luchar para darlo a conocer a la sociedad en general, donde aún los intereses se limitan a conseguir unos resultados deportivos, disfrutando de la actividad de forma ociosa y desinteresada y donde muchas veces los recursos económicos son tan escasos, que suelen ser un lastre para llegar a conseguir los objetivos marcados. Sin embargo, a pesar de todos esos inconvenientes y limitaciones, si tuviéramos que definir al deporte desde el punto de vista ético, ese deporte vivido en esos años, es lo que podríamos definir como el deporte en estado puro, es el que nos deja unas vivencias irrepetibles y que recordaremos siempre a lo largo de nuestra vida. Iniciativas como la de este libro, son necesarias para ayudar a recuperar la memoria histórica de nuestro deporte, de forma que nunca se olvide quienes fueron realmente los que lo iniciaron y promovieron la difusión y consolidación del voleibol en nuestro país. Posiblemente, ha llegado el momento de empezar a recoger ese patrimonio heredado que nunca debemos olvidar y que supone recoger los vestigios orales y escritos de lo que realmente pasó y por tanto esto puede suponer un primer paso para animar a otras personas a que hagan lo mismo. Esa historia del deporte español, que coincide con el régimen franquista, hay que empezar a contarla, recogiendo con técnicas etnográficas, tal como se plantea en el libro, los datos que nos pueden dar los mejores informantes: los protagonistas de la gesta. Dentro de ese contexto, donde se estaban poniendo los pilares del futuro deporte español, y que dio como fruto, la organización de los primero JJOO en nuestro país en 1992, destacaron un perfil de personas, que con la terminología actual se definirían como personas emprendedoras que, con muy pocos medios, pero con una gran capacidad creativa y de trabajo fueron impulsores de grandes logros deportivos y por ende ayudaron con sus iniciativas y esfuerzo personal a que su desarrollo fuera posible. Este es el caso que nos ocupa y que en su momento no dejó de sorprendernos a los que en aquel momento teníamos responsabilidades técnicas y de gestión en la Federación Española, tanto por su por su brillantez como por sus resultados. Hace ahora cuarenta años, en el inicio de la década de los 70, un grupo de deportistas residentes en Vigo, consiguieron ascender a División de Honor, en la temporada 1971-72, al club Pilar de Vigo y al club Medina de Vigo, alcanzando en la temporada 1973-74 la Copa del Generalísimo con el equipo femenino, que para entonces ya era patrocinado por la firma comercial de Manuel Riego. Con la ayuda inestimable en un primer momento del hermano Miguel (hermano marista) y liderados por Floriano Fernández, entrenador precoz, que por su edad no pudo asistir al curso Nacional de Entrenadores pero que sin embargo, si fue capaz de formar, en muy poco tiempo a un grupo de jugadores y jugadoras que no solo destacaron con sus respectivos clubes en las competiciones nacionales durante varias temporadas sino que también, muchos de ellos fueron seleccionados para formar parte de las selecciones españolas, representando a España en diversas competiciones internacionales. Así, podemos destacar a las jugadoras del Club Medina de Vigo, Nenuca Álvarez, Blanca Velasco y Puri Pérez y del Club del Pilar a los jugadores Camilo Rodríguez, José Miguel Fuentes, Ricardo Collazo, Luis Concha y Eduardo Fernández Arroyo. Mi reconocimiento y mi afecto a todos los que habeís participado en este proyecto que, sin lugar a dudas, servirá de hilo conductor para futuros trabajos de investigación en el campo de la recuperación de la memoria histórica, no solo de nuestro deporte sino del deporte español en general. Madrid, Noviembre de 2011 Manuel Hernández Vázquez
  • 8.
  • 9. Reflexiones voleibol José Alfonso González Alonso, Arbitro Internacional Siempre se habla de los valores y la grandeza del deporte, y hoy al escribir estas líneas, estas reflexiones que trato de compartir con todos, las estoy viviendo en el recuerdo con esa grandeza, ya que aquellos primeros años del voley vigués y gallego tienen en si mismos el valor del comienzo de un proyecto. La verdad es que llegué al Balonvolea (después Voleibol) por estar en el sitio apropiado, y en el momento correcto, porque de los varios deportes practicados, el voley no estaba en mi círculo de práctica, (en cambio quien me lo diría, la primera maestría que realice fue la de Voley). Bueno como decía la historia para mi comienza cuando alguien me invitó a coger el silbato para “ intentar “ arbitrar un partido de entrenamiento. La verdad es que fui muy osado ya que mal sabía el reglamento. Así comenzó lo que seria más de 30 años de arbitraje, y de ellos 25 de internacional. Una persona fundamental en mi meteórica carrera arbitral fue Oldrich Slavisech, que la Federación española había contratado para organizar todo el departamento técnico de la Federación Española incluido el estamento arbitral. Recuerdo que mi primer presidente del Comité nacional fue Santiago Moronta, después Evangelista y finalmente Morales. El voley mi permitió relacionarme con personas entrañables, pioneras del deporte de Vigo y Galicia, Luis Miró, Daniel Ochoa, Jesús Ramallo, Fdo Pereiro, Paco Baldó, Floriano Fernández, Guillermo Touza, y el gran querido y añorado Hermano Miguel, puesto que el Hno Miguel y el colegio de los Maristas de Vigo, fue pionero no solo en voley, sino en otros deportes. Hay muchas más personas que a lo largo del tiempo aportaron su trabajo al voley, y que colaboraron conmigo en el Comité Gallego de Árbitros, como José López, Ozores (matrimonio), Tito (ya fallecido) Landesa, Fernando Liz,( que comenzó en Lugo) Secundino, Paco Lavandería de Lugo y muchos más, que he tenido el privilegio de su amistad, y me refiero a aquellos años en donde el Balonvolea era el gran desconocido. Clubs mas destacados de la época, Sociedad Atlética,( Canella jugador destacado) Ureca, Magisterio de Pontevedra, Aldan, El pionero en juveniles Colegio Alba con Lalo Vázquez Gil, los equipos de Cortegoso, de Vilas. Recuerdo la A Coruña, a Sta Maria del Mar, Los Maristas Zalaeta con Pepe Volea, y Pepe López entre otros. De Lugo mención aparte merece toda la familia Bouza con su EMEVE, también el Seminario de Lugo. En Orense el voley es algo posterior. Jugadoras del Club Medina de Vigo, como mi querida Nenuca, y las entrañables Ana, Chon, Puri, Blanca, la delegada Josefina, su responsable Pili etc. De la convivencia de aquel grupo de chicas entre ellas mismas y con otras personas como yo, se crearon unos vínculos de amistad y respeto que duraran siempre. Mención destacada y fundamental para la consolidación del voley gallego fue el Pilar, por lo que significó el Hno Miguel, y lo que significa Touza. Primero se denominó Pilar, después Cortemans, Riego, Foque, Vigo. De los chicos todos pero por citar algunos Rios, Vallina, Collazo, Arroyo, Camilo, Hnos Iglesias, Hidalgo, Gaspar, Parga, los hermanos Fuentes, Falagán, Concha y muchos más. Gracias a voley he tenido la oportunidad de conocer España y muchos Países de Mundo, relacionarme con personas entrañables y conocer culturas diferentes, participar en competiciones nacionales e internacionales de primer nivel, por supuesto en partidos de primera línea de las ligas nacionales y finales de la Copa del Rey y de la Reina, y estar Copas de Europa, Preolímpicos, Spring Cup, Juegos del Mediterráneo etc., y en la Olimpiada de Barcelona. Gracias a esto mi familia del voley está repartida por parte del mundo. En España recordar a Morales, Paco Fraile, Viña, Cean Bermúdez, Aller, Losada, Diego León, Torrent, Guijarro, el grupo sevillano, Ayala, Callejón, mi compañero y amigo José López de quien tuve el honor de ser profesor en su curso nacional, también de los muchos compañeros extranjeros, gran recuerdo guardo de Francis Larrú, de Pepe Sanles, Fachettín entre otros. He tenido a satisfacción y orgullo de haber dejado mi puesto en el arbitraje a otros compañeros mís jóvenes, antes de llegar a la edad limite de esta tarea. Siempre me he sentido respetado con mis aciertos y errores. Está claro que tanto años dentro de la familia del voley, muchas anécdotas podría relatar, pero solo comentar algunas como: En una etapa los árbitros aun de mayor categoría no arbitrábamos el campeonato de liga en toda España, por un tema económico, Así que yo conocía de memoria la carretera a Gijón, tanto por la costa como por Benavente, igualmente pasaba con Valladolid, Lugo etc. (años después ya nos desplazábamos por todo el territorio del Estado. Mis viajes de Gijón eran tan repetitivos, que decían que era mejor pagarme un piso que el hotel. A veces en estos viajes que acompañaban familiares, también Hnos. de San Juan de Dios (que visitaban a sus colegas en Asturias), y algún futbolero de mi club. Recuerdo que un par de años después de la tragedia de Rio Órbigo, en donde al regreso de una excursión escolar, murieron muchos
  • 10. alumnos de un colegio de Vigo, como os decía un par de años después, me acompañó a Gijón uno de aquellos niños supervivientes, fue muy fuerte cuando pasado por encima de puente del río órbigo en Benavente, dijo en voz baja. “Rio de mierda”, - aquel superviviente volvió a recordar un hecho que en parte marcó su vida-. En parte de estos muchos años, hubo una época en donde también entrenaba Balonmano y Fútbol, no se como me las componía para el fin de semana atender a todo. También fue un recuerdo entrañable la invitación del entrenador del Unicaja Almería, en Gran Canaria, en donde después, e perder una liga, me dice estando en el comedor del hotel, si quería compartir mesa con ellos. Ese detalle dice de la grandeza de nuestro deporte. Como cada persona que dedicó parte de su tiempo libre al deporte u otra actividad, se podrían escribir unas memorias, pero no este el momento sino el de recordar con unas frases aquellos tiempos. Perdón por no citar a muchas más personas que en esta faceta lo merecerían, pero todos pusimos un granito de arena en los comienzos de aquel voley. Un abrazo para ellos y un beso para ellas. José Alfonso González Alonso
  • 11. Las paginas que vienen a continuación tienen un solo objetivo, recoger el recuerdo y los recuerdos de una generación de críos que se hicieron hombres alrededor de un deporte que era totalmente desconocido, y que gracias a ellos y a los que recogieron su testigo, han conseguido que el club que tuvo sus orígenes en el colegio maristas de Vigo, con el nombre de Pilar haya llegado a ser el Club Decano del Voleibol español, (Balonvolea, como le llamábamos en sus orígenes). Para darle una cierta coherencia a esta publicación, y por su por extensión, se centrara en el periodo que va desde sus inicios, hasta el año 1983, temporada en que la persona que lidero este proyecto, Floriano Fernández el ENTRENADOR con mayúsculas, deja el club para dedicarse a otras actividades deportivas y personales A partir de este momento el testigo lo recoge Guillermo Touza gracias al cual el club se mantiene en estos días tan difíciles en los que este deporte que nosotros vivimos como amateur se ha profesionalizado. Este año 2012 se cumplen 40 años del primer y realmente más importante ascenso del equipo a la división de Honor, coincidiendo además con el del equipo femenino El Medina que si bien ya había competido en división de Honor, este fue su primer ascenso ganado en las canchas. Este relato no sería posible sin una persona que no está con nosotros y que saldrá repetidamente a mención en las páginas siguientes, el Hermano Miguel, junto a este hay nombres que tendrían especial importancia en los orígenes del voleibol en Vigo, y su apoyo al Pilar, como serian Luis Miro (profesor de Educación Física, y presidente de la Federación, organizador del trofeo Sport), Fernando Pereiro (también Profesor de educación Física, y delegado provincial de deportes), así como Daniel Ochoa que contribuyeron al patrocinio del equipo en los años 73/74 y 74/75 por la OJE. Importantes en este tiempo fueron también Julio Larrañaga acompañando al equipo muchas veces, Genaro Borras que tantas veces trato a jugadores del club, y no podíamos olvidarnos de Elias Alonso Riego, que patrocino al equipo en la etapa de mayor esplendor de esta época. Todos los nombres que aparecerán de ahora en adelante han sido parte importante de esta historia, esperamos que no se nos olvide ninguno. Así pues cada cual que se tome esta publicación como mejor entienda, pues realmente la vamos a hacer entre todos; no pretendemos contar ninguna historia, esta la iremos conformando con nuestros recuerdos, y a lo mejor solo la comprenderemos los implicados, resultando difícilmente entendible al que la lea desde la lejanía, pues seguro que aparecen repetidamente palabras como “Gradas, rodillos de arena, balones medicinales, series, el autobús de Lucho, las literas de Renfe,……” Desde estas líneas tendemos la mano a aquellas personas vinculadas al club a partir de este periodo, para que continúen con esta historia. Si nosotros hemos contribuido al nacimiento de este club, ellos están contribuyendo a su permanencia “Nosotros les hemos hecho grandes a ellos y ellos a nosotros” El Pilar Agradecemos a todos los que han hecho el esfuerzo de escribir sus vivencias, y contribuir así a la redacción de esta publicación.
  • 12.
  • 13. EL HERMANO MIGUEL or desgracia y por ley de vida, serás el único que faltes a nuestra celebración a nuestro gran aniversario. Pero no te recordamos porque ya no estés entre nosotros, no, te recordamos porque fuisteis la pieza imprescindible que hizo posible alcanzáramos nuestros sueños. RECORDAMOS cuando fundamos el CLUB EL PILAR que lo hicieseis mas por ver nuestra ilusión que por creer en algún momento en los grandes logros que nos depararía el futuro. RECORDAMOS como con nuestro duro trabajo e infinidad de horas encerrados en aquel campo de tierra de los maristas, conseguimos robar un hueco en tu corazón de balonmanista empedernido. RECORDAMOS tus rezos antes de cada partido en la fase final de Bilbao pendiente de nuestra llamada y disfrutando desde lejos de nuestros éxitos. RECORDAMOS el recibimiento que nos distes con el andén de la Renfe lleno de alumnos del colegio celebrando nuestro campeonato. RECORDAMOS con que orgullo hablabas de nosotros de lo que un grupo de juveniles de tu colegio había conseguido, llevar al equipo en dos años a la máxima categoría del voleibol nacional. RECORDAMOS tus equilibrios económicos con los pequeños beneficios de la cantina para que pudiéramos tener nuestro kilométrico o un autobús y poder viajar y disfrutar de nuestro primer año en la Primera división como tus múltiples gestiones para nuestra continuidad. RECORDAMOS con satisfacción el gran homenaje que pudimos darte en el CIRCULO MERCANTIL y la infinidad de generaciones de alumnos que asistieron y habían pasado por tus clases. RECORDAMOS con que obediencia aceptaste tu injusto destierro y nuestras visitas a La Coruña y nos hacías sabedores de tu satisfacción por nuestros triunfos. RECORDAMOS con orgullo y respeto como te llevamos sobre nuestros hombros, hombros del deporte que tanto amaste, a tu último descanso. RECORDAMOS nuestra satisfacción al ver colocar la primera placa en el Pabellón Municipal en tu Honor. Son tantos y tantos los recuerdos que se agolpan en nuestras mentes que lo único que sentimos es no poder tenerte a nuestro lado para disfrutarlos, pero ten la seguridad ahí donde estés, que siempre estarás en nuestros recuerdos y en nuestros corazones. Solo podemos despedirnos diciéndote GRACIAS MIGUEL, como cariñosamente te llamábamos, o GRACIAS GRAN HERMANO MIGUEL como te conocían en todo el deporte. GRACIAS MIL GRACIAS HERMANO MIGUEL. CLUB PILAR VIGO DE VOLEIBOL Tus jugadores.- P
  • 14.
  • 15. Temporada 1970-71 Los inicios Son los años de gestacion, por el equipo pasaron distintos jugadores , unos continuaron y otros no, pero todos sentaron las bases del futuro,seguramente sin ser conscientes de lo que iban a lograr en en futuro muy proximo Reunidos con el equipo rival El hermano Miguel, Camilo,Jose Miguel, Nozal, Muñoz, Mallen, Hevia, Collazo, Rivas, Concha, y Rios Camilo primer jugador de Vigo convocado con la selección Española
  • 16. PIÑEIRO CAMILO FLORIANO HEVIA RIVAS COLLAZO CONCHA MALLEN NOZAL TANIS MUÑOZ Y RIOS CONCHA TANIS MALLEN COLAZO FLORIANO NOZAL BARBAZAN RIOS Y PENELO CAMPEONATO NACIONAL JUVENIL
  • 17. RECUERDOS Ricardo Collazo Cuando Carlos Falagán me dijo que algunos iban a escribir algo sobre el Voley, lo que quisiéramos, sobre lo que fue para nosotros o contar alguna anécdota ocurrida mientras estuviéramos en el equipo, pensé que eso no era para mí. Procuro ser reservado siempre. Pero así y todo me permito decir algo al respecto. Para mí desde el inicio el vóley o balonvolea, como se llamaba entonces, siempre fue una actividad para divertirme, estar con amigos o compañeros, sin más motivación. Así y todo, poco a poco, fui aprendiendo a asumir ciertas responsabilidades, a convivir con diferentes compañeros, rivales, árbitros .También a conocer lugares y diferentes situaciones, que quizás si no me hubiera orientado por el vóley no llegarían a darse. Aprendí algo, que sobretodo ahora mucha gente lo tiene olvidado. Y es que sin esfuerzo nada se puede conseguir. Y esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida. Nunca he pretendido ser ejemplo para nadie, pero con el tiempo, algunos me han reconocido que viendo el espíritu de lucha y trabajo del equipo, decidieron iniciarse en el vóley. Y yo por ello me siento orgulloso, en la pequeña parte que me toca, como componente del equipo, en los bastantes años en que estuve (del año 70 al 89), y como uno más de los que consiguieron, con mucho esfuerzo, el que el Club Vigo Voleybol haya perdurado hasta estos días, en que es el equipo decano del Voley en todo el estado español. Y la verdad es que me da mucha pena que en él ámbito económico, casi siempre hayamos estado a punto de extinción, por el deficiente apoyo de las instituciones de Vigo, tanto en el ámbito oficial como privado, eso sí, con muy puntuales y honrosas excepciones. Siempre ha habido en este extenso periodo personas y algunas empresas (nuestros sponsors o patrocinadores), que sin su persistente ayuda y apoyo quizás la supervivencia del equipo no se hubiera conseguido. Para no dejarme nadie atrás no las citaré, pero si merecen un lugar destacado el Hermano Miguel (Marista) que en el inicio desde el equipo juvenil de El Pilar, hasta que alcanzamos por primera vez la Primera División, y un par de años consiguió que pudiéramos mantenernos dignamente, luego sus superiores de alguna forma le impidieron que pudiera seguir ayudándonos. Otra persona que para mí merece ser destacada es Guillermo Touza, que también desde los inicios, siendo jugador, y luego como entrenador y Presidente del club, hasta ahora que tiene que luchar por conseguir que el equipo no desaparezca por falta de patrocinadores. Igualmente es de destacar, Floriano, que como entrenador y en ocasiones como jugador, supo conducirnos, muchas veces a límites que nosotros mismos como jugadores no conocíamos. Y por supuesto dar las gracias a todos los compañeros del equipo en los diferentes años, que cada uno con su aportación, hicieron que el equipo alcanzase al menos estos 40 años de vida. Igualmente, quiero pedir disculpas, a cualquiera que, en algún momento, pudiera haberle ofendido o molestado mi actitud durante mi vida deportiva. Así ahora, con cierta nostalgia echando la vista atrás, recuerdo en los finales del año 1968 con 13 años, cuando el profesor de gimnasia del Instituto de la Guía (donde estaba “exiliado”) Alfonso (el árbitro de Voley) nos presentó a Paco Baldó y nos invitó a formar parte de un equipo escolar de balonvolea. Nadie sabía que era eso. Así y todo nos anotamos unos cuantos y ya inmediatamente, con unas rudimentarias nociones, me inicié en este deporte. Un par de años más tarde, di el salto y fiche por el Pilar, del que Floriano era entrenador, en el equipo juvenil (aunque yo estaba en categoría infantil), que compitió y ganó el sector juvenil en Orense y posteriormente fuimos a la fase final en Gijón. De algunos del equipo juvenil formado por J.A.Rios, Muñoz, J.M.Fuentes, Pedro Arquero, Luis Concha, Barbazán, Nozal, Mallén y Penelo, se formo la base del equipo que al año siguiente alcanzó por primera vez ser campeón de 2ª división en la fase de ascenso en Bilbao en Abril del año 1972. Todos los que formamos parte del equipo juvenil y luego del equipo de 1ªdivisión, recordamos el sufrimiento, hasta limites insospechados, que padecíamos en los entrenamientos que hacíamos en el colegio de los maristas, a veces en sesiones de mañana, tarde y noche. Aquella enorme y empinada cuesta, que subíamos en cuclillas, a saltos, corriendo para adelante y para atrás, los saltos en las enormes gradas que había alrededor del campo de fútbol, al que dábamos infinidad de vueltas. Fuera invierno o verano, lloviera o hiciera sol, hubiera barro o polvo. Alguna que otra vez realizábamos entre nosotros pequeños partidos tanto de fútbol, como de baloncesto, realmente siempre muy disputados.
  • 18. En fin todos son recuerdos, unos más alegres (las victorias, las llamadas, a la Operación Altura Infantil, a la Selección Nacional Junior, situaciones y anécdotas con compañeros y amigos, etc.), que otros (derrotas y lesiones), que en fin, forman parte de la vida. Ricardo Collazo Pérez 31 de Enero de 2012.
  • 19. Temporada 1971/1972 EL PRIMER ASCENSO Ascenso a división de Honor Hermano Miguel 10 Camilo 4 Tanis 8 Concha 11 Rios 12 Collazo 9 Fernando 5 Floriano 3 Hevia
  • 20. entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Fernando del Rio Lugo
  • 22.
  • 23.
  • 24. El ASCENSO, anécdotas y chascarrillos Camilo Rodríguez Cuando hace unos días recibí una llamada del amigo Floriano, comentándome el proyecto en el que estabais trabajando y me invito a colaborar en él, aportando mi pequeño granito de arena, he de reconocer que llevé una de las mayores alegrías de los últimos años después de la noticia en su día de mi “ prejubilación “; por tanto acepté encantado inmediatamente. Al finalizar la llamada, lo comenté con mi esposa, y noto el entusiasmo que me producía el volver a recordar aquellos años de ilusión, trabajo y mucho, mucho sacrificio por mi parte y la de todos los que comenzamos aquella aventura, tanto fue así que no me importa reconocer que aquella noche volví a soñar lo que tantos años atrás era parte de mis sueños, el saltar a rematar un balón y quedar suspendido en el aire para ejecutar el mate perfecto. Para mí todo comenzó en el año 1966, en el Colegio Alba, donde se comenzaba a practicar un nuevo deporte que se llamaba “balónvolea”, bajo la mirada de por aquel entonces profesor de gimnasia Lalo Vázquez. Recuerdo aquellos partidos en canchas de tierra, en pleno invierno, con aquellos balones totalmente empapados de agua, que más que balones parecían piedras que machacaban los brazos y manos entumecidos por el frío. Posteriormente en el año 1969, ingresé en el colegio El Pilar de los Hermanos Maristas donde verdaderamente se fraguó el nacimiento de nuestro querido club, con los jóvenes compañeros de aquella época. Tengo que reconocer que todo lo que fue sucediendo en los próximos años, no sería posible sin la abnegada colaboración de la persona que para mí y creo que para todos nosotros, fue el “alma mater”, nuestro querido hermano Miguel. Bueno y así comenzó la andadura, de la mano del entrenador, psicólogo, fisioterapeuta y jugador Floriano, eso sí era polivalencia. Llegaron aquellos “ agradables “ entrenamientos, con los balones medicinales, los sacos llenos de arena subiendo la cuesta de entrada al colegio, la subida de las gradas del campo de futbol, así como aquellas interminables vuelta y vueltas al mismo corriendo como locos, los saltos de plinto con toda la altura que daba, y aquellas planchas al suelo de duro cemento para levantar balones en el “ gran “ gimnasio que teníamos a nuestra disposición; y después de varias horas, aún quedaban fuerzas para marcarnos un partido de baloncesto contra el propio equipo del colegio que le servía a ellos como parte de su preparación. A finalizar las sesiones y con mucha frecuencia aparecía nuestro ángel Miguel, con su calor humano tratando como hijos a aquellos mocetones de casi 20 años, trayéndonos chucherías, bocadillos y lo que hiciera falta, de la cantina del colegio de la cual era responsable, con lo que llegábamos a casa con la cena hecha. También recuerdo que cuando el tiempo lo permitía, o a Floriano le apetecía, nos recorríamos toda la Playa de Samil, en varias tandas de ida y vuelta con el agua por las rodillas. En fin hay que reconocer que todo aquello, fue una parte importante para que posteriormente llegáramos a conseguir el casi imposible en aquellos momentos objetivo final. También viene a mi memoria las esperas de mi padre al finalizar el entrenamiento, para ayudarle en su trabajo en las reparaciones de televisores a domicilio de los clientes de su taller. Y la paciencia de la hoy mi esposa, sentada en las gradas del pabellón, aburriéndose y pasando frío a la espera de que terminara el entrenamiento. En las dos siguientes temporadas 69-70 y 70 -71, estuvimos compitiendo en diversas categorías, y haciendo nuestros viajes a distintos puntos del país, con escasísimos medios económicos y gracias al colegio a través de nuestro ángel particular y bajo la “tutela” de otra entrañable persona el hermano Telmo, recién llegado de EE.UU. con todo su bagaje de anécdotas e historias que tantos momentos agradables nos hizo pasar. Recuerdo aquellos viajes en tren en literas, con sus inevitables batallas de apoyabrazos y algún que otro accidentado con “nacha” en la frente, yo mismo, y ejecutado por Fernando, con los apuros del hermano Telmo que quería parar el tren ya que me estaba desangrando, y que recibía también su parte de almohadazos, y su frase favorita de Camilo, esta noche vamos a tener una cena opípara y cenábamos lo que se podía. Aquellas entrañables noches compartiendo cama con Fernando y sus fantasías eróticas. El viaje a León en coches particulares y alquilados, con la llegada bien entrada la noche al Hostal de San Marcos, todo un dispendio para aquella época, aunque no era el actual parador; noche cerrada y oscura y mi llamada en el portalón de entrada a la que siguió el encendido de toda la fachada, que recuerdo que mi primera impresión fue que aquello era un campo de concentración, y no la maravillosa fachada de este singular edificio. Y así llegó mi primera convocatoria, a la denominada por aquel entonces “ Operación altura “ en Santander y al año siguiente en Barcelona, donde me puse bastante enfermo, ingresándome en el Hospital de San Pablo, y donde recibí el apoyo para mí tan importante debido a mi edad de dos jugadoras y amigas del equipo Medina de Vigo, Nenuca y Blanca, que también se encontraban convocadas en el equipo femenino, y la
  • 25. posterior llamada por vez primera de un jugador gallego a la Selección Española de Voleibol, lo que para mí fue algo impresionante, para jugar la Spring Cup que tendría lugar en Suecia. Y ahora nos encontramos con la supertemporada 1971 – 72, la temporada del gran acontecimiento, el ascenso a 1ª división nacional, de un equipo de una ciudad y de una región, situadas allá en la parte izquierda del mapa de España, y formado por nueve pipiolos imberbes. Fase de ascenso que tuvo lugar en el mes de Abril en Bilbao, y donde fueron cayendo uno a uno los ocho equipos restantes de toda España, que aspiraban al primer puesto. Fue el gran colofón, a los años, como dije anteriormente de muchísima ilusión, mucho trabajo y mucho sacrificio de los Floriano Fernández, Camilo Rodríguez, José A. Mtnez Ríos, Benito Hevia, Fernando del Rio, Luis A. Concha, José M. Fuentes, Ricardo Collazo, Luis Muñoz, y que significo el dar a conocer el vóley a nuestra ciudad y a la vez que el nombre de Vigo se oyese en el resto de España y enfrentarnos a equipos que tenían en sus filas, jugadores de la selección española y jugadores extranjeros, sobretodo búlgaros y rusos, como el Real Madrid, Atlético de Madrid, Barcelona, Sevilla, Hispano Francés de Barcelona, Grupo Covadonga de Gijón, etc., con sus impresionantes pabellones, a los que al salir quedábamos un poco boquiabiertos, pero que les obligábamos a darlo todo si querían ganar al pobre equipo de provincias. Y así empezaron también los duros tiempos de precariedad económica, para hacer frente a los desplazamientos, e inclusive al pago de los árbitros de nivel nacional, dificultades que salvo raras excepciones se vinieron dando hasta el día de la fecha, con el sacrificio año a año de nuestro amigo Guillermo Tóuza, que logro que todo lo que empezó en el año 1972, en la ciudad de Bilbao perdurase no exento de grandes escollos hasta el día de hoy.
  • 26. Recuerdos de Fernando del Rio Quiero comenzar mi aportación a esta bonita idea, diciendo que me cabe el orgullo y la satisfacción de ser, el primer fichaje “extranjero “de nuestro querido club Pilar Vigo Mis comienzos en el voleibol, fueron con el equipo del Seminario de Lugo, mi ciudad natal, y donde tuve mis primeros contactos en los enfrentamientos en 2ª división con el Pilar de Vigo. En verano de 1971, me traslado a Vigo con un compañero, con el propósito de juagar a voleivol en Vigo con el Pilar. Recuerdo que con toda la suerte del mundo me encuentro en la calle Venezuela, con Floriano y algún jugador más, comentándole mi posible traslado a la ciudad y dándome inmediatamente la posibilidad de fichar por el equipo. A la vuelta de un corto espacio de tiempo, me encuentro en el Colegio de los Hermanos Maristas, en los primeros entrenamientos y aparece mi “hada madrina”, el servicial Hermano Miguel, que al enterarse de mi problema de matriculación, me ofrece su ayuda y su intervención fue crucial y definitiva para el logro de la misma, para intentar cursar la carrera de profesorado mercantil, en la Escuela de Comercio, cosa que por aquel entonces, era bastante complicada. Quiero hacer resaltar este hecho, que en principio parece banal, lo importante que ha sido en trascurso de mi vida, llegando hacer un Vigues de pro. Uno de mis más gratos recuerdos, fue el cambio de clima, de mi Lugo interior a esta California gallega con su maravillosa para mí climatología, tanto que a día de hoy y desde aquellos tiempos es mi ciudad de residencia. Por lo tanto mi primer año en el equipo fue la temporada de la hazaña del ascenso, a primera división nacional en Bilbao, con mis nuevos compañeros, en la que como fichaje “extranjero “, se me pedía salir a la cancha en cualquier momento, para descanso de algún compañero, o como revulsivo en partidos que no iban por los derroteros adecuados para el equipo, siempre que mi vestuario en aquel momento me lo permitiera, dejando sin aclarar, si se me permite esta situación , que mis compañeros entienden perfectamente en lo que es un guiño de complicidad con ellos. En la siguiente temporada, me toca cumplir con la patria a partir del otoño del 72, con lo que mi aportación al equipo, era la que podía en mis escapadas que me permitían mis deberes militares. Tengo que decir, como anécdota, que empecé viviendo en una pensión, pero este año empiezo a compartir piso con Guillermo Touza, y sus numerosas y eternamente duraderas conversaciones telefónicas, con en aquel tiempo su novia y actualmente su esposa, en el pasillo del piso. Quisiera ya casi para acabar, que para mí estas dos temporadas en el club, con la camaradería, compañerismo y ganas de trabajar y hacer algo grande de aquél grupo en nuestro deporte, fueron dos años extraordinarios, y que como dije anteriormente se debieron al destino, y que recordaré siempre con mucho cariño y satisfacción, y que desembocaron con el paso de los años, al encuentro con la que hoy es mi esposa y formar una maravillosa familia, con mis cuatro hijos, que el destino me deparó en esta hermosa ciudad.
  • 27. Temporada 1972/1973 1ª división 10 Camilo 12 Collazo 8 Concha 6 Muñoz 4 Tanis 9 Fernando 3 Hevia 11 Rios 5 Floriano 2 Touza
  • 28. plantilla Temporada 72/73 Camilo Rodriguez Jose Miguel Fuentes Luis Concha Jose A. Martinez Rios Ricardo Collazo Fernando del Rio Floriano Fernandez Benito Hevia Guillermo Touza Luis Muñoz entrenador Floriano Fernández
  • 30.
  • 31. Recuerdos Benito Hevia Empecé a jugar al voleibol, en el Ateneo, estando de aquella en la Liga Regional. Antes había practicado atletismo, y no sé muy bien en qué momento ni por qué decidí cambiar las pistas de vallas por una cancha, pero sí recuerdo que me encantaba saltar y golpear el balón, y saltaba como si me fuera la vida en ello. Un día el Ateneo jugaba contra el Maristas, el partido fue especialmente duro, y aunque juraría que conseguimos ponerles en apuros en algunos momentos, obviamente ganó el que entonces ya era el equipo más potente de la Liga. Al finalizar el partido, Floriano, entonces capitán y entrenador del equipo, se acercó para hablar conmigo, y me propuso que fichara por el Maristas, así que aquel día, perdí un partido pero gané la oportunidad de formar parte de un gran equipo. A partir de ese momento, empecé realmente a jugar al Voleibol. Nos enseñaban técnica, estrategias grupales y metodología, conseguíamos sacar el mayor rendimiento a nuestras condiciones físicas, potenciando aquello en lo que cada uno destacaba para poder aportar más al equipo. Entrenábamos realmente duro, nos esforzábamos por mejorar y teníamos la disciplina y capacidad de sacrificio suficiente para entregarnos y luchar por aquello que queríamos. Éramos jóvenes, éramos buenos y teníamos ganas de comernos el mundo. Recuerdo especialmente el primer verano que pasé en el equipo, entrenábamos mañana y tarde: corríamos de un lado a otro de la cancha, hacíamos mil ejercicios, jugábamos partidillos, practicábamos estrategias… ¡Incluso saltábamos con sacos de arena para coger fuerza en los músculos de las piernas! Podía decirse que sudábamos la camiseta como campeones, y al finalizar cada entrenamiento, algunos bajábamos a tomar una jarra de cerveza y un bocadillo gigante de jamón, que no sería Pata Negra, pero después de hacer tanto ejercicio sabía a auténtica gloria. Después de aquel verano, además de estar agotados, gozábamos de una excelente forma física, estábamos unidos y compenetrados como equipo y sobre todo, estábamos muy motivados para afrontar aquel inicio de Liga que sería decisivo para la Historia de nuestro Equipo. Aquella Temporada de Liga fue especialmente bonita. Éramos un equipo modesto, viajábamos en tren o en autobús a cualquier localización de la Península, comíamos de bocadillo y estudiábamos durante el trayecto porque muchos teníamos que hacer exámenes al regresar a Vigo. Recuerdo el primer viaje a Cataluña, cuando nos enfrentamos en una Liguilla de Ascenso a Primera División a los Bomberos de Barcelona en el Palau Blau-Grana, que comparado con nuestras humildes instalaciones parecía un templo romano. No sé si fue porque aquel suelo era de madera, y para los que estábamos acostumbrados a darnos auténticos tortazos contra el duro cemento caernos allí era pan comido, el caso es que jugamos un excelente partido. Demostramos aquel día lo que ya llevábamos anunciando durante toda la Liga: que éramos un equipo de Primera División. Ese día ganamos el partido, la Liga y muchísima ilusión de cara el futuro.
  • 32. A todos mis compañeros: Luis Muñoz El tiempo pasa y te invita a que lo acompañes, no se puede rechazar la invitación ¡hay de los que lo hacen! Es una invitación con fecha de caducidad. Cuarenta y cinco años han pasado desde que un grupo de alumnos que estudiábamos en Colegio del Pilar de los Hermanos Maristas en Vigo, decidimos apuntarnos a un deporte del que desconocíamos todo, se llamaba Voleibol. El Colegio del Pilar sigue ahí, los alumnos seguimos ahí, viajando y aprendiendo en el tiempo, y el equipo que inicialmente se llamó El Pilar sigue ahí, si difícil es llegar muy difícil es mantenerse: mi reconocimiento a todos los que han conseguido que, cuarenta años después del ascenso primera división, lo que un grupo de chavales empezaron siga ahí. Todavía conservo: la insignia de la ciudad que nos entregó el alcalde con motivo del ascenso y que llevo siempre en el ojal de mi chaqueta; un llavero de plata que, en el anverso, lleva grabada una jugada de voleibol y, en el reverso, la inscripción “Mérito al ascenso a primera división. Año olímpico 1972”; algunas camisetas, entre ellas, una de los inicios del equipo “El Pilar” con la cruz de Santiago bordada en el pecho; y un recorte de prensa con la crónica del segundo ascenso del equipo. Más, mucho más valioso que lo que conservo es lo que recuerdo: un grupo de compañeros, no todos éramos amigos y sí compañeros, que en la atrasada España de finales de los sesenta e inicios de los setenta, cuando no había internet, ni móviles, ni varias cadenas de televisión, y viajar era un lujo y Vigo era un pueblo grande, trabajador y poco formado tuvimos la oportunidad de estudiar en un buen Colegio, eso sí, religioso y de pago; de practicar deporte, vivir un sueño, y llegar a jugar en división de honor contra el Real Madrid, el Barcelona, el Atlético de Madrid etc.; de salir de Galicia y conocer otras ciudades de España y Portugal viajando en tren, en avión y, cuando no había dinero, en autobús; de relacionarnos con otras gentes y otros ambientes; y, en definitiva, de tocar con la mano lo que hasta entonces solo veíamos en la televisión, oíamos en la radio o leíamos en los libros. Fuimos unos privilegiados y no lo supimos. Éramos unos críos y todo nos ilusionaba y asombraba. A nosotros, en aquél momento, sin pedirlo y sin ser conscientes de ello el tiempo nos entregó una invitación: nos invitaba a cursar nuestro particular “Erasmus”, nos estábamos formando como personas y, en lo que a mí concierne, parte de lo que soy para lo bueno y para lo malo, se lo debo a todo lo que he leído y a aquél “Erasmus”. Sin duda que todos lo hemos aprobado y hemos “progresado adecuadamente”. Dicen que uno nunca debe volver a donde fue feliz porque ya nada será igual y, tal vez sea cierto, aún así no me importa estaría dispuesto a volver y repetir el “Erasmus”. Yo fui feliz y seguro que mis compañeros fueron felices. Salud, libertad y felicidad para todos.
  • 33. Temporada 1973/1974 PILAR OJE Descenso a 2ª división plantilla Temporada 72/73 Camilo Rodríguez José Miguel Fuentes Luis Concha José A. Martínez Rios Ricardo Collazo Floriano Fernández Benito Hevia Luis Muñoz Eduardo Fdez Arroyo Carlos Falagán entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Eduardo Arroyo Sociedad Atlética Fernando del Rio Carlos Falagán Sociedad Atlética Guillermo Touza
  • 35.
  • 36. 1968 -1969 Jose A. Rios Retroceder 44 años para recuperar la memoria es un ejercicio poco habitual. El recuerdo no suele ser agradecido ni tampoco justo; siempre quedarán olvidadas acciones y sentimientos dignos de ser mencionados. Relatar hechos, sería quizá anacrónico; no hacerlo, sería renegar de la parte más emotiva de la historia. Quizá un buen comienzo sería preguntarse por qué había una red de voleibol en el campo de Santa Clara? y por qué, apenas una docena de quinceañeros se esforzaban y entretenían, -antes de entrar en la clase de la tarde-, en que un balón sobrepasase aquel obstáculo. La única regla practicada de aquel deporte desconocido era que dándole con cualquier parte del cuerpo, por encima de la cintura, era un golpe válido y como estrategia, el que disponíamos de tres golpes para conseguir pasar la bola al campo contrario. El importante, era el primero de ellos, los dos otros dos los usábamos de repuesto, como recurso, por si el primero no tomaba ni la altura ni la dirección deseada, o se nos quedaba suspendido, -en un equilibrio que permitía repensar la jugada-, en la parte inferior de la red que, siempre, por efectos de una inadecuada tensión adquiría forma de bolsa. De ese germen nació esta historia, de la que sus primeros protagonistas atesoran un cariñoso recuerdo. No, por lo que sería su hazaña, que también, sino porque compartieron sacrificios y alegrías y eso deja huellas imborrables y porque con su ilusión, perseverancia y ejemplar empeño fueron ejemplo de muchos. De la nada, apareció un entrenador y de la nada un equipo que ganó los campeonatos provinciales escolares y federados de ese temporada; más aún, lo ganaba todo en la provincia hasta a equipos de superior categoría. A los campeonatos de sector, fuimos como “conejillos de indias” heredando el rol de nuestros precursores provinciales de otros años. No ganamos, pero hicimos honor a nuestra extraordinaria progresión. Lejos de amilanarnos los resultados adversos insuflamos en nuestras baterías más energía para tratar de emular el nivel de juego de los que serían nuestra bestias negras: el Covadonga en federados y el Jovellanos en escolares. El verano del 69 fue muy especial. No lo olvidaremos nunca. No porque después no hubiese otros similares, sino porque era el primero en el que nos entregamos con tenaz dedicación a hacer realidad un sueño que todavía no se vislumbraba en su auténtica dimensión. Entrenábamos ocho horas diarias ¡! Casi nada ¡!, -a esa edad casi todas las locuras son posibles-, y ello nos aportó un salto cualitativo transcendental en lo físico y en lo técnico. Tres recuerdos imborrables de ese verano: las carreras en pendiente subiendo desde Santa Clara hasta la cantina, los agotadoras y odiadas series de cuclillas y el “saco”; un chaleco de tortura adornado alrededor de los costados con múltiples bolsillos que se rellenaban con plomo y arena y que ceñíamos a nuestro cuerpo con unas cinchas de cuero para que después, de entrenar el salto para el remate y el bloqueo, -al quitarlo- , levitásemos suspendidos en el aire. La intensidad en lo emocional fija los recuerdos y entre ellos se entremezclan no sólo las dificultades de entrenar con viento y lluvia, la cual aumentaba considerablemente el peso del balón de cuero, por cierto, no siempre de forma esférica y que hacía que las habilidades técnicas pasasen a un segundo plano o lo incómodo de entrenar las “caídas” en un campo de piedras y gravilla o la picaresca de distraer un balón o un chándal al equipo contrario en cualquier fase del encuentro. Quién se resistiría ahora a una sonrisa con esos recuerdos o cuando nos vienen a la memoria aquellos alardes técnicos que consistían en un saque con “efecto” o de “gancho”.
  • 37. 1969 – 1970 Esta temporada fue inolvidable. Apasionante en lo deportivo e intensa por la carga emocional que supuso. Ahí se dió el impulso definitivo para que aquella incipiente semilla de la pasada temporada germinase y se hiciese realidad en este proyecto consolidado en una perpetua y permanente agonía económica. De qué vamos a hablar ahora? Pues de pasión. De ese motor maravilloso que hace realidad los sueños de las personas, que posee la energía y capacidad de derribar no importa que barrera y ,que además, contagia. Con ella, conseguimos ir colándonos en el corazón de muchos. Al hermano Miguel le robamos un trocito del suyo, totalmente abducido por el balonmano; al hermano Telmo se lo llenamos casi por sorpresa, porque sus intereses eran otros. Pero quién renuncia a unos chavales que lo entregan todo y que vivían con la bolsa de deportes “soldada” a su mano como si fuese una prolongación natural de sus antebrazos? Esa pasión, no era compartida por igual en nuestros hogares, quizá porque nuestras madres sufrían una sobrecarga diaria de ropa para lavar, quizá porque había dudas por el posible impacto de nuestra locura en los resultados académicos y como no, porque nuestro deporte, era un deporte, después de todo, de “niñas”. Esa imagen popular, sin embargo, se desdibujaba inmediatamente en todos aquellos que conocían la dureza de nuestro entrenamiento. Algunos de nosotros jugamos esa temporada la liga de juveniles escolares, federados y la de segunda división ello suponía no pocos malabarismos de horarios y disponibilidades para compaginar las tres competiciones y los desplazamientos. Tal nivel de exigencia fue dejando atrás a compañeros de viaje que siempre recordaremos con afecto porque algunas anécdotas y sus protagonistas son imborrables. En la distancia se entiende mejor que huyeran despavoridos de aquellos horarios infernales de entrenamiento, o de las duchas en agua helada que, en invierno, parecía que te horadaban el cerebro con una inmaculada precisión. Éramos como soldados. Con una disciplina espartana y durante la semana nuestro único premio eran unos minutos tras el entrenamiento en el Crisol, una cafetería que se inauguraba a la par que nuestra historia y que ciertamente forma parte de ella porque ahí, además de algunas monedas a las tragaperras y alguna que otra caña se forjó también alguna que otra historia de amor juvenil. En lo deportivo los éxitos nos acompañaban absolutamente proporcionales al esfuerzo y, la humildad, la recuperábamos en algún que otro amistoso con algún equipo portugués, cuyo nivel era infinitamente superior. El San Mamede fue el primero que nos humilló en el resultado pero en lugar de resquebrajar nuestro interés nos estimulaba todavía más y resituaba nuestra progreso poniéndonos una meta más exigente. En el equipo de segunda división confluían dos mundos diferentes. Posiblemente en aquella época quizá no lo percibiésemos porque llevábamos tiempo juntos pero había una diferencia de edad, dieciséis para los peques y diecisiete y dieciocho para los mayores. No era una diferencia importante pero había un punto de inflexión, al margen de otros…la reválida de sexto. Cuando ganamos el campeonato de la liga de segunda división de nuestro grupo surgió algo de lo que no habíamos hablado ni pensado jamás: la liguilla de la fase de ascenso a División de Honor. Ese acontecimiento alteró no solo nuestras emociones sino también otro tipo de fluidos en otros entornos, fundamentalmente en nuestro querido Colegio del Pilar. ¿Cómo aquel equipo de “desertores” de otros deportes, -así nos llamaban a los que estudiábamos allí-, había conseguido semejante éxito?, de dónde iba a salir el dinero para, hipotéticamente, ir a jugar la fase de ascenso, quién iba a financiar aquella locura?, quién iba a asumir la responsabilidad de los resultados académicos de aquellos chicos? Con aquella edad y a aquellas alturas del curso la confusión era enorme para nosotros, nuestro esfuerzo parecía que había sido baldío, y no se sabía que extrañas alianzas se habían confabulado contra nosotros. El primer inconveniente lo salvamos como era lógico con deportividad , el económico lo sorteamos con el esfuerzo de la federación y otra parte con un “cariñito” que el hermano Miguel sustrajo de aquel trocito de corazón que le habíamos arrebatado casi sin darse cuenta y cuando creíamos que teníamos todo resuelto..,
  • 38. el director del Colegio envió una carta a nuestras casas pidiendo autorización a nuestros padres para el desplazamiento pero, con un regalito envenenado, les advertía que si íbamos, ellos serían los únicos responsables de nuestros resultados académicos y que se atuviesen a las consecuencias. Fue un golpe bajo cuando ya creímos que teníamos todo resuelto.. Como vencer esta nueva dificultad? ¿Cómo convencer a nuestros padres y enfrentarlos a la autoridad del Colegio? (eso hoy, se vería con una perspectiva diferente). Difícil tesitura, una parte de nosotros exenta de esa penuria pero involucrada indirectamente. ´Éramos un equipo y, durante años continuó siéndolo, de plantilla recortada y poseíamos unos valores personales, unas actitudes, y unas características técnicas bien diferentes unos de otros pero tan complementarias que hoy, reflexionando, quizá no fuera descabellado el pensar el que no hubiéramos posiblemente existido sino hubiese tal diversidad. Por tanto este último escollo sólo tenía una respuesta: o todos o ninguno. No había soluciones intermedias. Poco a poco y uno a uno, los implicados, sorteando dificultades y enfados en nuestras casas y adquiriendo compromisos inciertos sobre nuestros resultados académicos conseguimos el estar todos. El haber una vez más vencido la adversidad no nos había reportado satisfacción alguna, esas semanas de incertidumbre y su carga sicológica nos habían vaciado internamente. Nos habían robado la alegría. Partimos para Bilbao. Nadie acudió a despedirnos. La sensación era extraña, quizá si cabe en nuestros corazones y en nuestra mente la tristeza era aún mayor. Estábamos arriesgando muchas cosas a un resultado incierto, quizá, porque íbamos a participar en una competición diferente por primera vez , quizá porque éramos demasiado jóvenes, quizá porque nuestro presumible fracaso iba a darles la razón a los que nos habían puesto la zancadilla y sobre todo , porque nos arriesgábamos a fallarles a aquellos pocos que incondicionalmente confiaban en nosotros. Bilbao nos recibió gris. El hotel era tan cutre como otros que ya conocíamos y la alegría de estar allí sólo era por instantes, a ráfagas. La competición se inauguró como de costumbre, es decir, las víctimas nosotros, el comodín del campeonato al que todos ganarían esos éramos nosotros. Primero por gallegos, zona de escasa práctica deportiva en esta especialidad, lo segundo porque éramos demasiado jóvenes. El primer partido, el primer set, parecía confirmar ese sombrío panorama pero poco a poco el juego hizo que nos fuésemos implicando y nos fuésemos transformando. Ganamos ese partido, y el siguiente,…mejor!! Los ganamos todos y ascendimos…!! Una buena ocasión para comprobar que las lágrimas y el sudor saben casi igual Del viaje de regreso no recordamos nada salvo la llegada a VIGO. La estación estaba llena, a rebosar de gente, de niños, de padres que nos vitoreaban, que jaleaban PILAR! PILAR! Fue un recibimiento espectacular. Nos recibieron como, imagino, se recibe a los héroes. Ahora, en la distancia, toma un regusto especial el rememorar esos instantes. Hoy este tipo de eventos se ven con más frecuencia y aunque el significado sea el mismo para los protagonistas las diferencias existen. Aquello no era habitual en una ciudad como ésta, y menos, el hacerlo con unos chavales. A quién están dedicadas estas líneas sin los nombres de los protagonistas, cabría preguntarse? Pues a ellos. Pues cada uno reconocerá ahí una parte de su historia y al revivirla la adornará con los detalles necesarios, desde los “motes”, -unos-, hasta las incipientes habilidades periodísticas,-otros-, que fue necesario practicar para conseguir abrir un espacio en la prensa local y en la radio. Decíamos al inicio que el ejemplo animó a otros. Sin duda. A Luís Miró a continuar promocionando la práctica de nuevos deportes, a Alfonso a desarrollar el colegio de árbitros y a transportes Lucho, -asiduo compañero en nuestros desplazamientos-, a desarrollar un negocio que también arrancaba en esos años.
  • 39. Temporada 1974/1975 PILAR OJE 2º Ascenso a Primera división José Antonio- Luis Muñoz- Tanis –Hidalgo- Carlos- Collazo- Yago Edu- Peter -Floriano -Víctor -Lucho
  • 40. plantilla Temporada 74/75 Eduardo Fernández-Arroyo Carlos Falagán José Miguel Fuentes Floriano Fernández Luis Muñoz Pedro Arquero José Manuel Hidalgo Víctor Iglesias Ricardo Collazo entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Víctor Iglesias Alerta Luis Concha José Manuel Hidalgo Cantera José Ríos Benito Hevia Camilo Rodríguez
  • 42.
  • 43.
  • 44. Puestos a recordar Carlos Falagán Puestos a recordar mi paso por el Pilar de Vigo de Voleibol, no tengo más remedio que acordarme de Luis Miro y Fernando Pereiro, mis profesores de gimnasia del Instituto Sta. Irene que fueron los que me introdujeron en un deporte para mi totalmente desconocido. Recuerdo que intentábamos como podíamos pasar la pelota al otro lado de la red, normalmente al primer toque, (pasarnos la bola entre nosotros era para nota). Aquel grupo de chavales de 13 años empezamos a competir perdiendo todos los partidos, aunque en poco tiempo tratábamos de tú a tú al resto de equipos de Pontevedra. En aquel equipo que siempre competía en una categoría superior a la que le correspondía, y que luego formaría el equipo juvenil de la Sociedad Atlética me acompañaban Pancho, Cortes, Carballa, Novoa, Grande, y más tarde Eduardo, con el que me iría al Pilar. Un día después de ganarle al Pilar (para nosotros el equipo inaccesible) la final del trofeo Sport de Infantiles, vino Floriano a hablar con Pancho y conmigo para que fuéramos a jugar con ellos. En nuestra inocencia preferimos quedarnos a jugar con nuestros compañeros y sobre todo amigos. Realmente fue un año perdido, habíamos llegado hasta nuestro tope, pues no teníamos entrenador ni nadie que corrigiera nuestros defectos, entre Pancho y yo llevábamos al equipo, y supongo que por un tema de vanidades acabamos distanciándonos. Menos mal que al final de la temporada Floriano volvió a buscarme, esta vez sí que acepte, y le propuse que se viniera conmigo Edu. A partir de ahí todo cambio, me encontré entrenando con un equipo al que admiraba, iba a ver sus partidos de división de Honor en el frontón contra el R. Madrid, Barcelona… y sobre todo el At. De Madrid (aun recuerdo a Metodiev levantar balones imposibles) .En este equipo estaban Camilo, Ríos, Hevia, Concha, Tanis, Muñoz, Collazo y el propio Floriano, todos eran una referencia para mi, pues habían hecho un equipo de la nada y lo habían ascendido a la división de Honor. Cuando iba a verles soñaba que algún día yo podría estar allí, y ese día llego. Recuerdo pasarme toda la Temporada entrenando con el Primer equipo, y jugar los fines de semana con mi equipo de escolares del Instituto Sta. Irene, con el que conseguimos por primera vez y supongo que única, clasificarnos para la fase de sector representando a Pontevedra, aunque ni Eduardo ni yo pudimos ir por estar jugando en ese momento la copa del Generalísimo contra el Barcelona. Ese año aprendí lo que era entrenar, tenía en quien fijarme. Una noche al acabar de entrenar, Floriano reunido con los pesos pesados del equipo tenía que decidir si Hidalgo o yo íbamos a jugar la copa del Generalísimo con el equipo, creo que por la lesión de Hevia. Esa espera para mí fue terrible, cuando Floriano me dijo que iba yo con el equipo me di cuenta que si se quiere conseguir algo el esfuerzo es el único camino, pues supongo que fui yo por la mayor constancia en el entrenamiento, así pude jugar con el Palo de Málaga (me permitió conocer Torremolinos) y posteriormente en el Palau Blaugrana con el Barcelona. La temporada siguiente 74/75 fue la más importante de mi carrera deportiva, el equipo había descendido, se habían retirado prematuramente, Camilo, Ríos, Hevia y Concha, y se incorporaban Hidalgo y Víctor. Empezamos a entrenar casi al acabar la temporada anterior, entrenábamos dos o tres veces al día, las mañanas nos la pasábamos en Maristas haciendo series interminables, el descanso consistía en jugar un partido de Básquet o de futbol en el campo grande 4 contra 4. Por la tarde algunos días íbamos al gimnasio a hacer pesas, y todas las noches después de ir “de vinos” íbamos a Maristas a que Víctor se subiera encima mía para hacer flexiones de piernas. Esa temporada jugamos la liga de gallega, sin entrenar prácticamente con balón hasta después de Navidades. El reto que teníamos era muy difícil, y poca gente confiaba en que podíamos conseguirlo, pero la verdad es que teníamos lo más importante, las ganas de conseguirlo, un Líder que nos hacía creer que sabia cual era el camino, y sobre todo el recuerdo de que otros en una situación más difícil, (ellos no tenían ninguna referencia) lo habían conseguido.
  • 45. Después de una fase previa en Santander en la que pasamos verdaderas dificultades en algunos partidos, sobre todo con el equipo local, y en la que quedamos campeones, llego la prueba definitiva en Valencia. Esta no pudo empezar con más dificultades, recuerdo tener que estar toda una mañana con Eduardo en la sede de la OJE en Pontevedra,(de aquella éramos Pilar OJE) para que nos dieran el dinero para el viaje.Al iniciar el viaje, por supuesto en el autobús de Lucho, este se averió nada más llegar a Rivadavia ( sería un homenaje a Guillermo Touza) Pero quizás lo más significativo, fue que en el primer partido, después de que en la charla previa Floriano nos insistiera a los colocadores que todas las bolas se las colocáramos a Collazo, este se lesiono para todo el torneo. La cara que debimos poner en aquel momento debió ser un poema, nos sentimos abandonados, no entraba nadie a jugar, hasta que vimos que el jugador que se incorporaba era el propio Floriano, (no le llego con ayudarnos desde la banda, que también tuvo que hacerlo dentro del campo), quizá ahí apareció nuestro Líder, la pieza que nos faltaba, el que no nos permitía ni un segundo de duda ni de relajación, y poco a poco fuimos encontrando nuestro sitio en el campo, Eduardo ya sabíamos lo que era capaz de hacer en el remate, Tanis me aportaba seguridad al dirigir al equipo, Muñoz tan distante a veces creo que se acerco mas a todos, Floriano, no sé si era entrenador o jugador, pues era capaz de realizar las dos funciones a la vez, y Víctor, además de ser el animador del grupo, en algún partido fue el jugador que me transmitía más confianza y al que le daba las bolas que veía más comprometidas, estos junto conmigo jugamos prácticamente todos los minutos apoyados por Piter, y Hidalgo. Este grupo no estaría completo sin la presencia de Yago, ayudando en todo lo que necesitábamos, tanto el cómo Floriano hacían que no nos preocupáramos más que de salir a la cancha y ganar el partido. Al igual que en Santander la trayectoria no fue fácil, pero nos presentamos en la final contra Bomberos, que nos había ganado antes en la fase de grupo, aun recuerdo las palabras del capitán de Bomberos en el saludo inicial “no os preocupéis que el segundo igual asciende...” (Dos años después pude recordárselas al jugar con él en el Bomberos) el resultado fue 3-0 para nosotros y no pasaron de 5 puntos en ningún set. Todo se vivía a una intensidad terrible, había momentos en que el voleibol te saturaba, por la cabeza te pasaba el dejarlo multitud de veces, estábamos en una edad 17 años en la que éramos niños y teníamos que comportarnos como hombres en la cancha. Así después del ascenso renuncie a una preselección de la Junior en Granada. Esta temporada para mí fue lo que fue, por una circunstancia que marco mi vida, tenía que haber empezado Arquitectura en Valladolid, pero no me aceptaron en la facultad y me tuve que quedar en Vigo. Al año siguiente me fui a estudiar a Barcelona. Esa temporada viví la experiencia de vivir en Barcelona y jugar con el equipo de Vigo, lo cual acabo siendo inviable, recuerdo aquellas esperas solo en aeropuertos después de dejar a los compañeros que hacían el viaje de vuelta juntos como algo deprimente. La temporada siguiente fiche por el Bomberos en división de Honor, (debí ser el primer jugador exportado de Vigo), ahí realmente empecé a darme cuenta de lo que significaba el Pilar de Vigo, lo que significaba Floriano, lo que significaba entrenar, en el equipo no se cumplía una premisa a la que yo estaba acostumbrado, el puesto en el campo se ganaba entrenando, y no por decreto, eso hizo que dejara el equipo antes del último partido, Durante mi estancia en Barcelona tuve dos experiencias más, dos años en el Caspe, donde logre un ascenso que a otra escala me recordó al conseguido en Vigo con un grupo humano espectacular y un entrenador Miguel Ángel con un merito increíble, para posteriormente jugar en el Barcelona donde antes de volver a Vigo conseguimos un nuevo ascenso a división de Honor que no se llego a concretar por el fichaje de Maradona por el F.C. Barcelona, y la reducción del presupuesto de la sección de Voleibol. En esa época en Vigo se disfruto de un equipo de un nivel muy alto con la incorporación de los que creo fueron los mejores centrales de España, Vallina y Luiso. Uno de mis mejores recuerdos fue un partido en Portugal con una selección de Pontevedra, en la que tuve la suerte de colocarles “que maravilla” La temporada 82/83 la volví a empezar en Vigo entonces Riego pero no pude acabarla por culpa de la carrera, y por una vieja lesión de rodilla que ya llevaba arrastrando 2 años.
  • 46. Tuve la suerte de formar parte de un equipo que consiguió cosas muy importantes, tuve la suerte de jugar con los que para mi fueron mitos (Camilo, Tanis, Ríos…), tuve la suerte de crecer en un deporte colectivo que me enseño lo que se puede conseguir con el esfuerzo, y sobre todo tuve la suerte de tener un entrenador como Floriano que me ayudo a enfrentarme a las dificultades tanto en lo deportivo como en lo personal, estas enseñanzas me valieron para superar muchas dificultades en mi profesión. Nuestra generación era amateur totalmente, nuestra vida deportiva era muy corta, pues teníamos que estudiar o trabajar, aun así Floriano renovaba el equipo continuamente, subía al primer equipo gente nueva cada año,” le dabas una piedra y sacaba un jugador”. Pensar lo que podrían haber sido en el deporte alguno de los que pasaron por el club es un ejercicio de ciencia ficción, pero estoy convencido que alguno habría llegado muy lejos en la situación actual. Todos sabemos que los tiempos no son iguales, que entrenar a un grupo de chavales hoy en día lleva la presión de los padres, que muchos de los métodos utilizados entonces se verían mal desde algunos sectores sociales, pero para mí fue una de las mejores etapas de mi vida .
  • 47. Temporada 1975/1976 CORTEMAN´S Primera división Hidalgo –Víctor-Carlos -Tanis - Muñoz Esteban-Simal- Edu -Floriano -Collazo -Piter
  • 48. plantilla Temporada 75/76 Eduardo Fernández-Arroyo Carlos Falagán José Miguel Fuentes Floriano Fernández Luis Muñoz Pedro Arquero José Manuel Hidalgo Víctor Iglesias Ricardo Collazo Esteban Fuentes Simal entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Simal Cisne Esteban Fuentes Cantera
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  • 52. RECUERDOS Esteban Fuentes Cuando se alcanzó el primer ascenso del equipo de El Pilar a la máxima categoría del voleibol nacional yo todavía correteaba por los campos de los Maristas y daba mis primeros pinitos en este deporte de la mano de Floriano, nuestro entrenador, que nos enseñó con mucha paciencia y dedicación las particularidades de un deporte por entonces no demasiado conocido y popular. De aquella época conservo recuerdos imborrables: los entrenamientos en campos de tierra bajo la lluvia o bajo el sol, los interminables toques de dedos con balones medicinales, cómo marcábamos nosotros las líneas del campo con cal bajo la atenta mirada del Hermano Miguel, el verdadero artífice del despunte del deporte en el colegio. Recuerdo también, como si fuera hoy, los bocadillos de sardinas que él nos preparaba en la cantina del colegio después de los partidos de los sábados. (Para el Hermano Miguel un fuerte abrazo donde quiera que esté). En aquellos años el colegio surtió de jugadores a clubes tan representativos de Vigo como el Celta en fútbol, el Academia Octavio en balonmano y como no, el equipo de Voleibol de Maristas el Pilar. De esos ya lejanos días pero tan cercanos en mi memoria recuerdo a compañeros del equipo cadete y juvenil tales como Antonio Prieto, Villanueva, Manzanares, Cundo Quinteiro, Keni Martí Mallén, Eduardo Arroyo, Carlos Falagán y mis hermanos Nando y Gonzalo Fuentes. De una generación anterior estaban Pedro Arquero, Genaro, Yago Puelles… Unos años después, siendo juvenil, Floriano decidió que ya estaba preparado para jugar en el primer equipo. Me entusiasmó compartir entrenamientos, partidos, viajes, con todos aquellos jugadores que tanta veces había visto jugar en el pabellón o en el frontón, jugadores de los que tanto aprendí. Además de Floriano, entrenador y jugador, me encontré con otros compañeros, Víctor, Eduardo Arroyo, Ricardo Collazo, Emilio Vallina, Hidalgo y mi hermano José Fuentes, algunos de ellos supervivientes de aquel primer ascenso. Recuerdo los viajes a Madrid y Barcelona donde estaban los mejores equipos del momento, jugamos de tú a tú con equipos históricos en el voleibol español como el Atlético de Madrid, el Real Madrid, el Juventud de Badalona y como no, con el grupo Covadonga de Gijón. De esa época hay multitud de anécdotas, recuerdo ir a comprar la cena en Madrid a un sitio muy cerca de la Estación del Norte donde preparaban pollos asados para después comerlos en el expreso Rías Baixas de vuelta hacia Vigo o las comidas en La Bota del Racó, en Barcelona a donde regresé muchos años después a tomarme unos buenísimos caracoles. Mis estudios en otra ciudad y la imposibilidad de conciliarlos con los entrenamientos y desplazamientos fueron el motivo por los que tuve que dejar el equipo , pero quedé de alguna forma siempre vinculado al club en el que crecí como deportista y como persona. Quiero transcribir un artículo de un periódico local con motivo del final de la temporada 76-77. Hablando de nosotros dice lo siguiente: “Víctor, con su entrega y entusiasmo, Vallina con su bloqueo y remate, Hidalgo y Arroyo, con su buen hacer y prestos a intervenir bien en defensa o con la eficacia de su remate y Esteban y José Miguel con su labor callada y tenaz resignados a esa penumbra que se experimenta al desempeñar una función nada espectacular pero hilvanando combinaciones excelentes, han sido protagonistas de este éxito, junto a Collazo, del que pocas veces hemos podido disfrutar de su remate debido a esa lesión de la que todavía no se ha recuperado , y como no, de Floriano, cuyo esfuerzo desde el banquillo y otras veces desde el terreno de juego ha sido pieza fundamental de este triunfo”. Desde aquí un saludo a todos aquellos que participaron en el primer ascenso del club a la máxima categoría, a los que lo consolidaron en ella y a los que posteriormente recogieron el relevo, como Guillermo Touza y Nando Fuentes, que llevan ya tantos años luchando para mantener el nombre de Vigo en el panorama del Voleibol nacional.
  • 53. HISTORIA DEL CLUB VOLEIBOL VIGO. Eduardo Fdez Arroyo Haciendo memoria, que ya va fallando puesto que han pasado más de 30 años, los recuerdos se van transformando en emociones, muchas veces con una intensidad mayor que la vivida en su momento. De entre las añoranzas que tengo del pasado: gente querida, sensaciones de la naturaleza, juegos, estudios, etc..., la época de jugador de voleibol en Vigo es de las más importantes y la que más influyó en mi vida, ya que condicionó toda mi actividad futura, mi trabajo y los lugares en dónde residí, que fueron unos cuantos. Estábamos llenos de ilusión y alegría, posiblemente como ahora, pero las condiciones físicas nos acompañaban de una manera más eficaz. Siempre recordaré cuándo me llamaron del Club Asociación Deportiva Atlética de Vigo, muchos de los encuentros que jugué con ese club, la primera llamada de Floriano a Carlos y a mí para integrarme en el Club el Pilar de Vigo, mi primer entrenamiento, mis primeros encuentros amistosos en categoría absoluta, mi primer desplazamiento para jugar en Alicante, cierta preocupación y miedo ya que sólo tenía 15 años, la admiración que sentía por los otros jugadores: Camilo, José Miguel, Ríos, Hevia, Concha, Luis, Ricardo y el mismo Floriano, que eran los que jugaban habitualmente y que ya había visto en encuentros de División de Honor. Como me piden que escriba unas pocas líneas, como quiera que yo necesitaría un libro para contar todo, y eso ya lo vais a hacer vosotros, me voy a remitir a varios años y dos temporadas muy importantes para el Club y para mí. Creo recordar una reunión a mediados de verano de 1979 con Víctor, José Miguel, Floriano y yo para que el equipo continuara compitiendo en División de Honor. Contábamos con César, con Fernando, con Emilio, con Lalo. Luego se unieron Luis Álvarez que vino a hacer el servicio militar a Lugo, aportación esporádica de Javier Díez, procedente de Madrid, Eduardo Casalderrey, procedente de la A.D.Atlética de Vigo y Serafín y Ramón, procedentes de Aldán, de cuyo entrenador Cortegoso nos solemos acordar con frecuencia los jugadores de esa época. Fue un momento muy crítico para la continuidad del club, ya que algunos estábamos estudiando en Santiago, teníamos que comenzar a plantearnos la manera de jugar, comenzamos muy tarde la pretemporada, me parece que dos semanas antes de iniciarse la competición y empezamos ganando la mayoría de los encuentros, lo que nos sirvió para mantenernos en la categoría, puesto que algunos jugadores coincidimos realizando el servicio militar, y eso nos hizo bajar el rendimiento del resto de la temporada. Recuerdo encuentros muy espectaculares y victorias muy celebradas en esa temporada. Luego vino un año de transición, temporada 1980/81 en la que mantuvimos la categoría, la temporada 81/82, en la que me fui a jugar al C.V. Veracruz de Huelva, mientras el CV Vigo renunciaba a la máxima categoría. En la temporada 82/83 volví a Vigo, intentamos el ascenso y no lo conseguimos, quizás porque éramos muy jóvenes como equipo, aunque estuviéramos algunos veteranos. Y ya en 1984, en Valladolid volvimos a la División de Honor. Guillermo Touza y yo nos habíamos hecho cargo de la dirección del equipo. Temporada llena de recuerdos de desplazamientos en coche, carreteras nevadas, victoria en la mayoría de los encuentros, sólo perdimos cuando no pudo desplazarse algún jugador, comidas en el campo, especial recuerdo a la madre de los hermanos Alda que nos preparaba el avituallamiento para la ocasión, algunos viajes realizados en autobús con el R.C. Celta de Vigo, gracias en parte a la mediación de su gerente Quinocho, las pruebas de tácticas de juego que no resultaban, la emoción de muchos momentos y muchos encuentros, especialmente en la fase de ascenso de Valladolid, cuando aparecieron Floriano, Dolores y Yago para celebrar el triunfo con nosotros. Los hermanos Alda (Alberto, Guillermo y Alejandro), Alfredo (futuro regatista olímpico), Antonio, Ricardo Collazo, Suso, Pedro y Ricardo Díaz, que venía de Madrid para realizar en Vigo el Servicio militar. Esta sería mi última temporada en el CV Vigo. Después de 11 años en que comencé a jugar en él. En la temporada siguiente empezaría otra aventura deportiva por diversas ciudades españolas que dura hasta el día de hoy.
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  • 55. Temporada 1976/1977 MANUEL RIEGO Primera división Hidalgo –Víctor-Edu -Tanis - Vallina Floriano -Collazo - Nando- Serafin- Esteban - Ramon
  • 56. plantilla Temporada 76/77 Eduardo Fernández-Arroyo Emilio Vallina José Miguel Fuentes Floriano Fernández Nando Fuentes Ramon Alfaya José Manuel Hidalgo Víctor Iglesias Ricardo Collazo Esteban Fuentes Serafin Guimerans entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Emilio Vallina Covadonga Carlos Falagán Bomberos Nando Fuentes Cantera Luis Nuñoz Retirado Ramón Alfaya Aldan Simal Retirado Serafín Guimerans Aldan Pedro Arquero Retirado
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  • 61. Temporada 1977/1978 MANUEL RIEGO Primera división Cesar –Collazo-Edu –Ceferino Víctor –Tanis-Vallina- Nando-
  • 62. plantilla Temporada 77/78 Eduardo Fernández-Arroyo Emilio Vallina José Miguel Fuentes Floriano Fernández Nando Fuentes Ceferino Blanco Cesar Iglesias Víctor Iglesias Ricardo Collazo entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Ceferino Blanco Covadonga Ramon Alfaya Retirado Cesar Iglesias Cantera José Manuel Hidalgo Retirado Esteban Fuentes Queimada Serafin Guimerans Retirado
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  • 67. MI ESTANCIA EN VIGO COMO JUGADOR DEL MANUEL RIEGO Ceferino Blanco Díaz Hace unos días, como viene siendo habitual de vez en cuando y desde hace años, he recibido una llamada telefónica de Eduardo Fernández Arroyo (Edu). A finales de los años setenta, Edu era uno de los componentes de la plantilla del equipo de Voleibol M. Riego Vigo, club que en la actualidad milita en División de Honor con el nombre de Club Vigo Voleibol. Durante esa llamada Edu me propuso que escribiera unas líneas en las que expusiera las experiencias vividas durante mi estancia en Vigo, como miembro de la plantilla del M. Riego Vigo equipo en el que milité en las temporadas 1977-1978 y 1978-1979. Mi situación durante el tiempo en que fui miembro del club, hace que mis experiencias las divida en dos tipos, por un lado destacaría las personales y por otros las deportivas. Cuando hablo de experiencias personales, no me refiero solamente a mi relación personal con los miembros (del primero al último) del club, pues lo cierto es que aquel grupo de personas era como una gran familia con un nexo común, en este caso el voleibol. Mi andadura por el M. Riego Vigo, comenzó a mediados del mes de septiembre del año 1977, en el que fiché por el club. En ese equipo todos los componentes excepto Emilio Muñiz Vallina; que al igual que yo era natural de Gijón; se habían iniciado en el voleibol en los equipos del Colegio Maristas “El Pilar”, para posteriormente pasar a formar parte del mencionado M. Riego Vigo, por lo que realmente formaban un conjunto en el que en principio podría haberme sentido como un extraño. Si una cosa llamó mi atención, más incluso que la calidad deportiva, fue la calidad humana de todos los componentes del equipo, así como la implicación que cada uno de ellos tenía en todas y cada una de las iniciativas que se planteaban dentro de la organización del club. El día que me presenté en Vigo y a pesar de que solamente nos conocíamos de habernos enfrentado en varias ocasiones, fui recibido como si toda la vida hubiera sido miembro de ese grupo, preocupándose todo el mundo de que mi estancia en Vigo fuera lo más agradable posible y haciendo porque fuera capaz de integrarme un su vida diaria tanto del club, como personal. Además de calidad humana, este equipo tenía una calidad deportiva que te hacía sentirte orgulloso de pertenecer al mismo. Con una plantilla compuesta prácticamente por estudiantes, con algunos miembros de la misma estudiando en Santiago de Compostela, lo que en ocasiones impedía que entrenáramos todos juntos. Podíamos presumir de tener entre nosotros hasta cuatro jugadores internacionales, en una época en la que comenzaban a existir equipos que podríamos llamar “semiprofesionales” y que intentaban acaparar a los mejores jugadores de la liga. Los entrenamientos y partidos los realizábamos en el Complejo Deportivo de las Traviesas y concretamente en el Frontón, en aquella época realmente era un frontón cubierto, sin ningún tipo de calefacción y con suelo de cemento, lo que hacía que en ocasiones y durante el invierno, el frio fuera intenso; pero en aquellos entrenamientos, siempre reinaba el buen humor y las ganas de hacer las cosas bien. Siempre preocupaba el próximo partido y como lo afrontaríamos. Como resumen diré que mi experiencia durante estas dos temporadas, fue inolvidable. En lo personal, puedo decir que todavía hoy continúo recordando aquellos días, el buen ambiente que se respiraba en el club y lo fácil que resultaba integrarse. En lo deportivo, creo que siempre cumplimos las expectativas que había puestas en el equipo, aunque seguro que nos hubiera gustado superarlas.
  • 68. Recuerdos Gonzalo Fuentes González. Recuerdo con gran cariño mi etapa de estudiante en los Hermanos Maristas el Pilar de Vigo. Donde nos inculcaban unos valores que actualmente parece que no están de moda, como la ética, la solidaridad y el esfuerzo del trabajo bien hecho. También fue allí donde inicié mis primeras prácticas deportivas. Una cita latina escrita en el viejo frontón del campo de fútbol del colegio señalaba; “mens sana in córpore sano” ese estado de equilibrio entre la actividad del cuerpo y del cerebro, tan importante en el desarrollo de la persona en las primeras fases de su vida. La parte lúdica y jovial del deporte también suavizaba las interminables horas de esfuerzo y dedicación al estudio. El artífice y alma máter de todas las actividades deportivas era sin duda el hermano Miguel. Su dedicación infatigable hacia nosotros era sin duda, impresionante. Siempre organizando partidos de fútbol, baloncesto, voleibol.....con las camisetas limpias, ordenadas, de un lado a otro, incansable, nunca se lo agradeceremos suficiente!. Qué ejemplo de honestidad y compromiso con la educación de los niños y jóvenes. Desde muy niño , porque procedo de una familia que ama el deporte e practicado muchos y variados , pero sin duda el voleibol fue el más importante para mi. Esos campeonatos escolares, los partidos intensos con el Club Cisne de Pontevedra, los entrenamientos durísimos en el gimnasio, la preparación atlética ,técnica y táctica, siempre dirigida por nuestro entrenador , exigente y perseverante al máximo , Floriano Fernández, que para nosotros era como un hermano mayor . También me acuerdo mucho de Guillermo Touza , mi profesor de gimnasia porque él, nos trasmitió una visión más amplia del deporte , como superación de uno mismo , lo cual siempre me acompaña en mi andadura vital y no dejo nunca de practicar. Un recuerdo muy especial al hermano Luis un hombre bueno donde los haya, que dirigió mis primeros pasos educativos y que fue fundamental en mi formación como persona. Con él viajamos a León donde disputamos el campeonato de España juvenil. Allí, me enfrenté a unos contrarios, que al cabo de unos años, en esa misma ciudad y en mi época universitaria serían mis compañeros de un equipo con el que ascendimos a División de Honor. Como anécdota comentaré que los cuatro hermanos Fuentes, fuimos rivales en la liga norte de primera división en tres equipos distintos. Finalmente un fuerte abrazo a todos, porque fueron muchos y me acuerdo de cada uno de ellos, a los que fueron mis compañeros en el equipo de voleibol del Colegio El Pilar de los Hermanos Maristas de Vigo
  • 69. Temporada 1978/1979 MANUEL RIEGO Primera división Cesar –Collazo-Edu –Ceferino Víctor –Tanis-Vallina- Nando-
  • 70. plantilla Temporada 78/79 Eduardo Fernández-Arroyo Emilio Vallina José Miguel Fuentes Floriano Fernández Nando Fuentes Ceferino Blanco Cesar Iglesias Víctor Iglesias Ricardo Collazo entrenador Floriano Fernández
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  • 74. Como no hemos cambiado Victor Iglesias Me satisface enormemente comprobar cómo el paso del tiempo en algunas ocasiones no hace cambiar a las personas en lo fundamental. Reconocí perfectamente aquel grupo de imberbes que formamos parte de un equipo de voleibol hace ya treinta y tantos años y lo reconocí porque volví a sentir aquella misma sensación de estar tan a gusto jugando y compartiendo, alegría, sacrificio, amistad, compañerismo y muchas más cosas, eso sí, pero esta vez alrededor de una mesa y cenando un magnífico churrasco. Dicen que somos en parte lo fuimos. Lo de la cena del otro día fue la excusa ideal para trasladarnos nuevamente al pasado. Como no podía ser de otra manera hicimos un repaso exahustivo de un extenso repertorio de anécdotas, que no por repetidas, siguen maravillándonos y nos hacen aflorar de nuevo esa satisfacción de estar de nuevo en el equipo. En honor a la verdad si encontré algunas diferencias, ínfimas y apenas detectables. Quizás más calvos, con pelo blanco, un poco de peso, quizás alguno con gafas, hasta nos entretuvimos en averiguar quién era el mayor, quien estaba jubilado e incluso si alguno era abuelo, ¡qué bueno! . Habrá que comentarles a “presuntos implicados” que cambie el título de su canción por el de “como no hemos cambiado”. Muchas felicidades para todos
  • 75. Temporada 1979/1980 MANUEL RIEGO Primera división Pibe –Nando- Víctor –Vallina Lalo-Edu-Casalderrey-Cesar
  • 76. plantilla Temporada 79/80 Eduardo Fernández-Arroyo Emilio Vallina Antonio Fernandez (Pibe) Nando Fuentes Lalo Fabregas Cesar Iglesias Víctor Iglesias Casalderrey Luis Alvarez Guillermo Alda entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Casalderrey Atletica Ricardo Collazo Retirado temporal Lalo Fabregas Cantera Jose Miguel Fuentes Retirado Antonio Cantera Ceferino Blanco Gijon Luis Alvarez Real Madrid Floriano entrenar Guillermo Alda Cantera
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  • 81. (1978 – 1982) CINCO AÑOS DE M. RIEGO VIGO Antonio Fernández (Pibe) 1978 – EL COMIENZO… Con 17 años empieza mi vida en el Voleibol gracias a Manuel Riego, patrocinador del equipo de la ciudad de Vigo. Comencé mi andadura en el equipo de 2ª junto a gente entrañable como Genaro, los hermanos Manis, Villanueva, etc. Gente que enseguida me acogió como uno más, algo muy importante para mí ya que recientemente había dejado mi país de origen y estaba en un momento difícil de mi vida. Este equipo significó mucho más que lo puramente deportivo. 1979 – El gran salto…DIVISIÓN DE HONOR… Recuerdo con increíble claridad el día que nos reunieron en las gradas del frontón a los de 2ª y Floriano nos hizo la siguiente pregunta: ¿Quién de vosotros está dispuesto a comprometerse a entrenar con el equipo de División de Honor? Y levanté la mano y dije:….YO….y está decisión marco una parte de mi vida que nunca olvidaré. Fueron años de entrenamientos duros… subidas y bajadas agotadoras e interminables de las gradas del frontón… haciendo sentadillas con un compañero en los hombros… horas y horas de toques de balón contra la pared…kilómetros recorridos por el parque de Castrelos y por las pistas de atletismo…y todo por AMOR AL DEPORTE… 1980 – FINAL DE LA COPA DEL REY… Real Madrid, Salesianos, San Cugat y Manuel Riego Vigo…. Para mí, el momento más importante de la historia del equipo ya que fue la primera vez que llegó a una final de esta categoría. Como anécdota…éramos tan “importantes” que la gente llenaba el pabellón (cosa que era muy rara),incluso visitamos colegios y asociaciones deportivas donde nos pedían autógrafos y nos trataban como si fuéramos auténticos profesionales. Equipo: Emilio Vallina, Eduardo Arroyo, Fernando Fuentes, Víctor y Cesar Iglesias, Lalo Fábregas, Eduardo Casal de Rey, Antonio Fernández (“el pibe”). 1981/82 – EL FIN DEL MANUEL RIEGO VIGO… Nos estrenamos con los fichajes de fuera, jugadores venidos del Real Madrid como Luiso Álvarez y el peculiar Javi Diaz, gente que se integró enseguida en el equipo. Momento en el que Manuel Riego dejó de patrocinarnos, y como consecuencia tuvimos que renunciar a División de Honor y descender a categorías inferiores. Se terminaron los viajes en avión, las comidas en los restaurantes, las noches de hotel…tuvimos que apretarnos el cinturón, viajes en tren y en coche (la mayoría de las veces en los nuestros), comidas de bocadillos, volver para casa de madrugada…Y TODO POR AMOR AL DEPORTE…. Y no me arrepiento de nada…
  • 82. Recuerdos LUIS ALVAREZ GOMEZ: Comencé la práctica del voleibol a los 13 años en el colegio en Madrid debido a la influencia de mi hermano mayor que pertenecía al Atlético de Madrid juvenil, a la edad de 15 años, entre a formar parte de la disciplina del Real Madrid y hasta la fecha de mi incorporación al servicio militar (con 20 años) forme parte del equipo. Debido a mi participación en el equipo nacional conocí a Eduardo Fernández Arroyo, natural de Vigo e integrante del club M. Riego, con el cual comentamos la posibilidad de que comenzara la temporada con ellos puesto que mi incorporación a filas debía realizarse en noviembre en el cuartel de Figueiredo en Pontevedra puesto que así me correspondió el sorteo. Por parte del Real Madrid se me denegó la posibilidad de comenzar con ningún otro equipo que no fuera el Real Madrid, lo cual me disgusto ya que por aquellos entonces el Real Madrid disponía de jugadores para ganar la liga sin muchas complicaciones, y por otra parte tampoco realizo ninguna gestión para que pudiera realizar la temporada con ellos, prefiriendo que perdiera la casi totalidad del campeonato a que formara parte de un club que no era rival de su altura. Así sucedió, comencé la temporada en septiembre u octubre del 1979 con el Real Madrid, ganando todos los partidos sin ninguna complicación, y en noviembre de 1979, (2 ó 3 meses después) me incorpore a filas. A los pocos días de iniciar el servicio militar se personaron en el CIR. nº 13 de FIGUEIRIDO una comitiva del club M. RIEGO VIGO si no recuerdo mal compuesta por D. Guillermo Touza y Yago (no recuerdo si había alguien mas) para valorar la posibilidad de jugar con ellos esa temporada ya que la reglamentación de la RFEVB permitía a un jugador cambiar de club con la temporada comenzada siempre que existieran motivos de fuerza mayor, como era el caso del servicio militar. De esta manera comenzó mi andadura con el Club M. Riego Vigo. El cambio fue brutal, de la disciplina espartana militar impartida por un entrenador yugoslavo en el Real Madrid, a la práctica del vóley en un club amateur por amor al deporte, con unos dirigentes volcados con la gestión de manera sobresaliente en cuanto a entrega, dedicación y camaradería, y con unos compañeros envidiables, con un nivel de juego y competitividad que me sorprendió a pesar del escaso volumen de trabajo que por su dedicación (trabajo, estudios), podían realizar, ya que gran parte de ellos estudiaban o trabajaban fuera de Vigo. Me encanto jugar con ese grupo, la experiencia fue, de las mejores de mi vida deportiva, fue muy fácil integrarme en un equipo con esa calidad humana, todo fueron facilidades, la verdad, no me esperaba disfrutar tanto del voley con aquel cambio, fue una grata experiencia, han pasado los años y me cuesta recordar pero cuando lo hago me siento feliz cuando me viene a la mente los recuerdos con toda esa gente. Recuerdo la entrega de la gente a todos los niveles (jugadores, entrenador, directivos, presidente) te contagiaba. Aun siendo menores los objetivos planteados para la temporada, comparados con mi club anterior, hacia que los defendieras con total empeño, conseguimos vencer contra equipos superiores, y salir airosos contra equipos de nuestro nivel. Las 2 temporadas que realice con el equipo, en general fueron positivas desde mi punto de vista, valorando que la preparación no era la idónea por lo comentado en cuanto a la imposibilidad de entrenar juntos. La segunda temporada posiblemente nos marcamos unas metas que no eran reales eran más fruto de la ilusión que teníamos que de la propia realidad. No me hubiera importado continuar con el equipo, pero las circunstancias de aquellos entonces me obligo a partir, continué mi carrera deportiva en el SON AMAR en Mallorca club en el que milite hasta que abandone el voley en el 1990. No me cabe más decir que me siento orgulloso de haber formado parte de este club y agradecer toda la ayuda recibida por parte de Floriano, Guillermo Touza, Yago, D. Elías Alonso y del resto de compañeros. ¡¡S A L U D O S!!
  • 83. Temporada 1980/1981 MANUEL RIEGO Primera división Floriano-Vallina–Alda-Luiso-J Diaz- Elias- Touza Pibe- Lalo-Edu- Cesar-Nando
  • 84. plantilla Temporada 80/81 Eduardo Fernández-Arroyo Emilio Vallina Antonio Fernández (Pibe) Nando Fuentes Lalo Fabregas Cesar Iglesias Pedro Falagán Luis Álvarez Guillermo Alda Javi Diaz entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Pedro Falagán Cantera Víctor Iglesias Volvi Lalo Fabregas Cantera Casalderrey Retirado Javi Díaz R Madrid
  • 86.
  • 87.
  • 88. Vigo a 15 de Febrero de 2012 Lalo Fabregas Cuando hace unos días recibí la llamada telefónica de Pedro Falagán , y me comentó lo que se estaba organizando, me lleve una inmensa alegría y una vez que colgué el teléfono, empezaron a brotar en mi cabeza innumerables recuerdos del pasado que estaban dormidos , e incluso algunos hasta olvidados, pero no sé cómo ,de pronto fluyeron, - Maristas , hermano Miguel, cantina donde en ocasiones y después del entrenamiento nos la abría para beber una Fanta o Coca-cola, campo de tierra , y aquel día cuando en la ultima hora de clase de la mañana con el hermano Alfonso, este nos preguntó , quien quería hacer una prueba de algo que en realidad no tenia ni idea de lo que se trataba, a lo que yo, ante la curiosidad, levanté la mano, y acto seguido a los cinco minutos en los soportales junto al campo de Futbol empecé con los dedos de la mano a darle toques a un balón siguiendo las indicaciones de un chico que a mí me parecía muy mayor, de nombre Floriano, pero que apenas debía tener 18 años. No se porque , ese mismo día por la tarde después de clase, ese chico mayor me dice que vaya a un gimnasio , bueno lo de gimnasio era porque había unas espalderas y una red que hacia las funciones de un mini campo de vóley donde entrenaban en ocasiones y dependiendo del tiempo unos fenómenos llamados Ríos, Hevia, Concha, Tanis, Muñoz, Camilo , y Floriano , el cual me pide delante de alguno de aquellos, reitero fenómenos , que le de toques al balón y así estuve durante muchos años, desde los nueve, jugando a un deporte maravilloso y que me acompañó durante toda mi juventud. Floriano no sabes lo feliz que fui, gracias un deporte que me enseñaste a jugar y amar, y no sabéis la suerte que tuve pese a mi juventud, de haber compartido días de entrenamiento , no solo por la semana sino aquellos Sábados en los Maristas rodeado de grandes deportistas, amigos y pioneros de un deporte , que gracias a vuestra trayectoria y ejemplo , habéis marcado el camino de otros muchos y grandes generaciones de jugadores que sin duda han conseguido que el voleibol vigués sea un referente a nivel nacional. Cuando van pasando los años, y como en este caso he rebobinado hacia el pasado, me doy cuenta de muchas cosas y sin duda de lo que estoy orgulloso y feliz es de haberos conocido, podría mencionar a muchos jugadores y amigos con los que compartido días de entrenamiento y de viajes, pero en este momento sólo me acuerdo de mis comienzos y en especial de los pioneros, Ríos, Hevia, Concha, Tanis, Muñoz, Camilo. Y por supuesto a ese chico mayor, que tanto me hizo amar este deporte, y que siempre le estaré eternamente agradecido. A todos vosotros mi más profunda admiración y cariño.
  • 89. Temporada 1981/1982 MANUEL RIEGO Ascenso a 2ª división plantilla Temporada 81/82 Suso Penedo Floriano Fernández Antonio Fernández (Pibe) Ricardo Collazo Juan Fernández Cesar Iglesias Víctor Iglesias Pedro Falagán Guillermo Touza Guillermo Alda entrenador Floriano Fernández Altas Procedencia Bajas Destino Suso Penedo Cantera Eduardo Fdz Arroyo Veracruz Floriano Fernandez 2ª division Emilio Vallina Retirado Guillermo Touza 2ª division Nando fuentes Retirado Victor Iglesias Volvi Lalo Fabregas Retirado Ricardo Collazo Reincorporado Luis Alvarez Son Amar Juan Fernandez 2ª division