Obra clásica de la espiritualidad católica, es uno de los escritos más característicos del santo obispo de Ginebra. La afabilidad de temperamento, la cortesía de gentilhombre y la erudición humanística que distinguían a Francisco de Sales impregnan cada una de sus páginas, y contribuyen no poco al objetivo principal del libro, que es hacer de la vida "devota", es decir dedicada al amor de Dios y del prójimo, algo accesible y atrayente para todos los estados de vida y condiciones sociales: religiosos y seglares, hombres y mujeres, célibes y casados.
El 8 de febrero celebraremos la Solemnidad del Corazón de María. Para Juan Eudes, el Corazón Amantísimo de la Virgen María está íntimamente unido al Corazón de Jesús. Por esta razón, María es para Juan Eudes un Evangelio viviente porque todo lo que ella refleja es la vida de Jesús.
Como preparación a esta solemnidad, les compartimos el Triduo al Corazón de María para ser meditado los días 5, 6 y 7 de febrero. También contiene una consagración al Corazón de María para el día 8 de febrero.
Obra clásica de la espiritualidad católica, es uno de los escritos más característicos del santo obispo de Ginebra. La afabilidad de temperamento, la cortesía de gentilhombre y la erudición humanística que distinguían a Francisco de Sales impregnan cada una de sus páginas, y contribuyen no poco al objetivo principal del libro, que es hacer de la vida "devota", es decir dedicada al amor de Dios y del prójimo, algo accesible y atrayente para todos los estados de vida y condiciones sociales: religiosos y seglares, hombres y mujeres, célibes y casados.
El 8 de febrero celebraremos la Solemnidad del Corazón de María. Para Juan Eudes, el Corazón Amantísimo de la Virgen María está íntimamente unido al Corazón de Jesús. Por esta razón, María es para Juan Eudes un Evangelio viviente porque todo lo que ella refleja es la vida de Jesús.
Como preparación a esta solemnidad, les compartimos el Triduo al Corazón de María para ser meditado los días 5, 6 y 7 de febrero. También contiene una consagración al Corazón de María para el día 8 de febrero.
SERMON DE MISA NUEVA predicado por el M. I. Sr. D. Federico Salvador Ramón, en la Primera Misa celebrada por el Licenciado D. Jesús Medialdea Martínez. Guadix 1920
Introducción a la Vida Devota - San Francisco de Salesrdcm
“Introducción a la vida devota- SAN FRANCISCO DE SALES (1604), considerado como la obra clásica del santo, basado en las cartas de dirección espiritual que el santo escribía a su prima política, la Sra. de Chamoisyson. En su aspecto público toman forma de "Cartas a Filotea", nombre que en realidad se refiere a quien lee el libro, y que logró una gran llegada al público de todo tipo, por la espiritualidad que plasmaba y la psicología que manejaba.”
Tomado de los escritos de la Venerable Madre María Inés Teresa Arias. Manera de vivir las Bienaventuranzas dejadas por Jesús Rey y Señor del Universo, para que las vivamos de una manera práctica y sencilla.
María Santísima dice:
María, Madre del Buen Consejo es la que habla en este
libro. Libro que será espada que herirá los corazones
soberbios, arrogantes, altivos, prepotentes. Libro que será
ungüento que aliviará las penas, dulcificará el sufrimiento
y aumentará, aún, más el amor y el sacrificio hacia Jesús,
Mártir del Gólgota.
María, Madre del Buen Consejo os habla, os alecciona, os
enseña a todos vosotros el sendero que os lleva hacia el
cielo y por ende a la adquisición del premio que se os
tiene prometido.
Dios. El que Es, nos muestra en la santisima virgen el cumplimiento cabal de su palabra, desde la concepción del Hijo de Dios, Jesús, hasta la Asunción de Maria, siempre estubo con ella, Pero la Tradición de los Padres de la Iglesia señala el final de los días de María en la tierra entre los 63 y los 69 años de edad. Con esto se deduce que no fue con San Juan a Efeso, ni vivió allí nunca, sino que murió en Jerusalén unos 15 años después de la muerte de Jesús, cuando San Juan todavía estaba en Jerusalén evangelizando, junto con San Pedro y San Felipe, las ciudades de Palestina.
Regreso de efeso a Jerusalem donde su amado Hijo Nuestro Señor subio a los cielos.
Entre los muy numerosos y considerables escritos de Tomás Hemerken, más conocido como
Tomás de Kempis (1380-1471), se han tenido en cuenta sobre todo aquellos que,
armónicamente completados en cuatro libros, ostentan el título de Imitación de Cristo. De esta
obra nos han quedado innumerables versiones en varias lenguas en el transcurso de los siglos,
dado que, después de la Sagrada Escritura, ha sido siempre el más leído y es considerado, con
todo derecho, la guía espiritual de quien se propone cultivar en serio su propia vida interior.
Bossuet lo definió como "el quinto Evangelio" y el padre Olivet: "el más hermoso libro salido
de las manos del hombre, ya que el Evangelio ha salido de las manos de Dios.
SERMON DE MISA NUEVA predicado por el M. I. Sr. D. Federico Salvador Ramón, en la Primera Misa celebrada por el Licenciado D. Jesús Medialdea Martínez. Guadix 1920
Introducción a la Vida Devota - San Francisco de Salesrdcm
“Introducción a la vida devota- SAN FRANCISCO DE SALES (1604), considerado como la obra clásica del santo, basado en las cartas de dirección espiritual que el santo escribía a su prima política, la Sra. de Chamoisyson. En su aspecto público toman forma de "Cartas a Filotea", nombre que en realidad se refiere a quien lee el libro, y que logró una gran llegada al público de todo tipo, por la espiritualidad que plasmaba y la psicología que manejaba.”
Tomado de los escritos de la Venerable Madre María Inés Teresa Arias. Manera de vivir las Bienaventuranzas dejadas por Jesús Rey y Señor del Universo, para que las vivamos de una manera práctica y sencilla.
María Santísima dice:
María, Madre del Buen Consejo es la que habla en este
libro. Libro que será espada que herirá los corazones
soberbios, arrogantes, altivos, prepotentes. Libro que será
ungüento que aliviará las penas, dulcificará el sufrimiento
y aumentará, aún, más el amor y el sacrificio hacia Jesús,
Mártir del Gólgota.
María, Madre del Buen Consejo os habla, os alecciona, os
enseña a todos vosotros el sendero que os lleva hacia el
cielo y por ende a la adquisición del premio que se os
tiene prometido.
Dios. El que Es, nos muestra en la santisima virgen el cumplimiento cabal de su palabra, desde la concepción del Hijo de Dios, Jesús, hasta la Asunción de Maria, siempre estubo con ella, Pero la Tradición de los Padres de la Iglesia señala el final de los días de María en la tierra entre los 63 y los 69 años de edad. Con esto se deduce que no fue con San Juan a Efeso, ni vivió allí nunca, sino que murió en Jerusalén unos 15 años después de la muerte de Jesús, cuando San Juan todavía estaba en Jerusalén evangelizando, junto con San Pedro y San Felipe, las ciudades de Palestina.
Regreso de efeso a Jerusalem donde su amado Hijo Nuestro Señor subio a los cielos.
Entre los muy numerosos y considerables escritos de Tomás Hemerken, más conocido como
Tomás de Kempis (1380-1471), se han tenido en cuenta sobre todo aquellos que,
armónicamente completados en cuatro libros, ostentan el título de Imitación de Cristo. De esta
obra nos han quedado innumerables versiones en varias lenguas en el transcurso de los siglos,
dado que, después de la Sagrada Escritura, ha sido siempre el más leído y es considerado, con
todo derecho, la guía espiritual de quien se propone cultivar en serio su propia vida interior.
Bossuet lo definió como "el quinto Evangelio" y el padre Olivet: "el más hermoso libro salido
de las manos del hombre, ya que el Evangelio ha salido de las manos de Dios.
Queridos hermanos y hermanas:
Reciban un saludo fraterno en Jesús y María.
La Unidad de Espiritualidad Eudista (CJM Virtual) les comparte el siguiente “Triduo Eudista”, en el cual se ofrecen algunas meditaciones y oraciones extraídas de las obras de san Juan Eudes para profundizar en torno a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el Corazón de María.
Esperamos que estas reflexiones de nuestro fundador contribuyan a la difusión del gran tesoro espiritual que tenemos como hijos del Padre, Doctor y Apóstol del culto litúrgico a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Fraternalmente,
Equipo de la UEE.
Triduo al Sagrado Corazón de Jesús
Querida Familia Eudista:
En este folleto se ofrece una estructura para celebrar el triduo al Sagrado Corazón de Jesús, cuya fiesta celebramos el 20 de octubre en la Congregación de Jesús y María.
En primer lugar, nos dispondremos de corazón a vivir el momento de oración, con el Ave Cor Sanctissimum, luego se leen los textos propuestos para cada día; finalmente se rezan las letanías al Corazón y la oración junto con nuestro compromiso de amar a Jesús en todo.
Nuestro muy amado Salvador nos ha concedido la gracia inexplicable de darnos en nuestra Congregación el Corazón admirable de su santísima Madre. Pero su bondad que no conoce límites no se ha detenido allí, y ha pasado adelante, al darnos su propio Corazón para ser, con el Corazón de su gloriosa Madre, el fundador, el superior, el principio y el fin, el corazón y la vida de esta Congregación.
3. EL SAGRADO CORAZON.
Jesucristo es Dios. Aunque hay en
£1 dos naturalezas, divina y humana,
como enseña la fe católica, es, sin em
bargo, única ia Persona, y ésta es di
vina. Es, pues, digno de toda venera
ción, así en su Humanidad santísima
como en su Divinidad. Y de su Huma
nidad santísima es digno de venera
ción, no sólo ei conjunto, sí que cada
una de las partes de él. De suerte que
pueden y deben venerarse el cuerpo y
alma de Cristo, pero puede separada
mente venerarse su cuerpo y vene
4. rarse su alma, y pueden de su cuer
po ser venerados coa culto especial
cada udo de sas sacratísimos miem
bros. Así es antiquísimo en la Iglesia
el culto de las adorables llagas de las
manos, pies y costado; así es ya co
mún la veneración á su purísima San
gre; así podemos lijarla muy en parti
cular en su sagrada cabeza, coronada
de espinas, etc., etc. Sirva esto de
contestación á los que haciéndose del
asombradizo preguntan: ¿por qué se
da este culto especial al Sagrado Co
razón de Jesús? Respuesta decisiva:
se le da en primer lugar, como puede
darse á una parte cualquiera de su san
tísima Humanidad.
Pero hay un motivo especialísimo
para dar este culto al Corazón, más
que á la cabeza, manos ó pies. £1 co
razón es entre todos los órganos cor
porales, por decirlo así, el menos cor
5. poral; viene á ser con respecto á la
parte afectiva de nuestro ser, lo que
el cerebro con respecto á su parte in
telectiva; es el que está más en íntimo
y misterioso contacto con el alma por
su vida de sentimiento; es como la
fragua^suya de que se sirve ella para
elaborar sus afectos. Así que del mis*
¡no modo que en todos los idiomas se
dice que piensa y discurre é imagina
el hombre con la cabeza, así en todos
los idiomas se dice que ama y aborre
ce y sufre y goza y anhela y teme con
el corazón. Porque para sus operacio
nes intelectuales parece que se sirve
más el alma de la primera, como para
sus operaciones afectivas se sirve del
segundo. Tiene, pues, el corazón en
el compuesto humano una importan
cia especial. Además de ser la válvula
reguladora de su movimiento circula
torio, es el sagrario de sus más delica*
6. dos sentimientos; es el volcán de sus
más encendidas llamaradas; es el ocul
to resorte de la mayor parte de sas ac
tos é inclinaciones. Se ha dicho con
verdad que el hombre ¡o es casi siem
pre todo por-su corazón. Si se eleva
hasta la sublimidad del Angel-ó des
ciende hasta la horrible condición del
demonio, es comúnmente según loque
ha purificado y enaltecido, ó maleado
y degradado los sentimientos de su
corazón.
Ahora bien. Cristo, Dios y Hombre
verdadero, tuvo en su vida mortal, y
tiene hoy en su vida gloriosa en el
cielo y en su vida escondida en el Sa
cramento, un verdadero Corazón. Y
como su Divina Persona es justamen
te la persona de un Dios-Hombre y de
7. _ S —
uq Hombre-Dios, su Corazón es jun
tamente Corazón humano y Corazón
divino, Corazón que pertenece al hom
bre y Corazón que pertenece á Dios,
Corazón que late y alienta con lodos
los más.nobles afectos humanos, y jun
tamente con los nobilísimos afectos de
la Divinidad. Amó Cristo á Dios-Padre
y á la humana criatura con amor in
finito, y el órgano ó fragua de este
amor infinito fuá su Divino Corazón.
Aborreció el pecado, que es el único
objeto digno de los odios de un Dios,
y el centro de estos odios infinitos fué
su Divino Corazón. Anheló la divina
gloria y la redención hamaca con ham
bre y sed que le hicieron impaciente
por los tormentos y por la muerte, y
el foco de estos anhelos y divinas im
paciencias fué su Sagrado Corazón.
Discurramos, pues. Si merecen cul
to y veneración la cruz en que murió
8. el Salvador, los clavos que taladraron
sus manos y pies, las espinas que se
hincaron ea su cabeza, el sepulcro en
que fué colocado, por el contacto ma
terial que tuvieron todos estos objetos
con su Divina Persona, ¿no hay razón
especialísima para honrar con especia-
lísimo culto y amor, el Corazón suyo,
aunque se le considere sólo como una
parle más nohle de su sagrada Huma
nidad, como una entraña la más deli
cada de sus sacratísimas entrañas, co
mo el órgano finísimo con el que su
bendita alma nos amó, y deseó su frir
y morir por nosotros?
Hasta aquí, empero, considerando
al Sagrado Corazón como objeto mate
rial de este hermoso culto, que bajo
este solo aspecto tendría ya incontes
table derecho á nuestra predilección.
Mas, con el culto del Sagrado Corazón
no se trata solamente de honrar la di
9. cha viscera material del organismo
humano de nuestro Divino Salvador;
trátase juntamente de venerarla como
símbolo del inmenso amor'suyo en fa
vor de los hombres, que le llevó á
morir por ellos en el árbol de la cruz.
Segundo aspecto de la cuestión, no
menos interesante que el primero.
También está en el buen sentido
del género humano que el corazón est
e) símbolo más adecuado del amor. E l
idioma de todos los pueblos lo expre
sa de esta manera, Cuando decimos
que á una persooa ja hacemos dueña
de nuestro corazón, ó que reinamos en
el suyo, ó le pedimos nos admita en
él, no queremos significar con esto
más que el hecho de que la amamos,
ó el deseo de que nos ame. Por cora
zón entendemos amor y nada más. Es
un tropo vulgar que emplean hasta
los que no han aprendido retórica,
10. porque lo enseña á todos la misma na
turaleza. Es, pues, altamente filosófi
co, y altamente teológico, y altamen
te artístico, y altamente natural para
venerar el amor infinito de Jesucristo á
Dios Padre y á. los hombres sus her
manos, tomar por símbolo y figura su
Sagrado Corazón, rodeándolo con los
atributos más expresivos para dar á
comprender lodo el significado de este
divino jeroglifico. Si, no hay repre
sentación más exacta que ésta, de los
divinos afectos del Salvador: el Cora
zón con llamas, para significar el ar
doroso incendio de sus amores; el Co
razón con la herida manando sangre,
para demostrar la efusión de este
amor sobre todos los mortales; el Co
razón con cruz y corona de espinas,
para recordar las agonías y sufrimien
tos que le causó este amor. Símbolo
que por sí solo es un poema; símbolo
11. que habla coa más elocuencia que las
frases del más vehemente discurso;
símbolo que puede entender cualquie
ra aunque no tenga talento, sólo con
que tenga ojos en la cara para ver, y
á su vez en el pecho un corazón para
sentir.
Ahora bien. Este símbolo tan per
fecto y adecuado podía seT escogido
por los hombres para mejor represen
tar con él el infinito amor que nos tu
vo nuestro dulcísimo Jesús; pero no
faé escogido ni inventado por los hom
bres, no, sino que les fué dado y co
municado del cielo por el mismo ado
rable Redentor. Tiene, pues, además
de su fundamento teológico y de su
exactísima propiedad filosófica, el ca
rácter más respetable de todos, el de
12. — JÜ —
su origen celestial. Sí, el cuito del Sa
grado Corazón de Jesús, así bajo su
punto de vista material como bajo su
aspecto simbólico, conocido ya desde
los primeros siglos en la Iglesia y
practicado por gran número de Santos
y almas enamoradas de Dios, fué más
especialmente declarado al mundo por
el mismo Cristo en el último tercio del
siglo X V II por mediación de la bien
aventurada Margarita María A(aco
que, religiosa de la Visitación, recien
temente elevada por Pío IX al honor
de los altares. Las revelaciones hechas
por Jesucristo á esla su fiel esposa pa
ra el mayor desarrollo del culto de su
Sagrado Corazón, han sido todas reco
nocidas por la Sania Iglesia, cuya es
crupulosidad en este punto es impon*
derable. En repetidas ocasiones se
apareció Jesucristo mostrando ála Bea
ta Margarita su Corazón con las dichas
13. — H —
insignias de la cruz, corona de espinas
y herida déla lanza, encargándolaqne
juntamente con el P. La Colombiére,
de la Compañía de Jesús, propagase
por el mando cristiano la devoción al
Sagrado Corazón, y que pidiese á la
Iglesia la celebración de su fiesta el
viernes primero después de la octava
de Corpus Chrisli. Añadió además sin
gularísimas promesas en favor de los
que se esmerasen en practicar y pro
pagar este culto, señalándolo como efi
caz medicina para la restauración de
la fe y reencendimiento de la piedad
en estos últimos tiempos de tibieza é
indiferentismo. Cumpliólo así la ejem
plar Religiosa, secundada en todo por
el dicho P. La Colombiére, y después
de muchas y esqnisitas averiguacio
nes practicadas por la Santa Sede, des
pués de tenaz é incansable guerra qae
le hizo el Jansenismo, logróse ver san-
14. ciooado por la Autoridad apostólica el
culto del Sagrado Corazón, instituida
su fiesta universal, aprobado su rezo,
y hoy por lia venerada en los altares
la memoria de su insigne apóstol y
propagandista, la fervorosa contempla
tiva de Paray-le-Monial. Y hoy, gra
cias sean dadas al Señor, en medio de
los horrores de la moderna persecu
ción, que persecución es y gravísima
la que en todos los eonfmes del globo
sufre el Catolicismo, el Sagrado Cora-
zón de Jesús es la divisa de todos los
buenos, el grito de guerra en todos sus
combates, su celestial esperanza de
triunfo para el porvenir.
¡Amemos, pues, y honremos al Sa
grado Corazón! No hay libro en que
mejor puedan estudiarse y aprender
15. se todas las virtudes, no hay maestro
que con más divina autoridad nos las
pueda enseñar. La paciencia y abne
gación basta el sacrificio; la celestial
mansedumbre, á par de la incontras
table firmeza; el celo devorador é im
petuoso y á la vez la caridad incansa'
ble, benigna y afectuosísima.
¡Amemos y honremos al Sagrado Co
razón! Harto se nos da cada día el es
pectáculo de corazones envilecidos en
lo más inmundo de cenagosas aspira
ciones, corazones á quienes la pose
sión de un puñado de oro endurece
como este metal, ó á quienes el insa
ciable afán de sensualidad tiene po
dridos y hediondos. Hartos estamos
de ver cada día enlodadas en el barro
Jas alas de! corazón que Dios crió para
que se cerniese como las aves en la
más pura región del firmamento, y no
como los reptiles, pegado el rostro á
16. — l i
la tierra vil y á sus groseras emocio
nes. ¡Arriba, arriba con el Corazón de
Jesús! [Arriba con E l siguiendo su
generoso vuelo! ¡Arriba con E l, emu
lando la alteza de sus pensamientos,
lo sublime de sus miras, la perfección
de su ideal, que es hacernos grandes
como su Padre que está en los cielos!
¡Arriba, á otra región, á otros aires, á
más noble esfera, con el Corazón de
Jesús! E l lo ha dicho y en sus devotos
se cumple sin excepción: Elevado de
la tierra, lodo lo atraeré en pos de Mi.
¡Atráiganos, elévenos en pos de sí este
imán divino, y contrapese en nosotros
la ley de la gravedad terrena que nos
inclina constantemente á lo bestial!
¡Vivamos con E l para el cielo, que allí
está nuestro verdadero y espiritual
centro de gravedad!
¡ Amemos y honremos al Sagrado
Corazón! ¡Es el Corazón de nuestro
17. Padre, de nuestro Hermano, de nues
tro Amigo, de nuestro Rey, de nues
tro Dios! ¡Gózase en arrimarse y re
costarse y juntarse á par del nuestro
en la Sagrada ComunióD ! ¡ Gózase en
hacerse confidente de nuestros más
ocultos pesares y de nuestras más pun
zantes angustias! ¡Se da sin reserva á
quien le quiere'; sólo anhela para en
tregarse que se le vaya á buscar! ¡Co
razones sedientos de consuelo y amor,
que tan á tontas y á locas lo mendi
gáis de miserables criaturas, id á pe
dírselo á la puerta de este Divino Co
razón !
¡Amemos y honremos al Sagrado
Corazón! E l templo es su casa, el sa
grario su gabinete de íntimas confi
dencias. Nadie le ha buscado allí en
vano. Nadie dejó de encontrar paz,
amor y consuelo allí. Lo saben todos
los Santos; lo saben gran número de
18. pecadores. Sí, pecadores también» con
sus pecados y todo, son recibidos allí
y escuchados y abrazados. A. los ju s
tos concede allí el Corazón Divino la
perseverancia en su amor; á los arre
pentidos la gracia del perdón y el’ós-
culo de una reconciliación tiernísima.
¡Sí, amemos y honremos al Sagrado
Corazón I
a . u . D. <3.