Kevin quería cumplir el sueño de su padre de jugar baloncesto para el equipo de Texas Western después de que sus padres murieran. Entrenó arduamente de niño pero se desanimó cuando no mejoró. Años más tarde, encontró el balón de su padre y renovó su propósito. Siguió esforzándose y eventualmente hizo la prueba para el equipo a los 27 años. Aunque no estaba seguro de ser seleccionado, su abuelo le dijo que lo importante era luchar por sus sueños. Al día siguiente, Kevin fue seleccionado