2. Iluminar el camino
que hay que
recorrer, con
respecto a la
formulación
adecuada y eficaz
de proyectos de
aula.
3. Intentar salir de la
zona de confort, en
cuanto a prácticas
pedagógicas
acomodadas, pero
realmente ineficaces y
descontextualizadas.
4. Enrutar los procesos
educativos en búsqueda
de la realización
personal, del
encuentro con el
verdadero yo que los
estudiantes llevan por
dentro y a su
acercamiento a la
perfección, la belleza
espiritual y personal y
en consecuencia a la
reivindicación con la
felicidad.