Jesús cura a un paralítico para demostrar que tiene el poder de perdonar pecados. Al curar al hombre, Jesús muestra que puede sanar tanto el cuerpo como el alma. Algunos escribas critican a Jesús por afirmar que puede perdonar pecados, pero Jesús responde que es más fácil decir "tus pecados están perdonados" que curar al paralítico. La gente queda asombrada por el poder de Jesús.