El documento predice que la gloria de Dios iluminará a Jerusalén y disipará las tinieblas que cubren la tierra. Las naciones caminarán hacia la luz de Jerusalén y sus reyes se deleitarán en su esplendor. Los hijos e hijas de Jerusalén regresarán de tierras lejanas trayendo riquezas de los mares y los pueblos. Grandes multitudes de camellos y dromedarios llegarán de tierras como Sabá trayendo regalos para alabar al Señor.