La monarquía española a principios del siglo XIX estaba debilitada. Carlos IV abdicó como rey en 1808 a favor de su hijo Fernando VII debido a su falta de liderazgo y la influencia de su ministro Manuel Godoy. Godoy firmó el Tratado de Fontainebleau con Napoleón en 1807 que permitió el paso de tropas francesas por España para invadir Portugal, lo que desató el descontento popular. Esto llevó al Motín de Aranjuez en marzo de 1808 donde Godoy fue destituido y Carlos IV forzado