El Tercer Ojo - (1956) Aquí es donde comenzó todo; una autobiografía sobre un viaje del hombre joven en hacer un Lama médico y experimentar una operación para abrir el tercer ojo. Nos demuestran una ojeada en la manera tibetana de la vida en el monasterio y la comprensión profunda del conocimiento espiritual. Hasta que esta vida de lamasería del punto a tiempo era desconocido, incluso a esos pocos que habían visitado realmente Tibet. Lobsang ensambla la vida en el monasterio y aprende la mayoría del secreto de ciencias esotéricas tibetanas y mucho más.
Lobsang Rampa, narra gran parte su juventud, desde que era muy pequeño hasta cumplir los veinte años, cuando salió de su hogar siendo solo un niño de siete años obligado por su padre para presentarse por primera ves a las puertas del monasterio de Chakpori y ordenarse como lama, las vivencias dentro de ese lamasterio que tubo que pasar no le fue nada fácil, es sometido al riguroso entrenamiento propio de los sistemas de desarrollo acelerado que se practican en esos centros orientales. el autor narra en detalles con frescura y sencillez, no exentas de cierto ritmo y amenidad, la vivencia cotidiana en el seno de una comunidad de monjes, de las rutinas y prácticas devotas. Luego de algunos años el joven Lama es enviado a China para continuar sus estudios. Lobsang Rampa logró popularizar nociones místicas como la del "tercer ojo" y los secretos del budismo lamaico, mucho más de lo que los orientalistas habían logrado hasta la redacción y edición de esta obra.
"Lo que tú quieras", biografía ilustrada de Montse Grases.
El Tercer Ojo
1.
2. PROLOGO DE LOS EDITORES
La autobiografía de un lama tibetano es la crónica única
de unaexperiencia y, como tal, inevitablemente difícilde c
orroborar. En un intento por confir mar las afirmaciones del
autor, los editores sometieron el manuscrito al examen de casi
veinte lectores, todas personas de inteligencia y experiencia,
algunas con conocimientos especiales sobre el tema. S u s
opiniones resultaron tan contradictorias que no se obtuvo
ningún resultado positivo. Algunos cuestionaron la veracidad de
una sección; otros, la de otra; lo que un perito no admitía, era
aceptado incuestionablemente por otro. Los editores se
preguntaron: ¿existe algún perito que haya recibido l a
educación de un lama tibetano en sus formas másevo
lucionadas? ¿Habrá alguno que haya sido criado en el
seno de una familia tibetana?
Lobsang Rampa ha mostrado documentos que prueban que
posee títulos de médico de la Universidad de Chungking, y en
esos documentos se lo llama Lama del Monasterio de Potala en
Lhasa. En las muchas conversaciones personales que hemos
sostenido con él, ha demostrado ser un hombre de poderes y
logros poco comunes. En lo que respecta a muchos aspectos de
su vida personal ha mostrado una reticencia que a veces
resultó desconcertante; pero todos tienen derecho a guardar
ciertos secretos, y Lobsang Rampa sostiene que está obligado a
cierta ocultación por la seguridad de su familia en Tibe t
ocupado por
3. LOBSANG RAMPA
los comunistas. En realidad, con ese propósito ha fal s eado
ciertos detalles, tales como la verdadera posición de su padre
en la jerarquía tibetana.
Por estos motivos, el autor debe aceptar —y lo acepta de
buen grado— la total responsabilidad de las declaraciones que
hace en este libro. Podemos creer que aquí y allá excede los
límites de la credulidad occidental, aunque los puntos de vista
occidentales no pueden ser decisivos en los asuntos que aquí se
tratan. A pesar de todo, los editores c r e en q u e EL TERCER
OJ O es e n s u ese ncia , un r e lato auténtico de la crianz a y
educación de un muchacho tibetano, en su hogar y en un
lamasterio. Con ese espíritu publicamos este libro. Cualquiera
que difiera con nosotros, creemos que por lo menos estará de
acuerdo en que el autor está dotado de gran hab i l i dad
narrativa y delpoder de evocar escenas y personajes d e
interés absorbente y único.
4. PREFACIO DEL AUTOR
Soy tibetano. Uno de los pocos que han llegado 'a este
extraño mundo occidental. La sintaxis y la gramática de
este libro dejan mucho que desear, pues jamás recibí una
sola lección formal de inglés. Mi "Escuela de inglés" fue
un campo japonés de prisioneros, donde aprendí el idioma
lo mejor que pude, de las mujeres inglesas y americanas, a
las que atendí como médico. Aprendí con muchos traba-
jos y grandes errores a escribirlo.
Ahora mi amado país está invadido —como se predijo—
por las hordas comunistas. Sólo por este motivo he fal-
seado mi nombre y el de mis amigos. Habiendo hecho
tanto contra el co munismo, sé que mis amigos en los
países comunistas sufrirán sí se descubre mi identidad.
Como he estado en manos comunistas y japonesas, sé por
experiencia personal lo que puede hacer la tortura, pero
este libro no trata de torturas, sino que se refiere a un
país que ama la paz y que ha sido tan mal comprendido y
tan mal representado durante tanto tiempo.
Me dicen que algunas de mis declaraciones pueden no
ser creídas. Ese es vuestro privilegio, pero Tibet es un país
d esconocido p ar a el resto de l mundo. El hombr e que
escribió, refiriéndose á otro país, que "la gente cabalgaba
en tortugas sobre el mar", provocó risas de escarnio. Lo
mismo ocurrió con quienes habían visto peces que eran
p "fósiles vivos". Sin embargo, estos últimos fueron recien-
temente descubiertos y un espécimen fue llevado en avión
hasta los Estados Unidos, para su estudio. Nadie creyó en
esos hombres. Eventualmente se probó que eran veraces.
Lo mismo ocurrirá conmigo.
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LOBSANG RAMPA
142. amor, el tipo de persona y el momento de l
encuentro; matrimonio, cuándo y cómo resultará; pasión, del
tipo del "humor irritable"; catástrofe; cuándo ocurrirá, y si
ocurrirá; fatalidad; muerte; cuándo y cómo; prisión u otras
formas de limitación de libertad; discordia, generalmente
familiar o' discusiones de negocios; espíritu, el grado de
evolución alcanzado.
182. Una vez, años más tarde,me convencieron de que
llevara la figura del Buda, Dios de la Medicina. Medía siete metros y
medio de altura. Las vestiduras flotantes golpeaban mis piernas
enzancadas, las polillas también me golpeaban, pues la túnica
había estado guardada. Mientras avanzaba a los saltos por la
calle, se sacudía el polvo de la túnica, y estornudaba, estornudaba,
estornudaba. Cada estornudo provocaba un nuevo salto; y a mii
ncomodidad añadía la manteca caliente que salpicaba de las
lámparas encima de mi cabeza afeitada y sufriente. El calor era
terrible. aturdidas, montón n y de manteca ropa vieja a y
mohosa, , enjambres de la polillas manteca se mantiene
sólida en las lámparas, con excepción de un charq u it o
que se forma alrededor de la mecha