En la época del Renacimiento, los mecenas como gobernantes, nobles y comerciantes patrocinaban a artistas como pintores y escultores. Los mecenas protegían y pagaban a los artistas para que se dedicaran por completo a sus obras y aprendieran de otros maestros. Los mecenas también lo hacían para demostrar su cultura y poder posando para retratos con los artistas. Gracias al patrocinio de mecenas, Miguel Ángel y da Vinci pudieron crear obras maestras como la Capilla Sixtina y La Mona