Lección 8 | Infantes | El hijo desobediente | Escuela Sabática
1. UuuM fs
Guía de Estudio de la Biblia
Lecciones de la Escuela Sabática
Para niños de 4 a 6 años
Año A
Cuarto trimestre
2.
3. tse g o siñ ) ®Q u e rid o s p a d re s: R e cu e rd e n q u e lo s m a e s tro s de E scu ela S ab á tica e n s e ñ a rá n e sta
le c c ió n en la fe c h a señ a la d a . Lo s a lu m n o s d e b e rá n e s tu d ia rla y h a ce r las a c tiv id a d e s
p rá ctica s d e s p u é s , d u ra n te to d a la sem a n a, a p a rtir de la fecha in d ica d a . Sá b a d o 22 noviembre
*,i*E R E N C JA s ¡
Lucas 15:11-22;
Palabras de vida del gran
Maestro, pp. 157 - 166.
desobediente
¿Has desobedecido alguna vez a tus padres? ¿Cómo te sentiste por lo que habías hecho? ¿Te pregun
taste si te seguirían amando?
r~i esús contó la historia de un hijo al que no le gustaban las
__i J reglas de su padre; así que decidió irse de la casa. Fue
a su padre y le pidió dinero. Su padre no quería que
se fuera, pero el hijo estaba decidido a ello. Así que el
padre le dio dinero, y el hijo se fue de la casa a vivir de la
manera en que él deseaba vivir.
Al comienzo, el muchacho tenía mucho dinero, y por
eso pronto tuvo muchos amigos. Él pagaba las fiestas para
todos sus amigos. Pero, cuando gastó todo su dinero, sus
amigos lo abandonaron; ya no eran más sus amigos. Sin
dinero ni amigos, el muchacho no tenía dónde vivir ni alimento
para comer.
Pronto tuvo hambre, así que comenzó a buscar un trabajo. Pero
el único trabajo que pudo encontrar estaba en un criadero de cer
dos. ¡Era un trabajo horrible! Los cerdos eran sucios y olorosos, y
su comida era todavía peor. Pero el muchacho tenía tanta hambre,
que hasta pensó en comerse la comida de los cerdos.
Entonces comenzó a pensar en su padre y en su hogar. Nadie en la casa
de su padre vivía de esta forma. Hasta los siervos a los que se les pagaba
V E RS Í C UL O
PARA M E M O R I Z A R
“Tú, Señor, eres bueno y per-
donador” (SALMO 86:5).
M E N S A J E
Dios siempre está listo para
perdonarnos.
n
4. para que trabajaran para su padre tenían comida en abundancia. El hijo pensó para sí mismo: “No he
sido un buen hijo. No merezco que mi padre me reciba de vuelta. Pero quizás él me dé un trabajo en
su casa. Volveré, y pediré a mi padre que me deje ser uno de sus siervos”.
Así que el muchacho dejó a los cerdos mugrientos y su comida apestosa, y comenzó la larga cami
nata de regreso a la casa de su padre. Pero, mientras todavía estaba lejos de la casa, su padre lo vio
y corrió a recibirlo. ¡Estaba tan feliz de ver de nuevo a su hijo! El hijo trató de decirle a su padre que
él no había sido un buen hijo y que no merecía seguir llamándose su hijo, pero su padre ni siquiera
lo escuchó. Lo abrazó y lo besó. Ordenó a un siervo que trajera las mejores ropas y calzado para su
hijo. Luego, pidió al siervo que cocinara la mejor comida y que preparara una fiesta para dar la bien
venida a casa al muchacho.
¿Suena esto como un padre que está enojado con su hijo por las cosas malas que hizo? ¿Suena
como que el padre no quiere más a su hijo? No, ¿verdad?
Así como ese padre amó a su hijo y lo perdonó, Dios te ama a ti y siempre te perdonará cuando
estés arrepentido. Tan solo pide a Dios que te perdone. Él siempre lo hará.
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5. Hacer v decir *
SABADO MIERCOLES
Lean juntos la historia de la lección todos los días de la se
mana, y usen los siguientes ademanes para repasar el versículo
para memorizar:
“Tú, Señor,
eres bueno
y perdonador”
Salmo 86:5aaimo st>:a
Ayuda a tu hijo a regalar a
alguien una de las bolsitas de
popurrí que hizo en la Escuela
Sabática, y a decirle a esa per
sona que es para que recuerde
que Dios la ama. Permite al
niño colocar la otra bolsita en
un lugar donde pueda recor
darle que Dios nos ama y está
siempre dispuesto a perdonamos.
Dale unas pocas mo
(señalar hacia el cielo),
(abrazarse a sí mismo),
(extender los brazos hacia
los costados).
(palmas juntas, luego abrir
como un libro).
Toma las manos al niño y luego suéltalas, y da un paso
hacia atrás. Di: “Cuando hacemos algo equivocado, es como si
nos alejáramos de Dios. Pero él quiere que estemos cerca de
él. Siempre nos perdonará si estamos realmente tristes por lo
que hicimos”. Toma las manos del niño nuevamente, y agradez
can aJesús por su amor y su perdón.
Corten rooajas de pan formando un redondel o usen ga-
lletitas redondas. Usen alguna mermelada o dulce oscuro
para dibujar una carita feliz sobre el pan o la galletita.
Mientras la comen, conversen acerca de lo feli
ces que estamos porque Dios siempre
está listo para perdonamos.
VIERNES
Dale unas pocas monedas al niño para “comprarse” algu
nas cositas. Cuando se acaben las monedas, pregúntale: ¿Qué
puedes hacer para comprar cosas, ahora que se te acabó el di
nero? Hablen respecto del hijo de la historia y por qué no tenía
dinero para comprar comida.
MARTES
Observen láminas o algún libro que hable acerca de los
cerdos. Conversen acerca de cómo viven y qué comen. Si es
posible, visiten algún lugar donde haya cerdos. Pregúntale: ¿Te
gustaría vivir con los cerdos?
Para representar la historia,
hagan de cuenta que el niño se aleja de ti.
“Búscalo”, y abre tus brazos y abrázalo cuando
corre de vuelta hacia ti. Hablen acerca del amor
del padre y de cuánto lo
amas tú. Celebren,
luego, el amor de k _
Dios entonando
cantos de gratitud
y compartiendo
juntos una “fiesta”.