El documento discute algunos desafíos de la educación a distancia como la distancia entre profesores y estudiantes que puede generar inseguridad en los estudiantes y la falta de comunicación no verbal. También menciona que la empatía es más fácil de lograr en la enseñanza presencial y que el autor encuentra interesante usar Twitter a pesar de no haberlo usado antes, aunque reconoce que los tweets son demasiado cortos para explicaciones profundas.