La Asamblea de 1811 en la Banda Oriental estaba indignada por la decisión de Buenos Aires de ratificar un armisticio que dejaba a los orientales sin apoyo. A pesar de esto, Artigas quería mantener la unión con Buenos Aires para derrotar a los realistas españoles. Sin embargo, cuando los orientales recibieron la noticia de que habían sido abandonados, Artigas decidió retirar su ejército menguado. El pueblo entonces decidió exiliarse con sus familias antes que someterse a los portugueses. Comenzó así un éxodo
2. “En la constancia del pueblo Oriental
sobre las márgenes del Uruguay, se
garantieron los Proyectos
de toda la América libre”
José Artigas
3. La Asamblea se realizó en la mañana del 10 de octubre de 1811.
La indignación afloraba en las voces y actitudes de todos los
presentantes, abundando las alusiones a Buenos Aires, De pronto entra
en las deliberaciones Artigas, que a pesar de todo quería mantener la
unidad con Buenos Aires, a la cual él había ofrecido sus servicios y cuya
autoridad respetaba. También era cierto que el entendía que Bueno Aires
era fundamental, para derrotar a los realistas españoles por lo que debía
mantenerse la unión, aún a caro precio.
El ejército oriental del Sitio, levantado en “La Paraguaya”m mas gente
del pueblo de toda condición que seguía tras Artigas acampó al abrigo
de los montes del río San José. Allí recibieron , todos el 23 de octubre
de 1811 la ingrata noticia de que Buenos Aires había ratificado
finalmente el armisticio y los orientales quedaban en el abandono total.
4. Entonces el Jefe decide retirar su ejército menguando y desarmado
hasta que se presente la oportunidad de plantar la lucha al invasor
portugués que seguía entrando al territorio. Pero el pueblo todo,
reunido en el propio monte, decide tal como diría Artigas “…dejar
gustosos los pocos intereses que les restan y su país, y
trasladándose con sus familias a cualquier punto donde puedan
ser libres, a presar de trabajos, miserias y toda clase de
males…”
5. De inmediato comenzó la marcha. Las fuerzas militares con
Artigas al frente y tras ellos todo un pueblo, mas de los que
día a día se sumaban a la heroica y doliente columna. Nos
dirá el jefe:
“…unos quemando sus casas y los muebles que no
podían conducir,; otros caminando leguas a pie por falta
de auxilios o por haber consumido sus cabalgaduras;
mujeres ancianas, viejos decrépitos, párvulos inocentes
acompañan esta marcha…”.
Era “El Éxodo” Luego de dos meses lagos, culminaron el
sacrificio cruzando el río Uruguay y acamparon en el Ayuí.
Agotados, hambrientos, miserables, pero al decir de un
viajero paraguayo que visitia el campamento, al referirse a las
familias que alli encontró “… unas bajo las carretas, otras
bajo los árboles todas a la inclemencia del tiempo, pero
con tanta conformidad y gusto, que cusada admiracion y
da ejemplo…”