En los siglos VIII-VI a.C., las ciudades-estado griegas (polis) comenzaron a enviar colonias y a acuñar moneda por primera vez, mientras que los reyes perdían poder frente a la aristocracia. Las polis más importantes como Esparta, Corinto y Atenas fundaron colonias en el Mediterráneo y adoptaron su propia moneda, aunque las colonias mantenían vínculos con sus ciudades madre. Este período de la Antigua Grecia, conocido como Arcaico, sentó las bases para el florecimiento