Tras la Segunda Guerra Mundial, los países de Europa Occidental se enfrentaron a la tarea de reconstruir sus economías y viviendas devastadas. Se utilizaron técnicas industriales para agilizar la construcción, como paneles prefabricados de concreto. Aunque inicialmente se usaron bloques de viviendas, más tarde se exploraron diseños más humanos. Cada país abordó la reconstrucción de manera diferente según su situación política y económica.