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EN EL AJEDREZ
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AJEDREZ
Traducido de la Edici6n Original
al inglés por
J. DU MONT
CIA. EDITORIAL CONTINENTAL. S. A. DE C. V., MEXICO
DISTRIBUIDORES:
ESPA�A-ARGENTINA-CHILE-VENEZUELA-COLOMBIA-PERU
Bolivia - �ralil - Costa Rica - Dominicana - Ecuador - El Salvador
Estado• Unidos - Guatemala - Honduras - Nicarapa - PanamA - Parapay
Portu11al - Puerto Rico - Urupay
TÍTULO ORIGINAL EN INGLÉS:
JUDGMENT AND PLANNING IN CHESS
TRADUCIDO DEL INGLÉS POR
ALFONSO VASSEUR WALLS
EDICIÓN AUTORIZADA POR:
G. BELL AND SONS, LTD.- LoNDRES
Decimosegunda impresión
abril de 1984
Derechos Reservados © en Lengua Española-1959,
Primera Publicación
CIA. EDITORIAL CONTINENTAL, S. A. DE C. V.
CALZ. DE TLALPAN NúM. 4620, MÉXICO 22, D. F.
MIEMBRO DE LA CAMARA NACIONAL DE LA INDUSTRIA EDITORIAL
Registro Núm. 43
DISTRIBUIDORES PRINCIPALES EN:
CAVANILLEs NúM. 52, MADRID 7, EsPAÑA
Av. CANNING NúMs. 96, 98 Y 100, EsQ. PADILLA,
1414 BUENOS AIRES, ARGENTINA
MIRAFLORES NúM. 354, SANTIAGO DE CHILE, CHILE
VEN-LEE, C. A., Av. FuERZAS ARMADAs, EsQ. SAN MIGUEL
EDIFICIO RODRIMER, PISO 6, CARACAS, VENEZUELA
CALLE 11 NúM. 2-56, BoGOTÁ, CoLOMBIA
Av. REPÚBLICA DE PANAMÁ NúM. 2199, LA VICTORIA-LIMA 13, PERÚ
IMPRESO EN MEXICO PRINTED IN MEXICO
Esta obra está dedicada
amistosamente a l. Napier y Ml1ora
de Lelant, Corn.waU.
PREFACIO DEL AUTOR
DuRANTE EL congreso de Plymouth en agosto de 1948, conocí
a J. du Mont, entonces editor del British Chess Magazine, quien me
sugirió la conveniencia de escribir un libro de acuerdo con los li­
neamientos en que está escrito el presente.
Sus intenciones eran proporcionar al jugador alguna orienta­
ción sobre la forma de proceder en un juego a partir del punto don­
de concluyen los libros sobre aperturas. Los resultados se ofrecen
en el presente volumen, por lo que expreso mi agradecimiento a
mister Du Mont por su sugerencia y por haberme proporcionado
la oportunidad de llevar a cabo su proyecto.
M. E.
CONTENIDO
CAPiTULO PÁG.
Introducción ll
I Primeros Pasos Para Formar un Juicio Crítico y Pla-
near las Jugadas . 13
11 Mayoría de Peones en el Flanco de Dama 25
III Ataque Sobre el Flanco de Dama 41
IV Caballo Contra Alfil Débil . 63
V Debilitamiento del Flanco del Rey 87
VI Ataque Sobre el Campo del Rey 1 09
VII Peones Débiles 1 37
VIII Casillas Fuertes 161
IX Columnas abiertas 1 89
X Partidas Ilustrativas . 215
INTRODUCCióN
CoN FRECUENCIA, cuando un jugador posee una comprensión
adecuada de los principios del ajedrez, puede hacer bastantes com­
binaciones con dos o tres movimientos de anticipación y, en oca­
siones, en posiciones sencillas, hasta cuatro, de pronto se da cuenta,
al enfrentarse con jugadores de más categoría, que el desarrollo de
su juego parece haber alcanzado un punto muerto. Pierde partidas
sin que pueda determinar la causa. Elabora una serie de movimien­
tos con toda la anticipación posible, sólo para observar que su
oponente ha planeado y operado en una forma completamente dis­
tinta; en resumen, pierde el dominio de la partida que poseía mo­
mentos antes. Aprende de memoria variaciones en la apertura sin
saber con precisión la causa de que se hagan determinados movi­
mientos, que da como resultado que se encuentre en posiciones con
las que no está familiarizado y las que inclusive le pueden ser favo­
rables, aunque no tenga la menor idea de ello ni tampoco de cómo
se volvieron en contra suya.
En esta etapa de la batalla del ajedrez se presenta un nuevo ele­
mento : el "raciocinio de la posición". La posición no progresa por
sí misma sino que debe desarrollarse mediante un proceso de con­
clusiones obtenidas en la práctica. Representa la habilidad progre­
siva para formar un juicio crítico de cualquier posición dada, sin
necesidad de detallarla recurriendo al cálculo exacto.
En la misma forma en que un doctor debe tener una imagen
clara de cualquier estado patológico para planear el tratamiento, o
sea, el diagnóstico y la cura, el jugador de ajedrez debe trazarse un
plan tomando como base las características que note al examinar
una posición determinada. El axioma de Steinitz de que el plan
que se elabore debe estar de acuerdo con las características de la
posición, nos resulta evidente por sí mismo, ya que es la consecuen­
cia lógica de nuestro presente sistema de emprender una acción
efectiva, aun cuando hace sesenta años la declaración de Steinitz
creó una verdadera revolución en el pensamiento ajedrecista.
Sentido crítico y planeación de jugadas. Volviendo a nuestras
observaciones sobre las variaciones de las aperturas, por regla gene­
ral encontramos que nuestro sentido crítico opera por medio de los
símbolos + - =, etc. Pero este juicio no basta por sí mismo : no
12 I N T R O D U C C IÓ N
s6lo es necesario saber cuál de los dos jugadores tiene mejor posi­
ción, sino también la causa. Lo anterior constituye el primer paso,
de acuerdo con el axioma de Steinitz, hacia la elaboración de
un plan.
La elaboración de un juicio y la elaboración de un plan son los
temas que se tratan en esta obra. Forman un puente que conducirá
al principiante a los elevados niveles en donde no es el impulso,
sino el raciocinio, lo que determina la preferencia por determinada
jugada, sin que por ello se subestime la significación de lo que lla­
mamos "intuición".
CAPÍTULO I
PRIMEROS PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRITICO
Y PLANEAR LAS .JUGADAS
LA TAREA es tan amplia y variada, que se debe tratar poco a po­
co, principiando con los ejemplos elementales antes de abordar
problemas difíciles o complicados.
En primer lugar, analizaremos posiciones en las que sólo es ne­
cesario poseer conocimientos acerca del valor relativo de las pie­
zas, así como la habilidad necesaria para constatar la certeza de
algunas jugadas forzadas. La posición que en seguida se ilustra, es
el producto de un regular conocimiento de variaciones de apertura
y en la que uno de los bandos obtiene un mate forzado o una ga­
nancia material en piezas.
l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AO ; 3. A-4A, A-4A:
4. P-3A, C-3A ; 5. P-40, P X P ; 6. PX P, A-5C jaque; 7.
C-3A, C X PR ; 8. Enroque, A X C ; 9. P-50, C-4R ; 10. P X A,
C X A ; 1 1 . D-40, C (5A ) --3D ; 12. D X PC, D-3A ; 13. O X D,
C X D ; 14. T-1 R jaque, R-1 A ; 15. A-6T jaque, R-IC; 16.
T-5R, C (30)-SR: 17. C-20 (NP 1).
1 2
Las blancas ganan el juego con facilidad, ya que ninguno de
los Caballos negros se puede mover por el peligro del mate con la
Torre, ya sea en SR o en 5C. Pero en cambio, si se juega:
17. . . . P-30 ; 1 8. CXC, PXT; 1 9. CXC mate.
No existen ni variaciones ni problemas.
14 CRITilJUO Y TÁ CTICA EN EL AJEDREZ
Aún es más sencilla la situación después de:
l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A,
4. P-4CD, .A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7. Enroque,
C-3A ; 8¡A-3T, P-3D ; 9. P-5R, P X P ; 10. D-3C, D-2D ;
1 1 . T-1R, P-5R ; 1 2. CD-2D, A X P ; 1 3. C X PR, A X TR ; 14.
T X A, R-1D ; 15. CD-5C, C-4TD ; 16. C-5R, C X D ; (N9 2).
Las blancas dan mate en cuatro jugadas :
1 7. C ( 5R) X P jaque D X C
1 8. C X D jaque R-2D
19. A-5C jaque P-3A
20. T-7R mate
El siguiente ejemplo no proporcionará al lector ningún dolor
de cabeza:
l. P-4R, P-4R ; 2. P-4AR, P X P ; 3. C-3AR, P-4CR ;
4. A-4A, P-5C ; 5. Enroque, P X C ; 6. D X P, D-3A ; 7. P-3D,
C-3A ; 8. A X P, A-2C ; 9. C-3A, C-5D ; 10. D-2A, P-3D ;
11. C-5D, D-1D ; 1 2. P-5R, P-3AD ; 1 3. A-5CR, D-2D ; 14.
C-7A jaque, D X C ; 15. AX P jaque, R-2D ; (N9 3) .
Las blancas dan mate en dos jugadas:
16. D-5A jaque
1 7. P-6R mate
C X D
El siguiente caso es un poco más complicado:
l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A ;
4. P-4CD, A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7. Enroque,
C-3A; 8. A-3T, C X P ; 9. D-3C, P-4D ; 10. AX P, C-3D;
3 4
1 1. A X P jaque, R-1 A ; 1 2. T-1R, A-2D ; 1 3. CD-2D, AXP;
14. C-4A, C-4T ; 15. C X C, A X C ; 16. C-5R, A X T ; 1 7. T X A,
A-3A ; 18. A-5T, D-3A ; 19. C X A, P-3CR ; 20. T-6R,
D-4A; 2 1 . C X PD, D X A ; (NP 4) .
PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRÍTICO Y PLANEAR LAS JUGADAS 15
¡ Las blancas tienen ahora el mate en 14 jugadas!
22. AXC jaque PXA
Resulta instructivo observar lo mucho que se puede acelerar
el mate desviándose de la variación principal; por ejemplo: 22....
R-2C ; 23. T--7R jaque, R-3T ; 24. A-4A jaque, P-4C; 25.
C-5A jaque, R-3C ; 26. 0-7A mate. No tiene mucha impor­
tancia que el perdedor provoque el mate o sufra pérdidas materia­
les definitivas; sin embargo, de acuerdo con nuestros propósitos y
para cultivar las facultades combativas, es de suma importancia
establecer una distinción precisa entre las dos formas de obtener una
ventaja decisiva: la oportunidad de dar mate, o de adquirir suprt>­
macía material.
23. T-6A jaque R-2C
Sería demasiado proporcionar un análisis completo de la posi­
ción y, por lo tanto, sólo nos limitaremos a la principal variación,
pero sería conveniente que los lectores examinaran cuidadosamente
todas las ramificaciones posibles. 24. T-7A jaque, R-3T ; 25.
D-3R jaque-, 0-4C ; 26. C-5A jaque, PXC ; 27. T-6A jaque,
R-4T; 28. 0-3T jaque, 0-5T; 29. OXP jaque, 0-4C ; 30.
D-3T jaque, 0-5T; 31. P-4C jaque, R-4C ; 32. T-5A jaque,
R-3C ; 33. OXO, P-3TR ; 34. 0-5T jaque, R-2T: 35. 0--7A
mate.
Los ejemplos proporcionados hasta ahora poseen un elemento
común: en todos los casos, la posición conduce a un mate forzado:
por lo tanto, nuestro tema puede resumirse en esta forma:
Juicio: Las blancas (o las negras) ganan. Planeamiento de las
jugadas: La continuidad adecuada para llegar al mate.
A continuación presentamos algunos ejemplos en los cuales la
variación principal también conduce al mate, pero la parte perde­
dora tiene una o dos oportunidades de escapar, si bien mediante
una importante pérdida material, que quita al ejemplo su carácter
forzado.
Otro aspecto importante de la llamada Variación de Viena st>
desarrolla en la forma siguiente:
l. P-40, P-40 ; 2. P-4AO, P-3R; 3. C-3AR, C-3AR:
4. A-5C, A-5C jaque; 5. C-3A, P X P ; 6. P-4R, P-4A ; 7.
AXP, PXP ; 8. C X P, D-4T ; 9. AXC, A X C jaque; 10. PX A,
DXP jaque; 11. R-1A, DXA jaque; 12. R-1C, enroque; 13.
D-4C (N9 5).
Ahora es oportuno juzgar el valor de la Variación de Viena
16 CRITERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ
tomada en su conjunto, para tener la certeza de que dicha varia­
ción produzca una ventaja definitiva. No valdría de nada desechar
la partida con la anotación : "las blancas tienen oportunidad de
5
atacar", cuando en realidad pueden forzar el mate o tomar a la
dama.Continuamos:
J.3.....
Forzada.
14. D-4A
15. P--5R
16. PXC
P-3CR
C-2D
CXA
Aún existe amenaza de mate moviendo: 17. D--6T, etc.
16. ... R-1T
17. T-1AD
Importante maniobra intermedia destinada, en primer lugar, a
salvar a la Torre del ataque de la Dama.
17. D-4D
Las otras jugadas pueden ser aún peores.
18. D-6T T-1CR
19. C-3A
l. 19.. . . , P-4CR; 20. P-4TR, T-3C (no tiene otra cosa
mejor) ; 21.D-BA jaque, T-IC; 22.D X P (ahora 23. CXP
o 23. PX P son las jugadas inminentes), 22.... D-2D; 23.
C-5R (las negras no pueden arriesgarse al cambio de Da­
mas, porque 24. C X D significaría el mate, y otras jugadas
de la dama conducirían a resultados similares ) , 23.
D-7D; 24. D X P jaque, RXD; 25. PXP mate, o bien:
PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRfTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAll 17
l . (a) 20. .· . . P-4R (preparando A-4A para proteger al
peón en 2TR) ; 2 1 . T X A !, TD X T ; 22. C X PC, T-8A ja­
que ( las negras no pueden proteger a 2TR sin abandonar
2AR) ; 23. R-2T, T X T jaque ; 24. R X T, T X C (no tiene
nada mejor) ; 25. PXT y ya no existe ninguna defensa para
el mate en 20.
2. 19. . . . D-4TR ; 20. C-50 (nuevamente un sacrificio sor­
presivo) . Las negras únicamente pueden detener el mate
sacrificando a la Dama por el Caballo.
l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ;
4. A-50, CD-2D ; 5. P-3R, A-2R ; 6. C-3A, P-3CD? ; 7.
PX P, PX P; 8. A-50, A-20 ; 9. C-5R, Enroque ; 10. A---6A,
A X A ; 1 1 . C X A, D-1R ; 12. C X A jaque, D X C ; 1 3. C X P,
D-5R ; 14. C X C jaque, P X C ; 15. A---6T, D X PC ( la Variación
de Pittsburg) (NP 6) .
6 7
Las blancas obtienen ahora una ventaja decisiva con la jugada
sorpresiva :
16. D-3A,
ya que si se efectuara : 16. . . . DXD, existiría mate después de :
1 7. T-10 jaque, R-1 T ; 18. A-70 jaque, R-10; 19. A X P ja­
que de descubierta, y así sucesivamente, en tanto que después de :
16. . . . D-30 ; 1 7. A X T, T X A ; 18. Enroque 1 las blancas han
ganado en el cambio de piezas y pueden ahora iniciar un -ataque
vigoroso (NP 7).
Del análisis de esta posición, quizá se presente una pregunta :
¿ Cómo debo planear mis jugadas? ¿Cómo hacer para convertir
la supremacía material en victoria? Sería una tarea tan inaudita
J Enroque a TD. (N. del T.).
18 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
como ingrata escribir un libro sobre los diferentes métodos para
hacer que la ventaja material logtada produzca sus frutos. Casi
siempre se puede ganar de muchas maneras y, por lo general, no
se presenta ninguna dificultad. Imagino también que habrá muy
pocos novatos que emprendan una tarea tan grande ; los progresos
alcanzados en el curso de sus estudios harán que les resulten obvio>
y faltos de interés.
Sin embargo, resulta interesante hacer unas cuantas observa­
ciones a este respecto.
l. Si se ha alcanzado una ventaja material, la conducta a se­
guir es simplificar la posición por medio de cambios, dentro
de ciertas limitaciones, en la forma siguiente :
(a) No haga el cambio en fmma automática, ya que exis­
ten posiciones en las que puede perder el efecto de la
superioridad en piezas.
(b) En los finales de juego T y A vs. T, T y C vs. T, y T
vs. A, o T vs. C, casi siempre su superioridad es res­
tringida, aunque existan unas cuantas excepciones.
En consecuencia, la simplificación no debe llegar muy
lejos en los casos mencionados. Pero siempre que quede
un simple peón en el tablero, habrá lo suficiente para
llegar.
2. No se piense que el triunfo vendrá por sí solo en ningún caso.
Si se desea obtener todo el beneficio de la ventaja material
alcanzada, se debe operar en provecho propio. Una Torre
vale más que un Alfil siempre y cuando se sepan utilizar
en forma adecuada. No se deben aceptar complicaciones a
menos que exista una necesidad ineludible. Sucede con bas­
tante frecuencia que el jugador que tiene la ventaja por
poseer mayor número de piezas, se inclina a jugar en una
forma pasiva, en espera de los acontecimientos. Esta es posi­
blemente, la peor actitud, y ha resultado fatal a no pocos.
3. Sólo el ataque puede hacer fructífera la ventaja material.
Por lo tanto, el juego deberá ser agresivo, aunque, desde lue­
go, no descuidado. Una vez que se posee la iniciativa, aumen­
tan las potencialidades de los cambios a voluntad. (Ver NP 1).
De acuerdo con lo anterior, repasaremos con mayor detalle las
variaciones que acabamos de examinar. (Ver Diagrama NP 7).
Después del enroque, continuamos :
18. R-lT
Más o menos obligado a causa de la amenaza 19. T-lC.
PASOS PARA FORM AR UN JUICIO CIÚTICO Y PLANEAR LAS JU G ADAS 19
Ahora las blancas deben mover una Torre a 1-CR ; pero,
¿cuál de las dos? ¿ La Torre del Rey, porque después de 19.
TD-1C, la Dama negra se podrá mover a 6D? Mal razonado. No
se deben tomar las cosas por concedidas. Ya que después de la pro­
blemática incursión de la Dama negra, 20. D-4C, gana el Caballo
a causa de la amenaza de mate. En consecuencia, importa muy po­
co cuál sea la Torre que ejecute el movimiento. Las blancas juegan :
19. TD-1C D-3T
¿ Qué hacen las blancas ahora? Pueden elegir entre las siguien­
tes líneas de acción :
l. 20. D-6A, ganando un Peón.
2: 20. T-3C, seguido por 2 1 . TR-1C, continuando el ataque
del flanco del Rey, es preferible, y no :
3. 20. D-4A, cambiando Damas. La formación de Peones
blancos del flanco del Rey puede ser desbaratada y enton­
ces el triunfo costará más trabajo (ejemplo del "cambio cues­
te lo que cueste" ) .
4. 20. T-4C, seguida por 2 1 . D-4A. En esta forma, el cambio
de Damas no implica ningún daño en la formación de los
Peones blancos.
Dicho lo anterior, la mejor forma en que las blancas pueden
continuar la partida es : 20. T-3C, como secuela similar con 20. . . .
P-4AD ; 2 1 . TR-1C, con la amenaza de 22. T-3T, para blo­
quear a la Dama contraria. Pero incluso ahora, las negras tienen el
recurso de 2 1 . . . . P X P ; 22. T-3T, T-1 A jaque ; 23. R-1C,
D-l A ; pero las blancas forzan la victoria con 24. D-SA. Una al­
ternativa después de : 2 1 . TR-1C, sería : 2 1 . . . . T-1 A ; pero las
blancas ganan jugando : 22. D-6A.
Incluso en las posiciones en que uno de los bandos ha logrado
superioridad material, se pueden hacer combinaciones, y se podría
decir que especialmente en dichas circuntancias.
Proporcionamos a continuación algunas posiciones en las que
la cuestión principal no es el mate, sino únicamente una prepon­
derancia en material. Con esto queremos decir una ventaja de
dos Peones, o el cambio, o quizá una pieza con minoría de uno o dos
Peones.
Cuando el exceso de material esté representado por una Torre
o la Dama, la posición puede ser anormal :
l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ;
20 CRITERI O Y TÁCT I CA EN EL AJEDREZ
4. C-3A, P-4A ; 5. A-5C, P X PD ; 6. CRXP, P-4R ; 7.
C (4D)-5C, P-3TD ; 8. C X P, PX C ; 9. C X C jaque (N� 8) .
Una trampa bien conocida por medio de la cual parece que las
blancas ganan el cambio después de : 9. . . . PX C ; 10. DXD jaque,
R X D ; 1 1 . A X P jaque.
Sin embargo, las negras tienen una línea más fuerte en :
9.
10. A X D
1 1 . D-2D
12. R X A
D X C
A-5C jaque
AXD jaque
PXA
Y las negras quedan con una pieza de ventaja.
l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD ; P-4AD ;
4. PX PD, PR X P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, C-3A ; 7.
8 9
A-2C, A-2R ; 8. Enroque, enroque ; 9. A-5C, P-5A ; 10. C-5R,
D-3C ; 1 1 . A X C, A X A; 12. C X PD, D X PD? (N� 9).
Las blancas ganan una pieza :
1 3. C X A jaque
14. cxc
15. C-7R jaque
16. TD X D
P X C
D X D
R-1T
Una maniobra bien conocida se presenta en algunas otras po­
siciones, como, por ejemplo :
• l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4AD;
4. P X PD, PRX P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, P-5A ; 7.
A-2C, A-5CD ; 8. Enroque, CR-2R ; 9. P-4R, enroque ; 10.
C X P, C X C ; 1 1 . P X C, D X P ; 12. P-3TD, (para librar a 7R
del Caballo blanco) , A-4T ; 13. C-5R, D X P ; 14. C X C, D X D;
PASOS PARA FORMAR UN .JUICIO CRiTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAS 21
15. C-7R jaque, R-lT; 16. TXD, y nuevamente las blancas ga­
naron una pieza.
l . P-4AD, C-3AR ; 2. C-3AD, P-3R; 3. P-4R, P-4A ;
4. P-3CR, P-4D; 5. P-5R, P-5D; 6. PXC, PXC; 7. PCXP,
DXP; 8. P-4D, PXP ; 9. PXP, A-5C jaque ; 10. A-2D, DXP ;
l l . AXA, D-5R jaque; 12. A-2R, DXT; 13. D-6D, C-3A
(N9 JO).
Las blancas ganan mediante una combinación que requiere
calcularse de manera precisa:
14. A-3AR DXC jaque
15. R-2R
y ganan, porque 15. . . . DXT, fracasa después de jugar 16. AXC
jaque, con mate en la siguiente jugada.
l. P-4D, P-4D; 2. P-4AD, P-3R; 3. C-3AR, G-3AR ;
4. C-3A, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. P--3CD, P-4A ; 7.
A-3D, P-3CD ; 8. Enroque, A-2C; 9. A-2C, G-3A; 10.
T-1A, T-1A; 1 1 . D-2R, PAXP ; 12. PRXP, PXP ; 13. PXP,
CXP ? ; 14. CXC, DXC (N9 11).
JO 11
Las negras han sido demasiado ambiciosas y expusieron a su
dama a un ataque indirecto en forma descuidada, error común en
este tipo de apertura, que aquí recibe un breve comentario.
15. C-5D D-4A
16. AXC
Y ahora :
J. 16. . . . AXA ; 1 7. D-4R y gana.
2. 16. . . . PXA ; 1 7. D-4C jaque, R-1T; 18. D-4T, P-4A;
19. CXA, etc.
22 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
l. P---4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. e-3AR, e-3A;
4. e-3A, P X P ; 5. P---4TD, P-3R ; 6. P---4R, A-5e ; 7. P-5R,
e-5R ; 8. D-2A, D-4D ; 9. A-2R, 4AD; 10. Enroque,
exe ; 1 1 . P X e, P X P ; 1 2. P X P, P-6A ; 1 3. A-2D, D-4T ; 14.
A X P, A X A ; 15. T-3T , A-2D ; 16. T X A, A X P (N9 12). Otro
ejemplo de avaricia castigada.
Las blancas dominan en una forma sorpresiva moviendo a :
1 7 . A-5e jaque
Y ahora :
l. 1 7. . . . D X A ; 1 8. T-8A jaque, R-2R ; 19. D-7A jaque,
e-2D ; 20. D-6D mate. ( Si se jugara 19. . . . D-2D ; 20.
D-5A jaque, y mate a la siguiente jugada) .
2. 1 7. . . . A X A ; 18. T-8A jaque, R-2D ; 1 9. T X T, y gana,
pues si se jugara : 1 9. . . . A X T ; 20. D-8A jaque, con el
mate a continuación.
l. P---4R, P-3AD ; 2. P---4D, P---4D ; 3. PX P, P X P ; 4.
P--4AD, e-3AR ; 5. e-3AD, e-3A; 6. A-5e, P X P ; 7. P-5D,
e---4TD ; 8. P-4eD, P X P al paso; 9. PX P, P-3R ; 10. A-5e
jaque (N9 13) .
12 13
Las blancas obtienen la ventaja después de : 10. . . . R-2R;
1 1 . P-6D jaque, D X P ; 1 2. D X D jaque, R X D ; 13. T X e.
Si las negras juegan : 10. . . . A-2D (en vez de R-2R) , la se­
cuela sería : 1 1 . AX e, con las dos alternativas siguientes para con­
tinuar : (a) 1 1 . . . . D X A ; 1 2. A X A jaque, RXA ; 1 3. PX P jaque
doble, o bien, (b) 1 1 . . . . P X A ; 12. A X A jaque, D X A ; 13.
eR-2R, con un juego favorable para las blancas que amenazan
T X e -aun cuando no en la jugada 1 3, porque si se jugara 13.
T X e (en vez de eR-2R) , resultaría A-5e-, y el Rey negro se
encuentra en situación precaria.
PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRÍTICO Y PLANEAR LAS JUGADAS 23
1: P-4R, P-3AD ; 2. P--4D, P--4D ; 3. C-3AD, P X P ; 4.
C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4TR ; 6. A-5CR, P-5T ; 7. A X C,
P X C ; 8. A-5R, D--4T jaque ; 9. P-3A, T X P (NP 14). Las
14 15
blancas han permitido la captura de 2TR, porque el Alfil controla
aquella importante casilla. Por consiguiente, pueden jugar con toda
confianza 10. T X T. Sin embargo, esta confianza es rudamente sa­
cudida por la sorprendente maniobra : 1O. . . . D X A jaque ; 1 1 .
PXD, PXT, y después de coronar a su Peón negro, quedan con
una pieza de ventaja.
Finalizaremos este capítulo con un ejemplo un poco más com­
plicado.
l . P-4R, P-3AD ; 2. P--4D, P--4D ; 3. C--3AD, P X P ; 4.
C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4R ; 6. C-3A, P X P ; 7. C X P,
A--4AD ; 8. D-2R jaque, A-2R ; 9. A-3R, P--4A ; 10. C (4D) -
5A, enroque ; 1 1 . D--4A, T-1 R ; 1 2. A-3D, P-3CD ; 1 3. Enro­
que TD, A-3T (NP 15}.
Las negras han dejado a su Dama expuesta a los ataques de la
Torre en la columna abierta de la Dama, con la seguridad de que
la Dama blanca está en prise. Sin embargo, éstas pasan por alto el
punto, como lo demuestran las siguientes variaciones :
14. C-6T jaque, P X C ; 15. A X P jaque, y ahora :
J. 15. . . . R X A ; 16. D X P jaque, R-1 T ; 17. T X D, AXT;
18. C-5T.
2. 15. . . . C X A ; 16. D--4C jaque, R-1T ; 1 7. T X D.
(a) 17. . . . T X T ; 18. D-4R.
(b) 17. . . . A X T ; 18. D-3A.
3. !5. . . . R-lT (el mal menor) ; 16. T X A, A X D ; 1 7 . TXT
jaque, CXT; 18. A-4R, C-3AD ; 19. A X C.
CRlTBIUO Y TÁC'l'ICA BN BL AJEDREZ
Quedando las blancas con dos importantes Peones de venta,
ya que el Peón TR de las negras es eliminado.
En todos los ejemplos ilustrados en este capítulo hemos tocado
únicamente en forma ligera nuestro tema principal: el juicio y for­
ma de planear las jugadas en el ajedrez. Sin embargo, debemos po­
ner la atención debida a posiciones que presenten la posibilidad del
mate o de una ganancia material substanciosa. La solución del pro­
blema en cada caso, depende de cierta dosis de estrategia táctica
más bien que del juicio de la posición. Es muy fácil que pase por
alto estas posibilidades un jugador que preste demasiada atención
a las consideraciones relativas a la posición.
Sin embargo, aún quedan por tratarse los problemas mayores.
CAPÍTULO II
MAYORíA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA
BOTVINNIK-KMOCK, Leningrado, 1934
l . P--4R, P-:iAD; 2. P--4D, P--4D; 3. PXP, PXP; 4.
P--4AD, C-3AR; 5. C-3AD, C-3A; 6. A-5C, P-3R; 7.
P-5A, A-2R; 8. A-5C, enroque; 9. C-3A, C-5R; 10. AXA,
CXA; 11. T-1AD, C-3C; 12. Enroque, A-2D; 13. A-3D,
P-4A; 14. P-4CD (N? 16).
16
El comentario de la "teoría" sobre este ejemplo típico es: "Las
blancas tienen una posici6n superior".
El jugador medio podría preguntar: "¿Por qué es superior la
posici6n de las blancas?" Cada bando tiene igual número de pie­
zas: la Dama, las dos Torres, los dos Caballos, un Alfil y siete
Peones. No se puede decir que las blancas hayan progresado más
que las negras; al contrario, el Caballo negro, colocado en la mi­
tad del tablero de las blancas, se ve especialmente amenazador. Las
piezas de cada bando tienen poco más o menos la misma movilidad,
una pieza un poco más, otra un poco menos, pero no se puede ob­
servar ninguna disparidad considerable. Ninguno de los dos R,eyes
está expuesto a un ataque directo, así que el lector se volverá a pre­
guntar: "¿Por qué es mejor la posici6n de las blancas, y por qué se
podría llamar a esta ventaja, la ventaja de la victoria?
Sin duda, muchos ajedrecistas podrán dar la respuesta adecua-
26 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
da inmediatamente ; sin embargo, no serán pocos para quienes la
repuesta será una frase estereotipada vacía de un significado efecti­
vo : Las blancas tienen mejor posición porque tienen mayoría de
Peones en el flanco de Dama.
Examinemos en primer lugar este dictum en detalle. Tanto las
blancas como las negras poseen siete peones, pero, y éste es el
punto crucial, no están distribuidos de manera uniforme en sus res­
pectivos frentes. Si dividimos el tablero en tres secciones trazando
dos líneas verticales entre las columnas de AD y D, y AR y R, res­
pectivamente, ·Como se ilustra en el diagrama número 17, la sección
II IU
17
1 representa el flanco de Dama, la sección 11, el centro, y la sec­
ción 111, el flanco del Rey.
En posiciones como la que se ilustra en el diagrama número
16, que es la que se discute, ambos se han enrocado en el flanco del
Rey, y observamos que las blancas tienen más Peones que las ne­
gras en el flanco de Dama -tres por dos-, en tanto que esta pro­
porción se encuentra a la inversa en el centro, donde las negras tie­
nen dos Peones por uno. En el flanco del Rey, tanto las blancas
como las negras tienen igual número de Peones.
Este, desde luego, es un caso ·particularmente claro. El Peón
blanco en 5AD no tiene nada que hacer con los Peones negros de
la derecha, lo que sería distinto si estuviera colocado, digamos, en
3AD. Se puede decir que en el flanco de Dama existe una mayoría
positiva para las blancas, y que todos los peones restantes pueden
catalogarse como pertenecientes al flanco del Rey. En otras pala­
bras, en el diagrama número 16, las blancas tienen una mayoría de
3-2 en el flanco qe la Dama y las negras una mayoría de 5-4 en el
flanco del Rey. El Peón del frente del ala mayoritaria de las blan­
cas ha rebasado al Peón negro del Rey, y en consecuencia, las ca­
denas de Peones del flanco opuesto quedan independientes unas de
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 27
otras. Sin embargo, el punto básico es que las blancas pueden agre­
gar un Peón pasado a su ala mayoritaria, en tanto que las negras,
con su mayoría de 5-4 en el flanco del Rey, por regla general no po­
drán hacerlo.
Desde luego, esto no depende únicamente de la aritmética. De­
ben tomarse en consideración lo desahogado o difícil de una posi­
ción, con o sin Peones doblados, en donde no siempre es fácil ob­
tener un Peón pasado y puede ser necesario hacer un sacrificio a
efecto de lograr este resultado. Por ejemplo, la colocación de los
Peones blancos puede ser 2TD, 3CD y 4AD, contra los Peones ne­
gros colocados en 4CD y 5AD en el terreno de las blancas; o los
Peones blancos en 2TD, 2CD y 3CD, contra negros colocados en
7TD y 7CD en el campo de las blancas.
Este no es el caso de la posición que analizamos. Si no existen
complicaciones, las blancas siempre podrán forzar un Peón a 5CD,
con o sin un preliminar P--4TD, de manera que en todo momento
se tenga la seguridad de procurarse un Peón pasado.
Sin embargo, en bien del argumento, supongamos que tanto las
blancas como las negras tienen las mismas oportunidades de pro­
curarse un Peón pasado ; aun en este caso, la mayoría de Peones
del flanco de Dama deberá considerarse como una ventaja.
Resumidas, a continuación se dan algunas razones para que es­
to sea así:
l . El Peón pasado en el flanco de Dama está a gran distancia
del Rey contrario, por lo que éste no puede detener su
avance : algo por el estilo sucede con IÓs Peones pas·ados dis­
tantes en los finales de Peones.
2. Es más difícil forzar el paso de un Peón pasado en el flanco
del Rey, y a menudo se hace necesario el avance de Peones
cuya función específica es proteger a su Rey.
Sin embargo, si se posee este conocimiento, conviene no confun­
dirlo con un talismán, ya que existe el peligro de desvirtuarlo. La
mayoría de Peones en el flanco de Dama, aun cuando sea de l-0,
constituye una ventaja si el jugador sabe aprovecharla.
Ahora aproximémonos un poco más a la médula de lo que cons­
tituye nuestra tarea de formar juicios y elaborar planes.
La primera parte no es difícil : las blancas o las negras llevan
ventaja a causa de la mayoría de Peones en el flanco de Dama.
Pero no nos conformemos con meras generalidades. Al decidir sobre
el plan, debemos tener la certeza de que el otro bando no tiene
alguna ventaja compensadora, determinando si existen o no factores
28 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
en la formación enemiga que contrarresten la ventaja posicional de
mayoría de Peones en el flanco de Dama.
Ahora llegamos al siguiente paso de nuestra demostración, o sea,
la forma de explotar la ventaja de poseer mayoría de Peones en
el flanco de Dama. Para el efecto, nos remitiremos nuevamente al
N9J6.
14. . . .
15. P-3C
A-IR
Al impedir 9. C-SA o 5T, la siguiente jugada retarda un
posible ataque de las negras sobre el flanco del Rey.
15.
16. T-lR
17. P-3TD
T-lA
D-3A
Las blancas toman la cosa con calma.
17. C-2R
No hay mejor, ya que libra a SR del CR blanco. La mejor
continuación es 1 7. . . . C X C; 18. T X C, P-SA; con las posibili-
dades en contra sobre la columna AR.
·
18. C-5R
19. P-3A
D-3T
C-7A
Interesante. Si las blancas se apoderan del Caballo, hay jaque
perpetuo: 20. R X C, DXP jaque ; 2 1 . R-3R, P-5A jaque; 22.
PXP, DXP jaque ; 23. R-2R, D-7T jaque, etc.
20. D-2R C-6T jaque
21. R-2C P-4CR
22. C-5C A X C
No puede permitir que el caballo llegue a 6D, donde ocuparía
una posición dominante.
23. AXA T-3AR
24. A-7D
La preparación final para el avance sobre el flanco de Dama
(N' 18).
24. ...
25. P-5C
T-1D
D-4T
Como las negras no pueden impedir en ninguna forma la eje­
cución del plan de las blancas, hacen un último y desesperado in-
MAYOIÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 29
tento para obtener algunos resultados positivos sobre el flanco
del Rey.
26. P-6A T-3T
Con la amenaza de 27. C-5A jaque, seguida por . . .
DXPT jaque, que, no obstante, las blancas nulifican fácilmente
protegiendo su Peón del Rey.
27. R-1T
Las negras se retiran, ya que son impotentes para detener el
avance del Peón infiltrado de las blancas : 27. . . . PXP; 28. PX P,
C-1A ; 29. P-7A, T-1A; 30. C-6A, con la doble amenaza de
31. AXP jaque o 3 1 . AXC, seguida por C-7R jaque.
Resulta evidente que las blancas deben su triunfo a la mayoría
de Peones en el flanco de Dama, pero debe notarse que se tuvo que
trabajar para lograrlo. Hubo muchas oportunidades de hacer ju­
gadas equivocadas, y en varias ocasiones fue necesario encontrar
la jugada precisa para detener el avance del ataque sobre el flanco
del Rey negro ( 15. P-3CR, 20. D-2R, y 27. R-1T) Hubo que
sincronizar con precisión las jugadas preparatorias al avance de sus
18
Peones por el flanco de Dama ( 1 7. P-3TD, 18. C-5R, 22. C--
5CD y 24. A-7D) sin las cuales el avance de sus Peones sobre el
flanco de Dama hubiera sido prematuro. Lo anterior es el curso
de operaciones que se puede resumir en la forma siguiente :
l. Juicio y análisis de las oportunidades en contra del oponente
2. Preparación cuidadosa de la propia acción.
Podemos extendernos sobre el tema regresando a los diferentes
tipos de complicaciones que pueden influenciar sobre el curso de
los acontecimientos. Pero éstos resultarán muy claros cuando se ana­
licen los ejemplos que se dan de aquí en adelante. Sin embargo,
30 CRI TERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ
deseamos hacer resaltar un punto, que se refiere a la culminación
de los esfuerzos de las blancas para convertir su mayoría de Peones
en una ventaja para obtener la victoria.
En la posición que se ilustra en el NP 16, sonará la hora cero
cuando las blancas, después de varias maniobras que abarcan me­
didas tanto defensivas como ofensivas, piensen que ha llegado el
momento de hacer la jugada decisiva P-6A.
¿ Tendrá este Peón, en este preciso momento, el suficiente apoyo
para vencer cualquiera de las posibles medidas defensivas, directas
o indirectas, que el oponente puede poner en juego?
Sin embargo, no se ha encontrado ( afortunadamente) un mé­
todo que solucione todos los problemas y elimine todos los peligros
en el ajedrez, por lo que debemos contentarnos con indicar princi­
pios que sirvan de guía, así como ideas y sugestiones para ayudar
al criterio y a la imaginación del jugador.
A continuación examinaremos varios ejemplos que ilustran dis­
tintas formas de mayoría de Peones en el flanco de Dama.
Se mostrarán con menores detalles y servirán el doble propó­
sito de :
l. Dilucidar con mayor amplitud las ideas asentadas, )'
2. Mostrar otros aspectos de mayoría de peones, así como sus
características.
19
BOTVINNIK-KONSTANTINOPOLSKY, Sverdlovsk, 1 943
l. P-4R, P-3AD ; 2. P-4D, P-4D ; 3. PX P, P X P ; 4.
P-4AD, C-3AR ; 5. C-3AD, C-3A ; 6. A-5C, P-3R ; 7.
C-3A, A-2R ; 8. T-1A, enroque ; 9. P-5A, C-5R ; 10. A X A,
D X A ; 1 1 . A-2R, A-2D ; 12. P-3TD (NP 19).
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 31
Esta posición muestra una gran similitud con el ejemplo anterior.
Aquí, también las blancas tienen mayoría de Peones en el flanco
de Dama, contra la cual el caballo negro colocado en 5R no es su­
ficiente compensación. Nuevamente el plan de las blancas tendrá
que abarcar : proteger su formación de Peones en el flanco de
Dama, obteniendo el dominio de la casilla 6AD, y también la 7AD,
si es posible, así como el avance de P-6AD, después de P--5CD.
Durante estas operaciones, la casilla 5R de las blancas adquiere
una importancia especial, ya que el Caballo apostado allí ayuda a
que las blancas tengan el dominio de 6AD.
Después de estas observaciones es fácil entender el curso pos­
terior del juego.
12. P-4A
Fine critica con justicia esta jugada, ya que debilita la casilla
4R de las negras y se pone a merced de su oponente. La jugada
correcta era : 1 2. . . . P-3A ; 13. P-4CD, C X C ; 14-T XC,
P-3TD ; 15. Enroque, TD-1D ; con el objeto final de obtener un
Peón R pasado, como compensación a la mayoría de Peones del
flanco de Dama
13. A-5C
A menudo es esencial actuar con rapidez. La amenaza del
siguiente movimiento es 14. AX C, seguido por 15. C-5R y el gra­
dual predominio de su mayoría, ya que las negras están práctica­
mente impotentes a causa de la sólida posición del Caballo blan­
co en 5R.
1 3. C-4C
Esta maniobra es contra las intenciones de las blancas de ocu­
par SR con un Caballo, pero a costa de dar otro paso atrás.
14. A X C
15. DXC
16. D-4A
1 7. Enroque
C X C jaque
PXA
TD-1R
P-4R
La única forma en que las negras se pueden librar de su Peón
rezagado
18. D X PR D X D
19. PXD T X P (N9 20).
Ahora, la partida ha asumido un carácter completamente dis­
tinto. Es cierto que aún existe la mayoría de Peones blancos, pero
32 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
el Peón D apoyado de las negras es un punto no menos valioso.
Sin embargo, las blancas se han procurado una nueva ventaja :
tienen un buen Caballo contra un mal Alfil de las negras. El Alfil
es malo porque los Peones negros están colocados en su mismo co­
lor y, en consecuencia, su movilidad queda estrictamente restringi­
da. El Caballo es fuerte, ya que tarde o temprano podrá apode­
rarse de la casilla 4D, donde estará a salvo tanto de los Peones
como del Alfil.
El manejo de este tipo de posición se mostrará en el Capítulo
IV, donde nuevamente nos referiremos a la posición NP 20.
20 21
l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ;
4. A-4T, C-3A ; 5. Enroque, C X P; 6. P-4D, P-4CD ; 7. A-3C,
P-4D ; 8. P X P, A-3R ; 9. P-3A, A-2R ; 10. T-1R, enroque ;
1 1 . CD-2D, C-4A; 1 2. A-2A, P-5D ; 1 3. P X P, C X PD ; 14.
C X C, D X C ; (Nv 21).
Los textos anteriores sobre ajedrez encontraban defectuosa la
posición de las negras por varias causas. Se supuso erróneamente
que, con las Damas todavía sobre el tablero, la posición de las blan­
cas era por completo satisfactoria y con buenas oportunidades para
efectuar un ataque por el flanco del Rey. Además, después del
cambio de Damas, las blancas pensaban tener todavía un juego sa­
tisfactorio a causa de su mayor dominio de espacio y por la favo­
rable disposición de sus fuerzas.
En esta última conclusión se excluyó completamente en los
cálculos el significado real de la mayoría de Peones en el flan­
co de Dama.
Como prueba de lo que se afirma, a continuación damos dos
ejemplos sobre la forma de utilizar esta posición, en juegos ver­
daderos.
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 33
DR. LASKER-DR. TARRASCH, San Petersburgo, 1914.
15. C-3C ; la mejor, dadas las circunstancias. Las blancas no
temen que les quede un Peón doblado, ya que sus piezas entra­
rán más rápidamente en juego. Además, cuando se trata de dete­
ner el avance de una mayoría de peones, un Peón doblado es más
bien una ventaja. 1 5. . . . C X C ; 16. P X C, D X D ; 1 7. T X D,
P-4AD ; 1 B. A-2D, TR-1D ; 19. A-5T, T X T jaque ; 20. T X T,
P-3A ; 21 . A-3A, P X P ; 22. A X P, T-1 D ; las negras juegan
con energía. Obligan al cambio de Torres porque, con solamente
los Alfiles sobre el tablero, el Peón doblado se convierte en un punto
débil. La secuela demuestra este hecho.
23. TXT jaque A X T
24. P-4A R-2A
25. R-2A A-3A
26. A-6D A-5D jaque
27. R-3A A-4D jaque
2B. R-4C R-3R
29. A-BA R-2A
30. A-6D AX PCR
3 1 . A X PT R-3R
32. A-BA R-4D
33. R-5C A-3A jaque
34. R-6C A-5R jaque
35. P-5A R-4R
36. A X PC A X P jaque
37. R-7A (N!' 22).
22
Las negras podían haber obtenido ahora una ventaja definitiva
jugando 37 . . . . A-3R jaque ; 3B. R-BA, A X A jaque ; 39. R X A,
A X P. Pero eligieron una continuación inferior :
37.
38. A X A
39. R X A
40. P--4T
CRITDIO Y TÁCTICA BN BL AJBDRBZ
AR X A
R X A
P--4T
R-5C
Después de lo cual las blancas se aseguran la retirada por la
dudosa jugada 41 . R--6C, como sigue :
41 . R--6C R X P
42. R-5A R--6C
43. R--4R R-7A
44. R-5D R--6R
45. R X P R--6D
46. R X P R-7A
47. R X P RX P (6C )
Una cosa se destaca claramente de este ejemplo : la mayoría de
Peones en el flanco de Dama puede, en las últimas etapas de final
de juego, asumir las mismas características que se pueden obtener
en el caso del "lejano Peón pasado".
H. JOHNER-DR. M. EUWE, Zurich, 1934
Del NP 21:
15. D-2R
16. C-3A
17. D X D
18. A-3R
TR-1D
D-5AD
A X D
(En un juego Joss-Euwe del mismo torneo, siguió : 18. A-5C,
A X A ; 19. C X A, A--6D; 20. A X A, T X A ; 21. T-2R, T--4D,
emparejando la ventaja de las negras) .
18.
19. A--4R
20. A X A
21. TR-1D
22. T X T
C-3R
A--4D
TXA
TD-1D
TXT (NP 23).
Ya resulta claro que la mayoría de Peones negros en el flanco de
la Dama representa una sólida ventaja, en tanto que no existe en
absoluto ningún método por medio del cual la mayoría de Peones
negros en el flanco del Rey pueda hacer algo. Por cierto que el
Peón blanco en 5R representa un punto débil definitivo, ya que la
necesidad de defenderlo aumenta la tensión en las líneas de las
blancas.
MAYORfA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 35
23. R-lA R--IA
24. T-IA
Pérdida de un tiempo que deja a las blancas enteramente sin
qué hacer.
24.
25. R-2R
26. T-lD
27. R X T
28. C-2D
P-4AD
R-IR
T X T
R-2D
P-4C
Deteniendo P-4A de las blancas que protege al Peón del Rey.
El resto ya no ofrece ninguna dificultad. 29. P-3A, R-3A ; 30.
P-3CR, R-4D ; 3 1 . P-4A, P X P ; 32. P X P, C X 5D; 33. C-lA,
R-5R ; 34. R-2D, C-4A ; 35. C-3C jaque; C X C ; 36. P X C;
R-6A ; 37. R-3D, R X P; 38. P-5A, P-4TR; 39. A-6T, P-5T;
40. P-6A, A-ID ; 41. P-6R, P X P ; 42. P-7A, A-2R; 43.
P---8A(D) , A X D ; 44. A X A, P-6T ; 45. A X P, P-4R ; las blan­
cas abandonan.
ELISKASES-FLOHR, Semmering, 1937.
l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3. C-3AD, P-4D ;
4. A-4A, A-2C ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, P-4A ; 7. PX PD,
C X P ; 8. A-5R, C X C ; 9. P X C, P X P ; 10. A X A, R X A ; I l .
PAX P, D-4T jaque ; I2. D-2D, C-3A ; I 3. A-2R, TID,
(N� 24).
23 24
Teóricamente, el juicio de esta posición es : las negras tienen
mejores oportunidades.
Ya para ahora, el estudiante habrá progresado lo suficiente pa-
36 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJ'EDREZ
ra reconocer la razón de esta conclusión : las negras tienen dos Peo­
nes por uno en el flanco de Dama.
Sin embargo, se requiere mucho discernimiento para darse
cuenta que esta ventaja, a pesar de la evidente mayoría de las
blancas en el centro, constituye un hecho de importancia. Se re­
quieren conocimientos técnicos especiales, desde luego, no para
forzar el triunfo, sino aún para deducir de la situación algunas ju­
gadas que den la oportunidad de la victoria.
Un jugador inexperto atacará en forma ciega, como el prover­
bial "chivo de una cristalería". Procurará adelantar y forzar el paso
de un Peón, que es fácil quede aislado y se pierda con rapidez.
Examinemos el curso posterior del juego :
14. D X D
Más o menos obligada, porque si se jugara : 14. Enroque TR,
D X D ; 1 5. C X D, P-4R ; pierde un Peón.
14. . . . C X D
1 5. Enroque TR
Por lo general, no es aconsejable enrocar al Rey lejos de la hostil
mayoría de Peones. Debe estar a la mano cuando se necesite ayuda
para detener a un peón pasado potencial. En lugar de la jugada
indicada en el texto, ésta debió ser 15. R-2D y 1 6. TR-IAD.
15. . . . A-3R
16. P-4R
Se deduce que las blancas tratan de explotar su mayoría de
Peones en el centro, pero con poco éxito, como se observará.
16. . . . A-50
Ataque indirecto a Peón de Dama.
1 7. TR-1D P-3R
Con objeto de aislar a un posible Peón pasado.
18. R-1A
El Rey, evidentemente lamentando el haberse enrocado, m1c1a
su avance a la posición adecuada.
18.
19. A X A
A X C
TD-IA
Parte importante de la estrategia de las negras en tales casos.:
la ocupación de la columna del Alfil de Dama. En primer lugar,
amaga a 20. . . . T-7A.
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA
20. T-2D
20. TD-IA, TXT ; 2 1 . TXT, TXP.
20. . . . P-4R
2 1 . P-5D
2 1 . TD-lD, C-5A ; 22. T-3D, C-7C.
21 . C-5A
22. T-2R C-3D
23. T-IC T-5A
24. P-3C T( lD) -lAD
25. A-2C T-8A jaque
26. TXT T X T jaque
27. T-lR TXT jaque
28. RXT (Nr 25).
25
37
Las negras han utilizado la columna del Alfil de Dama para
forzar el cambio de Torres a efecto de procurarse un final favorable
de Caballo contra Alfil (ver el N9 20, Botvinnik-Konstantinopols­
ky) . La forma de conducir este final se tratará más adelante.
El papel que aquí representó la mayoría de Peones del flanco
de Dama de las negras fue pasivo en general. En realidad, las
negras estaban interesadas principalmente en convertir en inofen­
siva a la mayoría central de Peones de las blancas. Pero debe con­
cederse que las negras tuvieron que agradecer a su mayoría de
Peones del flanco de Dama la habilidad para alcanzar este objetivo.
En posiciones de este tipo, la columna del Alifl de Dama siempre
caerá abatida por el dominio de las negras, por lo menos cuando,
como en este caso, el Rey blanco no logra llegar a tiempo a la casilla
2D (observamos una vez más el nocivo efecto del enroque de las
blancas en la jugada 1 5 ) .
38 ClliTBRIO Y TÁCTICA EN EL AJBDREZ
Se debe agregar que aun antes de que tuviera lugar el cambio
general de piezas en este ejemplo, las negras estaban en condiciones
de utilizar la columna del Alfil de Dama para emprender un ataque
contra el aislado Peón TD de las blancas. Lo anterior se verá en el
siguiente ejemplo :
KOSTIC-GRUNFELD, Teplitz-Schonau, 1922
l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3. C-3AD, P-4D;
4. PXP, C XP ; 5. P-4R, CX C ; 6. PXC, P-4AD ; 7. C-3A,
A-2C ; 8. A-5C jaque, A-2D ; 9. A X A jaque, D X A ; 10. Enro­
que, P X P ; 1 1 . PX P, C-3A; 12. A-3R, enroque TR. (N9 26).
26
Teóricamente, la posición se declara a favor de las negras. En
seguida proporcionamos, sin notas, la continuación de la partida,
la que arrojará más luz sobre nuestro tema.
1 3. T-1C
14-. P-5D
15. A-4D
16. DXA
1 7. C-5R
18. C-4C
19. C-3R
20. TD-1A
21. TXT
22. P-3A
23. P-3C
24. P-5R
25. cxc
26. D-3R
27. D-4D
C-4T
TR-1A
AXA
P-3C
D-3D
D-5A
T-4A
TD-1AD
T X T
P-4T
D-2A
C-5A
T X C
T-6A
T-5A
MAYOJÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA
28. D-3R
29. P-SR
30. D X D
31. T-lD
32. P X P
33. T-2D
34. P-4A
35. T-2R
36. PX P jaque
37. R-2C
38. R-3A (NP 27)
T-7A
D-4A
T X D
PX P
T-4T
R-2C
R-3A
P--4CR
R X P
R-4A
39
Aquí, nuevamente las negras se hicieron dueñas de la columna
del Alfil de Dama con el Caballo en 4TR, un puesto efectivo en
conexión con el salto a 5AD. Ahora, otra vez las negras juegan pa­
ra simplificar la partida a fin de aprovechar los puntos débiles que
las blancas se han creado en el centro. En el diagrama número 27
27
se observan dos Peones blancos que necesitan apoyo, y tarde o
temprano las blancas se encontrarán en Zugswang, perdiendo uno
de sus peones en la partida. ·
38. T-ST jaque
39. R-2C T-4T
40. R-3T T-5T
41. T-2CD R X P
42. T-5C T X P
43. T X P T-7CD
44. T-8T P-4T
45. R-4C P-5T
46. T-8T T-5C jaque
47. R-3A P-4C
40
48. P-4T
49. P-4C
50. R-4R
5 1. T-6T jaque
52. R-5A
53. T-7T
54. R-4R
55. R-3R
Las blancas abandonan.
CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
R-3A
T-6C jaque
P-6T
R-2C
P-5C
T-6A jaque
T-7A
T-7CD
Se ha demostrado que para convertir en ventaja la mayoría de
Peones en el flanco de Dama, la sincronización del avance de los
Peones del flanco de Dama requiere mucho cuidado. Frecuente­
mente tiene que diferirse el verdadero avance en tanto se hacen las
preparaciones necesarias, y éstas, junto con el aprovechamiento de
las ventajas incidentales (por ejemplo, líneas abiertas) , proporcio­
nan la prioridad.
CAPÍTULO 1 1 1
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA
Existe una estrecha relación entre el tema de nuestro último ca­
pítulo y el "ataque sobre el flanco de Dama", aun cuando el aprove­
chamiento de una mayoría en el flanco de Dama no constituya en sí
misma un ataque, hablando con propiedad.
El ataque que examinaremos a continuación lleva como mira
objetivos, peones o piezas definidas, en tanto que en el otro caso, el
propósito es efectuar una irrupción de por lo menos un Peón, mien­
tras que la verdadera lucha con frecuencia se desarrolla en otros
frentes.
El ataque por el flanco de Dama es local y, por su naturaleza,
mucho más violento. Un ejemplo práctico ilustrará la idea mejor que
las palabras.
BOGOLJUBOW-CAPABLANCA, Nueva York, 1924
l. P-4D, C-3AR ; 2. C-3AR, P-4D ; 3. P-3R, P-3R ; 4.
A-3D, P-4A ; 5. P-3CD, C-3A ; 6. Enroque, A-3D ; 7. A-2C,
enroque ; 8. CD-2D, D-2R ; 9. C-5R, PX P; 10. PX P, A-6T ;
1 1 . A X A, D X A ; 12. CD-3A, A-2D ; 1 3. C X C, A X C.
Aquí, el texto dice : las negras tienen mejor posiCión. (N9 28).
28
Iguales Peones, iguales piezas y aproximadamente igual movili­
dad. Cierto que la Dama negra está apostada en el territorio de las
42 CIUftJUO Y TÁ.Cl'ICA llN llL AJEDREZ
blancas, pero, si se hace necesario, puede arrojarse de allí o cam­
biarse jugando D-1A.
Entonces, ¿ por qué es preferible el juego de las negras? Respues­
ta : Porque tienen oportunidad de efectuar un ataque sobre el flan­
co de Dama.
Los tres peones del ala de la Dama blanca colocados en 2TD,
3CD y 2AD tienen posiciones sólidas y bien protegidas ; entonces,
¿ cuáles son las oportunidades para atacar?
Se debe decir que el ataque de las negras no depende de movi­
mientos sencillos y aislados, sino más bien de un amplio plan bien
urdido. El Peón blanco AD es débil o, para ser más precisos, puede
debilitarse. Por el momento está protegido en forma adecuada por
el Alfil, pero esta pieza puede cambiarse ; de hecho, el Alfil negro
puede forzar su cambio, después de lo cual dicho Peón tendrá que
ser protegido por otros medios quizá de menos posibilidades. Enton­
ces el Peón podrá ser atacado en una columna abierta, quizá
por una Torre, o poi" dos Torres, por la Dama, y aun posiblemen­
te por el Caballo negro. Queda por contestar la pregunta relativa a
que si las blancas podrán, en el momento preciso, echar mano de
medidas defensivas adecuadas.
No parece que esto sea muy difícil si las blancas tienen igual
número de fuerzas a su disposición, pero el problema no es tan
sencillo como parece. Mientras las piezas blancas se encuentran
comprometidas en la defensa del Peón AD, es muy probable que
las negras, sin aflojar la presión, amenacen otros sectores del frente
y proporcionen a las blancas problemas adicionales que quizá no
sean capaces de resolver.
Examinemos la verdadera razón de las dificultades de las blan­
cas, así como la base de las oportunidades para atacar de las negras.
La columna abierta AD no es el principal factor, sino el hecho de
que las blancas jugaron P-3CD. Si este Peón permaneciera aún en
su casilla original en 2CD, las blancas podrían jugar P-3AD y po­
co tendrían que temer.
En consecuencia, ¿ fue incorrecta la quinta jugada P-3CD? No.
Ya que si llegaramos a tan drástica conclusión, no se podría hacer
ninguna jugada en absoluto. La verdadera equivocación ocurrió
cuando, en una etapa posterior, las blancas cambiaron su Alfil de
Dama en la jugada número 1 1 , ya que aquel cambio produjo "agu­
jeros" en la posición del flanco de Dama (2CD y, más particular­
mente, 3AD) , y estos "agujeros" dieron a las negras la oportunidad
de aprovechar la columna abierta AD.
En consecuencia, era normal jugar 8. P-3TD (en lugar de 8.
.TAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 43
CD-2D ) , impidiendo así definitivamente la maniobra de las ne­
gras en . . . A-6TD.
Obsérvese bien que las blancas no podían posponer P-3TD,
ni tan siquiera por una sola jugada más, sin exponerse a mayores
daños ; por ejemplo : si en la partida que nos ocupa hubieran ju­
gado 9. P-3TD (en lugar de 9. C-5R ) , las negras, al jugar 9. . . .
P-4R, también habrían obtenido una mayoría en el centro, así
como un juego más libre.
Por consiguiente, el juicio de la posición en el N!' 28, es :
Las blancas tienen una posición un poco mejor, porque pueden
iniciar un ataque sobre el flanco de la Dama blanca por la columna
abierta AD, a cuyo ataque ayudará el hecho de que existan "aguje­
ros" en 2CD y 3AD de las blancas.
El planeamiento de las jugadas : antes de extendernos sobre estl'
particular, estudiemos primero el curso de la partida :
14. D-2D
Existen algunas ideas alternativas :
l. 14. P-4A, a fin de libertar a su congénere a la mayor bre­
vedad. Amenaza 15. P-5A, estableciendo una mayoría de peones
en el flanco de Dama, y en esta forma las negras no tienen más re­
medio que cambiar peones : 14. . . . P X P ; 15. PX P. Y ahora, ¿ có­
mo están las cosas con relación a la formación de peones de las blan­
cas ; mejoró o empeoró? Definitivamente está peor, ya que después
de 15. . . . TR-1D, el Peón blanco de la Dama se ha debilitado.
Después de, por ejemplo, 16. C-5R, A-5T (no 16. . . . T X P ; 1 7.
A X P jaque) ; 17. D-2D, D-3D ; 18. C-3A, A-3A, resulta cla­
ro que las blancas no saldrán sanas y salvas.
Conclusión : jugando P-4AD, ahora o más tarde, las blancas
transfieren la debilidad de la columna AD a la columna D sin que
por ello fortalezcan su posición en alguna otra forma.
2: 14. C-5R, TD-1 A; 15. C X A, T X C. Las blancas elimi­
naron al Alfil negro, de manera que ahora el Alfil blanco restante
puede proporcionar una protección adecuada al Peón AD. Pero esto
no soluciona todo el problema ; no sólo existe un peón débil en 2AD,
sino también una casilla débil en 3AD. Tarde o temprano se po<�e­
sionará una Torre de dicha casilla y mantendrá en tensión a todo
el flanco de la Dama blanca. Esto proporcionará nuevamente com­
pleta libertad de acción al caballo, y una vez que se cambie el Alfil,
las negras conquistarán la casilla 2AD de las blancas que, a su vez,
proporcionará triunfos posteriores. Nos llevaría demasiado lejos
entrar en mayores detalles ; sin embargo, permanece el hecho de
44 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A.JEDRM:
que las negras pueden salvar las dificultades, las negras llevan la
iniciativa.
3. 14. D-1 A. Ésta parece ser la mejor continuación del juego,
pues si el atacante decide aceptar la oferta y cambiar Damas, se ve
privado de su principal pieza de ataque, lo que es otra forma de
decir que sus ataques serán mucho menos peligrosos. Además, una
vez que las Damas salgan del tablero, el Rey blanco puede jugar un
papel muy importante en la defensa del flanco de su Dama. Al mis­
mo tiempo, las blancas, jugando 14. D-1A, abandonan cualquier
intención de asumir la iniciativa, y confiesan que no obstante haber
JUgado primero, no han sabido mantener esa prerrogativa, confesión
que no es fácil de hacer en ningún momento.
1 4.
15. P-3A
TD-1A
P-3TD
Preparándose para la siguiente jugada :
16. C---5R A-4C
Importante movimiento intermedio que forma parte de la estra­
tegia de las negras. A fin de aumentar la presión sobre la casilla
3AD de las blancas, las negras aceptan doblar su Peón CD. Y lo
hacen con más presteza cuando su Peón colocado en 4CD ayudará
al ataque impidiendo la jugada P-4AD de las blancas.
1 7. P-3A
Examinemos la jugada 1 7. A X A, P X A ( 1 7. . . . C-5R ; 18.
D-IA, D X D ; 19. TRX D, P X A ; 20. P-4AD, conduce solamen­
te a resultados similares) ; y ahora :
l . 18. TR-1A, C-5R ; 19. D-3R, (no 19. D-3D, D-7C,
ni aun cuando se produjera : 19. . . . C X PAD) , 19. . . .
T-2A, con las siguientes continuaciones :
(a) 20. P-4AD, PC X P ; 21 . PX P, D X D ; 22. PXD,
P-3A, ganando un Peón ; o
(b) 20. P-3A, C-3D ; 2 1 . T-2A, TR-1A ; 22. TD­
lAD, P-5C, ganando también un Peón, porque 23.
P-4AD falla después de 23. . . . PX P, ya que la Dama
blanca está descubierta.
2. 18. P-3A, T-2A ; 1 9. TR-1A, TR-IA; 20. T- -2A,
C-lR ; 2 1 . TD-lAD, C-3D, y en esta forma las negras
impidieron el avance del Peón AD y ejercen una fuerte pre­
sión sobre la posición de las blancas.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DA){A
1 7.
18. C X A
19. TD-1A
20. T-2AD
2 1 . TR-1A
A X A
T-2A
TR-1A
C-1 R
C-3D (Nv 29).
29
45
Las fuerzas de cada bando ya ocuparon los lugares apropiados :
las Torres negras amenazan al Peón AD, el Caballo negro domina
al 4AD de las blancas, en tanto que las Torres blancas vigilan su
flanco de Dama, y el Caballo blanco puede movilizarse a 5R y 5AD.
22. C-5R
Una jugada desafortunada. Debió jugar 22. C-5A, a fin de
poder trasladar el Caballo a 4TD en caso de que se hiciera necesa­
rio reforzar la defensa del Peón débil AD.
Después de 22. C-5A, las negras pueden jugar 22. . . . P--4R ;
pero, en ese caso, también las blancas juegan 23. C--4-T, y el avan­
ce de las negras ha debilitado su posición, dando a la Dama blanca
oportunidad de atacar.
La secuela correcta del ataque de las negras después de 22.
C-5A, es 22. . . . P-3CD ; 23. C--4-T, T-3A (de ninguna manera :
23. . . . P-4CD ; 24. C-5A, C-2C ; 25. P--4-CD, en donde las
negras no consiguen nada, creando una situación típica : el punto
débil de las blancas en 3AD queda confirmado) ; 24. D-3D,
T-1T, protegiendo el Peón de TD e intentando 25. . . . C-2C
(controlando a 5AD de las blancas) , con la amenaza posterior de
26. . . . P--4CD y 27 . . . . TD-1AD ; reasumiendo su ataque las
negras. Mientras tanto, las blancas habrán jugado T-1 T para
proteger al PT, a lo que está obligado, ya que el caballo se verá
forzado a regresar a 2-CD. Todo lo cual deja a las blancas sin
oportunidad de intentar algo.
46 CRITERIO Y TÁCl'ICA EN EL A.JEDRilZ
Se observa que una vez que este tipo de ataque está bien pla­
neado y certeramente dirigido, resulta muy tenaz y coloca al defen­
sor en dificultades, que a veces resultan tareas inútiles. Debe tenerse
cuidado de no exponerse a un ataque de esta naturaleza. Se necesi­
tan muchas precauciones al jugar 8. C-2D, a menos que permita
1 0. . . . A-6TD.
22. D-4T
Ha llegado el momento en que la Dama tome una participación
directa en el ataque, y ahora, amenaza con 23. . . . C-4C, después
del cual cuatro piezas sufrirán a causa de la vulnerabilidad del
3AD de las blancas.
23. P-4TD
Con el doble objeto de impedir 23. . . . C-4C y de llevar a ca­
bo la siguiente maniobra : el Caballo blanco tratará de llegar a
5AD vía 3D. A continuación, P-4CD y P�5TD "cancelarían" el
punto débil de las blancas, en forma muy parecida a la nota an­
terior.
Las negras no necesitan permitir que esto suceda, y pueden an­
ticiparse a las intenciones de las blancas con algunos golpes decisivos.
En vez de 23. P-4TD, las blancas debieron jugar 23. C-3D,
ejemplo 23. . . . C-4C, y ahora las blancas juegan :
No (1) 24. C-4C, a causa de 24. . . . C-6T ; 25. T-2C,
D X C ; 26. P X D, T X T jaque ; 27. R-2A, T (8A) -7A, etc.
Sino (2) 24. C-5A, P-3CD ; 25. C-4T, y las blancas pueden
arriesgar 26. P-4AD, aun después de 25. . . . C-3D.
30
23. . . . D-3C (NP 30)
Ahora las blancas no pueden evitar la pérdida de un peón, como
se puede demostrar con las siguientes variaciones :
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 47
l . 24. P-4CD, P-4TD.
(a) 25. P X P, D X P y las blancas no pueden defender el
Peón TD sin dejar al Peón AD abandonado a su suerte.
(b) 25. T-2C, P-3A ; 26. PX P, D X P ; 27. C-3D,
C-5A.
(e) 25. T-lC, P X P ; 26. T X P, D X T ; 27. P X D, T X T ;
28. D-4A, ( la dama estaba en peligro de perderse ) :
28. . . . T-8A jaque ; 29. R-2A, C-4A, etc.
(d) 25. P-5C, C-5A; 26. C X C ( 26. D-2R proporciona
resultados muy parecidos) ; 26. . . . T X C ; 27. T-2T,
P-4R; etc.
2. 24. T-2C, C-4A (amenazando 25. . . . C X P) ; 25. T(2C 
-lC, P-3A.
(a) 26. C-3D, T X P ; 27. T X T, D X P jaque ; etc.
(b) 26. C-4C, P-4R, y el 4D blanco cae.
3. 24. T-lC, C-4A; con una secuela similar.
Obsérvese con especialidad la forma en que las negras pudieron
aprovechar circunstancias accesorias (como la inutilización del Peón
de la Dama blanca por la Dama negra) para alcanzar su objetivo.
Sin embargo, estos pequeños eventos entran en escena en una u
otra forma cuando un jugador está comprometido por la necesidad
de defender un punto débil (como, en este caso, el 3AD de las
blancas) y, en consecuencia, no puede desarrollar su juego con
libertad.
24. C-3D
Las blancas entregan el Peón con el fin de intentar una con­
traofensiva; pero todo lo que consiguen es demorar la ejecución. A
continuación damos las jugadas restantes, sin comentario.
24. . . . D X P; 25. C-5A, D-3C ; 26. T-2C, D-2T ; 27.
D-lR, P-3CD ; 28. C-3D, T-5A; 29. P-5T, PX P; 30. C-5A,
C-4C ; 31. T-2R, C X PD ; 32. P X C, T ( lA) X C. Las blancas
se retiran.
'
Recapitulando : el plan de las negras a partir del diagrama nú­
mero 28, fue elaborar un ataque sobre el flanco de Dama, dirigido
principalmente contra el Peón AD. Su ejecución incluía :
(1) Doblar sus Torres en la columna AD.
(2) Eliminación de la principal pieza de defensa (el Alfil en
3D) por medio de un cambio ( . . . P-STD y . . . A-4CD) .
(3) Impedir a las blancas proteger su punto débil mediante el
control de su 4AD.
(4) Disposición adecuada de sus fuerzas restantes (en este caso,
48 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
la Dama, el Caballo y los Peones vecinos) en las casillas adecuadas,
donde deben permanecer hasta que llegue el momento oportuno
para la combinación final.
En el ejemplo anterior se vio que al crearse un segundo punto
débil ( Peón en 3CD, después de P-4TD) siguió una rápida de­
bacle, como casi siempre sucede en tales circunstancias. En este caso,
se puede muy bien sentar una regla general : la defensa de un punto
débil es una tarea difícil, y la de varios, una tarea imposible.
En este aspecto, la partida siguiente (otra vez una de las de
Capablanca) es especialmente característica. Las negras ofrecen
(o pierden) un Peón del flanco de Dama, pero de ahí obtienen
ciertas líneas de ataque por las cuales los Peones del flanco de Dama
se ven sujetos a tan múltiples y variadas amenazas que al final se
hace imposible toda defensa.
NIMZOWITSCH-CAPABLANCA, San Petersburgo, 1914
l. P-4R, P4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. C-3A, C-3A ; 4.
A-50, P-3D ; 5. P-4D, A-2D ; 6. A X C, A X A ; 7. D-3D,
P X P ; 8. C X P, P-3CR; 9. C X A, P X C; 10. D-6T, D-2D; 1 1 .
D-70, T-IA; 12. D X PT, A-20.
La teoría dice (N9 31) : "Las negras tienen oportunidad de efec­
tuar un ataque más vigoroso a cambio de su Peón", con lo cual,
31 32
desde luego, se quiere dar a entender el ataque por el flanco
de Dama.
En el ejemplo presente no existen puntos débiles en la posición
de las blancas, sino que las negras tienen líneas de ataque en las
columnas abiertas TD y CD, y, sobre todo, la larga diagonal negra,
que las capacitará para desarrollar una gran presión sobre el flanco
de la Dama blanca.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 49
Sin embargo, estoy convencido de que ningún crítico se hubiera
aventurado a caracterizar una posición como la que nos ocupa co­
mo favorable, de no haber sido por la grande y convincente historia
que descubre este particular ejemplo. Se tendría que conformar con
el dicho : "Las negras obtienen poca compensación por su Peón".
Veamos cómo las negras aprovechan las oportunidades.
13. Enroque Enroque
14. D-6T
Las blancas se inclinan por las medidas defensivas y desean mo­
ver su Dama a 3D. Es notable como aun la ventaja de un Peón
puede hacer más precavido al jugador, casi en la misma forma que
sucede con las posesiones en la vida real.
Pero ello no tiene ningún efecto sobre nuestra investigación, ya
sea que un método más emprendedor hubiera o no proporcionado
mejores resultados para las blancas, aun cuando bien pudiera haber
sido así. Por cierto que apenas si podía hallarse peor que en el juego
verdadero.
14.
15. D-3D
TR-1R
D--3R
Atacando nuevamente al Peón del Rey y preparando la impor­
tante maniobra C-2D-4R-5A.
16. P-3A
1 7. A-2D
18. D-2R
C-2D
C-4R
C-5A (NP 32)
En forma completamente súbita, el ataque de las negras ha
estallado en toda su fuerza. Su primer objetivo es el peón CD de las
blancas, y la especial significación del Alfil negro en 2CR se ma­
nifiesta en la siguiente petite combinaison: 1 19. P-3CD, A-5D
jaque ; 20. R-1T, C X A ; 21 . D X C, D-4R, y gana ( 22. P-4A,
A X C ) . Se percibe perfectamente bien, el porqué las negras, unas
cuantas jugadas atrás, provocaron 16. P-3A. Un jaque en 5D
puede ser oportuno en ocasiones.
19. TD-1C T-1T (JI{,P 33)
Ahora el segundo punto débil de las blancas está bajo el fuego,
y ya no se puede evitar por más tiempo la pérdida de uno de sus
I Pequeña combinación o "combinacioncita", palabra que con fre­
cuencia usaba Capablanca. (N. del T.) .
50 CRITERIO Y TÁOTIOA BN EL AJEDRBZ
Peones. En realidad, esto no es demasiado serio, ya que, después
de todo, las blancas llevan un Peón de ventaja y no resienten la
pérdida. De hecho, pueden, retribuyendo ese Peón, mejorar su posi­
ción, como, por ejemplo, después de 20. P-3CD, C-6T ; 2 1 . TO­
lA, A X C ; 22. A X A, C-4C ; 23. A-2C, T X P ; 24. T-lC, y las
blancas tienen un juego magnífico, estando su Alfil colocado en
posición muy efectiva.
33 34
En realidad, 20. P-3CD es la mejor jugada de las blancas. Sin
embargo, las blancas no necesitan seguir la secuela dada arriba.
Tienen una línea más fuerte en 20. . . . C X A ; 2 1 . D X C y ahora . . .
No (1) 2 1 . . . . A X C ; 22. D X A, porque las negras no recupe­
ran su peón, ya que el peón AD no está protegido ;
y todavía menos (2) 21. . . . D-4R ; 22. C-4T, ya que la po­
sición de las blancas queda consolidada;
en cambio, (3) 2 1 . . . . T-6T ; y ahora las negras pueden cap­
turar al PTD a su placer alejando al Caballo (22. TR-lR,
D-4R ; 23. T-3R?, A-3T) . Las negras todavía tendrán
que encontrar jugadas mejores aun cuando su Alfil sea más
fuerte que el Caballo de las blancas.
20. P-4TD
Esta jugada puede ser buena únicamente si va seguida de inme­
diato por P-3CD. Pero ese no es el caso en esta posición.
20. . . .
2 1 . D X C
C X A
D-5A
Dio en el blanco. Las blancas están atadas de manos, ya no
pueden jugar P-3CD, su Peón de TD está condenado, y su PCD
tiene muy pocas posibilidades.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 51
22. TR-lD
22. D-3D, D-4A jaque, no proporciona ningún alivio.
22. . . . TR-lC
Observe el extremo cuidado con que las negras tratan de recu­
perar su Peón, evitando en lo particular un intercambio prematuro
en 3AD de las blancas.
23. D-3R
La amenaza de las negras era 23. . . . T X PC ; 24. T X T, A X C,
llegando el disputado Peón por sí solo.
23.
Amenazando 24.
24. D-5C
25. R-lT
A-5D.
T-5C
A-5D jaque
TD-lC (N9 34)
El juego de las blancas se derrumba ahora como un castillo
de naipes. Está amenazado con la pérdida de una pieza : 26. . . .
AXC. Si mueve la Torre de la Dama, su Peón CD cae, lo mismo
que el Peón de AD, sin que por ello pierda su fuerza el ataque. ¡ El
Caballo blanco no tiene ningún movimiento !
26. T X A
Con esta jugada, las blancas prolongan l a resistencia. En vista
de esta posibilidad, parece que hubiera sido mejor para las negras
detener el jaque en 24. . . . A-5D jaque, y jugar 24. . . . TD-lC
primero. Pero, en realidad, no tiene significación, el juego está ga­
nado por las negras, de todas maneras. Siguen estas jugadas : 26. . . .
D X T ; 27. T-lD, D-5A ; 28. P-4T, T X PC ; 29. D-2D, D-4A ;
30. T-lR, D-4TR ; 3 1 . T-lT, D X P paque ; 32. R-lC, D-4T ;
33. P-5T, T-lT; 34. P--6T, D-4A jaque ; 35. R-lT, D-5A ;
36. P-7T, D-4A ; 37. P-5R, D X PR ; 38. T-4T, D-4T jaque ;
39. R-lC, D-4A jaque ; 40. R-2T, P-4D ; 41 . T-4T, T X PT.
Las blancas abandonan.
Impresionante y convincente fue este último ejemplo ; nuestro
ataque al flanco de Dama no necesita por ningún motivo a los Peo­
nes contrarios. El objetivo también puede ser, y con frecuencia lo
es, obtener el dominio de casillas vitales en la posición enemiga y,
consecuentemente, desarticular el desarrollo normal del juego del
oponente, etc.
Esto queda bien ilustrado por el ejemplo siguiente :
52 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
ELISKASES-LANDAU, Noordwijk, 1938
l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ;
4. A-5C, A-2R; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, CD-2D ; 7.
D-2A, P-3A ; 8. T-1D, P-3TD ; 9: P-3TD, T-1R; 10.
A-3D, P X P ; 1 1 . A X P, C-4D ; 12. A X A, D X A ; 13. C-4R,
C (4D) -3A; 14. A-3D, C X C ; 15. A X C, P-3T ; 16. Enroque
(N!> 35).
35 36
De acuerdo con Fine, las blancas tienen mejor posición.
La primera impresión que causa es que no hay mucho donde
elegir entre los dos campos. Las negras no están completamente
desarrolladas, pero su posición da el aspecto de solidez. Pero con
un examen más cuidadoso, la cosa no parece ser tan fácil para las
negras, con especialidad por lo que toca al desarrollo de su Alfil de
Dama. Una ingeniosa concepción de lo que constituye desarrollo,
no será bastante aquí : "Las negras juegan : . . . C-3A, seguido
por . . . A-2D, ¡ y todo queda bien!" El hecho es que el Alfil está
bien colocado, pero no está movilizado. El curso del juego aclarará
esta idea.
16. P-4AD
La idea que subraya esta jugada es : cuando de pronto llegue
el Alfil a 2D, existirá una salida en dirección de 5TD.
17. T-lA
18. PX P
19. C-5R
P X P
C-3A
No hay por qué teman las blancas el cambio en esta 5R, ya que
no se soluciona allí el problema del Alfil de Dama de las negras.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 53
19. T-lC
Con la inconfundible determinación de llevar a su Alfil al juego.
20. A-3A A-2D
2 1 . D-5AD (NP 36)
Una excelente jugada para impedir que las negras ocupen la
columna del AD con sus Torres, lo que conduciría rápidamente
a una paridad. Si se jugara : 2 1 . . . . TD-lA ; 22. D X D, T X D ;
23. C X A, las blancas ganarían una pieza. Además, en el cambio
de Damas llevarían la ventaja las blancas, ya que después de 2 1 .
. . . DXD; 22. PXD, las blancas quedan con l a famosa mayoría
en el flanco de Dama (el tema de nuestro capítulo anterior) , que
aquí sería especialmente efectiva a causa de su bien colocado Alfil
del Rey.
21 .
22. TR-lD
A-4C
R-lA
Con un ojo puesto en el final de juego que se aproxima con ra­
pidez, las negras maniobran con su Rey para colocarlo más al cen­
tro. Sin embargo, hubiera sido preferible ; 22. . . . D-lD, seguido
por 23. . . . T-2R, con una posición congestionada, pero sólida
para las negras.
23. P-3CD •
Apenas había principiado a saborear el Alfil negro los goces
de la libertad, cuando ya se ve nuevamente amenazado con quedar
bloqueado. Después de 24. P-4TD, no queda nada más excepto
24. . . . A-2D. Ahora no estaría tan mal si las negras pudieran
desalojar su lR, pero no escaparía ileso : 23. . . . TR-lD ; 24.
DXD jaque, R X D ; 25. T-7A jaque, cuesta por lo menos un
Peón. En conexión con esto, nos remitimos a nuestra nota anterior
( . . . D-lD y . . . T-2R) , de acuerdo con la cual lR estaría aho­
ra a disposición del Alfil y las negras tendrían que luchar con me­
nos dificultades.
23. P-3CD
Crea un punto débil, pero no tiene otra jugada mejor.
24. D-7A (NP 37)
Las negras están en apuros. Por ejemplo, si continúan, como
lo ha.ee pensar su última jugada, 24. . . . P-4TD, seguido por 25.
. . . P-5T, con objeto de retirar su Alfil a 3T, las blancas cambia-
�O Y TÁCTICA ZN IIL .UI!lDIU!lZ
rían Damas, jugando a continuación C--6A, ganando el cambio,
tampoco sería ningún alivio 24. . . . D X D ; 25. TXD, T-2R; 26.
TR-lAD. La verdadera continuación (24. . . . TR-lA) conduce
a un tipo de juego completamente distinto, en el cual las blancas
también tienen mejores oportunidades.
De esta manera tuvo éxito el ataque al flanco de Dama. Para
recapitular, los principales puntos del ataque fueron :
l . Dominio de la columna AD.
2. Obstaculización del desarrollo del Alfil negro por medio de
la presión en 7CD.
3. Dominio y ocupación posterior, de puntos importantes en la
posición enemiga ( 7D, 5AD y 7AD) .
4. Persecución del Alfil negro ( P-3CD y P-4TD) .
Continúa la partida :
24.
25. D X T jaque
26. T X T jaque
TR-lA
TXD
A-lR
Por regla general, dos Torres son más fuertes que una Dama,
y en especialidad cuando, como en este caso, se puede eliminar a
una pieza enemiga. La defensa implica riesgos que ponen serias
limitaciones a la movilidad de la Dama ; y es precisamente en esta
movilidad en la que se confía la defensa, como compensación a la
fuerza de las dos Torres.
27. P-4CD
28. PX P
29. P-4TD
P-4TD
PX P
D-3D
La Dama se dedica a vagabundear, lo que muy pronto le re­
sulta fatal. Era esencial mover 29. . . . P-4C para proporcionar
al Rey una casilla de escape.
30. A--6A
31. T-lC
32. AXA
R-2R
D X P
D-5R
Jugando 32. . . . C X A ; pierde la Dama : 33. C--6A jaque, lo
mismo que en 32. . . . D X C ; 33. T-7C jaque, R-3D ; 34. T-8D
jaque, R-4A ; 35. T-5C jaqqe, etc.
33. C--6A jaque, R-3D ; 34. T-lD jaque, C-4D ; 35. T-BD
jaque, R-4A ; 36. T-lA jaque, R-3C ; 37. C-8C, C--6A ; 38.
T--6D jaque, R-2T ; 39. C--6A jaque, R-3C ; 40. C-7R jaque
dese., R-2T ; 41. T-7D jaque, R-3T ; 42. C-8A. Se retiran.
ATAQUil SOBRE EL FLANCO DE DAMA 55
Concluiremos este capítulo con dos ejemplos de un tipo com­
pletamente distinto, en los cuales el atacante no pone atención en
los Peones o las casillas, sino que se lanza tras de caza mayor. Sin
embargo, antes de hacerlo daremos una relación corta de lo que
sucede con frecuencia cuando las negras aceptan un gambito de
Dama e intentan retener el Peón del gambito.
En su forma más sencilla, es como sigue :
l. P-4D, P-4D; 2. P-4AD, P X P ; 3. C-3AR, C-3AR ; 4.
P-3R, P-4CD (NP 38).
37 38
Como es bien sabido, esta continuación es desfavorable para las
negras, ya que las blancas, por medio de la siguiente maniobra tí­
pica, siempre recuperan su Peón.
5. P-4TD
Las blancas intentan aislar a la avanzada de las negras y luego
capturar a ambos Peones : 5. . . . P X P, 6. A X P, o mediante un
método más directo : 5. . . . PX P; 6. D X P jaque, A-2D ; 7.
D X PA.
5. P-3A
Resulta evidente que 5. . . . P-3TD no constituiría ninguna
protección (6. PX P, etc. ) , y que 5. . . . A-2D es igualmente inútil
después de 6. PX P, A X P ; 7. C-3T, o 7. AX P, AX A ; 8. D-4T
jaque.
6. PX P P X P
7 . P-3CD
Este es el punto de la maniobra de las blancas. Las negras no
pueden impedir que las blancas recuperen su Peón ; ejemplo :
56 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
l . 7. . . . P X P ; 8. A X P jaque, A-2D ; 9. D X P.
2. 7. . . . A-3T ; 8. P X P, P X P ; 9. T X A, C X T ; 10. D--4T
jaque, ganando en material.
3. 7. . . . A-3R ; 8. P X P, P X P ; y ahora . . .
No (a) 9. A X P, A X A ; 10. D--4T jaque, CD-2D ; 1 1 . D X A,
T-1 A, y las negras ganan ;
Sino (b) 9. C-5R, D-2A; 10. D--4T jaque (o 10. C-3T o
10. A X P) ; 10. . . . CD-2D ; 1 1 . A X P, A X A ; 12. C X A,
T-1A; 1 3. CD-2D.
Por regla general, las blancas quedan en mejor posición después
de recuperar su Peón, ya que las negras quedan con la carga de
un Peón TD aislado, en tanto que la formación de peones de las
blancas es excelente.
Sin embargo, existen variaciones en las que es posible que las
negras retengan el Peón del gambito, o bien retribuirlo a cambio de
una posición satisfactoria. Los siguientes ejemplos ilustran esta con­
tingencia :
l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R; 3. C-3AD, P-3AD ;
4. C-3A, P X P ; 5. P-3R (una continuación más fuerte sería 5.
P-4TD) ; 5. . . . P-4CD ; 6. P-4TD, A-5C ; 7. A-2D, D-3C,
etc. (No . . . P-3TD ; 8. P X P, PAX P ; 9. C X P o bien, 8. . . .
A X C ; 9. A X A, PAX P ; 10. P-3CD, P X P ; 1 1 . AX P jaque, etc. ) .
l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. C-3AR; C-3A ;
4. C-3A, P X P ; 5. P-3R, P-4CD ; 6. P-4TD, P-5C ; 7. C.-2T,
P-3R; 8. A X P, A-2C, quedando las negras con un juego satis­
factorio, ya que el Caballo de Dama de las blancas quedó aislado.
Hemos visto la clase de ataque que está a disposición de las
blancas contra una cadena de Peones enemigos en las casillas 4CD
y 5AD, o en 3TD, 4CD y 5AD de las negras.
A continuación proporcionamos el primero de los dos ejemplos
mencionados anteriormente :
CAPABLANCA-SPIELMANN, Nueva York, 1927
l. P-4D, P-4D ; 2. C-3AR, P-3R; 3. P--4A, C-2D ; 4.
C-3A, CR-3A; 5. A-5C, A-5C ; 6. PX P, P X P ; 7. D--4T,
A X C jaque, 8. P X A, enroque ; 9. P-3R, P-4A; 10. A-3D,
P-5A; 1 1 . A-2A, D-2R ; 12. Enroque TR, P-3TD ; 13. TR­
lR, D-3R; 14. C-2D, P-4C ; 15. D-5T (NP 39).
El veredicto teórico es : las blancas tienen el juego mejor. Razo­
nes : tienen oportunidad de atacar por el flanco de Dama, en pri­
mer lugar, a causa de la posibilidad del P-4TD con un debilita-
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 57
miento de la formación de los Peones negros, y en segundo lugar,
a causa de la avanzada y completamente segura posición de la
Dama.
Además, y por encima de estas observaciones, debemos agregar :
l . Comparada con la ilustración anterior, la acción de las blan­
cas contra los peones negros colocados en las casillas 3TD,
4CD y 5AD es menos penetrante por las siguientes razones :
(a) La jugada P-3CD no se puede verificar ;
(b) El Peón negro AD está doblemente resguardado por
Peones, así que después de una posible jugada P-4TD,
PX P, el Peón del AD no queda colgando, y no tiene
necesidad de apoyarse.
Contra lo anterior tenemos el hecho de que :
(e) Las blancas tienen igual número de Peones, así que
cualquier acción que emprendan, no lleva en sí la mira
de ganar un Peón.
2. La pieza más fuerte, la Dama, puede desarrollar un poder
enorme desde una avanzada adecuada. Al mismo tiempo, es
la más valiosa, pero se encuentra segura en su posición y,
en ausencia del Alfil negro, fuera del alcance de las piezas
menores de las negras. En consecuencia, la Dama blanca
puede desempeñar un papel principal en un ataque al flan­
co de Dama.
Continúa la partida :
15; C-5R
39
El cambio siguiente debilita a las negras en su 5AD, por lo que
la jugada en el texto debe ser desechada. Las negras tratan de lo­
grar una posición aparentemente segura, pero su plan es refutado
58 CIUTBRIO Y TÁCTICA 1DN EL AJBDRBZ
inmediatamente por las blancas por medio de una atractiva com­
binación. Hubiera sido mejor 15. . . . A-2C, y 16. D-7A, D-3A,
aunque las blancas queden con una ligera ventaja para el final
de juego.
16. cxc P X C
1 7. P-4TD
Y, como era de esperarse :
17. D-4D
Con esta jugada intermedia, las negras aparentemente mejora­
ron su defensa, ya que el Alfil de Dama de las blancas está en
prise. Si se jugara ahora 18. A-4-A, A-2C, las negras tendrían un
juego satisfactorio.
18. PX P
Una sorpresa fatal ; las blancas ofrecen una pieza, y con mucha
rv..ón, como la secuela lo demuestra.
18. D X A
Desde luego, no podía ser 18. . . . D X PC ; 19. D X D, ganando
las blancas una Torre.
19. A X P (NP 40)
40 41
El objeto real de la combinación resulta evidente si las negras
juegan 19. . . . T-2T ; ejemplo, 20. P---6C, D X D ; 2 1 . PXT y
ahora . . .
l . 21. . . . A-2C ; 22. T X D, y las blancas tienen un triunfo
fácil con una Torre y tres Peones contra dos piezas menores.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 59
2. 21. . . . D X T ; 22. T X D, C-30 ; 23. P-8T (D) , C X D :
24. AXC, quedando las blancas con un Peón extra y con la
perspectiva de ganar todos los Peones negros del flanco de
Dama.
19. . . . T-I C
Igualmente ineficaz.
20. PX P, T--40 ; 2 1 . D-7A, C-30 ; 22. P-7T, A--6T ( ¡ co­
mo último recurso! ) ; 23. TR-10, T X T jaque ; 24. T X T, P-4A ;
25. A-3A, P-5A ; 26. PX P, abandonan.
Y finalmente, el segundo ejemplo, en el que una vez más la
Dama desempeña un papel vital, y en donde las blancas, sacrifican­
do dos Peones, aciertan a sitiar a un conjunto de unidades contra­
rias. Fue también Capablanca quien produjo esta obra de arte.
CAPABLANCA-VIDMAR, Londres, 1922
l . P--4D, P--4D ; 2. C-3AR, C-3AR ; 3. P--4A, P-3R ; 4.
C-3A, A-2R ; 5. A-50, CD-2D ; 6. P-3R, enroque ; 7. T-IA,
P-3A ; 8. D-2A, P X P ; 9. A X P, C-4D ; 10. A X A, D X A ; 1 1 .
Enroque, P-3CD (N9 41).
Bilguer observa certeramente que el desarrollo del Alfil de Da­
ma en fianchetto tiende al cambio de caballos en la 3AD de las
blancas. Pero, después de la siguiente jugada y de la contestación
de las blancas, éstas obtienen una posición abrumadora.
1 2. cxc
Las blancas cambiaron caballos, y este cambio es particular­
mente significativo porque :
l. La gran diagonal blanca quedará cerrada, de manera que
la última jugada de las negras falla en su propósito, y de
hecho debilita seriamente las casillas blancas del flanco
de Dama negro.
2. La columna AD queda abierta, misma que las blancas no
tardarán en ocupar con su Dama y las Torres a fin de irrum­
pir con facilidad en la posición enemiga.
Observaremos una y otra vez el enorme efecto que estos dos fac­
tores tendrán en el curso de la partida.
12. . . . PA X C
Las negras deben volver a capturar con el Peón AD, ya que dt>
otra forma perderían un Peón después de 1 3. A-3D.
60 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
1 3. A-3D P-3TR
Las negras se abstuvieron de jugar 1 3. . . . C-3A, ya que por
lo pronto desean utilizar al Caballo en la defensa de su flanco de
Dama. Después de 1 3. . . . C-3A, podría seguir 14. D-7A, y
ahora :
l . 14. . . . D X D ; 15. T X D, P-4TD ( 15. . . . A-2D ; 16.
C-5R) ; 16. TR-IA, A-3T ; 1 7. A X A, T X A ; 18. T ( 1 A )
6A, seguida d e 1 9. T-7C, ganando un Peón.
2. 14. . . . A-2D ; 15. A-6T, D-5C ; 16. C-5R, A-4C ;
1 7. P-3TD, D-5T ; 1 8. A X A, D X A ; 19. T-2A, atacan­
do a las tres piezas mayores sobre la columna del AD.
3. 14. . . . D-5C ; 15. P-3TD, con una secuela muy pareci­
da a la que se lleva en la partida.
14. D-7A
La Dama blanca invade el territorio enemigo y ocupa una posi­
ción avanzada, pero segura. Desde allí frustra todos los intentos de
desarrollo de las negras.
1 4. . . . D-5C
Como las negras no pueden desenvolver sus fuerzas por conduc­
tos normales, intentan, como esta salida de su Dama, obtener algún
movimiento favorable, intento que su oponente refuta en una for­
ma ejemplar.
1 5. P-3TD (N° 42)
42 43
Una jugada muy bella. Las blancas ofrecen uno o dos Peones
con objeto de ganar la Dama o, a falta de ella, una de las piezas
del flanco de Dama.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAJ4A 61
Investiguemos algunas contingencias :
l. 15. . . . D X PC ; 16. T-l C, D X PT ; 1 7. A-5C, y ahora . . .
(a) 1 7. . . . C-3A ; 18. T-l T ; D-5C ; 19. TR- l C, to­
mando la Dama.
(b) 1 7. . . . D-2R ; 1 8. A-6A, T-l C ; 19. C-5R, T-­
lD ( 19. . . . D-l D ; 20. D X PT, C X C ; 21 . PX C,
etc. ) ; 20. A X C, A X A ; 21 . C-6A, y gana.
2. 15 . . . . D-6C ; 16. T-3A, D X PC ; 1 7. T-lC, D-7T ;
18. T ( 3A) lA, C-3A ( 18. . . . D X P ; 19. A-5C, etc. ) ;
19. A-5C, amenazando nuevamente 20. T-lT y 21 . TR-
1 C, tomando a la Dama, o bien, 20. A-6A, ganando una
pieza.
15. D-5T
16. P-3T (NP 43)
También una jugada excelente, y no únicamente destinada a
salvaguardar a su Rey. Pues si examinamos más atentamente la
posición, nos damos cuenta de que las negras ya no pueden conti­
nuar con su desenvolvimiento adecuado, por ejemplo : 16. . . .
T-1 C ; 1 7 . C-5R, T-2C ( 1 7. . . . C X C ; 18. A-2A, seguido
por 19. D X T ) ; 1 8. D-6A, D X D (o en otra forma : 19. C X C ;
T X C ; 20. D X A) ; 19. C X D, R-1T ; 20. C-7R, T-l CD ; 21 .
C X A, TD X C ; 22. A-6T, y las blancas ganarán el final gracias
al dominio de la única columna abierta que las negras ya no podrán
arrebatarles. Esta variación muestra con claridad las consecuencias
de largo alcance de la debilitadora jugada 1 1 . . . . P-3CD. ¡ In­
cluso en esta etapa hizo posible que las blancas se apoderaran de
la columna AD jugando 22. A-6T !
La última jugada de las blancas incapacita a las negras para
contrarrestar la severa presión de la posición de su oponente.
16. C-3A
Las negras hacen un heroico intento para completar su desarrollo,
cueste lo que cueste. Después de, digamos, 16. . . . P-3C ; 1 7 .
T-3A, las negras aún tendrían que sufrir todas las variaciones de
la nota precedente.
1 7. C-5R A-2D
1 7. . . . A-:iT ; 18. P-3CD, D-4T ; 19. C--6A, también cos­
taría una pieza. Literalmente, las negras no tienen dónde moverse.
62 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL Ali!JDREZ
18. A-2A D-4C
19. P-4TD
Definitiva. Las negras tendrán que abandonar a su suerte al Alfil
19. . . . D X PC
20. C X A
Peor hubiera sido jugar primero 20. T-1C, D-7T ; 2 1 . C X A,
TD-lA ; 22. O X O jaque, P X O ; 23. D-30 jaque, y como el Alfil
se puede mover con libertad, las blancas quedan con una pieza de
ventaja. En esta forma, las blancas únicamente ganan el cambio,
pero también Oapablanca convierte rápida y efectivamente esta
ventaja en triunfo, de la manera siguiente :
20. . . . TD-lA ; 2 1 . D-l C, O X O ; 22. A-7T jaque, R X A ;
23. T X T, T X T ; 24. D X T, 0-3A ; 25. T-lA, D-50 ; 26. D-2A
jaque, R-lC ; 27. D-6A, D-6T ; 28. D-8T jaque, R-2T ; 29.
T-7A (ya hemos visto en nuestro primer capítulo, la forma de
aprovechar la ventaja material, el resultado de un ataque con éxito.
Aquí únicamente la superioridad consiste en el cambio, pero con la
Torre en la fila 7 tomando una parte muy activa en el ataque
contra los Peones negros, la preponderancia de la Torre sobre el
Caballo en un final de juego, queda bien ilustrada) , 29. . . . DX PT ;
30, T X PA, D-8D jaque ; 3 1 . R-2T, D-4T ; 32. D X PT, D-3C ;
33, T-8A, D-4A ; 34. T-7A, D-30 ; 35. T-7C, 0-5R; 36.
D-2T, P-4R ; 37. D X P, P X P ; 38. T-8C, 0-3A ; 39. D X P,
D-4A ; 40. T X P, D X P ; 41 . D-3D jaque, R-lC ; 42. T-8C
jaque, abandonan.
CAPÍTULO IV
CABALLO CONTRA ALFIL "DEBIL"
Al comentar la partida Botvinnik-Konstantinopolsky (ver Pág.
30) , llegamos a la posición que se muestra en el diagrama número
44, misma que prometimos discutir posteriormente.
Ya manifestamos que las blancas tenían mejor juego, sin que,
no obstante, discutiéramos con amplitud las razones en las que se
44 45
basaba nuestra opinión. Como lo hicimos notar, la mayoría de Peo­
nes blancos sobre el flanco de Dama había perdido �u significado.
El hecho de que las blancas obtuvieran un Peón AD pasado des­
pués de P-4TD, P-4CD y P-5CD, no era ciertamente de mayor
importancia que el hecho de que las negras ya tenían un Peón
pasado en su 4D.
Entonces, ¿ por qué es superior la posición de las blancas ? La
razón estriba en que las negras tienen un Alfil "débil". Examinemos
con más precisión lo que esto significa. El Alfil negro colocado
en 2D es débil porque sus propios Peones, situados en 3AD, 4D y
4AR, impiden su movilidad. Como los otros Peones no influyen en
ello, cabe preguntar : ¿ En dónde principia la debilidad del Al­
fil? ¿ Con uno, dos o tres Peones? No existe una respuesta categóri­
ca para esta pregunta ; sin embargo, se puede afirmar que el obs­
táculo más serio para el desplazamiento del Alfil está representado
por los Peones centrales PAD, PD, PR o PAR. Por lo tanto, el tér­
mino "Alfil débil" no es un concepto rígidamente definido. Exis-
64 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
ten varios grados de "debilidad" ; si, por ejemplo, no existiera en
esta posición ningún Peón negro en 4AR, el valor del Alfil aumen­
taría, y también en ausencia del Peón de Dama, el calificativo de
"débil" no tendría por qué aplicarse.
Lo anterior indica al mismo tiempo la clase de posición que
las blancas deben buscar. En esta ocasión, la primera y más impor­
tante maniobra es : con objeto de mantener al Alfil todo lo «débil"
que sea posible, los Peones que lo obstruccionan deben permanecer
en sus respectivas casillas. Quiere decir que en este caso deben im­
pedirse las jugadas . . . P-5AR y . . . P-5D.
A continuación proporcionamos la secuela posterior de la par­
tida, de la que podremos derivar normas adicionales.
20. P-4A
A la luz de lo que anteriormente se dijo, el objeto de esta juga­
da es por completo evidente. El Peón negro en AR está bloqueado,
por lo que el movimiento del Alfil negro en esa dirección está per­
manentemente obstruido.
20. T-2R
No puede jugar 20. T-6R, ya que después de 2 1 . R-2A,
P-5D conduce a la pérdida de un Peón después de 22. TR-lD.
2 1 . TR-lR
Por regla general, el cambio de Torres aumenta la superioridad
del Caballo contra el "Alfil débil".
2 1 . . . . TR-lR
No se decide a entregar la columna abierta sin presentar pelea,
ya que su oponente penetraría hasta el fondo de su posición.
22. T X T T X T
23. R-2A (N9 45)
Con objeto de cambiar la segunda Torre también, después de
lo cual el final de Caballo contra Alfil lo ganarán las blancas. Ante
todo, es importante examinar esta afirmación. Supongamos que
las blancas, en esta posición, juegan . . . A-lA, 3T, 5A, en donde
la obstrucción de sus peones será menor, mucho menor, y, en lo
general, es un buen plan. Entonces, el juego se desarrollaría en
la forma siguiente : 23. . . . A-lA ; 24. T-lR, T X T (prácticamen­
te obligado) ; 25. R X T, A-3T ; 26. P-3CD (para impedir 26.
. . . A-SA) 26. . . . R-2A ; 27. R-2D, R-3R ; 28. R-3R,
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 65
A-BA ; 29. P-3C, P-3C ; 30. R-4D. Llegando ahora a la posi­
ción ilustrada en el diagrama N9 46.
Hasta este momento, las jugadas de ambos bandos no han sido
en ninguna forma forzadas, y conduciría demasiado lejos empren-
46
der una investigación detallada de todas las posibles complicaciones.
Nuestro principal objeto es, en primer lugar, dar una idea de que
existen oportunidades para ganar, sin poner mucha atención al
acabado y d�talle.
La formación de los Peones negros está ahora detenida, princi­
palmente a causa de la fuerte posición en que se encuentra el Rey
blanco. Sin embargo, el Alfil escapó de sus propios Peones que lo
tenían encadenado y ya no se encuentra obstaculizado por ellos en
la misma forma de antes. La desventaja del "Alfil débil" es ahora
indirecta, y se basa en el hecho de que los Peones negros, lo mismo
que el Alfil, ocupan casillas blancas, de manera que las casillas
negras son vulnerables y es fácil que caigan bajo el control de las
blancas. La importante casilla en 4D está ya ocupada por las blan­
cas, y el Rey negro debe vigilar la SR de las blancas. Las negras no
pueden intentar ahora nada y deben permanecer a la defensiva. Por
otra parte, ¿ qué es lo que pueden hacer las blancas? Más de lo que
a primera vista parece.
Desde 4CD, el <)aballo blanco puede atacar al Peón AD, que
no puede defenderse moviendo . . . A-4C, a causa del Peón P-
4TD de las blancas. Por otro lado, si el Rey defiende al Peón jugan­
do . . . R-2D, queda abierto el camino hacia los Peones negros
del flanco del Rey vía SR, 6-AR y 7CR, de lo que se puede dedu­
cir con bastante razón que las negras tratarán de impedir el movi­
miento de las blancas C-4CD, jugando . . . P-4TD ; pero enton­
ces las blancas tendrían oportunidad de obtener un Peón pasado de
66 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
Rey, jugando P--4CD, etc. Nos damos cuenta ahora del cuidado
que se requiere para manejar dicho final.
Un avance prematuro del P--4CD sería en sí mismo una jugada
perfectamente normal ; sin embargo, reduciría a su mínimo las opor­
tunidades de las blancas.
Ejecutemos lo anterior por medio de dos variaciones ilustrativas.
(A) 30. . . . A-3T ; 3 1 . C-2T, A-7R ; 32. C--4C, R-2D ;
33. R-SR, A-8D ; 34. R-6A, A X P ; 3S. R-7C, P--4TD ; 36.
C-3D, R-3R ; 37. c_.:SR, P-SD ; 38. C X PA, R--4D ; 39.
C X PD, R X C ; 40. P-6A, P-ST ; 41. P-7A, A-3R ; 42. R X P,
R-6A ; 43. R X P, R-6C ; 44. P--4T, R X P; 4S. P-ST, R-6C ;
46. P-6T, P-6T ; 47. P-7T, P-7T ; 48. P-8T (D) y ganan.
(B) 30. . . . P--4TD ; 31. C-2T, A-7R ; 32. P--4CD, P X P
(32. . . . A-SA ; 33. P X P, ganando, pero si se juega 3 2. . . .
P-ST ; resulta completamente sencillo jugar 33. C-3A) ; 33.
C X P, A--4C ; 34. C-2T, A-SA; 3S. C-3A, A-3T ; 36. P--4TD,
A-BA ; 37. C-2T, A-SA ; 38. C--4C, R-2D ; 39. R-SR, R-
2A ; 40. R-6A, P-SD ; 41. R-7C, P-6D ; 42. C X PD, A X C ; 43.
P--4T (no 43. R X P, P--4C) , 43. . . . A�SA; 44. R X P, A-2A ;
4S. R-7C, A-lR ; 46. R-8A, R-lD ; 47. P-STD, etc.
Es cierto que estas excursiones son riesgos por medio de los cua­
les se obtiene finalmente la victoria, y bien nos podemos suponer
que el lector no habrá quedado enteramente convencido de la na­
turaleza forzada de las variaciones que se mostraron. Pero esto no
afecta nuestro objetivo. Lo principal es que :
(1) Se observó que las negras, en lo general, no pueden em­
prender nada, y que es un hecho establecido que es preferible un
Caballo a un Alfil "débil".
(2) Se dio una idea general sobre la forma en que se deben
hacer los diferentes intentos para ganar la partida : una combina­
ción de maniobras del Caballo : C-3AD-2T--4C (atacando a
6AD ) , C-2T y P--4CD (forzando mediante un Peón pasado) y
R-SR (penetración del Rey) .
Volvamos ahora al N9 45, a fin de continuar nuestra discusión
sobre la partida que nos ocupa. Se ha aclarado que las negras de­
ben evitar el cambio de Torres, por lo menos en las actuales cir­
cunstancias. Continuamos.
23. R-2A
¡ Una jugada astuta! Si pese a todo las blancas intentan el cam­
bio de Torres, les espera el fracaso después de 24. T-lR, T X T ;
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 67
25. R X T, P-5D ; 26. C-2R, R-3R ; 27. C X P jaque, R-4D,
recuperando las negras su Peón así como una posición satisfactoria :
el bloqueo se levantó y pasó todo el peligro. Hablando en términos
generales, se puede afirm<..� que las negras pueden salvar la partida
si pueden jugar P-5D sin consecuencias inmediatamente fatales.
24. T-lD
Obligando al Peón negro a permanecer en casilla blanca.
24. . . . T-lR
Es imposible llevar al Alfil a terreno despejado sin hacer algu­
na concesión equivalente ; por ejemplo : 24. . . . A-l A ; 25. C-2R,
P-3C ; 26. C-4D, T-2A, quedando ahora la Torre inmoviliz�da
25. T-2D
Defendiendo al PCD y preparándose para el cambio de Torres.
25.
26. T-2R
P-3TR
T-lCD
Si en vez de ello se hubiera jugado 26. . . . T X T jaque ; 27.
C X T, las blancas habrían controlado la casilla 4D, que es la clave
para ganar la partida.
27. R-3R
Es más lógico jugar 27. P-4CD, pero existen dos objeciones :
(1) Después de un cambio de Torres eventual, las blancas ya
no podrían jugar C-2T-4C, y, lo que es más importante, ya no
tendrían oportunidades posteriores de obtener un Peón pasado.
(2) Las negras pueden iniciar un contraataque jugando 27.
P-4TD.
27. . . . T-6C
Esto detiene al flanco de Dama de las blancas, pero puede ser
sólo temporalmente.
28. R-4D
El Rey ya llegó a su punto fuerte deseado y ya amenaza R-5R,
6D, etc.
28. . . .
29. C-2T
R-3A
�T-lC
Si se jugara 29. P-4TD, seguiría 30. C-lA, T-lC ; 3 1 .
P-3CD, en donde tarde o temprano seguiría P-4CD ; es preferí-
68 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
ble la jugada del texto, aunque las blancas aún puedan forzar un
Peón pasado.
30. P-4CD (N9 47)
El momento decisivo, ya que con esta jugada las blancas re­
nuncian a la oportunidad de llevar a cabo la maniobra indicada
47 48
con anterioridad (C-2T-4C ) , de manera que el final de Caballo
contra Alfil asume un aspecto diferente.
Investiguemos : 30. . . . T-lR ; 3 1 . T X T (3 1 . T-5R también
vale la pena pensarse) , 3 1 . . . . A X T ; 32. P-4TD (32. P-5C fa­
lla contra 32. . . . P X P ; 33. R X P, A-2A jaque) , 32. . . . P-3T ;
33. P-5C, y ahora :
l . 33. . . . PT X P ; 34. P-5T, A-2D ; 35. P--6T, A-lA ;
36. C-4C, R-3R ; 37. P-7T, A-2C ; 38. C--6T, R-2D ;
39. R-5R, P-3C ; 40. R-6A, y una vez más las blancas
tienen el látigo en la mano.
2. 33. . . . PAX P ; 34. P-5T, R-3R ; 35. C-4C, y ganan. Si
las negras omiten jugar 32. . . . P-3T, y en vez de ello
juegan : 32. . . . R-3R (después de 30. . . . T-lR; 31,
T X T, AXT; 32. P-4TD) ; en igual forma las blancas tie­
nen excelentes prospectos después de 33. P-5T, A-2D ; 34.
P-5C, P X P ; 35. C-4C.
30. o o o P-4C
�quí 30. . . . P-4TD y hubieran jugado de acuerdo con los
deseos de las blancas : 3 1 . P X P, T--6C ; 32. C-3A, T X P ; 33.
T-2T, o bien, 3 1 . . . . T-lTD ; 32. C-3A, T X P ; 33. P-4TD.
En cualquiera de los casos, las blancas tenían un fuerte Peón pa­
sado.
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL
3 1 . P-3C
32. PX P
33. C-3A
PX P
P-3T
T-1C
69
Las negras deciden dejar las Torres en el tablero, que en reali­
dad es mejor para ellas.
34. P-4TD T-5C
35. T-2AR
Ahora la Torre blanca cumple su misión de salvaguardar el
flanco del Rey. Mientras tanto, las fuerzas restantes de las blancas
llevan a cabo el plan para alcanzar la victoria sobre el flanco opues­
to (NP 48).
Aquí existe una interesante continuación para obtener el triun­
fo si las blancas intentaran la jugada 35. . . . A-1R; por ejemplo :
36. P-5C, PT X P ; 37. P X P, PX P ; 38. C X P jaque, R-3R ;
(38. . . . R-2A ; 39. C-3R ganando un peón ) ; 39. T-2R jaque,
R-2A ; 40. T X A, R X T ; 41. C--6A jaque, R-2R ; 42. C X T,
PX C ; 43. P-5A, P-4T ; 44. P--6A, P-5T ; 45. P-7A y las
blancas coronan primero.
35. . . . A-3R
36. P-5C
La irrupción que amenazaban con anterioridad.
36.
37. PX P
38. C X P
39. C-3A
PT X P
P X P
T-8C
Defendiendo primero la posición antes de disfrutar de los be­
neficios de su irrupción.
39. . . . R-2A
Una defensa indirecta de su 4D (40. C X P, T-8D jaque ) .
40. T-2CD T--8AR
41 . C-2R
Alternativamente, 41 . R-5R, T-SR jaque ; 42. C-2R (como
en la partida) , pero no 42. R--6D, a causa de 42. . . . P-5D. Las
blancas deben tener mucho cuidado aún, antes de levantar el blo­
queo del Peón de Dama de las negras.
41 . . . .
42. R-5R
T�8R
P-5D
Renunciar al Peón es lo mejor que• puedan hacer las negras.
70 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ
Si se jugara 42. R-2R, la siguiente línea de acción es conclu­
yente : 43. P---6A, P-5D ; 44. T-7C jaque, R-l D ; 45. R-6D,
T X C ; 46. T-8C jaque, A-l A ; 47. P-7A jaque, etc.
43. R X P
La estrategia de las blancas ha dado como resultado la ganancia
de un Peón, y el resto carece de interés por lo que toca a nuestro
tema. Las siguientes jugadas son : 43. . . . R-3C ; 44. C-3A, R-
4T ; 45. T-2R, T X T ; 46. C X T, R-5C ; 47. R-5R, A-lA; 48.
C-4D, P-4T ; 49. C X P ; A-2D (no 49. . . . A X C ; 50. P-3T
jaque) ; 50. C-7C, A-5T ; 5 1 . P-5A, R-4C ; 52. C---6R jaque,
abandonan.
Reunamos en forma breve las conclusiones que se derivan de
este ejemplo :
Juicio: Las blancas tienen un juego mejor porque las negras
tienen un Alfil "débil" y las blancas están en posición de clavar a
los Peones contrarios que obstruyen al Alfil.
Plan.
l . Clavar los Peones de obstrucción (20. P-4AR y 24 T-lD ) .
2. Ocupar las casillas de bloqueo, de preferencia por el Rey
( 28. R-4D ) .
3. Reunir las diferentes posibilidades para una irrupción y
tratar de combinarlas (análisis del N9 46).
4. Las jugadas insignificantes pueden ser de importantes con­
secuencias ; por ejemplo : 30. P-4CD, la cual, durante un
período de tiempo bien definido, impidió cierto número de
posibilidades.
5. Calcular con precisión el momento de levantar el bloqueo
para permitir el avance de los Peones contrarios. En tales
condiciones, la variación más pequeña puede significar el
triunfo o la derrota.
Nuestro siguiente ejemplo ilustra un final de juego de Alfil con­
tra Caballo en el cual ya se cambiaron Torres (N9 49).
Esta es otra posición tomada del Capítulo 11 (N9 25. Eliskases­
Flohr) , y en la que el tema principal, la mayoría de Peones en el
flanco de Dama, juega una parte secundaria. Este ejemplo tam­
bién es instructivo, aun cuando ambos jugadores han sido culpables
de algunos descuidos. Nuevamente tenemos a un Caballo contra
un Alfil "débil". Las Torres ya desaparecieron. Los Peones blancos
colocados en 4R y 5D obstaculizan a su propio Alfil, y el indefenso
Peón del Rey limita por el momento al Alfil a 3AR, 2CR o 1TR.
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 71
El veredicto de esta posición es : las negras tienen mejor juego,
pero, como se verá, no se puede forzar el triunfo contra un buen
juego.
El plan consiste nuevament-e-err- una combinación de posibles
continuaciones :
l . Avance de los Peones del flanco de Dama.
2. Movimiento del Rey negro a 4AD, 5D, etc.
3. Establecer y reforzar la presión sobre la 4R de las blancas.
Examinemos la secuela.
28. P-4A
Las negras no pierden tiempo para aumentar la presión sobre
la 4R de las blancas. Además, ya no necesitan preocuparse por el
P-4A de las blancas, que podía constituir la réplica a la jugada
indicada en el texto si se jugara posteriormente. Por el momento,
29. P-4A se contrarrestaría satisfactoriamente jugando 29. . . .
R-3A.
29. P-3A
Una decisión difícil para las blancas. Otro sistema consistiría
en 29. PX P, PX P; 30. P-4A, P-5R, después de lo cual las blan­
cas controlarían su 4D y de ninguna manera estarían en mala po­
sición. Las negras tienen una continuación mejor contra 29. PX P,
o sea, 29. . . . C X P ; 30. R-2D, R-3A ; 3 1 . R-3D, R-2R, y
ahora :
49
l . 32. R-4R, R-3D.
(a) 33. A-lA, C-2R ; 34. A-4A, C-l C, seguido por
35. . . . C-3A jaque, ganando un Peón.
(b) 33. P-4A, P X P ; 34. P X P, ( 34. R X P, C-2R, etc. ) ;
34. . . . P-4CD ; 35. A-lA, P-5C ; 36. A-4A, C-
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  • 1.
  • 2. OTROS TITULOS DE OBRAS SOBRE AjEDREZ PUBLICADOS POR ESTA EDITORIAL CUYA LECTURA RECOMENDAMOS AJEDREZ DE ALEKHINE por Alekhine LOS ELEMENTOS DEL AJEDREZ por ]. du Mont 50 GRANDES PARTIDAS DEL AJEDREZ MODERNO por H. Golombeck EL AJEDREZ COMO DIVERSION por Harley EL AJEDREZ ES UN JUEGO FACIL por Reinfeld AJEDREZ PARA NI'ROS por Bott MOTTison PARTIDAS DE AJEDREZ DE MORPHY por Sergeant 100 PARTIDAS MAGISTRALES DEL AJEDREZ MODERNO por Du Mont y Tar.takower
  • 4. D R . M A X E U W E CRITERIO Y TÁCTICA E N EL AJEDREZ Traducido de la Edici6n Original al inglés por J. DU MONT CIA. EDITORIAL CONTINENTAL. S. A. DE C. V., MEXICO DISTRIBUIDORES: ESPA�A-ARGENTINA-CHILE-VENEZUELA-COLOMBIA-PERU Bolivia - �ralil - Costa Rica - Dominicana - Ecuador - El Salvador Estado• Unidos - Guatemala - Honduras - Nicarapa - PanamA - Parapay Portu11al - Puerto Rico - Urupay
  • 5. TÍTULO ORIGINAL EN INGLÉS: JUDGMENT AND PLANNING IN CHESS TRADUCIDO DEL INGLÉS POR ALFONSO VASSEUR WALLS EDICIÓN AUTORIZADA POR: G. BELL AND SONS, LTD.- LoNDRES Decimosegunda impresión abril de 1984 Derechos Reservados © en Lengua Española-1959, Primera Publicación CIA. EDITORIAL CONTINENTAL, S. A. DE C. V. CALZ. DE TLALPAN NúM. 4620, MÉXICO 22, D. F. MIEMBRO DE LA CAMARA NACIONAL DE LA INDUSTRIA EDITORIAL Registro Núm. 43 DISTRIBUIDORES PRINCIPALES EN: CAVANILLEs NúM. 52, MADRID 7, EsPAÑA Av. CANNING NúMs. 96, 98 Y 100, EsQ. PADILLA, 1414 BUENOS AIRES, ARGENTINA MIRAFLORES NúM. 354, SANTIAGO DE CHILE, CHILE VEN-LEE, C. A., Av. FuERZAS ARMADAs, EsQ. SAN MIGUEL EDIFICIO RODRIMER, PISO 6, CARACAS, VENEZUELA CALLE 11 NúM. 2-56, BoGOTÁ, CoLOMBIA Av. REPÚBLICA DE PANAMÁ NúM. 2199, LA VICTORIA-LIMA 13, PERÚ IMPRESO EN MEXICO PRINTED IN MEXICO
  • 6. Esta obra está dedicada amistosamente a l. Napier y Ml1ora de Lelant, Corn.waU.
  • 7. PREFACIO DEL AUTOR DuRANTE EL congreso de Plymouth en agosto de 1948, conocí a J. du Mont, entonces editor del British Chess Magazine, quien me sugirió la conveniencia de escribir un libro de acuerdo con los li­ neamientos en que está escrito el presente. Sus intenciones eran proporcionar al jugador alguna orienta­ ción sobre la forma de proceder en un juego a partir del punto don­ de concluyen los libros sobre aperturas. Los resultados se ofrecen en el presente volumen, por lo que expreso mi agradecimiento a mister Du Mont por su sugerencia y por haberme proporcionado la oportunidad de llevar a cabo su proyecto. M. E.
  • 8. CONTENIDO CAPiTULO PÁG. Introducción ll I Primeros Pasos Para Formar un Juicio Crítico y Pla- near las Jugadas . 13 11 Mayoría de Peones en el Flanco de Dama 25 III Ataque Sobre el Flanco de Dama 41 IV Caballo Contra Alfil Débil . 63 V Debilitamiento del Flanco del Rey 87 VI Ataque Sobre el Campo del Rey 1 09 VII Peones Débiles 1 37 VIII Casillas Fuertes 161 IX Columnas abiertas 1 89 X Partidas Ilustrativas . 215
  • 9. INTRODUCCióN CoN FRECUENCIA, cuando un jugador posee una comprensión adecuada de los principios del ajedrez, puede hacer bastantes com­ binaciones con dos o tres movimientos de anticipación y, en oca­ siones, en posiciones sencillas, hasta cuatro, de pronto se da cuenta, al enfrentarse con jugadores de más categoría, que el desarrollo de su juego parece haber alcanzado un punto muerto. Pierde partidas sin que pueda determinar la causa. Elabora una serie de movimien­ tos con toda la anticipación posible, sólo para observar que su oponente ha planeado y operado en una forma completamente dis­ tinta; en resumen, pierde el dominio de la partida que poseía mo­ mentos antes. Aprende de memoria variaciones en la apertura sin saber con precisión la causa de que se hagan determinados movi­ mientos, que da como resultado que se encuentre en posiciones con las que no está familiarizado y las que inclusive le pueden ser favo­ rables, aunque no tenga la menor idea de ello ni tampoco de cómo se volvieron en contra suya. En esta etapa de la batalla del ajedrez se presenta un nuevo ele­ mento : el "raciocinio de la posición". La posición no progresa por sí misma sino que debe desarrollarse mediante un proceso de con­ clusiones obtenidas en la práctica. Representa la habilidad progre­ siva para formar un juicio crítico de cualquier posición dada, sin necesidad de detallarla recurriendo al cálculo exacto. En la misma forma en que un doctor debe tener una imagen clara de cualquier estado patológico para planear el tratamiento, o sea, el diagnóstico y la cura, el jugador de ajedrez debe trazarse un plan tomando como base las características que note al examinar una posición determinada. El axioma de Steinitz de que el plan que se elabore debe estar de acuerdo con las características de la posición, nos resulta evidente por sí mismo, ya que es la consecuen­ cia lógica de nuestro presente sistema de emprender una acción efectiva, aun cuando hace sesenta años la declaración de Steinitz creó una verdadera revolución en el pensamiento ajedrecista. Sentido crítico y planeación de jugadas. Volviendo a nuestras observaciones sobre las variaciones de las aperturas, por regla gene­ ral encontramos que nuestro sentido crítico opera por medio de los símbolos + - =, etc. Pero este juicio no basta por sí mismo : no
  • 10. 12 I N T R O D U C C IÓ N s6lo es necesario saber cuál de los dos jugadores tiene mejor posi­ ción, sino también la causa. Lo anterior constituye el primer paso, de acuerdo con el axioma de Steinitz, hacia la elaboración de un plan. La elaboración de un juicio y la elaboración de un plan son los temas que se tratan en esta obra. Forman un puente que conducirá al principiante a los elevados niveles en donde no es el impulso, sino el raciocinio, lo que determina la preferencia por determinada jugada, sin que por ello se subestime la significación de lo que lla­ mamos "intuición".
  • 11. CAPÍTULO I PRIMEROS PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRITICO Y PLANEAR LAS .JUGADAS LA TAREA es tan amplia y variada, que se debe tratar poco a po­ co, principiando con los ejemplos elementales antes de abordar problemas difíciles o complicados. En primer lugar, analizaremos posiciones en las que sólo es ne­ cesario poseer conocimientos acerca del valor relativo de las pie­ zas, así como la habilidad necesaria para constatar la certeza de algunas jugadas forzadas. La posición que en seguida se ilustra, es el producto de un regular conocimiento de variaciones de apertura y en la que uno de los bandos obtiene un mate forzado o una ga­ nancia material en piezas. l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AO ; 3. A-4A, A-4A: 4. P-3A, C-3A ; 5. P-40, P X P ; 6. PX P, A-5C jaque; 7. C-3A, C X PR ; 8. Enroque, A X C ; 9. P-50, C-4R ; 10. P X A, C X A ; 1 1 . D-40, C (5A ) --3D ; 12. D X PC, D-3A ; 13. O X D, C X D ; 14. T-1 R jaque, R-1 A ; 15. A-6T jaque, R-IC; 16. T-5R, C (30)-SR: 17. C-20 (NP 1). 1 2 Las blancas ganan el juego con facilidad, ya que ninguno de los Caballos negros se puede mover por el peligro del mate con la Torre, ya sea en SR o en 5C. Pero en cambio, si se juega: 17. . . . P-30 ; 1 8. CXC, PXT; 1 9. CXC mate. No existen ni variaciones ni problemas.
  • 12. 14 CRITilJUO Y TÁ CTICA EN EL AJEDREZ Aún es más sencilla la situación después de: l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A, 4. P-4CD, .A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7. Enroque, C-3A ; 8¡A-3T, P-3D ; 9. P-5R, P X P ; 10. D-3C, D-2D ; 1 1 . T-1R, P-5R ; 1 2. CD-2D, A X P ; 1 3. C X PR, A X TR ; 14. T X A, R-1D ; 15. CD-5C, C-4TD ; 16. C-5R, C X D ; (N9 2). Las blancas dan mate en cuatro jugadas : 1 7. C ( 5R) X P jaque D X C 1 8. C X D jaque R-2D 19. A-5C jaque P-3A 20. T-7R mate El siguiente ejemplo no proporcionará al lector ningún dolor de cabeza: l. P-4R, P-4R ; 2. P-4AR, P X P ; 3. C-3AR, P-4CR ; 4. A-4A, P-5C ; 5. Enroque, P X C ; 6. D X P, D-3A ; 7. P-3D, C-3A ; 8. A X P, A-2C ; 9. C-3A, C-5D ; 10. D-2A, P-3D ; 11. C-5D, D-1D ; 1 2. P-5R, P-3AD ; 1 3. A-5CR, D-2D ; 14. C-7A jaque, D X C ; 15. AX P jaque, R-2D ; (N9 3) . Las blancas dan mate en dos jugadas: 16. D-5A jaque 1 7. P-6R mate C X D El siguiente caso es un poco más complicado: l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A ; 4. P-4CD, A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7. Enroque, C-3A; 8. A-3T, C X P ; 9. D-3C, P-4D ; 10. AX P, C-3D; 3 4 1 1. A X P jaque, R-1 A ; 1 2. T-1R, A-2D ; 1 3. CD-2D, AXP; 14. C-4A, C-4T ; 15. C X C, A X C ; 16. C-5R, A X T ; 1 7. T X A, A-3A ; 18. A-5T, D-3A ; 19. C X A, P-3CR ; 20. T-6R, D-4A; 2 1 . C X PD, D X A ; (NP 4) .
  • 13. PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRÍTICO Y PLANEAR LAS JUGADAS 15 ¡ Las blancas tienen ahora el mate en 14 jugadas! 22. AXC jaque PXA Resulta instructivo observar lo mucho que se puede acelerar el mate desviándose de la variación principal; por ejemplo: 22.... R-2C ; 23. T--7R jaque, R-3T ; 24. A-4A jaque, P-4C; 25. C-5A jaque, R-3C ; 26. 0-7A mate. No tiene mucha impor­ tancia que el perdedor provoque el mate o sufra pérdidas materia­ les definitivas; sin embargo, de acuerdo con nuestros propósitos y para cultivar las facultades combativas, es de suma importancia establecer una distinción precisa entre las dos formas de obtener una ventaja decisiva: la oportunidad de dar mate, o de adquirir suprt>­ macía material. 23. T-6A jaque R-2C Sería demasiado proporcionar un análisis completo de la posi­ ción y, por lo tanto, sólo nos limitaremos a la principal variación, pero sería conveniente que los lectores examinaran cuidadosamente todas las ramificaciones posibles. 24. T-7A jaque, R-3T ; 25. D-3R jaque-, 0-4C ; 26. C-5A jaque, PXC ; 27. T-6A jaque, R-4T; 28. 0-3T jaque, 0-5T; 29. OXP jaque, 0-4C ; 30. D-3T jaque, 0-5T; 31. P-4C jaque, R-4C ; 32. T-5A jaque, R-3C ; 33. OXO, P-3TR ; 34. 0-5T jaque, R-2T: 35. 0--7A mate. Los ejemplos proporcionados hasta ahora poseen un elemento común: en todos los casos, la posición conduce a un mate forzado: por lo tanto, nuestro tema puede resumirse en esta forma: Juicio: Las blancas (o las negras) ganan. Planeamiento de las jugadas: La continuidad adecuada para llegar al mate. A continuación presentamos algunos ejemplos en los cuales la variación principal también conduce al mate, pero la parte perde­ dora tiene una o dos oportunidades de escapar, si bien mediante una importante pérdida material, que quita al ejemplo su carácter forzado. Otro aspecto importante de la llamada Variación de Viena st> desarrolla en la forma siguiente: l. P-40, P-40 ; 2. P-4AO, P-3R; 3. C-3AR, C-3AR: 4. A-5C, A-5C jaque; 5. C-3A, P X P ; 6. P-4R, P-4A ; 7. AXP, PXP ; 8. C X P, D-4T ; 9. AXC, A X C jaque; 10. PX A, DXP jaque; 11. R-1A, DXA jaque; 12. R-1C, enroque; 13. D-4C (N9 5). Ahora es oportuno juzgar el valor de la Variación de Viena
  • 14. 16 CRITERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ tomada en su conjunto, para tener la certeza de que dicha varia­ ción produzca una ventaja definitiva. No valdría de nada desechar la partida con la anotación : "las blancas tienen oportunidad de 5 atacar", cuando en realidad pueden forzar el mate o tomar a la dama.Continuamos: J.3..... Forzada. 14. D-4A 15. P--5R 16. PXC P-3CR C-2D CXA Aún existe amenaza de mate moviendo: 17. D--6T, etc. 16. ... R-1T 17. T-1AD Importante maniobra intermedia destinada, en primer lugar, a salvar a la Torre del ataque de la Dama. 17. D-4D Las otras jugadas pueden ser aún peores. 18. D-6T T-1CR 19. C-3A l. 19.. . . , P-4CR; 20. P-4TR, T-3C (no tiene otra cosa mejor) ; 21.D-BA jaque, T-IC; 22.D X P (ahora 23. CXP o 23. PX P son las jugadas inminentes), 22.... D-2D; 23. C-5R (las negras no pueden arriesgarse al cambio de Da­ mas, porque 24. C X D significaría el mate, y otras jugadas de la dama conducirían a resultados similares ) , 23. D-7D; 24. D X P jaque, RXD; 25. PXP mate, o bien:
  • 15. PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRfTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAll 17 l . (a) 20. .· . . P-4R (preparando A-4A para proteger al peón en 2TR) ; 2 1 . T X A !, TD X T ; 22. C X PC, T-8A ja­ que ( las negras no pueden proteger a 2TR sin abandonar 2AR) ; 23. R-2T, T X T jaque ; 24. R X T, T X C (no tiene nada mejor) ; 25. PXT y ya no existe ninguna defensa para el mate en 20. 2. 19. . . . D-4TR ; 20. C-50 (nuevamente un sacrificio sor­ presivo) . Las negras únicamente pueden detener el mate sacrificando a la Dama por el Caballo. l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ; 4. A-50, CD-2D ; 5. P-3R, A-2R ; 6. C-3A, P-3CD? ; 7. PX P, PX P; 8. A-50, A-20 ; 9. C-5R, Enroque ; 10. A---6A, A X A ; 1 1 . C X A, D-1R ; 12. C X A jaque, D X C ; 1 3. C X P, D-5R ; 14. C X C jaque, P X C ; 15. A---6T, D X PC ( la Variación de Pittsburg) (NP 6) . 6 7 Las blancas obtienen ahora una ventaja decisiva con la jugada sorpresiva : 16. D-3A, ya que si se efectuara : 16. . . . DXD, existiría mate después de : 1 7. T-10 jaque, R-1 T ; 18. A-70 jaque, R-10; 19. A X P ja­ que de descubierta, y así sucesivamente, en tanto que después de : 16. . . . D-30 ; 1 7. A X T, T X A ; 18. Enroque 1 las blancas han ganado en el cambio de piezas y pueden ahora iniciar un -ataque vigoroso (NP 7). Del análisis de esta posición, quizá se presente una pregunta : ¿ Cómo debo planear mis jugadas? ¿Cómo hacer para convertir la supremacía material en victoria? Sería una tarea tan inaudita J Enroque a TD. (N. del T.).
  • 16. 18 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ como ingrata escribir un libro sobre los diferentes métodos para hacer que la ventaja material logtada produzca sus frutos. Casi siempre se puede ganar de muchas maneras y, por lo general, no se presenta ninguna dificultad. Imagino también que habrá muy pocos novatos que emprendan una tarea tan grande ; los progresos alcanzados en el curso de sus estudios harán que les resulten obvio> y faltos de interés. Sin embargo, resulta interesante hacer unas cuantas observa­ ciones a este respecto. l. Si se ha alcanzado una ventaja material, la conducta a se­ guir es simplificar la posición por medio de cambios, dentro de ciertas limitaciones, en la forma siguiente : (a) No haga el cambio en fmma automática, ya que exis­ ten posiciones en las que puede perder el efecto de la superioridad en piezas. (b) En los finales de juego T y A vs. T, T y C vs. T, y T vs. A, o T vs. C, casi siempre su superioridad es res­ tringida, aunque existan unas cuantas excepciones. En consecuencia, la simplificación no debe llegar muy lejos en los casos mencionados. Pero siempre que quede un simple peón en el tablero, habrá lo suficiente para llegar. 2. No se piense que el triunfo vendrá por sí solo en ningún caso. Si se desea obtener todo el beneficio de la ventaja material alcanzada, se debe operar en provecho propio. Una Torre vale más que un Alfil siempre y cuando se sepan utilizar en forma adecuada. No se deben aceptar complicaciones a menos que exista una necesidad ineludible. Sucede con bas­ tante frecuencia que el jugador que tiene la ventaja por poseer mayor número de piezas, se inclina a jugar en una forma pasiva, en espera de los acontecimientos. Esta es posi­ blemente, la peor actitud, y ha resultado fatal a no pocos. 3. Sólo el ataque puede hacer fructífera la ventaja material. Por lo tanto, el juego deberá ser agresivo, aunque, desde lue­ go, no descuidado. Una vez que se posee la iniciativa, aumen­ tan las potencialidades de los cambios a voluntad. (Ver NP 1). De acuerdo con lo anterior, repasaremos con mayor detalle las variaciones que acabamos de examinar. (Ver Diagrama NP 7). Después del enroque, continuamos : 18. R-lT Más o menos obligado a causa de la amenaza 19. T-lC.
  • 17. PASOS PARA FORM AR UN JUICIO CIÚTICO Y PLANEAR LAS JU G ADAS 19 Ahora las blancas deben mover una Torre a 1-CR ; pero, ¿cuál de las dos? ¿ La Torre del Rey, porque después de 19. TD-1C, la Dama negra se podrá mover a 6D? Mal razonado. No se deben tomar las cosas por concedidas. Ya que después de la pro­ blemática incursión de la Dama negra, 20. D-4C, gana el Caballo a causa de la amenaza de mate. En consecuencia, importa muy po­ co cuál sea la Torre que ejecute el movimiento. Las blancas juegan : 19. TD-1C D-3T ¿ Qué hacen las blancas ahora? Pueden elegir entre las siguien­ tes líneas de acción : l. 20. D-6A, ganando un Peón. 2: 20. T-3C, seguido por 2 1 . TR-1C, continuando el ataque del flanco del Rey, es preferible, y no : 3. 20. D-4A, cambiando Damas. La formación de Peones blancos del flanco del Rey puede ser desbaratada y enton­ ces el triunfo costará más trabajo (ejemplo del "cambio cues­ te lo que cueste" ) . 4. 20. T-4C, seguida por 2 1 . D-4A. En esta forma, el cambio de Damas no implica ningún daño en la formación de los Peones blancos. Dicho lo anterior, la mejor forma en que las blancas pueden continuar la partida es : 20. T-3C, como secuela similar con 20. . . . P-4AD ; 2 1 . TR-1C, con la amenaza de 22. T-3T, para blo­ quear a la Dama contraria. Pero incluso ahora, las negras tienen el recurso de 2 1 . . . . P X P ; 22. T-3T, T-1 A jaque ; 23. R-1C, D-l A ; pero las blancas forzan la victoria con 24. D-SA. Una al­ ternativa después de : 2 1 . TR-1C, sería : 2 1 . . . . T-1 A ; pero las blancas ganan jugando : 22. D-6A. Incluso en las posiciones en que uno de los bandos ha logrado superioridad material, se pueden hacer combinaciones, y se podría decir que especialmente en dichas circuntancias. Proporcionamos a continuación algunas posiciones en las que la cuestión principal no es el mate, sino únicamente una prepon­ derancia en material. Con esto queremos decir una ventaja de dos Peones, o el cambio, o quizá una pieza con minoría de uno o dos Peones. Cuando el exceso de material esté representado por una Torre o la Dama, la posición puede ser anormal : l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ;
  • 18. 20 CRITERI O Y TÁCT I CA EN EL AJEDREZ 4. C-3A, P-4A ; 5. A-5C, P X PD ; 6. CRXP, P-4R ; 7. C (4D)-5C, P-3TD ; 8. C X P, PX C ; 9. C X C jaque (N� 8) . Una trampa bien conocida por medio de la cual parece que las blancas ganan el cambio después de : 9. . . . PX C ; 10. DXD jaque, R X D ; 1 1 . A X P jaque. Sin embargo, las negras tienen una línea más fuerte en : 9. 10. A X D 1 1 . D-2D 12. R X A D X C A-5C jaque AXD jaque PXA Y las negras quedan con una pieza de ventaja. l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD ; P-4AD ; 4. PX PD, PR X P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, C-3A ; 7. 8 9 A-2C, A-2R ; 8. Enroque, enroque ; 9. A-5C, P-5A ; 10. C-5R, D-3C ; 1 1 . A X C, A X A; 12. C X PD, D X PD? (N� 9). Las blancas ganan una pieza : 1 3. C X A jaque 14. cxc 15. C-7R jaque 16. TD X D P X C D X D R-1T Una maniobra bien conocida se presenta en algunas otras po­ siciones, como, por ejemplo : • l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4AD; 4. P X PD, PRX P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, P-5A ; 7. A-2C, A-5CD ; 8. Enroque, CR-2R ; 9. P-4R, enroque ; 10. C X P, C X C ; 1 1 . P X C, D X P ; 12. P-3TD, (para librar a 7R del Caballo blanco) , A-4T ; 13. C-5R, D X P ; 14. C X C, D X D;
  • 19. PASOS PARA FORMAR UN .JUICIO CRiTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAS 21 15. C-7R jaque, R-lT; 16. TXD, y nuevamente las blancas ga­ naron una pieza. l . P-4AD, C-3AR ; 2. C-3AD, P-3R; 3. P-4R, P-4A ; 4. P-3CR, P-4D; 5. P-5R, P-5D; 6. PXC, PXC; 7. PCXP, DXP; 8. P-4D, PXP ; 9. PXP, A-5C jaque ; 10. A-2D, DXP ; l l . AXA, D-5R jaque; 12. A-2R, DXT; 13. D-6D, C-3A (N9 JO). Las blancas ganan mediante una combinación que requiere calcularse de manera precisa: 14. A-3AR DXC jaque 15. R-2R y ganan, porque 15. . . . DXT, fracasa después de jugar 16. AXC jaque, con mate en la siguiente jugada. l. P-4D, P-4D; 2. P-4AD, P-3R; 3. C-3AR, G-3AR ; 4. C-3A, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. P--3CD, P-4A ; 7. A-3D, P-3CD ; 8. Enroque, A-2C; 9. A-2C, G-3A; 10. T-1A, T-1A; 1 1 . D-2R, PAXP ; 12. PRXP, PXP ; 13. PXP, CXP ? ; 14. CXC, DXC (N9 11). JO 11 Las negras han sido demasiado ambiciosas y expusieron a su dama a un ataque indirecto en forma descuidada, error común en este tipo de apertura, que aquí recibe un breve comentario. 15. C-5D D-4A 16. AXC Y ahora : J. 16. . . . AXA ; 1 7. D-4R y gana. 2. 16. . . . PXA ; 1 7. D-4C jaque, R-1T; 18. D-4T, P-4A; 19. CXA, etc.
  • 20. 22 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ l. P---4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. e-3AR, e-3A; 4. e-3A, P X P ; 5. P---4TD, P-3R ; 6. P---4R, A-5e ; 7. P-5R, e-5R ; 8. D-2A, D-4D ; 9. A-2R, 4AD; 10. Enroque, exe ; 1 1 . P X e, P X P ; 1 2. P X P, P-6A ; 1 3. A-2D, D-4T ; 14. A X P, A X A ; 15. T-3T , A-2D ; 16. T X A, A X P (N9 12). Otro ejemplo de avaricia castigada. Las blancas dominan en una forma sorpresiva moviendo a : 1 7 . A-5e jaque Y ahora : l. 1 7. . . . D X A ; 1 8. T-8A jaque, R-2R ; 19. D-7A jaque, e-2D ; 20. D-6D mate. ( Si se jugara 19. . . . D-2D ; 20. D-5A jaque, y mate a la siguiente jugada) . 2. 1 7. . . . A X A ; 18. T-8A jaque, R-2D ; 1 9. T X T, y gana, pues si se jugara : 1 9. . . . A X T ; 20. D-8A jaque, con el mate a continuación. l. P---4R, P-3AD ; 2. P---4D, P---4D ; 3. PX P, P X P ; 4. P--4AD, e-3AR ; 5. e-3AD, e-3A; 6. A-5e, P X P ; 7. P-5D, e---4TD ; 8. P-4eD, P X P al paso; 9. PX P, P-3R ; 10. A-5e jaque (N9 13) . 12 13 Las blancas obtienen la ventaja después de : 10. . . . R-2R; 1 1 . P-6D jaque, D X P ; 1 2. D X D jaque, R X D ; 13. T X e. Si las negras juegan : 10. . . . A-2D (en vez de R-2R) , la se­ cuela sería : 1 1 . AX e, con las dos alternativas siguientes para con­ tinuar : (a) 1 1 . . . . D X A ; 1 2. A X A jaque, RXA ; 1 3. PX P jaque doble, o bien, (b) 1 1 . . . . P X A ; 12. A X A jaque, D X A ; 13. eR-2R, con un juego favorable para las blancas que amenazan T X e -aun cuando no en la jugada 1 3, porque si se jugara 13. T X e (en vez de eR-2R) , resultaría A-5e-, y el Rey negro se encuentra en situación precaria.
  • 21. PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRÍTICO Y PLANEAR LAS JUGADAS 23 1: P-4R, P-3AD ; 2. P--4D, P--4D ; 3. C-3AD, P X P ; 4. C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4TR ; 6. A-5CR, P-5T ; 7. A X C, P X C ; 8. A-5R, D--4T jaque ; 9. P-3A, T X P (NP 14). Las 14 15 blancas han permitido la captura de 2TR, porque el Alfil controla aquella importante casilla. Por consiguiente, pueden jugar con toda confianza 10. T X T. Sin embargo, esta confianza es rudamente sa­ cudida por la sorprendente maniobra : 1O. . . . D X A jaque ; 1 1 . PXD, PXT, y después de coronar a su Peón negro, quedan con una pieza de ventaja. Finalizaremos este capítulo con un ejemplo un poco más com­ plicado. l . P-4R, P-3AD ; 2. P--4D, P--4D ; 3. C--3AD, P X P ; 4. C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4R ; 6. C-3A, P X P ; 7. C X P, A--4AD ; 8. D-2R jaque, A-2R ; 9. A-3R, P--4A ; 10. C (4D) - 5A, enroque ; 1 1 . D--4A, T-1 R ; 1 2. A-3D, P-3CD ; 1 3. Enro­ que TD, A-3T (NP 15}. Las negras han dejado a su Dama expuesta a los ataques de la Torre en la columna abierta de la Dama, con la seguridad de que la Dama blanca está en prise. Sin embargo, éstas pasan por alto el punto, como lo demuestran las siguientes variaciones : 14. C-6T jaque, P X C ; 15. A X P jaque, y ahora : J. 15. . . . R X A ; 16. D X P jaque, R-1 T ; 17. T X D, AXT; 18. C-5T. 2. 15. . . . C X A ; 16. D--4C jaque, R-1T ; 1 7. T X D. (a) 17. . . . T X T ; 18. D-4R. (b) 17. . . . A X T ; 18. D-3A. 3. !5. . . . R-lT (el mal menor) ; 16. T X A, A X D ; 1 7 . TXT jaque, CXT; 18. A-4R, C-3AD ; 19. A X C.
  • 22. CRlTBIUO Y TÁC'l'ICA BN BL AJEDREZ Quedando las blancas con dos importantes Peones de venta, ya que el Peón TR de las negras es eliminado. En todos los ejemplos ilustrados en este capítulo hemos tocado únicamente en forma ligera nuestro tema principal: el juicio y for­ ma de planear las jugadas en el ajedrez. Sin embargo, debemos po­ ner la atención debida a posiciones que presenten la posibilidad del mate o de una ganancia material substanciosa. La solución del pro­ blema en cada caso, depende de cierta dosis de estrategia táctica más bien que del juicio de la posición. Es muy fácil que pase por alto estas posibilidades un jugador que preste demasiada atención a las consideraciones relativas a la posición. Sin embargo, aún quedan por tratarse los problemas mayores.
  • 23. CAPÍTULO II MAYORíA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA BOTVINNIK-KMOCK, Leningrado, 1934 l . P--4R, P-:iAD; 2. P--4D, P--4D; 3. PXP, PXP; 4. P--4AD, C-3AR; 5. C-3AD, C-3A; 6. A-5C, P-3R; 7. P-5A, A-2R; 8. A-5C, enroque; 9. C-3A, C-5R; 10. AXA, CXA; 11. T-1AD, C-3C; 12. Enroque, A-2D; 13. A-3D, P-4A; 14. P-4CD (N? 16). 16 El comentario de la "teoría" sobre este ejemplo típico es: "Las blancas tienen una posici6n superior". El jugador medio podría preguntar: "¿Por qué es superior la posici6n de las blancas?" Cada bando tiene igual número de pie­ zas: la Dama, las dos Torres, los dos Caballos, un Alfil y siete Peones. No se puede decir que las blancas hayan progresado más que las negras; al contrario, el Caballo negro, colocado en la mi­ tad del tablero de las blancas, se ve especialmente amenazador. Las piezas de cada bando tienen poco más o menos la misma movilidad, una pieza un poco más, otra un poco menos, pero no se puede ob­ servar ninguna disparidad considerable. Ninguno de los dos R,eyes está expuesto a un ataque directo, así que el lector se volverá a pre­ guntar: "¿Por qué es mejor la posici6n de las blancas, y por qué se podría llamar a esta ventaja, la ventaja de la victoria? Sin duda, muchos ajedrecistas podrán dar la respuesta adecua-
  • 24. 26 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ da inmediatamente ; sin embargo, no serán pocos para quienes la repuesta será una frase estereotipada vacía de un significado efecti­ vo : Las blancas tienen mejor posición porque tienen mayoría de Peones en el flanco de Dama. Examinemos en primer lugar este dictum en detalle. Tanto las blancas como las negras poseen siete peones, pero, y éste es el punto crucial, no están distribuidos de manera uniforme en sus res­ pectivos frentes. Si dividimos el tablero en tres secciones trazando dos líneas verticales entre las columnas de AD y D, y AR y R, res­ pectivamente, ·Como se ilustra en el diagrama número 17, la sección II IU 17 1 representa el flanco de Dama, la sección 11, el centro, y la sec­ ción 111, el flanco del Rey. En posiciones como la que se ilustra en el diagrama número 16, que es la que se discute, ambos se han enrocado en el flanco del Rey, y observamos que las blancas tienen más Peones que las ne­ gras en el flanco de Dama -tres por dos-, en tanto que esta pro­ porción se encuentra a la inversa en el centro, donde las negras tie­ nen dos Peones por uno. En el flanco del Rey, tanto las blancas como las negras tienen igual número de Peones. Este, desde luego, es un caso ·particularmente claro. El Peón blanco en 5AD no tiene nada que hacer con los Peones negros de la derecha, lo que sería distinto si estuviera colocado, digamos, en 3AD. Se puede decir que en el flanco de Dama existe una mayoría positiva para las blancas, y que todos los peones restantes pueden catalogarse como pertenecientes al flanco del Rey. En otras pala­ bras, en el diagrama número 16, las blancas tienen una mayoría de 3-2 en el flanco qe la Dama y las negras una mayoría de 5-4 en el flanco del Rey. El Peón del frente del ala mayoritaria de las blan­ cas ha rebasado al Peón negro del Rey, y en consecuencia, las ca­ denas de Peones del flanco opuesto quedan independientes unas de
  • 25. MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 27 otras. Sin embargo, el punto básico es que las blancas pueden agre­ gar un Peón pasado a su ala mayoritaria, en tanto que las negras, con su mayoría de 5-4 en el flanco del Rey, por regla general no po­ drán hacerlo. Desde luego, esto no depende únicamente de la aritmética. De­ ben tomarse en consideración lo desahogado o difícil de una posi­ ción, con o sin Peones doblados, en donde no siempre es fácil ob­ tener un Peón pasado y puede ser necesario hacer un sacrificio a efecto de lograr este resultado. Por ejemplo, la colocación de los Peones blancos puede ser 2TD, 3CD y 4AD, contra los Peones ne­ gros colocados en 4CD y 5AD en el terreno de las blancas; o los Peones blancos en 2TD, 2CD y 3CD, contra negros colocados en 7TD y 7CD en el campo de las blancas. Este no es el caso de la posición que analizamos. Si no existen complicaciones, las blancas siempre podrán forzar un Peón a 5CD, con o sin un preliminar P--4TD, de manera que en todo momento se tenga la seguridad de procurarse un Peón pasado. Sin embargo, en bien del argumento, supongamos que tanto las blancas como las negras tienen las mismas oportunidades de pro­ curarse un Peón pasado ; aun en este caso, la mayoría de Peones del flanco de Dama deberá considerarse como una ventaja. Resumidas, a continuación se dan algunas razones para que es­ to sea así: l . El Peón pasado en el flanco de Dama está a gran distancia del Rey contrario, por lo que éste no puede detener su avance : algo por el estilo sucede con IÓs Peones pas·ados dis­ tantes en los finales de Peones. 2. Es más difícil forzar el paso de un Peón pasado en el flanco del Rey, y a menudo se hace necesario el avance de Peones cuya función específica es proteger a su Rey. Sin embargo, si se posee este conocimiento, conviene no confun­ dirlo con un talismán, ya que existe el peligro de desvirtuarlo. La mayoría de Peones en el flanco de Dama, aun cuando sea de l-0, constituye una ventaja si el jugador sabe aprovecharla. Ahora aproximémonos un poco más a la médula de lo que cons­ tituye nuestra tarea de formar juicios y elaborar planes. La primera parte no es difícil : las blancas o las negras llevan ventaja a causa de la mayoría de Peones en el flanco de Dama. Pero no nos conformemos con meras generalidades. Al decidir sobre el plan, debemos tener la certeza de que el otro bando no tiene alguna ventaja compensadora, determinando si existen o no factores
  • 26. 28 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ en la formación enemiga que contrarresten la ventaja posicional de mayoría de Peones en el flanco de Dama. Ahora llegamos al siguiente paso de nuestra demostración, o sea, la forma de explotar la ventaja de poseer mayoría de Peones en el flanco de Dama. Para el efecto, nos remitiremos nuevamente al N9J6. 14. . . . 15. P-3C A-IR Al impedir 9. C-SA o 5T, la siguiente jugada retarda un posible ataque de las negras sobre el flanco del Rey. 15. 16. T-lR 17. P-3TD T-lA D-3A Las blancas toman la cosa con calma. 17. C-2R No hay mejor, ya que libra a SR del CR blanco. La mejor continuación es 1 7. . . . C X C; 18. T X C, P-SA; con las posibili- dades en contra sobre la columna AR. · 18. C-5R 19. P-3A D-3T C-7A Interesante. Si las blancas se apoderan del Caballo, hay jaque perpetuo: 20. R X C, DXP jaque ; 2 1 . R-3R, P-5A jaque; 22. PXP, DXP jaque ; 23. R-2R, D-7T jaque, etc. 20. D-2R C-6T jaque 21. R-2C P-4CR 22. C-5C A X C No puede permitir que el caballo llegue a 6D, donde ocuparía una posición dominante. 23. AXA T-3AR 24. A-7D La preparación final para el avance sobre el flanco de Dama (N' 18). 24. ... 25. P-5C T-1D D-4T Como las negras no pueden impedir en ninguna forma la eje­ cución del plan de las blancas, hacen un último y desesperado in-
  • 27. MAYOIÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 29 tento para obtener algunos resultados positivos sobre el flanco del Rey. 26. P-6A T-3T Con la amenaza de 27. C-5A jaque, seguida por . . . DXPT jaque, que, no obstante, las blancas nulifican fácilmente protegiendo su Peón del Rey. 27. R-1T Las negras se retiran, ya que son impotentes para detener el avance del Peón infiltrado de las blancas : 27. . . . PXP; 28. PX P, C-1A ; 29. P-7A, T-1A; 30. C-6A, con la doble amenaza de 31. AXP jaque o 3 1 . AXC, seguida por C-7R jaque. Resulta evidente que las blancas deben su triunfo a la mayoría de Peones en el flanco de Dama, pero debe notarse que se tuvo que trabajar para lograrlo. Hubo muchas oportunidades de hacer ju­ gadas equivocadas, y en varias ocasiones fue necesario encontrar la jugada precisa para detener el avance del ataque sobre el flanco del Rey negro ( 15. P-3CR, 20. D-2R, y 27. R-1T) Hubo que sincronizar con precisión las jugadas preparatorias al avance de sus 18 Peones por el flanco de Dama ( 1 7. P-3TD, 18. C-5R, 22. C-- 5CD y 24. A-7D) sin las cuales el avance de sus Peones sobre el flanco de Dama hubiera sido prematuro. Lo anterior es el curso de operaciones que se puede resumir en la forma siguiente : l. Juicio y análisis de las oportunidades en contra del oponente 2. Preparación cuidadosa de la propia acción. Podemos extendernos sobre el tema regresando a los diferentes tipos de complicaciones que pueden influenciar sobre el curso de los acontecimientos. Pero éstos resultarán muy claros cuando se ana­ licen los ejemplos que se dan de aquí en adelante. Sin embargo,
  • 28. 30 CRI TERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ deseamos hacer resaltar un punto, que se refiere a la culminación de los esfuerzos de las blancas para convertir su mayoría de Peones en una ventaja para obtener la victoria. En la posición que se ilustra en el NP 16, sonará la hora cero cuando las blancas, después de varias maniobras que abarcan me­ didas tanto defensivas como ofensivas, piensen que ha llegado el momento de hacer la jugada decisiva P-6A. ¿ Tendrá este Peón, en este preciso momento, el suficiente apoyo para vencer cualquiera de las posibles medidas defensivas, directas o indirectas, que el oponente puede poner en juego? Sin embargo, no se ha encontrado ( afortunadamente) un mé­ todo que solucione todos los problemas y elimine todos los peligros en el ajedrez, por lo que debemos contentarnos con indicar princi­ pios que sirvan de guía, así como ideas y sugestiones para ayudar al criterio y a la imaginación del jugador. A continuación examinaremos varios ejemplos que ilustran dis­ tintas formas de mayoría de Peones en el flanco de Dama. Se mostrarán con menores detalles y servirán el doble propó­ sito de : l. Dilucidar con mayor amplitud las ideas asentadas, )' 2. Mostrar otros aspectos de mayoría de peones, así como sus características. 19 BOTVINNIK-KONSTANTINOPOLSKY, Sverdlovsk, 1 943 l. P-4R, P-3AD ; 2. P-4D, P-4D ; 3. PX P, P X P ; 4. P-4AD, C-3AR ; 5. C-3AD, C-3A ; 6. A-5C, P-3R ; 7. C-3A, A-2R ; 8. T-1A, enroque ; 9. P-5A, C-5R ; 10. A X A, D X A ; 1 1 . A-2R, A-2D ; 12. P-3TD (NP 19).
  • 29. MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 31 Esta posición muestra una gran similitud con el ejemplo anterior. Aquí, también las blancas tienen mayoría de Peones en el flanco de Dama, contra la cual el caballo negro colocado en 5R no es su­ ficiente compensación. Nuevamente el plan de las blancas tendrá que abarcar : proteger su formación de Peones en el flanco de Dama, obteniendo el dominio de la casilla 6AD, y también la 7AD, si es posible, así como el avance de P-6AD, después de P--5CD. Durante estas operaciones, la casilla 5R de las blancas adquiere una importancia especial, ya que el Caballo apostado allí ayuda a que las blancas tengan el dominio de 6AD. Después de estas observaciones es fácil entender el curso pos­ terior del juego. 12. P-4A Fine critica con justicia esta jugada, ya que debilita la casilla 4R de las negras y se pone a merced de su oponente. La jugada correcta era : 1 2. . . . P-3A ; 13. P-4CD, C X C ; 14-T XC, P-3TD ; 15. Enroque, TD-1D ; con el objeto final de obtener un Peón R pasado, como compensación a la mayoría de Peones del flanco de Dama 13. A-5C A menudo es esencial actuar con rapidez. La amenaza del siguiente movimiento es 14. AX C, seguido por 15. C-5R y el gra­ dual predominio de su mayoría, ya que las negras están práctica­ mente impotentes a causa de la sólida posición del Caballo blan­ co en 5R. 1 3. C-4C Esta maniobra es contra las intenciones de las blancas de ocu­ par SR con un Caballo, pero a costa de dar otro paso atrás. 14. A X C 15. DXC 16. D-4A 1 7. Enroque C X C jaque PXA TD-1R P-4R La única forma en que las negras se pueden librar de su Peón rezagado 18. D X PR D X D 19. PXD T X P (N9 20). Ahora, la partida ha asumido un carácter completamente dis­ tinto. Es cierto que aún existe la mayoría de Peones blancos, pero
  • 30. 32 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ el Peón D apoyado de las negras es un punto no menos valioso. Sin embargo, las blancas se han procurado una nueva ventaja : tienen un buen Caballo contra un mal Alfil de las negras. El Alfil es malo porque los Peones negros están colocados en su mismo co­ lor y, en consecuencia, su movilidad queda estrictamente restringi­ da. El Caballo es fuerte, ya que tarde o temprano podrá apode­ rarse de la casilla 4D, donde estará a salvo tanto de los Peones como del Alfil. El manejo de este tipo de posición se mostrará en el Capítulo IV, donde nuevamente nos referiremos a la posición NP 20. 20 21 l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ; 4. A-4T, C-3A ; 5. Enroque, C X P; 6. P-4D, P-4CD ; 7. A-3C, P-4D ; 8. P X P, A-3R ; 9. P-3A, A-2R ; 10. T-1R, enroque ; 1 1 . CD-2D, C-4A; 1 2. A-2A, P-5D ; 1 3. P X P, C X PD ; 14. C X C, D X C ; (Nv 21). Los textos anteriores sobre ajedrez encontraban defectuosa la posición de las negras por varias causas. Se supuso erróneamente que, con las Damas todavía sobre el tablero, la posición de las blan­ cas era por completo satisfactoria y con buenas oportunidades para efectuar un ataque por el flanco del Rey. Además, después del cambio de Damas, las blancas pensaban tener todavía un juego sa­ tisfactorio a causa de su mayor dominio de espacio y por la favo­ rable disposición de sus fuerzas. En esta última conclusión se excluyó completamente en los cálculos el significado real de la mayoría de Peones en el flan­ co de Dama. Como prueba de lo que se afirma, a continuación damos dos ejemplos sobre la forma de utilizar esta posición, en juegos ver­ daderos.
  • 31. MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 33 DR. LASKER-DR. TARRASCH, San Petersburgo, 1914. 15. C-3C ; la mejor, dadas las circunstancias. Las blancas no temen que les quede un Peón doblado, ya que sus piezas entra­ rán más rápidamente en juego. Además, cuando se trata de dete­ ner el avance de una mayoría de peones, un Peón doblado es más bien una ventaja. 1 5. . . . C X C ; 16. P X C, D X D ; 1 7. T X D, P-4AD ; 1 B. A-2D, TR-1D ; 19. A-5T, T X T jaque ; 20. T X T, P-3A ; 21 . A-3A, P X P ; 22. A X P, T-1 D ; las negras juegan con energía. Obligan al cambio de Torres porque, con solamente los Alfiles sobre el tablero, el Peón doblado se convierte en un punto débil. La secuela demuestra este hecho. 23. TXT jaque A X T 24. P-4A R-2A 25. R-2A A-3A 26. A-6D A-5D jaque 27. R-3A A-4D jaque 2B. R-4C R-3R 29. A-BA R-2A 30. A-6D AX PCR 3 1 . A X PT R-3R 32. A-BA R-4D 33. R-5C A-3A jaque 34. R-6C A-5R jaque 35. P-5A R-4R 36. A X PC A X P jaque 37. R-7A (N!' 22). 22 Las negras podían haber obtenido ahora una ventaja definitiva jugando 37 . . . . A-3R jaque ; 3B. R-BA, A X A jaque ; 39. R X A, A X P. Pero eligieron una continuación inferior :
  • 32. 37. 38. A X A 39. R X A 40. P--4T CRITDIO Y TÁCTICA BN BL AJBDRBZ AR X A R X A P--4T R-5C Después de lo cual las blancas se aseguran la retirada por la dudosa jugada 41 . R--6C, como sigue : 41 . R--6C R X P 42. R-5A R--6C 43. R--4R R-7A 44. R-5D R--6R 45. R X P R--6D 46. R X P R-7A 47. R X P RX P (6C ) Una cosa se destaca claramente de este ejemplo : la mayoría de Peones en el flanco de Dama puede, en las últimas etapas de final de juego, asumir las mismas características que se pueden obtener en el caso del "lejano Peón pasado". H. JOHNER-DR. M. EUWE, Zurich, 1934 Del NP 21: 15. D-2R 16. C-3A 17. D X D 18. A-3R TR-1D D-5AD A X D (En un juego Joss-Euwe del mismo torneo, siguió : 18. A-5C, A X A ; 19. C X A, A--6D; 20. A X A, T X A ; 21. T-2R, T--4D, emparejando la ventaja de las negras) . 18. 19. A--4R 20. A X A 21. TR-1D 22. T X T C-3R A--4D TXA TD-1D TXT (NP 23). Ya resulta claro que la mayoría de Peones negros en el flanco de la Dama representa una sólida ventaja, en tanto que no existe en absoluto ningún método por medio del cual la mayoría de Peones negros en el flanco del Rey pueda hacer algo. Por cierto que el Peón blanco en 5R representa un punto débil definitivo, ya que la necesidad de defenderlo aumenta la tensión en las líneas de las blancas.
  • 33. MAYORfA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 35 23. R-lA R--IA 24. T-IA Pérdida de un tiempo que deja a las blancas enteramente sin qué hacer. 24. 25. R-2R 26. T-lD 27. R X T 28. C-2D P-4AD R-IR T X T R-2D P-4C Deteniendo P-4A de las blancas que protege al Peón del Rey. El resto ya no ofrece ninguna dificultad. 29. P-3A, R-3A ; 30. P-3CR, R-4D ; 3 1 . P-4A, P X P ; 32. P X P, C X 5D; 33. C-lA, R-5R ; 34. R-2D, C-4A ; 35. C-3C jaque; C X C ; 36. P X C; R-6A ; 37. R-3D, R X P; 38. P-5A, P-4TR; 39. A-6T, P-5T; 40. P-6A, A-ID ; 41. P-6R, P X P ; 42. P-7A, A-2R; 43. P---8A(D) , A X D ; 44. A X A, P-6T ; 45. A X P, P-4R ; las blan­ cas abandonan. ELISKASES-FLOHR, Semmering, 1937. l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3. C-3AD, P-4D ; 4. A-4A, A-2C ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, P-4A ; 7. PX PD, C X P ; 8. A-5R, C X C ; 9. P X C, P X P ; 10. A X A, R X A ; I l . PAX P, D-4T jaque ; I2. D-2D, C-3A ; I 3. A-2R, TID, (N� 24). 23 24 Teóricamente, el juicio de esta posición es : las negras tienen mejores oportunidades. Ya para ahora, el estudiante habrá progresado lo suficiente pa-
  • 34. 36 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJ'EDREZ ra reconocer la razón de esta conclusión : las negras tienen dos Peo­ nes por uno en el flanco de Dama. Sin embargo, se requiere mucho discernimiento para darse cuenta que esta ventaja, a pesar de la evidente mayoría de las blancas en el centro, constituye un hecho de importancia. Se re­ quieren conocimientos técnicos especiales, desde luego, no para forzar el triunfo, sino aún para deducir de la situación algunas ju­ gadas que den la oportunidad de la victoria. Un jugador inexperto atacará en forma ciega, como el prover­ bial "chivo de una cristalería". Procurará adelantar y forzar el paso de un Peón, que es fácil quede aislado y se pierda con rapidez. Examinemos el curso posterior del juego : 14. D X D Más o menos obligada, porque si se jugara : 14. Enroque TR, D X D ; 1 5. C X D, P-4R ; pierde un Peón. 14. . . . C X D 1 5. Enroque TR Por lo general, no es aconsejable enrocar al Rey lejos de la hostil mayoría de Peones. Debe estar a la mano cuando se necesite ayuda para detener a un peón pasado potencial. En lugar de la jugada indicada en el texto, ésta debió ser 15. R-2D y 1 6. TR-IAD. 15. . . . A-3R 16. P-4R Se deduce que las blancas tratan de explotar su mayoría de Peones en el centro, pero con poco éxito, como se observará. 16. . . . A-50 Ataque indirecto a Peón de Dama. 1 7. TR-1D P-3R Con objeto de aislar a un posible Peón pasado. 18. R-1A El Rey, evidentemente lamentando el haberse enrocado, m1c1a su avance a la posición adecuada. 18. 19. A X A A X C TD-IA Parte importante de la estrategia de las negras en tales casos.: la ocupación de la columna del Alfil de Dama. En primer lugar, amaga a 20. . . . T-7A.
  • 35. MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 20. T-2D 20. TD-IA, TXT ; 2 1 . TXT, TXP. 20. . . . P-4R 2 1 . P-5D 2 1 . TD-lD, C-5A ; 22. T-3D, C-7C. 21 . C-5A 22. T-2R C-3D 23. T-IC T-5A 24. P-3C T( lD) -lAD 25. A-2C T-8A jaque 26. TXT T X T jaque 27. T-lR TXT jaque 28. RXT (Nr 25). 25 37 Las negras han utilizado la columna del Alfil de Dama para forzar el cambio de Torres a efecto de procurarse un final favorable de Caballo contra Alfil (ver el N9 20, Botvinnik-Konstantinopols­ ky) . La forma de conducir este final se tratará más adelante. El papel que aquí representó la mayoría de Peones del flanco de Dama de las negras fue pasivo en general. En realidad, las negras estaban interesadas principalmente en convertir en inofen­ siva a la mayoría central de Peones de las blancas. Pero debe con­ cederse que las negras tuvieron que agradecer a su mayoría de Peones del flanco de Dama la habilidad para alcanzar este objetivo. En posiciones de este tipo, la columna del Alifl de Dama siempre caerá abatida por el dominio de las negras, por lo menos cuando, como en este caso, el Rey blanco no logra llegar a tiempo a la casilla 2D (observamos una vez más el nocivo efecto del enroque de las blancas en la jugada 1 5 ) .
  • 36. 38 ClliTBRIO Y TÁCTICA EN EL AJBDREZ Se debe agregar que aun antes de que tuviera lugar el cambio general de piezas en este ejemplo, las negras estaban en condiciones de utilizar la columna del Alfil de Dama para emprender un ataque contra el aislado Peón TD de las blancas. Lo anterior se verá en el siguiente ejemplo : KOSTIC-GRUNFELD, Teplitz-Schonau, 1922 l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3. C-3AD, P-4D; 4. PXP, C XP ; 5. P-4R, CX C ; 6. PXC, P-4AD ; 7. C-3A, A-2C ; 8. A-5C jaque, A-2D ; 9. A X A jaque, D X A ; 10. Enro­ que, P X P ; 1 1 . PX P, C-3A; 12. A-3R, enroque TR. (N9 26). 26 Teóricamente, la posición se declara a favor de las negras. En seguida proporcionamos, sin notas, la continuación de la partida, la que arrojará más luz sobre nuestro tema. 1 3. T-1C 14-. P-5D 15. A-4D 16. DXA 1 7. C-5R 18. C-4C 19. C-3R 20. TD-1A 21. TXT 22. P-3A 23. P-3C 24. P-5R 25. cxc 26. D-3R 27. D-4D C-4T TR-1A AXA P-3C D-3D D-5A T-4A TD-1AD T X T P-4T D-2A C-5A T X C T-6A T-5A
  • 37. MAYOJÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 28. D-3R 29. P-SR 30. D X D 31. T-lD 32. P X P 33. T-2D 34. P-4A 35. T-2R 36. PX P jaque 37. R-2C 38. R-3A (NP 27) T-7A D-4A T X D PX P T-4T R-2C R-3A P--4CR R X P R-4A 39 Aquí, nuevamente las negras se hicieron dueñas de la columna del Alfil de Dama con el Caballo en 4TR, un puesto efectivo en conexión con el salto a 5AD. Ahora, otra vez las negras juegan pa­ ra simplificar la partida a fin de aprovechar los puntos débiles que las blancas se han creado en el centro. En el diagrama número 27 27 se observan dos Peones blancos que necesitan apoyo, y tarde o temprano las blancas se encontrarán en Zugswang, perdiendo uno de sus peones en la partida. · 38. T-ST jaque 39. R-2C T-4T 40. R-3T T-5T 41. T-2CD R X P 42. T-5C T X P 43. T X P T-7CD 44. T-8T P-4T 45. R-4C P-5T 46. T-8T T-5C jaque 47. R-3A P-4C
  • 38. 40 48. P-4T 49. P-4C 50. R-4R 5 1. T-6T jaque 52. R-5A 53. T-7T 54. R-4R 55. R-3R Las blancas abandonan. CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ R-3A T-6C jaque P-6T R-2C P-5C T-6A jaque T-7A T-7CD Se ha demostrado que para convertir en ventaja la mayoría de Peones en el flanco de Dama, la sincronización del avance de los Peones del flanco de Dama requiere mucho cuidado. Frecuente­ mente tiene que diferirse el verdadero avance en tanto se hacen las preparaciones necesarias, y éstas, junto con el aprovechamiento de las ventajas incidentales (por ejemplo, líneas abiertas) , proporcio­ nan la prioridad.
  • 39. CAPÍTULO 1 1 1 ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA Existe una estrecha relación entre el tema de nuestro último ca­ pítulo y el "ataque sobre el flanco de Dama", aun cuando el aprove­ chamiento de una mayoría en el flanco de Dama no constituya en sí misma un ataque, hablando con propiedad. El ataque que examinaremos a continuación lleva como mira objetivos, peones o piezas definidas, en tanto que en el otro caso, el propósito es efectuar una irrupción de por lo menos un Peón, mien­ tras que la verdadera lucha con frecuencia se desarrolla en otros frentes. El ataque por el flanco de Dama es local y, por su naturaleza, mucho más violento. Un ejemplo práctico ilustrará la idea mejor que las palabras. BOGOLJUBOW-CAPABLANCA, Nueva York, 1924 l. P-4D, C-3AR ; 2. C-3AR, P-4D ; 3. P-3R, P-3R ; 4. A-3D, P-4A ; 5. P-3CD, C-3A ; 6. Enroque, A-3D ; 7. A-2C, enroque ; 8. CD-2D, D-2R ; 9. C-5R, PX P; 10. PX P, A-6T ; 1 1 . A X A, D X A ; 12. CD-3A, A-2D ; 1 3. C X C, A X C. Aquí, el texto dice : las negras tienen mejor posiCión. (N9 28). 28 Iguales Peones, iguales piezas y aproximadamente igual movili­ dad. Cierto que la Dama negra está apostada en el territorio de las
  • 40. 42 CIUftJUO Y TÁ.Cl'ICA llN llL AJEDREZ blancas, pero, si se hace necesario, puede arrojarse de allí o cam­ biarse jugando D-1A. Entonces, ¿ por qué es preferible el juego de las negras? Respues­ ta : Porque tienen oportunidad de efectuar un ataque sobre el flan­ co de Dama. Los tres peones del ala de la Dama blanca colocados en 2TD, 3CD y 2AD tienen posiciones sólidas y bien protegidas ; entonces, ¿ cuáles son las oportunidades para atacar? Se debe decir que el ataque de las negras no depende de movi­ mientos sencillos y aislados, sino más bien de un amplio plan bien urdido. El Peón blanco AD es débil o, para ser más precisos, puede debilitarse. Por el momento está protegido en forma adecuada por el Alfil, pero esta pieza puede cambiarse ; de hecho, el Alfil negro puede forzar su cambio, después de lo cual dicho Peón tendrá que ser protegido por otros medios quizá de menos posibilidades. Enton­ ces el Peón podrá ser atacado en una columna abierta, quizá por una Torre, o poi" dos Torres, por la Dama, y aun posiblemen­ te por el Caballo negro. Queda por contestar la pregunta relativa a que si las blancas podrán, en el momento preciso, echar mano de medidas defensivas adecuadas. No parece que esto sea muy difícil si las blancas tienen igual número de fuerzas a su disposición, pero el problema no es tan sencillo como parece. Mientras las piezas blancas se encuentran comprometidas en la defensa del Peón AD, es muy probable que las negras, sin aflojar la presión, amenacen otros sectores del frente y proporcionen a las blancas problemas adicionales que quizá no sean capaces de resolver. Examinemos la verdadera razón de las dificultades de las blan­ cas, así como la base de las oportunidades para atacar de las negras. La columna abierta AD no es el principal factor, sino el hecho de que las blancas jugaron P-3CD. Si este Peón permaneciera aún en su casilla original en 2CD, las blancas podrían jugar P-3AD y po­ co tendrían que temer. En consecuencia, ¿ fue incorrecta la quinta jugada P-3CD? No. Ya que si llegaramos a tan drástica conclusión, no se podría hacer ninguna jugada en absoluto. La verdadera equivocación ocurrió cuando, en una etapa posterior, las blancas cambiaron su Alfil de Dama en la jugada número 1 1 , ya que aquel cambio produjo "agu­ jeros" en la posición del flanco de Dama (2CD y, más particular­ mente, 3AD) , y estos "agujeros" dieron a las negras la oportunidad de aprovechar la columna abierta AD. En consecuencia, era normal jugar 8. P-3TD (en lugar de 8.
  • 41. .TAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 43 CD-2D ) , impidiendo así definitivamente la maniobra de las ne­ gras en . . . A-6TD. Obsérvese bien que las blancas no podían posponer P-3TD, ni tan siquiera por una sola jugada más, sin exponerse a mayores daños ; por ejemplo : si en la partida que nos ocupa hubieran ju­ gado 9. P-3TD (en lugar de 9. C-5R ) , las negras, al jugar 9. . . . P-4R, también habrían obtenido una mayoría en el centro, así como un juego más libre. Por consiguiente, el juicio de la posición en el N!' 28, es : Las blancas tienen una posición un poco mejor, porque pueden iniciar un ataque sobre el flanco de la Dama blanca por la columna abierta AD, a cuyo ataque ayudará el hecho de que existan "aguje­ ros" en 2CD y 3AD de las blancas. El planeamiento de las jugadas : antes de extendernos sobre estl' particular, estudiemos primero el curso de la partida : 14. D-2D Existen algunas ideas alternativas : l. 14. P-4A, a fin de libertar a su congénere a la mayor bre­ vedad. Amenaza 15. P-5A, estableciendo una mayoría de peones en el flanco de Dama, y en esta forma las negras no tienen más re­ medio que cambiar peones : 14. . . . P X P ; 15. PX P. Y ahora, ¿ có­ mo están las cosas con relación a la formación de peones de las blan­ cas ; mejoró o empeoró? Definitivamente está peor, ya que después de 15. . . . TR-1D, el Peón blanco de la Dama se ha debilitado. Después de, por ejemplo, 16. C-5R, A-5T (no 16. . . . T X P ; 1 7. A X P jaque) ; 17. D-2D, D-3D ; 18. C-3A, A-3A, resulta cla­ ro que las blancas no saldrán sanas y salvas. Conclusión : jugando P-4AD, ahora o más tarde, las blancas transfieren la debilidad de la columna AD a la columna D sin que por ello fortalezcan su posición en alguna otra forma. 2: 14. C-5R, TD-1 A; 15. C X A, T X C. Las blancas elimi­ naron al Alfil negro, de manera que ahora el Alfil blanco restante puede proporcionar una protección adecuada al Peón AD. Pero esto no soluciona todo el problema ; no sólo existe un peón débil en 2AD, sino también una casilla débil en 3AD. Tarde o temprano se po<�e­ sionará una Torre de dicha casilla y mantendrá en tensión a todo el flanco de la Dama blanca. Esto proporcionará nuevamente com­ pleta libertad de acción al caballo, y una vez que se cambie el Alfil, las negras conquistarán la casilla 2AD de las blancas que, a su vez, proporcionará triunfos posteriores. Nos llevaría demasiado lejos entrar en mayores detalles ; sin embargo, permanece el hecho de
  • 42. 44 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A.JEDRM: que las negras pueden salvar las dificultades, las negras llevan la iniciativa. 3. 14. D-1 A. Ésta parece ser la mejor continuación del juego, pues si el atacante decide aceptar la oferta y cambiar Damas, se ve privado de su principal pieza de ataque, lo que es otra forma de decir que sus ataques serán mucho menos peligrosos. Además, una vez que las Damas salgan del tablero, el Rey blanco puede jugar un papel muy importante en la defensa del flanco de su Dama. Al mis­ mo tiempo, las blancas, jugando 14. D-1A, abandonan cualquier intención de asumir la iniciativa, y confiesan que no obstante haber JUgado primero, no han sabido mantener esa prerrogativa, confesión que no es fácil de hacer en ningún momento. 1 4. 15. P-3A TD-1A P-3TD Preparándose para la siguiente jugada : 16. C---5R A-4C Importante movimiento intermedio que forma parte de la estra­ tegia de las negras. A fin de aumentar la presión sobre la casilla 3AD de las blancas, las negras aceptan doblar su Peón CD. Y lo hacen con más presteza cuando su Peón colocado en 4CD ayudará al ataque impidiendo la jugada P-4AD de las blancas. 1 7. P-3A Examinemos la jugada 1 7. A X A, P X A ( 1 7. . . . C-5R ; 18. D-IA, D X D ; 19. TRX D, P X A ; 20. P-4AD, conduce solamen­ te a resultados similares) ; y ahora : l . 18. TR-1A, C-5R ; 19. D-3R, (no 19. D-3D, D-7C, ni aun cuando se produjera : 19. . . . C X PAD) , 19. . . . T-2A, con las siguientes continuaciones : (a) 20. P-4AD, PC X P ; 21 . PX P, D X D ; 22. PXD, P-3A, ganando un Peón ; o (b) 20. P-3A, C-3D ; 2 1 . T-2A, TR-1A ; 22. TD­ lAD, P-5C, ganando también un Peón, porque 23. P-4AD falla después de 23. . . . PX P, ya que la Dama blanca está descubierta. 2. 18. P-3A, T-2A ; 1 9. TR-1A, TR-IA; 20. T- -2A, C-lR ; 2 1 . TD-lAD, C-3D, y en esta forma las negras impidieron el avance del Peón AD y ejercen una fuerte pre­ sión sobre la posición de las blancas.
  • 43. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DA){A 1 7. 18. C X A 19. TD-1A 20. T-2AD 2 1 . TR-1A A X A T-2A TR-1A C-1 R C-3D (Nv 29). 29 45 Las fuerzas de cada bando ya ocuparon los lugares apropiados : las Torres negras amenazan al Peón AD, el Caballo negro domina al 4AD de las blancas, en tanto que las Torres blancas vigilan su flanco de Dama, y el Caballo blanco puede movilizarse a 5R y 5AD. 22. C-5R Una jugada desafortunada. Debió jugar 22. C-5A, a fin de poder trasladar el Caballo a 4TD en caso de que se hiciera necesa­ rio reforzar la defensa del Peón débil AD. Después de 22. C-5A, las negras pueden jugar 22. . . . P--4R ; pero, en ese caso, también las blancas juegan 23. C--4-T, y el avan­ ce de las negras ha debilitado su posición, dando a la Dama blanca oportunidad de atacar. La secuela correcta del ataque de las negras después de 22. C-5A, es 22. . . . P-3CD ; 23. C--4-T, T-3A (de ninguna manera : 23. . . . P-4CD ; 24. C-5A, C-2C ; 25. P--4-CD, en donde las negras no consiguen nada, creando una situación típica : el punto débil de las blancas en 3AD queda confirmado) ; 24. D-3D, T-1T, protegiendo el Peón de TD e intentando 25. . . . C-2C (controlando a 5AD de las blancas) , con la amenaza posterior de 26. . . . P--4CD y 27 . . . . TD-1AD ; reasumiendo su ataque las negras. Mientras tanto, las blancas habrán jugado T-1 T para proteger al PT, a lo que está obligado, ya que el caballo se verá forzado a regresar a 2-CD. Todo lo cual deja a las blancas sin oportunidad de intentar algo.
  • 44. 46 CRITERIO Y TÁCl'ICA EN EL A.JEDRilZ Se observa que una vez que este tipo de ataque está bien pla­ neado y certeramente dirigido, resulta muy tenaz y coloca al defen­ sor en dificultades, que a veces resultan tareas inútiles. Debe tenerse cuidado de no exponerse a un ataque de esta naturaleza. Se necesi­ tan muchas precauciones al jugar 8. C-2D, a menos que permita 1 0. . . . A-6TD. 22. D-4T Ha llegado el momento en que la Dama tome una participación directa en el ataque, y ahora, amenaza con 23. . . . C-4C, después del cual cuatro piezas sufrirán a causa de la vulnerabilidad del 3AD de las blancas. 23. P-4TD Con el doble objeto de impedir 23. . . . C-4C y de llevar a ca­ bo la siguiente maniobra : el Caballo blanco tratará de llegar a 5AD vía 3D. A continuación, P-4CD y P�5TD "cancelarían" el punto débil de las blancas, en forma muy parecida a la nota an­ terior. Las negras no necesitan permitir que esto suceda, y pueden an­ ticiparse a las intenciones de las blancas con algunos golpes decisivos. En vez de 23. P-4TD, las blancas debieron jugar 23. C-3D, ejemplo 23. . . . C-4C, y ahora las blancas juegan : No (1) 24. C-4C, a causa de 24. . . . C-6T ; 25. T-2C, D X C ; 26. P X D, T X T jaque ; 27. R-2A, T (8A) -7A, etc. Sino (2) 24. C-5A, P-3CD ; 25. C-4T, y las blancas pueden arriesgar 26. P-4AD, aun después de 25. . . . C-3D. 30 23. . . . D-3C (NP 30) Ahora las blancas no pueden evitar la pérdida de un peón, como se puede demostrar con las siguientes variaciones :
  • 45. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 47 l . 24. P-4CD, P-4TD. (a) 25. P X P, D X P y las blancas no pueden defender el Peón TD sin dejar al Peón AD abandonado a su suerte. (b) 25. T-2C, P-3A ; 26. PX P, D X P ; 27. C-3D, C-5A. (e) 25. T-lC, P X P ; 26. T X P, D X T ; 27. P X D, T X T ; 28. D-4A, ( la dama estaba en peligro de perderse ) : 28. . . . T-8A jaque ; 29. R-2A, C-4A, etc. (d) 25. P-5C, C-5A; 26. C X C ( 26. D-2R proporciona resultados muy parecidos) ; 26. . . . T X C ; 27. T-2T, P-4R; etc. 2. 24. T-2C, C-4A (amenazando 25. . . . C X P) ; 25. T(2C -lC, P-3A. (a) 26. C-3D, T X P ; 27. T X T, D X P jaque ; etc. (b) 26. C-4C, P-4R, y el 4D blanco cae. 3. 24. T-lC, C-4A; con una secuela similar. Obsérvese con especialidad la forma en que las negras pudieron aprovechar circunstancias accesorias (como la inutilización del Peón de la Dama blanca por la Dama negra) para alcanzar su objetivo. Sin embargo, estos pequeños eventos entran en escena en una u otra forma cuando un jugador está comprometido por la necesidad de defender un punto débil (como, en este caso, el 3AD de las blancas) y, en consecuencia, no puede desarrollar su juego con libertad. 24. C-3D Las blancas entregan el Peón con el fin de intentar una con­ traofensiva; pero todo lo que consiguen es demorar la ejecución. A continuación damos las jugadas restantes, sin comentario. 24. . . . D X P; 25. C-5A, D-3C ; 26. T-2C, D-2T ; 27. D-lR, P-3CD ; 28. C-3D, T-5A; 29. P-5T, PX P; 30. C-5A, C-4C ; 31. T-2R, C X PD ; 32. P X C, T ( lA) X C. Las blancas se retiran. ' Recapitulando : el plan de las negras a partir del diagrama nú­ mero 28, fue elaborar un ataque sobre el flanco de Dama, dirigido principalmente contra el Peón AD. Su ejecución incluía : (1) Doblar sus Torres en la columna AD. (2) Eliminación de la principal pieza de defensa (el Alfil en 3D) por medio de un cambio ( . . . P-STD y . . . A-4CD) . (3) Impedir a las blancas proteger su punto débil mediante el control de su 4AD. (4) Disposición adecuada de sus fuerzas restantes (en este caso,
  • 46. 48 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ la Dama, el Caballo y los Peones vecinos) en las casillas adecuadas, donde deben permanecer hasta que llegue el momento oportuno para la combinación final. En el ejemplo anterior se vio que al crearse un segundo punto débil ( Peón en 3CD, después de P-4TD) siguió una rápida de­ bacle, como casi siempre sucede en tales circunstancias. En este caso, se puede muy bien sentar una regla general : la defensa de un punto débil es una tarea difícil, y la de varios, una tarea imposible. En este aspecto, la partida siguiente (otra vez una de las de Capablanca) es especialmente característica. Las negras ofrecen (o pierden) un Peón del flanco de Dama, pero de ahí obtienen ciertas líneas de ataque por las cuales los Peones del flanco de Dama se ven sujetos a tan múltiples y variadas amenazas que al final se hace imposible toda defensa. NIMZOWITSCH-CAPABLANCA, San Petersburgo, 1914 l. P-4R, P4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. C-3A, C-3A ; 4. A-50, P-3D ; 5. P-4D, A-2D ; 6. A X C, A X A ; 7. D-3D, P X P ; 8. C X P, P-3CR; 9. C X A, P X C; 10. D-6T, D-2D; 1 1 . D-70, T-IA; 12. D X PT, A-20. La teoría dice (N9 31) : "Las negras tienen oportunidad de efec­ tuar un ataque más vigoroso a cambio de su Peón", con lo cual, 31 32 desde luego, se quiere dar a entender el ataque por el flanco de Dama. En el ejemplo presente no existen puntos débiles en la posición de las blancas, sino que las negras tienen líneas de ataque en las columnas abiertas TD y CD, y, sobre todo, la larga diagonal negra, que las capacitará para desarrollar una gran presión sobre el flanco de la Dama blanca.
  • 47. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 49 Sin embargo, estoy convencido de que ningún crítico se hubiera aventurado a caracterizar una posición como la que nos ocupa co­ mo favorable, de no haber sido por la grande y convincente historia que descubre este particular ejemplo. Se tendría que conformar con el dicho : "Las negras obtienen poca compensación por su Peón". Veamos cómo las negras aprovechan las oportunidades. 13. Enroque Enroque 14. D-6T Las blancas se inclinan por las medidas defensivas y desean mo­ ver su Dama a 3D. Es notable como aun la ventaja de un Peón puede hacer más precavido al jugador, casi en la misma forma que sucede con las posesiones en la vida real. Pero ello no tiene ningún efecto sobre nuestra investigación, ya sea que un método más emprendedor hubiera o no proporcionado mejores resultados para las blancas, aun cuando bien pudiera haber sido así. Por cierto que apenas si podía hallarse peor que en el juego verdadero. 14. 15. D-3D TR-1R D--3R Atacando nuevamente al Peón del Rey y preparando la impor­ tante maniobra C-2D-4R-5A. 16. P-3A 1 7. A-2D 18. D-2R C-2D C-4R C-5A (NP 32) En forma completamente súbita, el ataque de las negras ha estallado en toda su fuerza. Su primer objetivo es el peón CD de las blancas, y la especial significación del Alfil negro en 2CR se ma­ nifiesta en la siguiente petite combinaison: 1 19. P-3CD, A-5D jaque ; 20. R-1T, C X A ; 21 . D X C, D-4R, y gana ( 22. P-4A, A X C ) . Se percibe perfectamente bien, el porqué las negras, unas cuantas jugadas atrás, provocaron 16. P-3A. Un jaque en 5D puede ser oportuno en ocasiones. 19. TD-1C T-1T (JI{,P 33) Ahora el segundo punto débil de las blancas está bajo el fuego, y ya no se puede evitar por más tiempo la pérdida de uno de sus I Pequeña combinación o "combinacioncita", palabra que con fre­ cuencia usaba Capablanca. (N. del T.) .
  • 48. 50 CRITERIO Y TÁOTIOA BN EL AJEDRBZ Peones. En realidad, esto no es demasiado serio, ya que, después de todo, las blancas llevan un Peón de ventaja y no resienten la pérdida. De hecho, pueden, retribuyendo ese Peón, mejorar su posi­ ción, como, por ejemplo, después de 20. P-3CD, C-6T ; 2 1 . TO­ lA, A X C ; 22. A X A, C-4C ; 23. A-2C, T X P ; 24. T-lC, y las blancas tienen un juego magnífico, estando su Alfil colocado en posición muy efectiva. 33 34 En realidad, 20. P-3CD es la mejor jugada de las blancas. Sin embargo, las blancas no necesitan seguir la secuela dada arriba. Tienen una línea más fuerte en 20. . . . C X A ; 2 1 . D X C y ahora . . . No (1) 2 1 . . . . A X C ; 22. D X A, porque las negras no recupe­ ran su peón, ya que el peón AD no está protegido ; y todavía menos (2) 21. . . . D-4R ; 22. C-4T, ya que la po­ sición de las blancas queda consolidada; en cambio, (3) 2 1 . . . . T-6T ; y ahora las negras pueden cap­ turar al PTD a su placer alejando al Caballo (22. TR-lR, D-4R ; 23. T-3R?, A-3T) . Las negras todavía tendrán que encontrar jugadas mejores aun cuando su Alfil sea más fuerte que el Caballo de las blancas. 20. P-4TD Esta jugada puede ser buena únicamente si va seguida de inme­ diato por P-3CD. Pero ese no es el caso en esta posición. 20. . . . 2 1 . D X C C X A D-5A Dio en el blanco. Las blancas están atadas de manos, ya no pueden jugar P-3CD, su Peón de TD está condenado, y su PCD tiene muy pocas posibilidades.
  • 49. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 51 22. TR-lD 22. D-3D, D-4A jaque, no proporciona ningún alivio. 22. . . . TR-lC Observe el extremo cuidado con que las negras tratan de recu­ perar su Peón, evitando en lo particular un intercambio prematuro en 3AD de las blancas. 23. D-3R La amenaza de las negras era 23. . . . T X PC ; 24. T X T, A X C, llegando el disputado Peón por sí solo. 23. Amenazando 24. 24. D-5C 25. R-lT A-5D. T-5C A-5D jaque TD-lC (N9 34) El juego de las blancas se derrumba ahora como un castillo de naipes. Está amenazado con la pérdida de una pieza : 26. . . . AXC. Si mueve la Torre de la Dama, su Peón CD cae, lo mismo que el Peón de AD, sin que por ello pierda su fuerza el ataque. ¡ El Caballo blanco no tiene ningún movimiento ! 26. T X A Con esta jugada, las blancas prolongan l a resistencia. En vista de esta posibilidad, parece que hubiera sido mejor para las negras detener el jaque en 24. . . . A-5D jaque, y jugar 24. . . . TD-lC primero. Pero, en realidad, no tiene significación, el juego está ga­ nado por las negras, de todas maneras. Siguen estas jugadas : 26. . . . D X T ; 27. T-lD, D-5A ; 28. P-4T, T X PC ; 29. D-2D, D-4A ; 30. T-lR, D-4TR ; 3 1 . T-lT, D X P paque ; 32. R-lC, D-4T ; 33. P-5T, T-lT; 34. P--6T, D-4A jaque ; 35. R-lT, D-5A ; 36. P-7T, D-4A ; 37. P-5R, D X PR ; 38. T-4T, D-4T jaque ; 39. R-lC, D-4A jaque ; 40. R-2T, P-4D ; 41 . T-4T, T X PT. Las blancas abandonan. Impresionante y convincente fue este último ejemplo ; nuestro ataque al flanco de Dama no necesita por ningún motivo a los Peo­ nes contrarios. El objetivo también puede ser, y con frecuencia lo es, obtener el dominio de casillas vitales en la posición enemiga y, consecuentemente, desarticular el desarrollo normal del juego del oponente, etc. Esto queda bien ilustrado por el ejemplo siguiente :
  • 50. 52 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ ELISKASES-LANDAU, Noordwijk, 1938 l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ; 4. A-5C, A-2R; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, CD-2D ; 7. D-2A, P-3A ; 8. T-1D, P-3TD ; 9: P-3TD, T-1R; 10. A-3D, P X P ; 1 1 . A X P, C-4D ; 12. A X A, D X A ; 13. C-4R, C (4D) -3A; 14. A-3D, C X C ; 15. A X C, P-3T ; 16. Enroque (N!> 35). 35 36 De acuerdo con Fine, las blancas tienen mejor posición. La primera impresión que causa es que no hay mucho donde elegir entre los dos campos. Las negras no están completamente desarrolladas, pero su posición da el aspecto de solidez. Pero con un examen más cuidadoso, la cosa no parece ser tan fácil para las negras, con especialidad por lo que toca al desarrollo de su Alfil de Dama. Una ingeniosa concepción de lo que constituye desarrollo, no será bastante aquí : "Las negras juegan : . . . C-3A, seguido por . . . A-2D, ¡ y todo queda bien!" El hecho es que el Alfil está bien colocado, pero no está movilizado. El curso del juego aclarará esta idea. 16. P-4AD La idea que subraya esta jugada es : cuando de pronto llegue el Alfil a 2D, existirá una salida en dirección de 5TD. 17. T-lA 18. PX P 19. C-5R P X P C-3A No hay por qué teman las blancas el cambio en esta 5R, ya que no se soluciona allí el problema del Alfil de Dama de las negras.
  • 51. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 53 19. T-lC Con la inconfundible determinación de llevar a su Alfil al juego. 20. A-3A A-2D 2 1 . D-5AD (NP 36) Una excelente jugada para impedir que las negras ocupen la columna del AD con sus Torres, lo que conduciría rápidamente a una paridad. Si se jugara : 2 1 . . . . TD-lA ; 22. D X D, T X D ; 23. C X A, las blancas ganarían una pieza. Además, en el cambio de Damas llevarían la ventaja las blancas, ya que después de 2 1 . . . . DXD; 22. PXD, las blancas quedan con l a famosa mayoría en el flanco de Dama (el tema de nuestro capítulo anterior) , que aquí sería especialmente efectiva a causa de su bien colocado Alfil del Rey. 21 . 22. TR-lD A-4C R-lA Con un ojo puesto en el final de juego que se aproxima con ra­ pidez, las negras maniobran con su Rey para colocarlo más al cen­ tro. Sin embargo, hubiera sido preferible ; 22. . . . D-lD, seguido por 23. . . . T-2R, con una posición congestionada, pero sólida para las negras. 23. P-3CD • Apenas había principiado a saborear el Alfil negro los goces de la libertad, cuando ya se ve nuevamente amenazado con quedar bloqueado. Después de 24. P-4TD, no queda nada más excepto 24. . . . A-2D. Ahora no estaría tan mal si las negras pudieran desalojar su lR, pero no escaparía ileso : 23. . . . TR-lD ; 24. DXD jaque, R X D ; 25. T-7A jaque, cuesta por lo menos un Peón. En conexión con esto, nos remitimos a nuestra nota anterior ( . . . D-lD y . . . T-2R) , de acuerdo con la cual lR estaría aho­ ra a disposición del Alfil y las negras tendrían que luchar con me­ nos dificultades. 23. P-3CD Crea un punto débil, pero no tiene otra jugada mejor. 24. D-7A (NP 37) Las negras están en apuros. Por ejemplo, si continúan, como lo ha.ee pensar su última jugada, 24. . . . P-4TD, seguido por 25. . . . P-5T, con objeto de retirar su Alfil a 3T, las blancas cambia-
  • 52. �O Y TÁCTICA ZN IIL .UI!lDIU!lZ rían Damas, jugando a continuación C--6A, ganando el cambio, tampoco sería ningún alivio 24. . . . D X D ; 25. TXD, T-2R; 26. TR-lAD. La verdadera continuación (24. . . . TR-lA) conduce a un tipo de juego completamente distinto, en el cual las blancas también tienen mejores oportunidades. De esta manera tuvo éxito el ataque al flanco de Dama. Para recapitular, los principales puntos del ataque fueron : l . Dominio de la columna AD. 2. Obstaculización del desarrollo del Alfil negro por medio de la presión en 7CD. 3. Dominio y ocupación posterior, de puntos importantes en la posición enemiga ( 7D, 5AD y 7AD) . 4. Persecución del Alfil negro ( P-3CD y P-4TD) . Continúa la partida : 24. 25. D X T jaque 26. T X T jaque TR-lA TXD A-lR Por regla general, dos Torres son más fuertes que una Dama, y en especialidad cuando, como en este caso, se puede eliminar a una pieza enemiga. La defensa implica riesgos que ponen serias limitaciones a la movilidad de la Dama ; y es precisamente en esta movilidad en la que se confía la defensa, como compensación a la fuerza de las dos Torres. 27. P-4CD 28. PX P 29. P-4TD P-4TD PX P D-3D La Dama se dedica a vagabundear, lo que muy pronto le re­ sulta fatal. Era esencial mover 29. . . . P-4C para proporcionar al Rey una casilla de escape. 30. A--6A 31. T-lC 32. AXA R-2R D X P D-5R Jugando 32. . . . C X A ; pierde la Dama : 33. C--6A jaque, lo mismo que en 32. . . . D X C ; 33. T-7C jaque, R-3D ; 34. T-8D jaque, R-4A ; 35. T-5C jaqqe, etc. 33. C--6A jaque, R-3D ; 34. T-lD jaque, C-4D ; 35. T-BD jaque, R-4A ; 36. T-lA jaque, R-3C ; 37. C-8C, C--6A ; 38. T--6D jaque, R-2T ; 39. C--6A jaque, R-3C ; 40. C-7R jaque dese., R-2T ; 41. T-7D jaque, R-3T ; 42. C-8A. Se retiran.
  • 53. ATAQUil SOBRE EL FLANCO DE DAMA 55 Concluiremos este capítulo con dos ejemplos de un tipo com­ pletamente distinto, en los cuales el atacante no pone atención en los Peones o las casillas, sino que se lanza tras de caza mayor. Sin embargo, antes de hacerlo daremos una relación corta de lo que sucede con frecuencia cuando las negras aceptan un gambito de Dama e intentan retener el Peón del gambito. En su forma más sencilla, es como sigue : l. P-4D, P-4D; 2. P-4AD, P X P ; 3. C-3AR, C-3AR ; 4. P-3R, P-4CD (NP 38). 37 38 Como es bien sabido, esta continuación es desfavorable para las negras, ya que las blancas, por medio de la siguiente maniobra tí­ pica, siempre recuperan su Peón. 5. P-4TD Las blancas intentan aislar a la avanzada de las negras y luego capturar a ambos Peones : 5. . . . P X P, 6. A X P, o mediante un método más directo : 5. . . . PX P; 6. D X P jaque, A-2D ; 7. D X PA. 5. P-3A Resulta evidente que 5. . . . P-3TD no constituiría ninguna protección (6. PX P, etc. ) , y que 5. . . . A-2D es igualmente inútil después de 6. PX P, A X P ; 7. C-3T, o 7. AX P, AX A ; 8. D-4T jaque. 6. PX P P X P 7 . P-3CD Este es el punto de la maniobra de las blancas. Las negras no pueden impedir que las blancas recuperen su Peón ; ejemplo :
  • 54. 56 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ l . 7. . . . P X P ; 8. A X P jaque, A-2D ; 9. D X P. 2. 7. . . . A-3T ; 8. P X P, P X P ; 9. T X A, C X T ; 10. D--4T jaque, ganando en material. 3. 7. . . . A-3R ; 8. P X P, P X P ; y ahora . . . No (a) 9. A X P, A X A ; 10. D--4T jaque, CD-2D ; 1 1 . D X A, T-1 A, y las negras ganan ; Sino (b) 9. C-5R, D-2A; 10. D--4T jaque (o 10. C-3T o 10. A X P) ; 10. . . . CD-2D ; 1 1 . A X P, A X A ; 12. C X A, T-1A; 1 3. CD-2D. Por regla general, las blancas quedan en mejor posición después de recuperar su Peón, ya que las negras quedan con la carga de un Peón TD aislado, en tanto que la formación de peones de las blancas es excelente. Sin embargo, existen variaciones en las que es posible que las negras retengan el Peón del gambito, o bien retribuirlo a cambio de una posición satisfactoria. Los siguientes ejemplos ilustran esta con­ tingencia : l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R; 3. C-3AD, P-3AD ; 4. C-3A, P X P ; 5. P-3R (una continuación más fuerte sería 5. P-4TD) ; 5. . . . P-4CD ; 6. P-4TD, A-5C ; 7. A-2D, D-3C, etc. (No . . . P-3TD ; 8. P X P, PAX P ; 9. C X P o bien, 8. . . . A X C ; 9. A X A, PAX P ; 10. P-3CD, P X P ; 1 1 . AX P jaque, etc. ) . l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. C-3AR; C-3A ; 4. C-3A, P X P ; 5. P-3R, P-4CD ; 6. P-4TD, P-5C ; 7. C.-2T, P-3R; 8. A X P, A-2C, quedando las negras con un juego satis­ factorio, ya que el Caballo de Dama de las blancas quedó aislado. Hemos visto la clase de ataque que está a disposición de las blancas contra una cadena de Peones enemigos en las casillas 4CD y 5AD, o en 3TD, 4CD y 5AD de las negras. A continuación proporcionamos el primero de los dos ejemplos mencionados anteriormente : CAPABLANCA-SPIELMANN, Nueva York, 1927 l. P-4D, P-4D ; 2. C-3AR, P-3R; 3. P--4A, C-2D ; 4. C-3A, CR-3A; 5. A-5C, A-5C ; 6. PX P, P X P ; 7. D--4T, A X C jaque, 8. P X A, enroque ; 9. P-3R, P-4A; 10. A-3D, P-5A; 1 1 . A-2A, D-2R ; 12. Enroque TR, P-3TD ; 13. TR­ lR, D-3R; 14. C-2D, P-4C ; 15. D-5T (NP 39). El veredicto teórico es : las blancas tienen el juego mejor. Razo­ nes : tienen oportunidad de atacar por el flanco de Dama, en pri­ mer lugar, a causa de la posibilidad del P-4TD con un debilita-
  • 55. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 57 miento de la formación de los Peones negros, y en segundo lugar, a causa de la avanzada y completamente segura posición de la Dama. Además, y por encima de estas observaciones, debemos agregar : l . Comparada con la ilustración anterior, la acción de las blan­ cas contra los peones negros colocados en las casillas 3TD, 4CD y 5AD es menos penetrante por las siguientes razones : (a) La jugada P-3CD no se puede verificar ; (b) El Peón negro AD está doblemente resguardado por Peones, así que después de una posible jugada P-4TD, PX P, el Peón del AD no queda colgando, y no tiene necesidad de apoyarse. Contra lo anterior tenemos el hecho de que : (e) Las blancas tienen igual número de Peones, así que cualquier acción que emprendan, no lleva en sí la mira de ganar un Peón. 2. La pieza más fuerte, la Dama, puede desarrollar un poder enorme desde una avanzada adecuada. Al mismo tiempo, es la más valiosa, pero se encuentra segura en su posición y, en ausencia del Alfil negro, fuera del alcance de las piezas menores de las negras. En consecuencia, la Dama blanca puede desempeñar un papel principal en un ataque al flan­ co de Dama. Continúa la partida : 15; C-5R 39 El cambio siguiente debilita a las negras en su 5AD, por lo que la jugada en el texto debe ser desechada. Las negras tratan de lo­ grar una posición aparentemente segura, pero su plan es refutado
  • 56. 58 CIUTBRIO Y TÁCTICA 1DN EL AJBDRBZ inmediatamente por las blancas por medio de una atractiva com­ binación. Hubiera sido mejor 15. . . . A-2C, y 16. D-7A, D-3A, aunque las blancas queden con una ligera ventaja para el final de juego. 16. cxc P X C 1 7. P-4TD Y, como era de esperarse : 17. D-4D Con esta jugada intermedia, las negras aparentemente mejora­ ron su defensa, ya que el Alfil de Dama de las blancas está en prise. Si se jugara ahora 18. A-4-A, A-2C, las negras tendrían un juego satisfactorio. 18. PX P Una sorpresa fatal ; las blancas ofrecen una pieza, y con mucha rv..ón, como la secuela lo demuestra. 18. D X A Desde luego, no podía ser 18. . . . D X PC ; 19. D X D, ganando las blancas una Torre. 19. A X P (NP 40) 40 41 El objeto real de la combinación resulta evidente si las negras juegan 19. . . . T-2T ; ejemplo, 20. P---6C, D X D ; 2 1 . PXT y ahora . . . l . 21. . . . A-2C ; 22. T X D, y las blancas tienen un triunfo fácil con una Torre y tres Peones contra dos piezas menores.
  • 57. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 59 2. 21. . . . D X T ; 22. T X D, C-30 ; 23. P-8T (D) , C X D : 24. AXC, quedando las blancas con un Peón extra y con la perspectiva de ganar todos los Peones negros del flanco de Dama. 19. . . . T-I C Igualmente ineficaz. 20. PX P, T--40 ; 2 1 . D-7A, C-30 ; 22. P-7T, A--6T ( ¡ co­ mo último recurso! ) ; 23. TR-10, T X T jaque ; 24. T X T, P-4A ; 25. A-3A, P-5A ; 26. PX P, abandonan. Y finalmente, el segundo ejemplo, en el que una vez más la Dama desempeña un papel vital, y en donde las blancas, sacrifican­ do dos Peones, aciertan a sitiar a un conjunto de unidades contra­ rias. Fue también Capablanca quien produjo esta obra de arte. CAPABLANCA-VIDMAR, Londres, 1922 l . P--4D, P--4D ; 2. C-3AR, C-3AR ; 3. P--4A, P-3R ; 4. C-3A, A-2R ; 5. A-50, CD-2D ; 6. P-3R, enroque ; 7. T-IA, P-3A ; 8. D-2A, P X P ; 9. A X P, C-4D ; 10. A X A, D X A ; 1 1 . Enroque, P-3CD (N9 41). Bilguer observa certeramente que el desarrollo del Alfil de Da­ ma en fianchetto tiende al cambio de caballos en la 3AD de las blancas. Pero, después de la siguiente jugada y de la contestación de las blancas, éstas obtienen una posición abrumadora. 1 2. cxc Las blancas cambiaron caballos, y este cambio es particular­ mente significativo porque : l. La gran diagonal blanca quedará cerrada, de manera que la última jugada de las negras falla en su propósito, y de hecho debilita seriamente las casillas blancas del flanco de Dama negro. 2. La columna AD queda abierta, misma que las blancas no tardarán en ocupar con su Dama y las Torres a fin de irrum­ pir con facilidad en la posición enemiga. Observaremos una y otra vez el enorme efecto que estos dos fac­ tores tendrán en el curso de la partida. 12. . . . PA X C Las negras deben volver a capturar con el Peón AD, ya que dt> otra forma perderían un Peón después de 1 3. A-3D.
  • 58. 60 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ 1 3. A-3D P-3TR Las negras se abstuvieron de jugar 1 3. . . . C-3A, ya que por lo pronto desean utilizar al Caballo en la defensa de su flanco de Dama. Después de 1 3. . . . C-3A, podría seguir 14. D-7A, y ahora : l . 14. . . . D X D ; 15. T X D, P-4TD ( 15. . . . A-2D ; 16. C-5R) ; 16. TR-IA, A-3T ; 1 7. A X A, T X A ; 18. T ( 1 A ) 6A, seguida d e 1 9. T-7C, ganando un Peón. 2. 14. . . . A-2D ; 15. A-6T, D-5C ; 16. C-5R, A-4C ; 1 7. P-3TD, D-5T ; 1 8. A X A, D X A ; 19. T-2A, atacan­ do a las tres piezas mayores sobre la columna del AD. 3. 14. . . . D-5C ; 15. P-3TD, con una secuela muy pareci­ da a la que se lleva en la partida. 14. D-7A La Dama blanca invade el territorio enemigo y ocupa una posi­ ción avanzada, pero segura. Desde allí frustra todos los intentos de desarrollo de las negras. 1 4. . . . D-5C Como las negras no pueden desenvolver sus fuerzas por conduc­ tos normales, intentan, como esta salida de su Dama, obtener algún movimiento favorable, intento que su oponente refuta en una for­ ma ejemplar. 1 5. P-3TD (N° 42) 42 43 Una jugada muy bella. Las blancas ofrecen uno o dos Peones con objeto de ganar la Dama o, a falta de ella, una de las piezas del flanco de Dama.
  • 59. ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAJ4A 61 Investiguemos algunas contingencias : l. 15. . . . D X PC ; 16. T-l C, D X PT ; 1 7. A-5C, y ahora . . . (a) 1 7. . . . C-3A ; 18. T-l T ; D-5C ; 19. TR- l C, to­ mando la Dama. (b) 1 7. . . . D-2R ; 1 8. A-6A, T-l C ; 19. C-5R, T-­ lD ( 19. . . . D-l D ; 20. D X PT, C X C ; 21 . PX C, etc. ) ; 20. A X C, A X A ; 21 . C-6A, y gana. 2. 15 . . . . D-6C ; 16. T-3A, D X PC ; 1 7. T-lC, D-7T ; 18. T ( 3A) lA, C-3A ( 18. . . . D X P ; 19. A-5C, etc. ) ; 19. A-5C, amenazando nuevamente 20. T-lT y 21 . TR- 1 C, tomando a la Dama, o bien, 20. A-6A, ganando una pieza. 15. D-5T 16. P-3T (NP 43) También una jugada excelente, y no únicamente destinada a salvaguardar a su Rey. Pues si examinamos más atentamente la posición, nos damos cuenta de que las negras ya no pueden conti­ nuar con su desenvolvimiento adecuado, por ejemplo : 16. . . . T-1 C ; 1 7 . C-5R, T-2C ( 1 7. . . . C X C ; 18. A-2A, seguido por 19. D X T ) ; 1 8. D-6A, D X D (o en otra forma : 19. C X C ; T X C ; 20. D X A) ; 19. C X D, R-1T ; 20. C-7R, T-l CD ; 21 . C X A, TD X C ; 22. A-6T, y las blancas ganarán el final gracias al dominio de la única columna abierta que las negras ya no podrán arrebatarles. Esta variación muestra con claridad las consecuencias de largo alcance de la debilitadora jugada 1 1 . . . . P-3CD. ¡ In­ cluso en esta etapa hizo posible que las blancas se apoderaran de la columna AD jugando 22. A-6T ! La última jugada de las blancas incapacita a las negras para contrarrestar la severa presión de la posición de su oponente. 16. C-3A Las negras hacen un heroico intento para completar su desarrollo, cueste lo que cueste. Después de, digamos, 16. . . . P-3C ; 1 7 . T-3A, las negras aún tendrían que sufrir todas las variaciones de la nota precedente. 1 7. C-5R A-2D 1 7. . . . A-:iT ; 18. P-3CD, D-4T ; 19. C--6A, también cos­ taría una pieza. Literalmente, las negras no tienen dónde moverse.
  • 60. 62 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL Ali!JDREZ 18. A-2A D-4C 19. P-4TD Definitiva. Las negras tendrán que abandonar a su suerte al Alfil 19. . . . D X PC 20. C X A Peor hubiera sido jugar primero 20. T-1C, D-7T ; 2 1 . C X A, TD-lA ; 22. O X O jaque, P X O ; 23. D-30 jaque, y como el Alfil se puede mover con libertad, las blancas quedan con una pieza de ventaja. En esta forma, las blancas únicamente ganan el cambio, pero también Oapablanca convierte rápida y efectivamente esta ventaja en triunfo, de la manera siguiente : 20. . . . TD-lA ; 2 1 . D-l C, O X O ; 22. A-7T jaque, R X A ; 23. T X T, T X T ; 24. D X T, 0-3A ; 25. T-lA, D-50 ; 26. D-2A jaque, R-lC ; 27. D-6A, D-6T ; 28. D-8T jaque, R-2T ; 29. T-7A (ya hemos visto en nuestro primer capítulo, la forma de aprovechar la ventaja material, el resultado de un ataque con éxito. Aquí únicamente la superioridad consiste en el cambio, pero con la Torre en la fila 7 tomando una parte muy activa en el ataque contra los Peones negros, la preponderancia de la Torre sobre el Caballo en un final de juego, queda bien ilustrada) , 29. . . . DX PT ; 30, T X PA, D-8D jaque ; 3 1 . R-2T, D-4T ; 32. D X PT, D-3C ; 33, T-8A, D-4A ; 34. T-7A, D-30 ; 35. T-7C, 0-5R; 36. D-2T, P-4R ; 37. D X P, P X P ; 38. T-8C, 0-3A ; 39. D X P, D-4A ; 40. T X P, D X P ; 41 . D-3D jaque, R-lC ; 42. T-8C jaque, abandonan.
  • 61. CAPÍTULO IV CABALLO CONTRA ALFIL "DEBIL" Al comentar la partida Botvinnik-Konstantinopolsky (ver Pág. 30) , llegamos a la posición que se muestra en el diagrama número 44, misma que prometimos discutir posteriormente. Ya manifestamos que las blancas tenían mejor juego, sin que, no obstante, discutiéramos con amplitud las razones en las que se 44 45 basaba nuestra opinión. Como lo hicimos notar, la mayoría de Peo­ nes blancos sobre el flanco de Dama había perdido �u significado. El hecho de que las blancas obtuvieran un Peón AD pasado des­ pués de P-4TD, P-4CD y P-5CD, no era ciertamente de mayor importancia que el hecho de que las negras ya tenían un Peón pasado en su 4D. Entonces, ¿ por qué es superior la posición de las blancas ? La razón estriba en que las negras tienen un Alfil "débil". Examinemos con más precisión lo que esto significa. El Alfil negro colocado en 2D es débil porque sus propios Peones, situados en 3AD, 4D y 4AR, impiden su movilidad. Como los otros Peones no influyen en ello, cabe preguntar : ¿ En dónde principia la debilidad del Al­ fil? ¿ Con uno, dos o tres Peones? No existe una respuesta categóri­ ca para esta pregunta ; sin embargo, se puede afirmar que el obs­ táculo más serio para el desplazamiento del Alfil está representado por los Peones centrales PAD, PD, PR o PAR. Por lo tanto, el tér­ mino "Alfil débil" no es un concepto rígidamente definido. Exis-
  • 62. 64 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ ten varios grados de "debilidad" ; si, por ejemplo, no existiera en esta posición ningún Peón negro en 4AR, el valor del Alfil aumen­ taría, y también en ausencia del Peón de Dama, el calificativo de "débil" no tendría por qué aplicarse. Lo anterior indica al mismo tiempo la clase de posición que las blancas deben buscar. En esta ocasión, la primera y más impor­ tante maniobra es : con objeto de mantener al Alfil todo lo «débil" que sea posible, los Peones que lo obstruccionan deben permanecer en sus respectivas casillas. Quiere decir que en este caso deben im­ pedirse las jugadas . . . P-5AR y . . . P-5D. A continuación proporcionamos la secuela posterior de la par­ tida, de la que podremos derivar normas adicionales. 20. P-4A A la luz de lo que anteriormente se dijo, el objeto de esta juga­ da es por completo evidente. El Peón negro en AR está bloqueado, por lo que el movimiento del Alfil negro en esa dirección está per­ manentemente obstruido. 20. T-2R No puede jugar 20. T-6R, ya que después de 2 1 . R-2A, P-5D conduce a la pérdida de un Peón después de 22. TR-lD. 2 1 . TR-lR Por regla general, el cambio de Torres aumenta la superioridad del Caballo contra el "Alfil débil". 2 1 . . . . TR-lR No se decide a entregar la columna abierta sin presentar pelea, ya que su oponente penetraría hasta el fondo de su posición. 22. T X T T X T 23. R-2A (N9 45) Con objeto de cambiar la segunda Torre también, después de lo cual el final de Caballo contra Alfil lo ganarán las blancas. Ante todo, es importante examinar esta afirmación. Supongamos que las blancas, en esta posición, juegan . . . A-lA, 3T, 5A, en donde la obstrucción de sus peones será menor, mucho menor, y, en lo general, es un buen plan. Entonces, el juego se desarrollaría en la forma siguiente : 23. . . . A-lA ; 24. T-lR, T X T (prácticamen­ te obligado) ; 25. R X T, A-3T ; 26. P-3CD (para impedir 26. . . . A-SA) 26. . . . R-2A ; 27. R-2D, R-3R ; 28. R-3R,
  • 63. CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 65 A-BA ; 29. P-3C, P-3C ; 30. R-4D. Llegando ahora a la posi­ ción ilustrada en el diagrama N9 46. Hasta este momento, las jugadas de ambos bandos no han sido en ninguna forma forzadas, y conduciría demasiado lejos empren- 46 der una investigación detallada de todas las posibles complicaciones. Nuestro principal objeto es, en primer lugar, dar una idea de que existen oportunidades para ganar, sin poner mucha atención al acabado y d�talle. La formación de los Peones negros está ahora detenida, princi­ palmente a causa de la fuerte posición en que se encuentra el Rey blanco. Sin embargo, el Alfil escapó de sus propios Peones que lo tenían encadenado y ya no se encuentra obstaculizado por ellos en la misma forma de antes. La desventaja del "Alfil débil" es ahora indirecta, y se basa en el hecho de que los Peones negros, lo mismo que el Alfil, ocupan casillas blancas, de manera que las casillas negras son vulnerables y es fácil que caigan bajo el control de las blancas. La importante casilla en 4D está ya ocupada por las blan­ cas, y el Rey negro debe vigilar la SR de las blancas. Las negras no pueden intentar ahora nada y deben permanecer a la defensiva. Por otra parte, ¿ qué es lo que pueden hacer las blancas? Más de lo que a primera vista parece. Desde 4CD, el <)aballo blanco puede atacar al Peón AD, que no puede defenderse moviendo . . . A-4C, a causa del Peón P- 4TD de las blancas. Por otro lado, si el Rey defiende al Peón jugan­ do . . . R-2D, queda abierto el camino hacia los Peones negros del flanco del Rey vía SR, 6-AR y 7CR, de lo que se puede dedu­ cir con bastante razón que las negras tratarán de impedir el movi­ miento de las blancas C-4CD, jugando . . . P-4TD ; pero enton­ ces las blancas tendrían oportunidad de obtener un Peón pasado de
  • 64. 66 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ Rey, jugando P--4CD, etc. Nos damos cuenta ahora del cuidado que se requiere para manejar dicho final. Un avance prematuro del P--4CD sería en sí mismo una jugada perfectamente normal ; sin embargo, reduciría a su mínimo las opor­ tunidades de las blancas. Ejecutemos lo anterior por medio de dos variaciones ilustrativas. (A) 30. . . . A-3T ; 3 1 . C-2T, A-7R ; 32. C--4C, R-2D ; 33. R-SR, A-8D ; 34. R-6A, A X P ; 3S. R-7C, P--4TD ; 36. C-3D, R-3R ; 37. c_.:SR, P-SD ; 38. C X PA, R--4D ; 39. C X PD, R X C ; 40. P-6A, P-ST ; 41. P-7A, A-3R ; 42. R X P, R-6A ; 43. R X P, R-6C ; 44. P--4T, R X P; 4S. P-ST, R-6C ; 46. P-6T, P-6T ; 47. P-7T, P-7T ; 48. P-8T (D) y ganan. (B) 30. . . . P--4TD ; 31. C-2T, A-7R ; 32. P--4CD, P X P (32. . . . A-SA ; 33. P X P, ganando, pero si se juega 3 2. . . . P-ST ; resulta completamente sencillo jugar 33. C-3A) ; 33. C X P, A--4C ; 34. C-2T, A-SA; 3S. C-3A, A-3T ; 36. P--4TD, A-BA ; 37. C-2T, A-SA ; 38. C--4C, R-2D ; 39. R-SR, R- 2A ; 40. R-6A, P-SD ; 41. R-7C, P-6D ; 42. C X PD, A X C ; 43. P--4T (no 43. R X P, P--4C) , 43. . . . A�SA; 44. R X P, A-2A ; 4S. R-7C, A-lR ; 46. R-8A, R-lD ; 47. P-STD, etc. Es cierto que estas excursiones son riesgos por medio de los cua­ les se obtiene finalmente la victoria, y bien nos podemos suponer que el lector no habrá quedado enteramente convencido de la na­ turaleza forzada de las variaciones que se mostraron. Pero esto no afecta nuestro objetivo. Lo principal es que : (1) Se observó que las negras, en lo general, no pueden em­ prender nada, y que es un hecho establecido que es preferible un Caballo a un Alfil "débil". (2) Se dio una idea general sobre la forma en que se deben hacer los diferentes intentos para ganar la partida : una combina­ ción de maniobras del Caballo : C-3AD-2T--4C (atacando a 6AD ) , C-2T y P--4CD (forzando mediante un Peón pasado) y R-SR (penetración del Rey) . Volvamos ahora al N9 45, a fin de continuar nuestra discusión sobre la partida que nos ocupa. Se ha aclarado que las negras de­ ben evitar el cambio de Torres, por lo menos en las actuales cir­ cunstancias. Continuamos. 23. R-2A ¡ Una jugada astuta! Si pese a todo las blancas intentan el cam­ bio de Torres, les espera el fracaso después de 24. T-lR, T X T ;
  • 65. CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 67 25. R X T, P-5D ; 26. C-2R, R-3R ; 27. C X P jaque, R-4D, recuperando las negras su Peón así como una posición satisfactoria : el bloqueo se levantó y pasó todo el peligro. Hablando en términos generales, se puede afirm<..� que las negras pueden salvar la partida si pueden jugar P-5D sin consecuencias inmediatamente fatales. 24. T-lD Obligando al Peón negro a permanecer en casilla blanca. 24. . . . T-lR Es imposible llevar al Alfil a terreno despejado sin hacer algu­ na concesión equivalente ; por ejemplo : 24. . . . A-l A ; 25. C-2R, P-3C ; 26. C-4D, T-2A, quedando ahora la Torre inmoviliz�da 25. T-2D Defendiendo al PCD y preparándose para el cambio de Torres. 25. 26. T-2R P-3TR T-lCD Si en vez de ello se hubiera jugado 26. . . . T X T jaque ; 27. C X T, las blancas habrían controlado la casilla 4D, que es la clave para ganar la partida. 27. R-3R Es más lógico jugar 27. P-4CD, pero existen dos objeciones : (1) Después de un cambio de Torres eventual, las blancas ya no podrían jugar C-2T-4C, y, lo que es más importante, ya no tendrían oportunidades posteriores de obtener un Peón pasado. (2) Las negras pueden iniciar un contraataque jugando 27. P-4TD. 27. . . . T-6C Esto detiene al flanco de Dama de las blancas, pero puede ser sólo temporalmente. 28. R-4D El Rey ya llegó a su punto fuerte deseado y ya amenaza R-5R, 6D, etc. 28. . . . 29. C-2T R-3A �T-lC Si se jugara 29. P-4TD, seguiría 30. C-lA, T-lC ; 3 1 . P-3CD, en donde tarde o temprano seguiría P-4CD ; es preferí-
  • 66. 68 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ ble la jugada del texto, aunque las blancas aún puedan forzar un Peón pasado. 30. P-4CD (N9 47) El momento decisivo, ya que con esta jugada las blancas re­ nuncian a la oportunidad de llevar a cabo la maniobra indicada 47 48 con anterioridad (C-2T-4C ) , de manera que el final de Caballo contra Alfil asume un aspecto diferente. Investiguemos : 30. . . . T-lR ; 3 1 . T X T (3 1 . T-5R también vale la pena pensarse) , 3 1 . . . . A X T ; 32. P-4TD (32. P-5C fa­ lla contra 32. . . . P X P ; 33. R X P, A-2A jaque) , 32. . . . P-3T ; 33. P-5C, y ahora : l . 33. . . . PT X P ; 34. P-5T, A-2D ; 35. P--6T, A-lA ; 36. C-4C, R-3R ; 37. P-7T, A-2C ; 38. C--6T, R-2D ; 39. R-5R, P-3C ; 40. R-6A, y una vez más las blancas tienen el látigo en la mano. 2. 33. . . . PAX P ; 34. P-5T, R-3R ; 35. C-4C, y ganan. Si las negras omiten jugar 32. . . . P-3T, y en vez de ello juegan : 32. . . . R-3R (después de 30. . . . T-lR; 31, T X T, AXT; 32. P-4TD) ; en igual forma las blancas tie­ nen excelentes prospectos después de 33. P-5T, A-2D ; 34. P-5C, P X P ; 35. C-4C. 30. o o o P-4C �quí 30. . . . P-4TD y hubieran jugado de acuerdo con los deseos de las blancas : 3 1 . P X P, T--6C ; 32. C-3A, T X P ; 33. T-2T, o bien, 3 1 . . . . T-lTD ; 32. C-3A, T X P ; 33. P-4TD. En cualquiera de los casos, las blancas tenían un fuerte Peón pa­ sado.
  • 67. CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 3 1 . P-3C 32. PX P 33. C-3A PX P P-3T T-1C 69 Las negras deciden dejar las Torres en el tablero, que en reali­ dad es mejor para ellas. 34. P-4TD T-5C 35. T-2AR Ahora la Torre blanca cumple su misión de salvaguardar el flanco del Rey. Mientras tanto, las fuerzas restantes de las blancas llevan a cabo el plan para alcanzar la victoria sobre el flanco opues­ to (NP 48). Aquí existe una interesante continuación para obtener el triun­ fo si las blancas intentaran la jugada 35. . . . A-1R; por ejemplo : 36. P-5C, PT X P ; 37. P X P, PX P ; 38. C X P jaque, R-3R ; (38. . . . R-2A ; 39. C-3R ganando un peón ) ; 39. T-2R jaque, R-2A ; 40. T X A, R X T ; 41. C--6A jaque, R-2R ; 42. C X T, PX C ; 43. P-5A, P-4T ; 44. P--6A, P-5T ; 45. P-7A y las blancas coronan primero. 35. . . . A-3R 36. P-5C La irrupción que amenazaban con anterioridad. 36. 37. PX P 38. C X P 39. C-3A PT X P P X P T-8C Defendiendo primero la posición antes de disfrutar de los be­ neficios de su irrupción. 39. . . . R-2A Una defensa indirecta de su 4D (40. C X P, T-8D jaque ) . 40. T-2CD T--8AR 41 . C-2R Alternativamente, 41 . R-5R, T-SR jaque ; 42. C-2R (como en la partida) , pero no 42. R--6D, a causa de 42. . . . P-5D. Las blancas deben tener mucho cuidado aún, antes de levantar el blo­ queo del Peón de Dama de las negras. 41 . . . . 42. R-5R T�8R P-5D Renunciar al Peón es lo mejor que• puedan hacer las negras.
  • 68. 70 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ Si se jugara 42. R-2R, la siguiente línea de acción es conclu­ yente : 43. P---6A, P-5D ; 44. T-7C jaque, R-l D ; 45. R-6D, T X C ; 46. T-8C jaque, A-l A ; 47. P-7A jaque, etc. 43. R X P La estrategia de las blancas ha dado como resultado la ganancia de un Peón, y el resto carece de interés por lo que toca a nuestro tema. Las siguientes jugadas son : 43. . . . R-3C ; 44. C-3A, R- 4T ; 45. T-2R, T X T ; 46. C X T, R-5C ; 47. R-5R, A-lA; 48. C-4D, P-4T ; 49. C X P ; A-2D (no 49. . . . A X C ; 50. P-3T jaque) ; 50. C-7C, A-5T ; 5 1 . P-5A, R-4C ; 52. C---6R jaque, abandonan. Reunamos en forma breve las conclusiones que se derivan de este ejemplo : Juicio: Las blancas tienen un juego mejor porque las negras tienen un Alfil "débil" y las blancas están en posición de clavar a los Peones contrarios que obstruyen al Alfil. Plan. l . Clavar los Peones de obstrucción (20. P-4AR y 24 T-lD ) . 2. Ocupar las casillas de bloqueo, de preferencia por el Rey ( 28. R-4D ) . 3. Reunir las diferentes posibilidades para una irrupción y tratar de combinarlas (análisis del N9 46). 4. Las jugadas insignificantes pueden ser de importantes con­ secuencias ; por ejemplo : 30. P-4CD, la cual, durante un período de tiempo bien definido, impidió cierto número de posibilidades. 5. Calcular con precisión el momento de levantar el bloqueo para permitir el avance de los Peones contrarios. En tales condiciones, la variación más pequeña puede significar el triunfo o la derrota. Nuestro siguiente ejemplo ilustra un final de juego de Alfil con­ tra Caballo en el cual ya se cambiaron Torres (N9 49). Esta es otra posición tomada del Capítulo 11 (N9 25. Eliskases­ Flohr) , y en la que el tema principal, la mayoría de Peones en el flanco de Dama, juega una parte secundaria. Este ejemplo tam­ bién es instructivo, aun cuando ambos jugadores han sido culpables de algunos descuidos. Nuevamente tenemos a un Caballo contra un Alfil "débil". Las Torres ya desaparecieron. Los Peones blancos colocados en 4R y 5D obstaculizan a su propio Alfil, y el indefenso Peón del Rey limita por el momento al Alfil a 3AR, 2CR o 1TR.
  • 69. CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 71 El veredicto de esta posición es : las negras tienen mejor juego, pero, como se verá, no se puede forzar el triunfo contra un buen juego. El plan consiste nuevament-e-err- una combinación de posibles continuaciones : l . Avance de los Peones del flanco de Dama. 2. Movimiento del Rey negro a 4AD, 5D, etc. 3. Establecer y reforzar la presión sobre la 4R de las blancas. Examinemos la secuela. 28. P-4A Las negras no pierden tiempo para aumentar la presión sobre la 4R de las blancas. Además, ya no necesitan preocuparse por el P-4A de las blancas, que podía constituir la réplica a la jugada indicada en el texto si se jugara posteriormente. Por el momento, 29. P-4A se contrarrestaría satisfactoriamente jugando 29. . . . R-3A. 29. P-3A Una decisión difícil para las blancas. Otro sistema consistiría en 29. PX P, PX P; 30. P-4A, P-5R, después de lo cual las blan­ cas controlarían su 4D y de ninguna manera estarían en mala po­ sición. Las negras tienen una continuación mejor contra 29. PX P, o sea, 29. . . . C X P ; 30. R-2D, R-3A ; 3 1 . R-3D, R-2R, y ahora : 49 l . 32. R-4R, R-3D. (a) 33. A-lA, C-2R ; 34. A-4A, C-l C, seguido por 35. . . . C-3A jaque, ganando un Peón. (b) 33. P-4A, P X P ; 34. P X P, ( 34. R X P, C-2R, etc. ) ; 34. . . . P-4CD ; 35. A-lA, P-5C ; 36. A-4A, C-